Corenta e Sete Cantigas de Amigo (1)
I
Dicen que, amigo, a otra dama mejor
queréis vos contra mi agrado tomar
para causarme con ella pesar,
pero no tengo yo de eso temor,
pues que sois mío todas saben ya
y a vos por suyo ninguna os querrá.
Y bien que me haríais de corazón
este pesar, mas no sé yo hoy quien
os tomara, y os es ya igual también,
ay, amigo, y mirad por qué razón:
pues que sois mío todas saben ya
y a vos por suyo ninguna os querrá.
Y quien a vos esto os aconsejó
yo sé muy bien que os aconsejó mal
pues todo eso también os es ya igual,
ay, amigo, y tarde se os ocurrió
pues que sois mío todas saben ya
y a vos por suyo ninguna os querrá.
La que tome lo mío, Dios la confunda ya
y a mí, amigo, si tomo lo suyo, igual me hará.
II
El que solía, hija mía, morir
por vos, dicen que ya no muere así,
y muero yo, hija, porque esto oí,
pero, si queréis a él verlo morir,
decid que otro muere por vos, y bien
pronto veréis como él muere también.
El que moría, hija mía, por vos
como a nadie por mujer vi morir
en el mundo, ya no quiere sufrir,
pero, si queréis que él muera por vos,
decid que otro muere por vos, y bien
pronto veréis como él muere también.
El que moría, hija mía, de amor
por vos no muere ni se ha de acordar,
y muero yo, hija, con el pesar,
pero, si queréis que él muera de amor,
decid que otro muere por vos, y bien
pronto veréis como él muere también.
Pues si sabe que otro muere también
morirá, hija, si él os quiere bien.
III
Por Dios, madre, el que a mí mucho me quiere
dice que desea conmigo hablar
de algo que nadie puede sospechar,
y solo una vez, si a vos pluguiere,
me hable a mí, si eso lo ha de divertir,
y sabremos lo que quiere decir.
En que él me hable no pierdo yo buen prez,
porque de su bien yo no le hablaré,
y él dirá y yo allí escucharé,
y antes de que muera, solo una vez
me hable a mí, si eso lo ha de divertir,
y sabremos lo que quiere decir.
Si os pluguiera, que venga a hablar aquí
conmigo, madre, si gusto le da,
y os diré entonces lo que él me dirá,
y una vez, antes de que él muera así,
me hable a mí, si eso lo ha de divertir,
y sabremos lo que quiere decir.
Quizás me quiera una cosa decir
que yo sin daño mío se la pueda cumplir.
IV
Mi amigo las nuevas ya conoció
de estas cortes que ahora se harán,
ricas y nobles dicen qué serán,
y lo que mi amigo hará bien sé yo:
un cantar en que de mí bien dirá;
o va a hacerlo o hecho lo tiene ya.
Me alabará cual la dama mejor,
pues con gran placer me suele alabar
y a muchas damas dará gran pesar,
pero él hará, pues es gran trovador,
un cantar en que de mí bien dirá;
o va a hacerlo o hecho lo tiene ya.
En estas cortes que ahora el Rey hace
alabará mi bello parecer
y dirá cuanto bien pueda saber
de mí, amigas, y hará, y así me place,
un cantar en que de mí bien dirá;
o va a hacerlo o hecho lo tiene ya.
Pues lo vieron pensando, y bien sé ya
que en otra cosa él no pensará.
V
Cuando, amigo, me llevó hoy
mi madre a mi pesar de aquí
no supisteis nada de mí,
y por maravilla tengo
que vos no sepáis cuándo voy
ni sepáis cuándo vengo.
Aunque amigo os llamáis
mío, vos no supisteis nada
cuando yo de aquí fui llevada,
y me maravilla así
que cuándo vengo no sepáis
ni cuándo me voy de aquí.
Miré por vos cuando partir
debí de aquí pero allí no
os vi ni vinisteis y yo
muy quejosa de vos ando,
de que no sepáis cuándo yo ir
quiero o si vendré ni cuándo.
Y por amigo no tengo
a quien no sabe cuándo voy
yo ni sabe cuándo vengo.
VI
Hija mía, por Dios, haréis muy bien
en que os vea ese vestido llevar
vuestro amigo, y habéis de lograr
que vuestro talle os vea también,
pues, si os viera, yo sé que morirá
por vos, hija, pues muy bien os está.
Si ese vestido os estuviera mal
yo nunca os mandaría ir a vos
ante sus ojos, pero haced, por Dios,
que os vea, no haréis nada más cabal,
pues, si os viera, yo sé que morirá
por vos, hija, pues muy bien os está.
Y aunque sucediera que él os sea
huraño, si ese vestido os puede ver
en admiraros tendrá gran placer,
y haced vos por tanto que él os vea,
pues, si os viera, yo sé que morirá
por vos, hija, pues muy bien os está.
VII
Mi amigo no puede hoy bien de mí
tener, amiga, ved por qué razón:
él no me lo dice, y Dios dé perdón,
ni yo se lo digo, y sucede así:
él por temor no me lo osa mentar
ni yo, amiga, se lo puedo rogar.
Y, en verdad, mucho tiempo hace ya,
que él mi bien pudiera recibir
pero a mí nunca me lo osó decir
y el caso os diré yo como está:
él por temor no me lo osa mentar
ni yo, amiga, se lo puedo rogar.
Y hace ya mucho que yo me enteré,
pues me lo dijeron, mas tuve temor
que me pesara y, por Nuestro Señor,
me gustaba, pero esto es lo que sé:
él por temor no me lo osa mentar
ni yo, amiga, se lo puedo rogar.
Y el caso arreglado para llegar
era, mas nadie lo quiere empezar.
VIII
Ay, mi amigo, vos morís
porque no os dejan conmigo
hablar y muero yo, amigo,
por vos y, porque sufrís,
algún remedio aquí hayamos
antes de que así muramos.
Cierto, morimos los dos
porque nunca conseguimos
hablar y, ya que morimos,
amigo, si os valga Dios,
algún remedio aquí hayamos
antes de que así muramos.
Mi madre me causa enojos
pues nos está separando
y morimos ya penando,
y, amigo y luz de mis ojos,
algún remedio aquí hayamos
antes de que así muramos.
¿Y por qué no lo arreglamos,
pues tanto lo deseamos?
IX
Entiendo yo, amiga mía, así pues
esto es así, que vos queja tenéis,
de vuestro amigo, que ahora aquí veis,
y él de vos, y no sé por qué es,
pero os quiero ya bien aconsejar:
haced ambos lo que os he de mandar.
Y, amiga, esto es bien cierto y real,
este acuerdo se deberá hacer,
pues os veo gran queja de él tener
y él de vos, y pienso que está mal,
pero os quiero ya bien aconsejar:
haced ambos lo que os he de mandar.
Disputa es de amigos, mas bien no está
y sé que haréis siempre lo mejor,
pero os veo yo tener desamor
de él, amiga, y no os conviene ya,
pero ya os quiero bien aconsejar:
haced ambos que os he de mandar.
Y mal haya quien no quiera otorgar
entre ambos lo que yo he de mandar.
X
Mi amigo, que conmigo se enojó
y tampoco quiere conmigo hablar,
si pensó que yo le iba a rogar,
como yo supiera que así pensó,
pronto haré que tal pena tenga
que a rogar por mi amor junto a mí venga.
Y, en cuanto mi amigo conociera
que esto yo le haré, no aguardará
a que le ruegue, sino que él vendrá
a rogarme a mí y, si no lo hiciera,
pronto haré que tal pena tenga
que a rogar por mi amor junto a mí venga.
Y no tendrá mi amigo poder
alguno de enojarse contra mí
más de cuanto yo lo quisiera así,
pero, si otra cosa él quisiera hacer,
pronto haré que tal pena tenga
que a rogar por mi amor junto a mí venga.
XI
Vuestro amigo tiene de vos temor
pues sabe ya que os han hecho pensar
que fue, amiga, mal de vos a hablar,
mas vuestro amigo dice aun mejor
que lo que antes dijo y dice esta vez
lo juzguéis vos tal como su señor,
pues dice que no quiere aquí a otro juez.
Os quejáis de él, mas, de Dios querer,
muy pronto sabréis vos por él, de grado,
que nunca sino bien de vos ha hablado,
ni hablará, y dice, cuanto es menester,
que lo que antes dijo y dice esta vez
lo juzguéis vos bien a vuestro placer,
pues dice que no quiere aquí a otro juez.
Mucho que yo os jurara él me rogó
que de vos nunca ha hablado sino bien,
ni hablará, y de esto dice también,
y no hay más que decir, pienso yo,
que lo que antes dijo y dice esta vez
lo juzguéis vos con lo vuestro, así habló,
pues dice que no quiere aquí a otro juez.
Aceptad su pleito, dice, esta vez,
sobre vos, y así os aconsejo yo,
y ya no pongáis aquí a otro juez.
XII
—Mi amigo: yo os quiero preguntar.
—Preguntad, señora, pues me agrada.
—Nada en esto me deberéis negar.
—Nunca, señora, os negaré nada.
—Tantos cantares, ¿por qué los hacéis?
—Señora, así nunca me olvidaréis.
—He de preguntaros, por mi fe, pues.
—Os responderé con placer ahora.
—No me neguéis nada, sí así es.
—Nada os negaré a vos, mi señora.
—Tantos cantares, ¿por qué los hacéis?
—Señora, así nunca me olvidaréis.
—No os pese que pregunta os hiciera.
—No, señora, antes lo agradeceré.
—Ni me neguéis lo que yo os dijera.
—Nunca, señora, nada os negaré.
—Tantos cantares, ¿por qué los hacéis?
—Señora, así nunca me olvidaréis.
—Y todo este bien, ¿por mí lo hacéis?
—Por vos, mi señora, pues lo valéis.
XIII
Por Dios, amigo: no sé por qué es,
mas mucho hace ya que os vi dejar
de servirme y de por mí trovar,
pero es una de estas cosas, pues:
o es por mí, porque no os hago bien ya,
o es señal de muerte que os llegará.
Mucho tiempo hace, y creo que está mal,
que ningún cantar os oí hacer
ni alabar mi bello parecer,
pero es una de estas, y no sé cuál:
o es por mí, porque no os hago bien ya,
o es señal de muerte que os llegará.
Ya del tiempo yo acordarme no sé
en el que os oí hacerme un cantar,
como me solíais antes loar,
pero es una de estas que yo os diré:
o es por mí, porque no os hago bien ya,
o es señal de muerte que os llegará.
Si es por mí, porque no os hago bien ya,
decídmelo, y mi bien os vendrá.
XIV
Por Dios, madre: tuvisteis gran placer
cuando se fue mi amigo de aquí,
y ahora viene, y me place mucho a mí,
mas unas nuevas habéis de saber:
si os pesa, ya sufriréis, bien lo sé,
como hice yo cuando él de aquí se fue.
Vos os alegrasteis de mi dolor
cuando él se fue, y yo os querré ya
mal por eso, mas dicen que vendrá
muy pronto, y sabréis lo mejor:
si os pesa, ya sufriréis, bien lo sé,
como hice yo cuando él de aquí se fue.
XV
Qué alegre que a mi madre vi
cuando se fue mi amigo de aquí,
mas yo no estuve alegre ni dormí,
amiga, desde que él debió marchar,
y hoy me dicen que va a regresar
y mal haya a mi madre su pesar.
Alegre quedó cuando lo vio ir
y yo muy triste, pues lo vi partir
de mí, y nunca más pude dormir,
amiga, desde que él debió marchar,
y hoy me dicen que va a regresar
y mal haya a mi madre su pesar.
Cuando él de aquí junto al Rey se fue,
quedó mi madre alegre, ya lo sé,
pero yo me quedé triste, y lloré,
amiga, desde que él debió marchar,
y hoy me dicen que va a regresar
y mal haya a mi madre su pesar.
XVI
Se fue, amiga, mi amigo de aquí
triste, y que nunca le hice bien decía,
mas, si lo vierais ante vos un día,
decidle que esto yo le digo así:
que venga muy pronto y, si el viniera
pronto, que será como Dios quisiera.
En verdad, yo no le puedo servir
con bien, y va triste en su corazón,
mas, si lo vierais, Dios os dé perdón,
decidle que le mando yo decir
que venga muy pronto y, si el viniera
pronto, que será como Dios quisiera.
Se queja de que mío siempre fue,
y con mucha justicia lo dirá,
y que no le hice bien, y mal está,
mas decidle vos que yo le diré
que venga muy pronto y, si el viniera
pronto, que será como Dios quisiera.
Y no se queje, pues menester no era,
y tome el bien cuando Dios se lo diera.
XVII
Muy quejoso estáis, amigo, de amor
y de mí, pues no os puedo bien hacer,
y sin daño mío no he de poder,
mas por eso arregle Nuestro Señor
que bien os haga yo de forma tal
que sea vuestro bien y no mi mal.
De que sois mío os quejáis cada día
y os dejo, amigo, por mí perecer,
mas decidme el modo en que os socorrer
pueda sin mi daño y yo arreglaría
que bien os haga yo de forma tal
que sea vuestro bien y no mi mal.
Guardada estoy cual ninguna mujer
lo fue, amigo, ni nunca lo ha de ser,
y ni siquiera os oso hablar ni ver,
y por eso arregle Dios, de Él querer,
que bien os haga yo de forma tal
que sea vuestro bien y no mi mal.
XVIII
A mi amigo recado le envié
a Toledo, amiga, adonde ha partido,
y, pues creo que ya lo ha recibido,
preguntad, y os lo agradeceré,
en cuántos días podría llegar
de Toledo a aquí quien bien sepa andar.
Pues del mensajero sé yo muy bien
que, después de que el recado le diga,
vendrá tan pronto como pueda, amiga,
conoced por alguien, no importa quien,
en cuántos días podría llegar
de Toledo a aquí quien bien sepa andar.
Y ya siempre miran estos mis dos
ojos a donde creo que ha de venir
el mensajero, y muero por oír
nuevas de él, y preguntad, por Dios,
en cuántos días podría llegar
de Toledo a aquí quien bien sepa andar.
XIX
Queréis ir, mi amigo, lo sé de ley,
a buscar otro consejo y no el mío;
pese a saber que estar con vos ansío,
queréis iros a morar junto al Rey,
e id ahora como quisierais ir
que después a mí habréis de venir.
Vos os vais mientras yo me quedo aquí
y siempre, amigo, os he de desear,
pero vos queréis con el Rey morar
porque creéis que valdréis más así,
e id ahora como quisierais ir
que después a mí habréis de venir.
Por lo que decís, tenéis gran placer
en servirme aunque, y Dios os dé perdón,
no dejáis de ir al Rey por tal razón;
mas no podéis a mí y al Rey tener,
e id ahora como quisierais ir
que después a mí habréis de venir.
Y, amigo, ¿queréis aún más oír?
No podéis a dos señores servir
y vuestro deber con ambos cumplir.
XX
Siempre habla mi amigo tan bien de mí
como puede, y de mi buen parecer,
y los que saben que él dice así
creen que algo yo le he de agradecer,
mas cuanto él dice no agradezco nada
pues ya bien sé que yo soy agraciada.
Me llama él hermosa, y su señora,
pero hermosa me llama quien me ve,
y piensa que un favor me hace ahora
y que yo mucho le agradeceré,
mas cuanto él dice no agradezco nada
pues ya bien sé que yo soy agraciada.
Muy bien dice de mí en su trovar
con toda justicia, y más os diría:
creen quienes le oyen a mí alabar
que a él yo mucho le agradecería,
mas cuanto él dice no agradezco nada
pues ya bien sé que yo soy agraciada.
Pues si no fuera yo tan agraciada
de cuanto él dice no diría nada.
XXI
—Hija mía: saber quiero por qué
hicisteis vos todo cuanto os mandó
vuestro amigo, que ya más no os habló.
—Por Dios, madre, ahora os diré por qué:
pensaba algo más encontrar allí
pero me parece que no es así.
—¿Por qué hicisteis, y Dios os dé bien,
hija, todo lo que os vino a rogar,
pues desde entonces no os quiso hablar?
—Os lo diré yo, y Dios me dé bien:
pensaba algo más encontrar allí
pero me parece que no es así.
—¿Por qué hicisteis, y Dios os dé perdón,
hija, todo lo que os vino a pedir,
pues desde entonces no quiso venir?
—Os lo diré yo, Dios me dé perdón:
pensaba algo más encontrar allí
pero me parece que no es así.
—En buen día nació, según yo oí,
quien por otro escarmienta y no por sí.
XXII
Cuando aquel día fui con vos a hablar,
amigo, con buen fin lo hice yo así,
mas por ello os alabasteis mí,
pero cuando yo os volviera a hablar,
vos en seguida decid qué hicisteis
conmigo cuanto hacer quisisteis.
Pues, amigo, yo fui a hablar una vez
con vos, para de la muerte salvaros,
mas vos ya fuisteis de mí a alabaros,
pero cuando yo os hablara otra vez,
vos en seguida decid qué hicisteis
conmigo cuanto hacer quisisteis.
Porque yo sé muy bien que no hicisteis
ni la mitad de lo que dijisteis.
XXIII
Amigo: aquel día aquí vinisteis
a rogar algo y yo no os lo di
pues que eso no estaba bien creí,
mas, pues vos tanto insististeis,
hacerlo quiero, y no haré cosa igual,
pero guardadme a mí y a vos de mal.
Que lo que sea mi mal no queréis
vos me decís, aunque no quise hacer
lo que rogabais, y bien puede ser,
mas, pues en tal cosa gusto habéis,
hacerlo quiero, y no haré cosa igual,
pero guardadme a mí y a vos de mal.
Muy bien sabéis lo que hablasteis conmigo
y a mí me rogasteis lo que yo sé
y no lo hice, mas con el temor que
tengo de perderos a vos, amigo,
hacerlo quiero, y no haré cosa igual,
pero guardadme a mí y a vos de mal.
Y si vos fuerais amigo leal
guardaréis a vuestra dama de mal.
XXIV
No sabéis, amigo mío, ocultar
que os sepan, por vuestra audacia lo ven,
como vos mucho me soléis amar
ni la gran pena que tenéis también,
y en esto yo os quiero desengañar:
si supieran que vos me queréis bien,
ya nunca más me podríais hablar.
Por ningún motivo puedo dejar
de hablar con vos y siempre temí
que lo conozcan, pues me han de alejar
de vos si tal cosa saben de mí,
y en esto yo os quiero desengañar:
si supieran que vos me queréis bien,
ya nunca más me podríais hablar.
De los que me guardan es el pensar
que a otra dama, amigo, tenéis amor,
pues, si la verdad pueden sospechar,
no me veréis ya nunca, a lo peor,
y en esto yo os quiero desengañar:
si supieran que vos me queréis bien,
ya nunca más me podríais hablar.
Y si tenéis tan gran pena de amor,
vos la tendréis por mí aún mayor
pues de muy lejos me habréis de mirar.
☛ Universo Cantigas. Joan Airas
☛ B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Johan Airas
☛ Real Academia de la Historia. Johan Airas de Santiago
☛ Cantigas Medievais Galego Portuguesas. João Airas de Santiago
☛ Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
☛ Joán Airas, 47 Cantigas de Amigo (2)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014
∼
I
Dizen, amigo, que outra senhor
queredes vós sen meu grado filhar
por mi fazerdes con ela pesar,
mais, a la fe, non ei end’ eu pavor,
ca ja todas saben que sodes meu
e nenunha non vos querrá por seu.
Faríademi vós de coraçón
este pesar, mais non sei oj’ eu quen
me vos filhass’, e ja vos non val ren,
ai, meu amigo, vedes por que non:
ca ja todas saben que sodes meu
e nenunha non vos querrá por seu.
E quen vos a vós esto conselhou
mui ben sei eu ca vos conselhou mal
e con tod’ esso ja vos ren non val,
ai, meu amigo, tardi vos nembrou
ca ja todas saben que sodes meu
e nenunha non vos querrá por seu.
Cofonda Deus a que filhar o meu
amig’, e min, se eu filhar o seu.
II
O que soía, mha filha, morrer
por vós, dizen que ja non morr’ assí,
e moir’ eu, filha, por que o oí,
mais, se o queredes veer morrer,
dizede que morre por vós alguén
e veredes ome morrer por én.
O que morría, mha filha, por vós
como nunca vi morrer por molher
ome no mundo, ja morrer non quer,
mais, se queredes que moira por vós,
dizede que morre por vós alguén
e veredes ome morrer por én.
O que morría, mha filha, d’ amor
por vós non morre nen quer i cuidar,
e moir’ end’ eu, mha filha, con pesar,
mais, se queredes que moira d’ amor,
dizede que morre por vós alguén
e veredes ome morrer por én.
Ca se souber que por vós morr’ alguén,
morrerá, filha, queréndovos ben.
III
Par Deus, mha madr’, o que mi gran ben quer
diz que deseja comig’ a falar,
mais doutra ren que omen pod’ osmar,
e unha vez, se a vós aprouguer,
fale migo, pois end’ á tal prazer,
e saberémo-lo que quer dizer.
De falar migo non perç’ eu bon prez,
ca de sa prol i ren non falarei,
e el dirá e eu ascuitarei,
e ante que moira, ja unha vez
fale migo, pois end’ á tal prazer,
e saberémo-lo que quer dizer.
Se vos prouguer, venha falar aquí
con mig’, ai madre, pois én sabor á,
e direivos pois quanto m’ el dirá,
e unha vez, ante que moira ’ssí,
fale migo, pois end’ á tal prazer,
e saberémo-lo que quer dizer.
Quiçá quermi ora tal cousa dizer
que lha poss’ eu sen meu dano fazer.
IV
O meu amigo novas sabe ja
daquestas cortes que s’ ora farán,
ricas e nobres dizen que serán,
e meu amigo ben sei que fará
un cantar en que dirá de min ben;
ou o fará ou ja o feito ten.
Loarmi á muito e chamarmi á senhor,
ca muit’ á gran sabor de me loar;
a muitas donas fará gran pesar,
mais el fará, com’ é mui trobador,
un cantar en que dirá de min ben;
ou o fará ou ja o feito ten.
En aquestas cortes que faz el-Rei
loará min e meu bon parecer
e dirá quanto ben poder dizer
de min, amigas, e fará, ben sei,
un cantar en que dirá de min ben;
ou o fará ou ja o feito ten.
Ca o viron cuidar, e sei eu ben
que non cuidava ja en outra ren.
V
Amigo, quando me levou
mha madr’ a meu pesar d’ aquí
non soubestes novas de mí,
e por maravilha tenho
por non saberdes quando vou
nen saberdes quando venho.
Pero que vos chamades meu
amigo, non soubestes ren
quando me levaron d’ aquén,
e maravílhome ende
por non saberdes quando m’ eu
venh’ ou quando vou daquende.
Catei por vós quand’ a partir
m’ ouve d’ aquí e pero non
vos vi nen venhestes entón,
e mui queixosa vos ando
por non saberdes quando m’ ir
quer’ ou se verrei ja quando.
E por amigo non tenho
o que non sabe quando vou
nen sabe quando me venho.
VI
Ai mha filha, por Deus, guisade vós
que vos veja esse fustán trager
voss’ amig’ e tod’ a vosso poder
véjavos ben con el estar en cós,
ca, se vos vir, sei eu ca morrerá
por vós, filha, ca mui ben vos está.
Se vo-lo fustán estevesse mal
non vos mandaría ir ant’ os seus
olhos, mais guisade cedo, por Deus,
que vos veja, non façades end’ al,
ca, se vos vir, sei eu ca morrerá
por vós, filha, ca mui ben vos está.
E como quer que vos ele seja
sanhudo, pois que vo-lo fustán vir
averá gran sabor de vos cousir,
e guisade vós como vos veja,
ca, se vos vir, sei eu ca morrerá
por vós, filha, ca mui ben vos está.
VII
O meu amigo non pod’ aver ben
de mí, amiga, vedes por que non:
el non mho diz, assí Deus mi perdón,
nen lho dig’ eu, e assí nos avén:
el con pavor non mho ousa ’mentar
e eu, amiga, non o posso rogar.
E gran sazón á ja, per boa fe,
que ele meu ben podera aver
e ja máis nunca mho ousou dizer
e o preito direivos eu com’ é:
el con pavor non mho ousa ’mentar
e eu, amiga, non o posso rogar.
E gran temp’ á que lho eu entendí,
ca mho disseron, mais ouv’ i pavor
de mi pesar e, par Nostro Senhor,
prouguéram’ end’ e estamos assí:
el con pavor non mho ousa ’mentar
e eu, amiga, non o posso rogar.
E o preito guisad’ en se chegar
era, mais non á quen o começar.
VIII
Meu amigo, vós morredes
porque vos non leixan migo
falar e moir’ eu, amigo,
por vós e, fe que devedes,
algun conselh’ i ajamos
ante que assí moiramos.
Ambos morremos, sen falha,
por quanto nós non podemos
falar e, pois que morremos,
amigo, se Deus vos valha,
algun conselh’ i ajamos
ante que assí moiramos.
De mha madr’ ei gran queixume
porque nos anda guardando
e morremos i cuidando,
ai, meu amig’ e meu lume,
algun conselho i ajamos
ante que assí moiramos.
E por que o non guisamos,
pois nós tant’ o desejamos?
IX
Entend’ eu, amiga, per boa fe,
que avedes queixum’, u al non á,
de voss’ amigo, que aquí está,
e el de vós, e non sei por que é,
mais quero vos ora ben conselhar:
fazed’ i ambos o que eu mandar.
E, amiga, de pran, u non jaz al,
este preito dévese de fazer,
ca vos vejo del gran queixum’ aver
e el de vós, e tenho que é mal,
mais quero vos ora ben conselhar:
fazed’ i ambos o que eu mandar.
Sanha d’ amigos é, non será ben,
e sei que faredes end’ o melhor,
pero véjovos aver desamor
del, amiga, e esto non convén,
mais quero vos ora ben conselhar:
fazed’ i ambos o que eu mandar.
E mal lh’ én venh’ a quen non outorgar
antre vós ambos o que eu mandar.
X
O meu amigo, que xi m’ assanhou
e que non quer ja comigo falar,
se cuidou el que o foss’ eu rogar,
se lh’ eu souber que o assí cuidou,
farei que en tal coita o tenha
por mi amor que rogar me venha.
E, pois que o meu amigo souber
que lh’ esto farei, non atenderá
que o eu rogue, mais logo verrá
el rogar a mí e, se end’ al fezer,
farei que en tal coita o tenha
por mi amor que rogar me venha.
Nen averá meu amigo poder
de nulha sanha filhar contra mí
máis que eu non quiser que seja assí,
ca, se doutra guisa quiser fazer,
farei que en tal coita o tenha
por mi amor que rogar me venha.
XI
O voss’ amig’ á de vós gran pavor
ca sab’ el que vos fazen entender
que foi, amiga, de vós mal dizer,
mais voss’ amigo diz end’ o melhor:
que, de quanto disse de vós e diz,
vó’ lo julgad’ assí come senhor,
ca diz que non quer i outro juiz.
Queixádesvos del, mais, se Deus quiser,
saberedes a pouca de sazón
que nunca disse de vós se ben non
nen dirá, mais diz, quant’ i á mester,
que, de quanto disse de vós e diz,
vó’ lo julgade como vos prouguer;
ca diz que non quer i outro juiz.
Rogoum’ el muito que vos jurass’ eu
que nunca disse de vós senón ben
nen o dirá, e ar diz outra ren,
e non á máis que dig’, a cuido meu,
que, de quanto disse de vós e diz,
vós julgad’ i o vosso e o seu;
ca diz que non quer i outro juiz.
Filhade o seu preito, como diz,
sobre vós, e consélhovo-lo eu,
e non ponhades i outro juiz.
XII
—Meu amigo, quero vos preguntar.
—Preguntade, senhor, ca m’ é én ben.
—Non vos á mester de mi ren negar.
—Nunca vos eu, senhor, negarei ren.
—Tantos cantares, por que fazedes?
—Senhor, ca nunca mi escaecedes.
—Preguntar vos quero, per boa fe.
—Preguntade, ca ei én gran sabor.
—Non mi neguedes ren, pois assí é.
—Nunca vos ren negarei, mha senhor.
—Tantos cantares, por que fazedes?
—Senhor, ca nunca mi escaecedes.
—Non vos pes de qual pregunta fezer.
—Non, senhor, ante vo-lo gracirei.
—Nen m’ ar neguedes o que vos disser.
—Nunca vos én, senhor, ren negarei.
—Tantos cantares, por que fazedes?
—Senhor, ca nunca mi escaecedes.
—E este ben, por mí o fazedes?
—Por vós, mha senhor, que o valedes.
XIII
Par Deus, amigo, non sei eu que é,
mais muit’ á ja que vos vejo partir
de trobar por mí e de me servir,
mais unha destas é, per boa fe:
ou é per mí, que vos non faço ben,
ou é sinal de morte que vos vén.
Mui gran temp’ á, e tenho que é mal,
que vos non oí ja cantar fazer
nen loarmi nen meu bon parecer,
mais unha destas é, u non jaz al:
ou é per mí, que vos non faço ben,
ou é sinal de morte que vos vén.
Ja m’ eu do tempo acordar non sei
que vos oísse fazer un cantar,
como soiades, por me loar,
mais unha destas é que vos direi:
ou é per mí, que vos non faço ben,
ou é sinal de morte que vos vén.
Se é per mí, que vos non faço ben,
dizédemho, e ja que farei én.
XIV
Par Deus, mha madr’, ouvestes gran prazer
quando se foi meu amigo d’ aquí,
e ora vén, e praz én muit’ a mí,
mais unhas novas vos quero dizer:
se vos pesar, sofrédeo mui ben,
ca ’ssi fij’ eu quando s’ el foi d’ aquén.
Ca fostes vós mui leda do meu mal
quando s’ el foi, e querreivos eu ja
mal por end’, e dízenmi que verrá
mui ced’, e quérovos eu dizer al:
se vos pesar, sofrédeo mui ben,
ca ’ssi fij’ eu quando s’ el foi d’ aquén.
XV
Que mui leda que eu mha madre vi
quando se foi meu amigo d’ aquí
e eu nunca fui leda nen dormí,
amiga, depois que s’ el foi d’ aquén,
e ora ja dízenmi del que vén
e mal grad’ aja mha madre por én.
Ela foi mui leda poi-lo viu ir
e eu mui triste, poi-lo vi partir
de mí, ca nunca máis pudi dormir,
amiga, depois que s’ el foi d’ aquén,
e ora ja dízenmi del que vén
e mal grad’ aja mha madre por én.
Des quando s’ ele foi d’ aquí al Rei,
foi mha madre mui leda, e o sei,
e eu fui triste sempre, e chorei,
amiga, depois que s’ el foi d’ aquén,
e ora ja dízenmi del que vén
e mal grad’ aja mha madre por én.
XVI
Vais’, amiga, meu amigo d’ aquí
triste, ca diz que nunca lhi fiz ben,
mais, se o virdes ou ante vós vén,
dizédelhi ca lhi dig’ eu assí:
que se venha mui ced’ e, se venher
cedo, que será como Deus quiser.
Per boa fe, non lhi poss’ eu fazer
ben, e vai triste no seu coraçón,
mais, se o virdes, se Deus vos perdón,
dizédelhi que lhi mand’ eu dizer
que se venha mui ced’ e, se venher
cedo, que será como Deus quiser.
Quéixas’ el e diz que sempre foi meu,
e diz gran dereito, per boa fe,
e non lhi fiz ben, e ten que mal é,
mais dizédelhi vós que lhi dig’ eu
que se venha mui ced’ e, se venher
cedo, que será como Deus quiser.
E non se queixe, ca non lh’ á mester,
e fílheo ben quando lho Deus der.
XVII
Queixos’ andades, amigo, d’ amor
e de mí, que vos non posso fazer
ben, ca non ei sen meu dan’ én poder,
e por én guísemho Nostro Senhor
que vos faça eu ben en guisa tal
que seja vosso ben e non meu mal.
Queixádesvos que sempre fostes meu,
amig’, e vos leixo por mí morrer,
mais dizédemi como vos valer
possa sen meu dan’ e guisa-lo eu
que vos faça eu ben en guisa tal
que seja vosso ben e non meu mal.
Soo guardada como outra molher
non foi, amigo, nen á de seer,
ca vos non ous’ a falar nen veer,
e por én guísemho Deus, se quiser,
que vos faça eu ben en guisa tal
que seja vosso ben e non meu mal.
XVIII
A meu amigo mandad’ enviei
a Toled’, amiga, per boa fe,
e mui ben creo que ja co el é:
preguntad’, e gradecérvo-lo ei,
en quantos días poderá chegar
aquí de Toledo quen ben andar.
Ca do mandadeiro sei eu mui ben
que, depois que lh’ o mandado disser,
que se verrá máis cedo que poder;
e, amiga, sabede vós d’ alguén
en quantos días poderá chegar
aquí de Toledo quen ben andar.
E sempre catan estes olhos meus
per u eu cuido que á de viir
o mandadeir’, e moiro por oír
novas del, e preguntade, por Deus,
en quantos días poderá chegar
aquí de Toledo quen ben andar.
XIX
Queredes ir, meu amigo, eu o sei,
buscar outro conselh’ e non o meu;
porque sabedes que vos desej’ eu,
queredes vos ir morar con el-Rei,
mais id’ ora quanto quiserdes ir
ca pois a mí avedes a viir.
Ídesvos vós e fico eu aquí,
que vos ei sempre muit’ a desejar,
e vós queredes con el-Rei morar
porque cuidades máis valer per i,
mais id’ ora quanto quiserdes ir
ca pois a mí avedes a viir.
Sabor avedes, a vosso dizer,
de me servir, amig’, e pero non
leixades d’ ir al Rei por tal razón;
non podedes vós min e el-Rei aver,
mais id’ ora quanto quiserdes ir
ca pois a mí avedes a viir.
E, amigo, querede-lo oír?
Non podedes dous senhores servir
que ambos ajan ren que vos gracir.
XX
Diz meu amigo tanto ben de mí
quant’ el máis pod’, e de meu parecer,
e os que saben que o diz assí
teen que ei eu que lhi gradecer;
en quant’ el diz non lhi gradesc’ eu ren
ca mi sei eu que mi paresco ben.
Dizmi fremosa e dizmi senhor,
e fremosa mi dirá quen me vir,
e teen que mi faz mui grand’ amor
e que eu ei muito que lhi gracir;
en quant’ el diz non lhi gradesc’ eu ren
ca mi sei eu que mi paresco ben.
Diz muito ben de min en seu trobar
con gran dereit’, e al vos én direi:
teen ben quantos me lh’ oen loar
que eu muito que lhi gradecer ei;
en quant’ el diz non lhi gradesc’ eu ren
ca mi sei eu que mi paresco ben.
Ca se eu non parecesse mui ben
de quant’ el diz non ar diría ren.
XXI
—Ai mha filha, de vós saber quer’ eu
por que fezestes quanto vos mandou
voss’ amigo, que vos non ar falou.
—Par Deus, mha madre, diréivo-lo eu:
cuidávam‘ eu melhor aver per i
e semélhami que non ést’ assí.
—Por que fezestes, se Deus vos dé ben,
filha, quanto vos el veno rogar,
ca des entón non vos ar quis falar?
—Diréivo-lo eu, se Deus mi dé ben:
cuidávam‘ eu melhor aver per i
e semélhami que non ést’ assí.
—Por que fezestes, se Deus vos perdón,
filha, quanto vos el veno dizer,
ca des entón non vos ar quis veer?
— Diréivo-lo eu, se Deus mi perdón:
cuidávam‘ eu melhor aver per i
e semélhami que non ést’ assí.
—En bon día naceu, com’ eu oí,
quen se doutro castiga e non de si.
XXII
Quand’ eu fui un día vosco falar,
meu amigo, fíjio eu por ben
e enfengéstesvos de min por én,
mais, se vos eu outra vez ar falar,
logo vós dizede ca fezestes
comigo quanto fazer quisestes.
Ca, meu amigo, eu falei unha vez
convosco, por vos de morte guarir,
e fóstesvos vós de min enfingir,
mais, se vos eu ar falar outra vez,
logo vós dizede ca fezestes
comigo quanto fazer quisestes.
Ca mui ben sei eu que non fezestes
o meio de quanto vós dissestes.
XXIII
Amigo, venhéstesm’ un día ’quí
rogar dun preit’ e non vos fij’ én ren
porque cuidava que non era ben,
mais, pois vos ja tant’ aficades i,
fazelo quer’ e non farei end’ al,
mais vós guardade mí e vós de mal.
Vós dizedes que o que meu mal for
non queredes, e ben pode seer,
pero non quix vosso rogo fazer,
mais, pois end’ avedes tan gran sabor,
fazelo quer’ e non farei end’ al,
mais vós guardade mí e vós de mal.
Ben sabedes como falamos nós
e me vós rogastes o que m’ eu sei
e non o fix, mais con pavor que ei
de perder eu, amigo, contra vós,
fazelo quer’ e non farei end’ al,
mais vós guardade mí e vós de mal.
E se vós fordes amigo leal
guardaredes vossa senhor de mal.
XXIV
Non vos sabedes, amigo, guardar
de vos saberen, por vosso mal sén,
como me vós sabedes muit’ amar
nen a gran coita que vos por mí vén,
e quero vos end’ eu desenganar:
se souberen que mi queredes ben,
quite sodes de nunca mi falar.
Per nulha ren non me posso quitar
de falar vosc’ e sempre me temí
de mho saberen, ca m’ an d’ alongar
de vós, se o souberen, des alí,
e quero vos end’ eu desenganar:
se souberen que mi queredes ben,
quite sodes de nunca mi falar.
Dos que me guardan tal é seu cuidar
que amades, amig’, outra senhor,
ca, se verdade poderen osmar,
nunca verredes ja máis u eu for,
e quero vos end’ eu desenganar:
se souberen que mi queredes ben,
quite sodes de nunca mi falar.
E se avedes gran coita d’ amor,
ave-la edes per mi mui maior
ca de longi mi vos farán catar.
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