6 de marzo de 2014

Nuno Tréeɀ


Catro Cantigas de Amigo


I

Desde que os marchasteis de aquí,
mi amigo, sin mi placer,
tuve yo tan gran pena allí
cual ahora habréis de ver:
que no hicieron desde aquel día
estos ojos sino llorar
ni ya mi corazón quería
que no hicieran sino llorar
.

Y desde que sin vos me hallé
yo no me supe consolar
y por ello triste quedé
y con tan gran pena y pesar
que no hicieron desde aquel día
estos ojos sino llorar
ni ya mi corazón quería
que no hicieran sino llorar
.

Y fui yo a hacer oración
a San Clemente y no os vi
y bien desde aquella ocasión,
mi amigo, me avino así:
que no hicieron desde aquel día
estos ojos sino llorar
ni ya mi corazón quería
que no hicieran sino llorar
.



II

San Clemente del mar,
si no me he de vengar,
no dormiré.

San Clemente, señor,
si no le doy dolor,
no dormiré.

Si no me he de vengar,
de ese falso desleal,
no dormiré.

Si no le doy dolor
a ese falso traidor,
no dormiré.



III

No voy a San Clemente a orar, y tengo una gran razón,
pues no me quita él la pena que tengo en el corazón
ni él me trae a mi amigo
aunque le ruego y le digo
.

No voy yo a San Clemente, ni él se acuerda de mí,
ni me trae a mi amigo, al que amé cuando lo vi,
ni él me trae a mi amigo
aunque le ruego y le digo
.

Pues si él me trajera a aquel que me hace infeliz andar,
nunca allí tantas candelas ardieran ante su altar,
ni él me trae a mi amigo
aunque le ruego y le digo
.

Pues si él me trajera aquel por quien yo muero de amor,
nunca tantas candelas ardieran ante mi señor,
ni él me trae a mi amigo
aunque le ruego y le digo
.

Porque ya mi voluntad de no verlo está en un tris,
¿qué pondré, por caridad, ante él, velas de París?
ni él me trae a mi amigo
aunque le ruego y le digo
.

En quitarme él a mi amigo cogió conmigo manía,
por eso arderá, os digo, ante él llama de bujía,
ni él me trae a mi amigo
aunque le ruego y le digo
.



IV

Estaba yo en San Clemente, para hacer oración,
y me dijo el recadero, y me plugo de corazón:
«Ahora vendrá aquí vuestro amigo».

Estaba yo en San Clemente, para las velas quemar,
y me dijo el recadero: «Hermosa de buen figurar,
ahora vendrá aquí vuestro amigo».

Estaba yo en San Clemente, para oración hacer,
y me dijo el recadero: «Hermosa de buen parecer,
ahora vendrá aquí vuestro amigo».

Y me dijo el recadero: «Hermosa de buen figurar»,
porque vio que me placía, más me comenzó a hablar,
«Ahora vendrá aquí vuestro amigo».

Y me dijo el recadero: «Hermosa de buen parecer»,
más me comenzó a decir, porque allí vio mi placer:
«Ahora vendrá aquí vuestro amigo».

Y me dijo el recadero, y me plugo de corazón,
porque vio que me placía, más dijo en buena razón:
«Ahora vendrá aquí vuestro amigo».



Nota
· San Clemente do mar: Ermita, hoy en ruinas, erigida por Pai Gómez Charinho sobre el islote del mismo nombre en la ría de Pontevedra, frente a la costa de Bueu, para conmemorar la toma de Sevilla el 23 de noviembre de 1248, festividad de san Clemente. El islote es accesible a pie desde la playa con marea baja.
· Cantiga II: Nota del Instituto de Estudos Medievais: «El paralelismo implica que faltará, antes de la estrofa final transcrita por los manuscritos, otra estrofa más. Su reconstrucción, aquí propuesta, es la de Nunes».

Universo Cantigas. Nuno Treez
B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Nuno Treez
Cantigas Medievais Galego Portuguesas. Nuno Trez
Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014




I

Des quando vos fostes d’ aquí,
meu amigo, sen meu prazer,
ouv’ eu tan gran coita des i
qual vos ora quero dizer:
que non fezeron des entón
os meus olhos se chorar non,
nen ar quis o meu coraçón
que fezessen se chorar non.

E des que m’ eu sen vós achei
sol non me soub’ i conselhar
e mui triste por én fiquei
e con coita grand’ e pesar
que non fezeron des entón
os meus olhos se chorar non,
nen ar quis o meu coraçón
que fezessen se chorar non.

E fui eu fazer oraçón
a San Clemenç’ e non vos vi
e ben des aquela sazón,
meu amigo, avéom’ assí:
que non fezeron des entón
os meus olhos se chorar non,
nen ar quis o meu coraçón
que fezessen se chorar non.


II

San Clemenço do mar,
se mi del non vingar,
non dormirei.

San Clemenço, senhor,
se vingada non for,
non dormirei.

[…

…]

Se vingada non for
do fals’ e traedor,
non dormirei.


III

Non vou eu a San Clemenço orar, e faço gran razón,
ca el non mi tolhe a coita que trago no meu coraçón
nen mi aduz o meu amigo,
pero lho rog’ e lho digo.

Non vou eu a San Clemenço, nen el non se nembra de mí,
nen mi aduz o meu amigo, que sempr’ amei des que o vi,
nen mi aduz o meu amigo,
pero lho rog’ e lho digo.

Ca se ele m’ adussesse o que me faz penad’ andar,
nunca tantos estadaes arderan ant’ o seu altar,
nen mi aduz o meu amigo,
pero lho rog’ e lho digo.

Ca se ele m’ adussesse o por que eu moiro d’ amor,
nunca tantos estadaes arderan ant’ o meu senhor,
nen mi aduz o meu amigo,
pero lho rog’ e lho digo.

Pois eu en mha voontade de o non veer son ben fis,
que porrei, par caridade, ant’ el, candeas de París?
nen mi aduz o meu amigo,
pero lho rog’ e lho digo.

En mi tolher meu amigo filhou comigo perfía,
por énd’ arderá, vos digo, ant’ el lume de bogía,
nen mi aduz o meu amigo,
pero lho rog’ e lho digo.


IV

Estávam’ en San Clemenço, u fora fazer oraçón,
e díssemi o mandadeiro, que mi prougue de coraçón:
«Agora verrá aquí voss’ amigo».

Estávam’ en San Clemenço, u fora candeas queimar,
e díssemi o mandadeiro: «Fremosa de bon semelhar,
agora verrá aquí voss’ amigo».

Estávam’ en San Clemenço, u fora oraçón fazer,
e díssemi o mandadeiro: «Fremosa de bon parecer,
agora verrá aquí voss’ amigo».

E díssemi o mandadeiro: «Fremosa de bon semelhar»,
porque viu que mi prazía, ar começoume a falar,
«Agora verrá aquí voss’ amigo».

E díssemi o mandadeiro: «Fremosa de bon parecer»,
porque viu que mi prazía, ar começoume a dizer:
«Agora verrá aquí voss’ amigo».

E díssemi o mandadeiro, que mi prougue de coraçón,
porque viu que mi prazía, ar díssemi outra vez entón:
«Agora verrá aquí voss’ amigo».




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