29 de marzo de 2014

Joán Airas de Santiago


Corenta e Sete Cantigas de Amigo (2)


XXV

Yo ya no puedo hacer que mi amigo
deje, amigas, de llamarme su amada,
y aunque me quejo no sirve de nada,
y cuando mucho le ruego y le digo
que por favor tanto ya no me quiera,
me vale igual que si no lo dijera
.

Si me habla, pronto le digo yo luego
que no me hable, porque caro me sale
su hablar, pero de muy poco me vale,
y cuando mucho le digo y le ruego
que por favor tanto ya no me quiera,
me vale igual que si no lo dijera
.

Y siempre me pesa su compañía
pues tengo miedo a perder mi buen prez
por él, como ya pasó otra vez,
y, aunque le digo con mucha manía
que por favor tanto ya no me quiera,
me vale igual que si no lo dijera
.



XXVI

Madre: pues pensáis, para mi desdén,
que yo mal quiera a quien me quiere bien
y mucho además me rogáis también,
decidme, por Dios muy santo y leal,
si mal quisiera a quien me quiere bien,
¿querré yo bien a quien me quiera mal?

Vos me decís que si yo mal quisiera
a mi amigo, aunque él tan bien me quiera,
siempre haréis todo lo que yo dijera,
pero vengo a qué me digáis cuál:
si he de querer mal a quien bien me quiera
¿querré yo bien a quien me quiera mal?

Me será muy difícil de entender
que a quien bien me quiere he de mal querer,
y esto, madre, me lo mandáis hacer,
mas yo os hago una pregunta tal:
si a quien bien me quiere he de mal querer,
¿querré yo bien a quien me quiera mal?

Si así fuera, decir de mí han de poder
que fui yo aquella que sembró la sal.



XXVII

Dice mi amigo, y no vi cosa igual,
que muere, por no tener bien de mí,
y mucho se queja diciendo así
que yo lo mato y que hago muy mal;
él dice que lo mato, mas ¿por qué
muere porque lo mío no le dé?


Mucho ha de morir, lo puede jurar,
si muere cada vez que no le diera
nada mío, sino cuando yo quiera,
y dice que adrede lo he de matar,
él dice que lo mato, mas ¿por qué
muere porque lo mío no le dé?


Dice que de amor tanto sufre ahora
que de la muerte no se salvará
porque mi bien no tiene ni tendrá,
y me dice él: «Vos me matáis, señora»;
él dice que lo mato, mas ¿por qué
muere porque lo mío no le dé?


Y se enojó conmigo, mas yo sé
que su enojo por lo que es mío fue.



XXVIII

Vuestro amigo os quiere regalos dar,
amiga, y yo os quiero decir más:
creo que vos se los vais a aceptar,
mas, decidme, y los Cielos gloria os den:
si aceptarais sus regalos o más,
¿qué le diréis para no hacerle bien?

Vos de seguro habréis de saber,
si hoy aceptarais algo de él,
que luego bien le tendréis que hacer,
y vengo ahora a preguntaros también,
si hoy aceptarais algo de él,
¿qué le diréis para no hacerle bien?

Él insistirá mucho, lo sé yo,
en que lo aceptéis, cuando él os lo dé,
y se lo podréis aceptar o no,
mas decidme ya, si con juicio os ven:
si aceptarais todo lo que él os dé,
¿qué le diréis para no hacerle bien?

O aceptáis todo lo que él os dé,
y le hacéis el bien que él quiera, lo sé,
o no le aceptéis, con juicio también,
nada ni nunca le hagáis ningún bien.



XXIX

Mi amigo, forzado por amor, que
a vivir conmigo quiere venir
un tiempo, si lo puede conseguir,
no duerma ya mientras conmigo esté,
pues del tiempo que junto a mí viviera
él tanto perderá cuanto durmiera
.

Y quien quiere bien su tiempo pasar
con su dama, no duerme nada allí;
y mi amigo, pues viene junto a mí,
no duerma mientras conmigo ha de estar,
pues del tiempo que junto a mí viviera
él tanto perderá cuanto durmiera
.

Y, si le pluguiera dormir allá
donde esté, en verdad no me da placer,
porque dormir es el tiempo perder,
mas por mi gusto aquí no dormirá,
pues del tiempo que junto a mí viviera
él tanto perderá cuanto durmiera
.

Y, después que él de mí se partiera,
tanto duerma como dormir quisiera.



XXX

Quiere mi amigo de mí un hecho
que él ya hace tiempo había deseado:
que le haga bien; y la hora ha llegado,
mas, como quier que es mi derecho,
le haré yo bien, por santa María,
mas no tan pronto como él querría
.

Y díganle que miedo no tenga,
que yo a mal no lo voy demorando,
pues él de mí se anda quejando,
mas, como quier que después él venga,
le haré yo bien, por santa María,
mas no tan pronto como él querría
.

Está él por mí tan enamorado
y mi amor lo trae así de loco
que ya no puede aguardar ni un poco,
mas, cuando yo lo haya arreglado,
le haré yo bien, por santa María,
mas no tan pronto como él querría
.

Y, como quier que fuere, él querría
ya tener bien de mí cada día,
mas yo sé de él que no miraría
lo que de ello después me vendría.



XXXI

Dice, amiga, el que me quiere y espera
que nada más nunca me pedirá
si le escucho decir cuanto él quiera
y que, mientras viva, me servirá,
y veréis cómo es de conocedor:
después que yo todo este bien le hiciera,
luego él querrá que le haga algo mejor
.

Pienso que me cuente mentiras cien,
pero jura que no me va a mentir,
mas si habla conmigo dice también
que mientras viva más no ha de pedir,
y veréis cómo es de conocedor:
después que le hiciera todo este bien,
luego él querrá que le haga algo mejor
.

Tengo miedo a que me vaya a engañar,
pero él dice que no quiere de mí
más que hablarme, y ya nada a demandar
desde entonces ha de venir aquí,
y veréis cómo es de conocedor:
después que este bien le pueda arreglar,
luego él querrá que le haga algo mejor
.

Y siempre así en el mundo habrá este error:
cuanto el hombre más consiga alcanzar,
tanto querrá tener algo mejor.

Pero venid, amiga, por mi amor,
conmigo allí donde él me quiere hablar,
pues si voy sola, será ese mi error.



XXXII

Que con agrado yo haría
gran placer a mi amigo,
amiga, bien os lo digo,
mas pronto, en el mismo día,
no dejará él, amiga,
nadie a quien no se lo diga
.

Se lo haría con agrado,
porque sé que me desea,
mas, si halla donde me vea
y yo cumplo su mandado,
no dejará él, amiga,
nadie a quien no se lo diga
.

Apenado él por mí anda,
sin sosiego ni cordura;
pero si yo, por ventura,
le hiciera cuanto él me manda,
no dejará él, amiga,
nadie a quien no se lo diga
.

Hablador es sin fatiga
y lo dirá pronto, amiga.



XXXIII

Ved, amigo, en que tengo gran pesar:
bien sé que hay damas que saben amar
y a sus amigos les suelen hablar,
y nadie sabe en qué ellos estén;
mas si nosotros queremos probar,
pronto es sabido y no sé yo por quién.

Así una dama que, cuando va a ver
a su amigo, al que bien sabe querer,
no se lo pueden nunca conocer
los que se creen guardarla muy bien;
mas si nosotros lo vamos a hacer,
pronto es sabido y no sé yo por quién.

Lo que yo quiero, nunca sale así:
con vos hablar, ya que morís por mí,
igual que otras damas hablan, y allí
nada les saben ni nunca las ven;
mas si nosotros llegamos ahí,
pronto es sabido y no sé yo por quién.

Como nosotros sufrimos, que quien
trae este mal, males sufra también.



XXXIV

Moriréis, si no os hiciera bien,
por mí, amigo, y yo no sé qué ahí
os haga, y a menudo pienso ahí
que este caso lo veo así también:
me es muy serio a vos yo bien hacer
y es muy serio dejaros perecer
.

De la muerte nada os puede librar
y yo bien sé que moriréis por mí
si no lograrais algún bien de mí,
y esto es todo cuanto yo sé pensar:
me es muy serio a vos yo bien hacer
y es muy serio dejaros perecer
.

Si no os hiciera bien, por mí el amor
os matará, bien sé que será así,
mas bien os juro y os digo yo así,
y Dios me permita hacer lo mejor:
me es muy serio a vos yo bien hacer
y es muy serio dejaros perecer
.

Y ruego a Dios, que tiene aquí el poder,
que Él me deje aquí lo mejor hacer.



XXXV

Alguien os dijo, amigo, y lo sé yo,
por enemistarme con vos, que hablé
con otro hombre, mas nunca eso pensé,
y, mi amigo, así os diré yo:
de mentiras no me puedo guardar,
mas me guardaré de daros pesar
.

Alguien sabe que vos me queréis bien
y le pesa, y nada puede hacer
sino que quiere mentiras meter,
y, mi amigo, vos mi luz y mi bien:
de mentiras no me puedo guardar,
mas me guardaré de daros pesar
.

Y bien sé de en quien tan gran placer hay
de mentir, y no teme a Dios ni a más,
que me acusa con mentiras sin más,
y, mi amigo, ved que es lo que hay:
de mentiras no me puedo guardar,
mas me guardaré de daros pesar
.

De las mentiras yo me sé guardar,
mas no de quien mal me quiere acusar.



XXXVI

Amiga: el que me quiere bien
dicen que venir ya lo ven,
mas yo no lo puedo creer,
pues tanto lo quiero ver
que no lo puedo creer
.

El que yo amo más que a mí
dicen que pronto estará aquí,
mas yo no lo puedo creer,
pues tanto lo quiero ver
que no lo puedo creer
.

El que de aquí se fue tiempo ha
dicen que muy pronto vendrá,
mas yo no lo puedo creer,
pues tanto lo quiero ver
que no lo puedo creer
.

Y no me lo harán creer
si no me lo hicieran ver.



XXXVII

—Vuestro amigo, que junto al Rey se fue,
amiga, ya muy pronto llegará:
repartid los regalos que os dará.
—Amiga, la verdad yo os diré:
me haría Dios bien si me lo trajera
y que él dé los regalos a quien quiera
.

—Me han dicho ahora, y Dios me dé perdón,
que os trae regalos de Portugal,
y, amiga, no los repartáis mal.
—Yo os diré, amiga, de corazón:
me haría Dios bien si me lo trajera
y que él dé los regalos a quien quiera
.

—Dicen, amiga, que no viene mi
amigo, mas el vuestro, en un amén,
y sus regalos repartidlos bien.
—Yo os diré, amiga, lo que pienso aquí:
me haría Dios bien si me lo trajera
y que él dé los regalos a quien quiera
.

Y sé muy bien que desde que él viniera
tendré regalos y cuanto yo quiera.



XXXVIII

Se va mi amigo a con el Rey morar
y no me lo dijo ni le dejé,
y hace mal causándome este pesar;
mas que pierda mi hermosura y mi fe
si nunca el Rey tanto bien le hiciera
como yo le haré cuando él me quiera
.

Y él mucho ansía con el Rey volver
y mi enojo lo toma con desdén;
y el Rey puede cuanto él quiere poder,
mas mal me venga donde tuve bien
si nunca el Rey tanto bien le hiciera
como yo le haré cuando él me quiera
.

Y a mí mucho me procuró servir
pero al Rey nunca servicio prestó,
y así el Rey no le tiene que cumplir;
mas hermosura y buen prez pierda yo
si nunca el Rey tanto bien le hiciera
como yo le haré cuando él me quiera
.

Pues más le valdrá, si yo lo quisiera,
que todo el bien que el Rey darle pudiera.



XXXIX

Amigo: vos os queréis ir,
y yo sé que me pasará:
mientras que morarais allá,
a quien de allí vea venir,
a todos les preguntaré
junto al Rey cómo os va y os fue
.

Yo no os podría decir
por vuestra marcha mi pesar,
pero a cuantos vea llegar
de a donde habéis ido a vivir,
a todos les preguntaré
junto al Rey cómo os va y os fue
.

Seré infeliz de amor, ¡mal haya!,
hasta que Dios os traiga a mí,
pero de cuantos sepa aquí
que vengan de a donde el Rey vaya,
a todos les preguntaré
junto al Rey cómo os va y os fue
.

Y si dijeran «Bien», loaré
a Dios, y al Rey lo agradeceré.



XL

Mi amigo a la casa del Rey se fue
y, amigas, por lo mucho que le amé,
cuando él venga yo muerta ya estaré,
mas no le digáis que yo he muerto así,
pues, si supiera que por él morí,
será muy breve su vida sin mí
.

De la muerte no me puedo librar
y moriré pronto y con gran pesar,
y amigas, cuando él venga, que al llegar
no sepa por vos qué muerte sufrí,
pues, si supiera que por él morí,
será muy breve su vida sin mí
.

Moriré pronto, si así Dios quisiera,
y, amigas, cuando él viniera,
muy desleal será quien le dijera
qué muerte tuve porque no lo vi,
pues, si supiera que por él morí,
será muy breve su vida sin mí
.

De la muerte no me puedo esconder,
por eso, cuando él me viniera a ver,
no le digáis que me hizo perecer
antes de tiempo por irse de aquí,
pues, si supiera que por él morí,
será muy breve su vida sin mí
.



XLI

Yo os amé siempre, amigo, y os tuve lealtad:
si preguntar quisierais en vuestra puridad
conoceréis, amigo, que os digo la verdad;
mas si hablarais acaso con algún maldiciente
que os dijera, amigo, algo a vos diferente,
contestadle que miente, y contestadle que miente.



XLII

Mi amigo: a vos, mi bien y mi amor,
os han dicho que me vieron hablar
con otro hombre por causaros pesar,
y por eso ruego a Nuestro Señor
que confunda a quien os lo hizo entender
y a vos si así lo pudisteis creer,
y a mí si yo merecí ese rumor.

Ahora os han dicho de mí que yo hablé
con otro hombre y os traté con desdén,
mas, si lo hice, nunca tenga yo bien,
y ruego a Dios, y siempre rogaré,
que confunda a quien os lo dijo así,
y a vos si tan gran mentira de mí
creísteis, y a mí si yo eso pensé.

Sé que os han dicho, quien no fue cortés,
que hablé con otro hombre, y no fue tal
la razón sino por causarme mal,
mas ruego a Dios del Cielo que después
confunda al que hizo tal difamación
y a vos si creísteis e ese felón,
y me confunda a mí si verdad es.

Y confunda a quien tiene el gran valor
de entre mí y vos poner desamor,
pues el más grande amor del mundo es.



XLIII

A la que mi amigo a mí me quitó,
el que me servía y quería bien,
sin mi agrado y me trató con desdén,
y no me lo dijo ni preguntó,
mal le vendrá, pues se lo he de quitar
sin su agrado, y sin preguntar
.

Y si un gran ultraje me hizo allí,
me dé Dios venganza de ella obtener,
pues me lo quitó sin mi parecer;
mas, si cree que se lo llevará así,
mal le vendrá, pues se lo he de quitar
sin su agrado, y sin preguntar
.

Y bien adivino yo que os dirá
que hizo ella por él mucho más,
pero se lo hice yo antes quizás,
y, aunque ella cree que así lo tendrá,
mal le vendrá, pues se lo he de quitar
sin su agrado, y sin preguntar
.

Y veréis mujer tras de mí andar
llorando, y yo no se lo querré dar.



XLIV

Iros queréis, y no tengo el poder,
por Dios, amigo, de aquí os detener,
mas, si os quedarais, habéis de saber,
amigo, lo que por ello os haré:
los días que vos a vuestro placer
no pasarais, yo os los compensaré
.

Si os fuerais, sufriré la mayor
pena que sufrió mujer por señor,
mas, si os quedarais aquí por mi amor,
os diré lo que por ello os haré:
los días que vos a vuestro sabor
no pasarais, yo os los compensaré
.

Vos os vais y me hacéis muy gran desdén
y me quedo muy infeliz también,
mas quedaos por mí, aunque gloria os den,
y os diré lo que por ello os haré:
los días que vos no pasarais bien,
ay amigo, yo os los compensaré
.



XLV

Vos iros queréis, amigo,
de aquí, por causarme pesar,
y, ya que os vais a alejar
de aquí, ved lo que yo os digo:
alejad el corazón, si así es,
de mí, y marchaos después
.

Y sabed, puesto que os vais,
que mayor pesar nunca vi,
y, ya que os queréis de aquí
apartar, esto así hagáis:
apartad el corazón, si así es,
de mí, y marchaos después
.



XLVI

Todas las cosas del mundo alejar
yo veo de como solían ser,
y veo a la gente alejarse de hacer
bien como hacían, estos tiempos lo ven,
mas no puede el corazón alejar
de mi amigo de quererme bien.

Pese a que el hombre aleje el corazón
de las cosas que él más ama, a fe,
y se aleja el hombre del lugar donde esté
y se aleja aunque buen pago le den,
no se puede alejar el corazón
de mi amigo de quererme bien.

Todas las cosas yo veo cambiar:
mudan los tiempos y así la moral,
mudan las gentes en ir bien o mal,
mudan los vientos y el mundo también,
mas no puede mudar el corazón
de mi amigo de quererme bien.



XLVII

Por el soto de Crexente,
una moza vi andar
alejada de la gente,
y en alta voz cantar,
tapándose con la saya
cuando salía una raya
de sol a orillas del Sar.

Y las aves que volaban
cuando salía el albor
todas de amores cantaban
por el aire alrededor;
mas nadie sé que estuviera
allí que pensar pudiera
sino tan solo en amor.

Allí estuve yo muy quedo,
quise hablarle mas no osé,
pero dije con gran miedo:
«Señora, yo os hablaré
un poco, si me escucharais,
y me iré cuando mandarais;
aquí más ya no estaré».

«Señor, por santa María,
ya no estéis más ahí,
y marchad a vuestra vía;
seréis muy prudente así,
pues los que aquí llegaran,
cuando a mí con vos me hallaran,
bien dirán que hubo algo aquí».



Universo Cantigas. Joan Airas
B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Johan Airas
Real Academia de la Historia. Johan Airas de Santiago
Cantigas Medievais Galego Portuguesas. João Airas de Santiago
Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Joán Airas, 47 Cantigas de Amigo (1)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014




XXV

Non ei eu poder d’ o meu amigo
partir, amigas, de mi querer ben,
e pero m’ eu queixo prol non mi ten,
e quando lh’ eu rogo muit’ e digo
que se parta de mi tal ben querer,
tanto mi val come non lho dizer.

Se mi quer falar, dígolh’ eu logo
que mi non fale, ca mi vén gran mal
de sa fala, mais mui pouco mi val,
e quando lh’ eu digo muit’ e rogo
que se parta de mi tal ben querer,
tanto mi val come non lho dizer.

Sempre mi pesa con sa companha
porque ei medo de mi crecer prez
con el, com’ outra vegada ja fez,
e, pero lhi dig’ en mui gran sanha
que se parta de mi tal ben querer,
tanto mi val come non lho dizer.


XXVI

Mha madre, pois atal é vosso sén
que eu quera mal a quen mi quer ben
e me vós roguedes muito por én,
dized’ ora, por Deus que pod’ e val,
pois eu mal quiser a quen mi quer ben,
se querrei ben a quen mi quiser mal.

Dizédesmi que se eu mal quiser
a meu amigo, que mi gran ben quer,
que faredes sempre quant’ eu disser,
mais venh’ ora que mi digades al:
pois ei de querer mal quen mi ben quer
se querrei ben a quen mi quiser mal.

Muito mi será grave de sofrer
d’ aver quen mi quer ben mal a querer,
e vós, madre, mandádesmho fazer,
mais fáçovos unha pregunt’ atal:
pois quen mi quer ben ei mal a querer,
se querrei ben a quen mi quiser mal.

Se assí for, por mí poden dizer
que eu fui a que semeou o sal.


XXVII

Diz meu amigo que, u non jaz al,
morre, ca non pod’ aver ben de mí,
e quéixaseme muito e diz assí
que o mat’ eu e que faço mui mal;
mais, onde ten el que o mato eu
se el morre por lh’ eu non dar o meu?

Ten guisad’ en muitas vezes morrer,
se el morrer cada que lh’ eu non der
do meu ren, senón quando m’ eu quiser,
e diz que o mato a mal fazer,
mais, onde ten el que o mato eu
se el morre por lh’ eu non dar o meu?

Diz que tan muito é coitado d’ amor
que ren de morte non o tornará
porque non ouve ben de min nen á,
e dizm’ el: «E matádesme, senhor»;
mais, onde ten el que o mato eu
se el morre por lh’ eu non dar o meu?

E assánhaxim’ el, mais ben sei eu
que a sanha toda é sobre lo meu.


XXVIII

Voss’ amigo quer vos sas doas dar,
amiga, e quero vos dizer al:
dízenmi que lhas queredes filhar,
e dized’ ora, por Deus, unha ren:
se lhi filhardes sas doas ou al,
que diredes por lhi non fazer ben?

Vós non seredes tan sen conhocer,
se lhi filhardes nulha ren do seu,
que lhi non ajades ben a fazer,
e venh’ ora preguntarvos por én,
se lhi filhardes nulha ren do seu,
que diredes por lhi non fazer ben?

El punhará muit’ e fará razón
de lhas filhardes, quando volas der,
e vós ou lhas filharedes ou non,
e dized’ ora qual é vosso sén:
se lhi filhardes quanto vos el der,
que diredes por lhi non fazer ben?

Ou ben filhade quanto vos el der,
e fazede ben quanto x’ el quiser,
ou non filhedes, con sén, nulha ren
nen lhi façades nunca nen un ben.


XXIX

O meu amigo, forçado d’ amor,
pois agora comigo quer viver
unha sazón, se o poder fazer,
non dormha ja mentre comigo for,
ca daquel tempo que migo guarir
atanto perderá quanto dormir.

E quen ben quiser seu tempo passar
u é con sa senhor, non dorme ren;
e meu amigo, pois pera mí vén,
non dormha ja mentre migo morar,
ca daquel tempo que migo guarir
atanto perderá quanto dormir.

E, se lh’ aprouguer de dormir alá
u el é, prazer mi á, per boa fe,
pero dormir tempo perdudo é,
mais per meu grad’ aquí non dormirá,
ca daquel tempo que migo guarir
atanto perderá quanto dormir.

E, depois que s’ ele de min partir,
tanto dormha quanto quiser dormir.


XXX

Quer meu amigo de mí un preito
que el ja muitas vezes quisera:
que lhi faça ben; e ja temp’ era,
mas, como quer que seja meu feito,
fareilh’ eu ben, par santa María,
mais non tan cedo com’ el querría.

E díganlhi por mí que non tenha
que lho eu vou por mal demorando,
ca el anda se de mí queixando,
mais, como quer que depois mi venha,
fareilh’ eu ben, par santa María,
mais non tan cedo com’ el querría.

El é por mí atán namorado
e meu amor o traj’ assí louco
que se non pod’ atender un pouco
máis, tanto que eu aja guisado,
fareilh’ eu ben, par santa María,
mais non tan cedo com’ el querría.

E, como quer que fosse, el querría
aver ja ben de min toda vía,
e ben sei del que non cataría
o que m’ end’ a min depois verría.


XXXI

Diz, amiga, o que mi gran ben quer
que nunca máis mi ren demandará
sol que lh’ ouça quanto dizer quiser
e, mentre viver, que me servirá,
e vedes ora com’ é sabedor:
que, pois que lh’ eu tod’ este ben fezer,
log’ el querrá que lhi faça melhor.

Mui ben cuid’ eu que con mentira vén,
pero jura que mi non quer mentir,
mais diz que fale conmig’, e por én,
mentre viver non mi quer al pedir,
e vedes ora com’ é sabedor:
que, pois que lh’ eu fezer tod’ este ben,
log’ el querrá que lhi faça melhor.

Gran pavor ei, non me queira enganar,
pero diz el que non quer al de mí
senoón falar mig’, e máis demandar,
mentre viver, non mi quer des alí,
e vedes ora com’ é sabedor:
que, pois que lh’ eu tod’ este ben guisar,
log’ el querrá que lhi faça melhor.

E esto será mentr’ o mundo for:
quant’ ome máis ouver ou acabar,
tanto d’ aver máis averá sabor.

Mais id’, amiga, vós, por meu amor,
conmig’ alí u m’ el quiser falar,
ca mal mi venha, se lh’ eu soa for.


XXXII

Que mui de grad’ eu faría
prazer ao meu amigo,
amiga, ben vo-lo digo,
mais logo, en aquel día,
non leixará el, amiga,
nulh’ ome a que o non diga.

Faríalho mui de grado,
porque sei que me deseja,
mais, se guisar u me veja
e lhi fezer seu mandado,
non leixará el, amiga,
nulh’ ome a que o non diga.

Tan coitado por mí anda
que non á paz nen mesura;
pero se eu, per ventura,
fezer todo quant’ el manda,
non leixará el, amiga,
nulh’ ome a que o non diga.

Dizedor é de nemiga
e dirao log’, amiga.


XXXIII

Vedes, amigo, ond’ ei gran pesar:
sei muitas donas que saben amar
seus amigos e soen lhis falar
e non lho saben, assí lhis avén;
e nós, sol que o queiramos provar,
log’ é sabud’ e non sei eu per quen.

Tal dona sei eu, quando quer veer
seu amigo, a que sabe ben querer,
que lho non poden per ren entender
os que cuidan que a guardan mui ben;
e nós, sol que o queiramos fazer,
log’ é sabud’ e non sei eu per quen.

Com’ eu querría, non se guis’ assí:
falar vosco, que morredes por mí,
com’ outras donas falan, e des i
nunca lhis máis poden entender ren;
e nós, sol ante que cheguemos i,
log’ é sabud’ e non sei eu per quen.

Coita lhi venha, qual ora a nós vén,
per quen nos a nós tod’ este mal vén.


XXXIV

Morreredes, se vos non fezer ben,
por min, amig’, e non sei que vos i
faça, pero muitas vezes cuid’ i
e deste preito vedes que mi avén:
émi mui grave de vos ben fazer
e mui grav’ é de vos leixar morrer.

Ren non vos pode de morte guardar
e sei ben que morreredes por mí
se non ouverdes algún ben de mí,
e quant’ eu ei en tod’ est’ a cuidar:
émi mui grave de vos ben fazer
e mui grav’ é de vos leixar morrer.

Se vos non fezer ben, por mí amor
vos matará, ben sei que será assí,
mais ben vos jur’ e dígovos assí,
se Deus mi leix’ én fazer o melhor:
émi mui grave de vos ben fazer
e mui grav’ é de vos leixar morrer.

E rog’ a Deus, que á end’ o poder,
que El me leix’ end’ o melhor fazer.


XXXV

Alguén vos diss’, amig’, e seio eu,
por mi mizcrar convosco, que falei
con outr’ omen, mais nunca o cuidei,
e, meu amig’, én diréivo-lo eu:
de mentira non me poss’ eu guardar,
mais guardarm’ ei de vos fazer pesar.

Alguén sabe que mi queredes ben
e pésalh’ end’, e non pod’ al fazer
senón que mi quer mentira poner,
e, meu amig’ e meu lum’ e meu ben:
de mentira non me poss’ eu guardar,
mais guardarm’ ei de vos fazer pesar.

E ben sei de quen tan gran sabor á
de mentir, e non teme Deus nen al,
que mi assaca tal mentira e al,
e, meu amig’, e vedes quant’ i á:
de mentira non me poss’ eu guardar,
mais guardarm’ ei de vos fazer pesar.

De fazer mentira sei m’ eu guardar,
mais non de quen me mal quer assacar.


XXXVI

Amigas, o que mi quer ben
dízenmi ora muitos que vén,
pero non o posso creer,
ca tal sabor ei de o veer
que o non posso creer.

O que eu amo máis ca mí
dizen que cedo será aquí,
pero non o posso creer,
ca tal sabor ei de o veer
que o non posso creer.

O que se foi d’ aquí muit’ á
dízenmi que cedo verrá,
pero non o posso creer,
ca tal sabor ei de o veer
que o non posso creer.

E nunca mho farán creer
se mho non fezeren veer.


XXXVII

—O voss’ amigo, que s’ a cas d’el-Rei
foi, amiga, mui cedo vos verrá,
e partide as doas que vos dará.
—Amiga, verdade ben vos direi:
farami Deus ben se mho adusser
e sas doas deas a quen quiser.

—Disséronmi ora, se Deus mi perdón,
que vos trage doas de Portugal,
e, amiga, non as partades mal.
—Direivos, amiga, meu coraçón:
farami Deus ben se mho adusser
e sas doas deas a quen quiser.

—Dizen, amiga, que non vén o meu
amigo, mailo vosso cedo vén,
e partid’ as doas que trage ben.
—Direivos, amiga, o que dig’ eu:
farami Deus ben se mho adusser
e sas doas deas a quen quiser.

E ben sei eu que des que el venher
averei doas e quant’ al quiser.


XXXVIII

Vai meu amigo con el-Rei morar
e non mho disse nen lho outorguei,
e faz mal sén de mi fazer pesar;
mais eu perça bon parecer que ei
se nunca lh’ el-Rei tanto ben fezer
quanto lh’ eu farei quando mi quiser.

E el quer muito con el-Rei viver
e mha coita sanha non a ten en ren;
e el-Rei pode quanto quer poder,
mais mal mi venha onde vén o ben
se nunca lh’ el-Rei tanto ben fezer
quanto lh’ eu farei quando mi quiser.

E el punhou muito en me servir
e al Rei nunca lhi serviço fez,
por end’ el-Rei non á que lhi gracir;
mais eu perça bon parecer e bon prez
se nunca lh’ el-Rei tanto ben fezer
quanto lh’ eu farei quando mi quiser.

Ca mais lhi valrrá, se lh’ eu ben quiser,
que quanto ben lh’ el-Rei fazer poder.


XXXIX

Amigo, queredes vos ir,
e ben sei eu que mi averrá:
en mentre morardes alá,
a quantos end’ eu vir viir,
a todos eu preguntarei
como vos vai en cas d’el-Rei.

Non vos podería dizer
quant’ ei de vos irdes pesar,
mais a quantos eu vir chegar
d’ u ides con el-Rei viver,
a todos eu preguntarei
como vos vai en cas d’el-Rei.

Coitada ficarei d’ amor
atá que mi vos Deus adusser,
mais a quantos eu ja souber
que venheren d’ u el-Rei for,
a todos eu preguntarei
como vos vai en cas d’el-Rei.

E se disseren «Ben», loarei
Deus, e gracilo ei al rei.


XL

Fois’ o meu amigo a cas d’el-Rei
e, amigas, con grand’ amor que lh’ ei,
quand’ el venher ja eu morta serei,
mais non lhe digan que morrí assí,
ca, se souber com’ eu por el morrí,
será mui pouca sa vida des i.

Nen de morte non me posso guardar
que non moira ced’ e con gran pesar,
e, amigas, quand’ el aquí chegar,
non sabia per vós qual mort’ eu prendí,
ca, se souber com’ eu por el morrí,
será mui pouca sa vida des i.

Eu morrerei cedo, se Deus quiser,
e, amigas, quand’ el aquí venher,
desmesura fará quen lhi disser
qual mort’ eu filhei des que o non vi,
ca, se souber com’ eu por el morrí,
será mui pouca sa vida des i.

Ja non posso de morte guarecer,
mais, quando s’ el tornar por me veer,
non lhi digan como m’ el fez morrer
ante tempo, porque se foi d’ aquí,
ca, se souber com’ eu por el morrí,
será mui pouca sa vida des i.


XLI

Ameivos sempr’, amigo, e fizvos lealdade:
se preguntar quiserdes en vossa puridade
saberedes, amigo, que vos digo verdade;
ou, se falar ouverdes con algun maldizente
e vos quiser, amigo, fazer d’ al entendente,
dizédelhi que mente, e dizédelhi que mente.


XLII

Meu amig’, e meu ben e meu amor,
disséronvos que me viron falar
con outr’ ome por vos fazer pesar,
e por én rog’ eu a Nostro Senhor
que confonda quen vo-lo foi dizer
e vós, se o assí fostes creer,
e min se end’ eu fui merecedor.

Ja vos disseron por mí que falei
con outr’ om’ e que vos non tiv’ en ren,
e, se o fiz, nunca mi venha ben,
mais rog’ a Deus sempr’, e rogalo ei,
que confonda quen vo-lo diss’ assí,
e vós, se tan gran mentira de mí
crevestes, e min se o eu cuidei.

Sei que vos disseron, per boa fe,
que falei con outr’ om’, e non foi al
senón que vo-lo disseron por mal,
mais rog’ a Deus, que eno Ceo sé,
que confonda quen vos atal razón
diss’, e vós, se a crevestes entón,
e que confonda min se verdad’ é.

E confonda quen á tan gran sabor
d’ antre min e vós meter desamor,
ca o maior amor do mundo é.


XLIII

A que mi a min meu amigo filhou
mui sen meu grad’, e non me tev’ en ren,
que me serví’ e mi quería ben,
e non mho disse nen mho preguntou,
mal lhi será, quando lho eu filhar
mui sen seu grad’, e non a preguntar.

E se m’ ela mui gran torto fez i,
Deus me leixe dereito dela aver,
ca o levou de min sen meu prazer
e ora ten que o levará assí;
mal lhi será, quando lho eu filhar
mui sen seu grad’, e non a preguntar.

E ben sei eu dela que vos dirá
que non fiz eu por el quant’ ela fez;
mais quiçai mho fezera outra vez,
e, pero ten ben que o averá,
mal lhi será, quando lho eu filhar
mui sen seu grad’, e non a preguntar.

E entón veredes molher andar
por min chorand’, e non lho querrei eu dar.


XLIV

Irvos queredes, e non ei poder,
par Deus, amigo, de vos én tolher,
e, se ficardes, vos quero dizer,
meu amigo, que vos por én farei:
os días que vós a vosso prazer
non passastes, eu vo-los cobrarei.

Se vos fordes, sofrerei a maior
coita que sofreu molher por senhor,
e, se ficardes polo meu amor,
diréivo-lo que vos por én farei:
os días que vós a vosso sabor
non passastes, eu vo-los cobrarei.

Ídesvos e teéndesm’ en desdén
e fico eu mui coitada por én,
e ficade por mí, ca vos convén,
e direivos que vos por én farei:
os días que vós non passastes ben,
ai meu amigo, eu vo-los cobrarei.


XLV

Irvos queredes, amigo,
d’ aquí, por me fazer pesar,
e, pois vos queredes quitar
d’ aquí, vedes que vos digo:
quitade ben o coraçón
de min, e ídevos entón.

E pois vos ides, sabiades
que nunca maior pesar vi,
e, pois vos queredes d’ aquí
partir, vedes que façades:
partide ben o coraçón
de min, e idevos entón.


XLVI

Toda-las cousas eu vejo partir
do mund’ en como soían seer,
e vej’ as gentes partir de fazer
ben que soían, tal tempo nos vén,
mais non se pod’ o coraçón partir
do meu amigo de mi querer ben.

Pero que ome part’ o coraçón
das cousas que ama, per boa fe,
e pártes’ ome da terra ond’ é
e pártes’ ome d’ u gran prol lhi ten,
non se pode parti-lo coraçón
do meu amigo de mi querer ben.

Toda-las cousas eu vejo mudar:
múdans’ os tempos e múdas’ o al,
múdas’ a gente en fazer ben ou mal,
múdans’ os ventos e tod’ outra ren,
mais non se pod’ o coraçón mudar
do meu amigo de mi querer ben.


XLVII [Pastorela]

Pelo souto de Crexente,
unha pastor vi andar
muit’ alongada de gente,
alçando voz a cantar,
apértandose na saía
quando saía la raia
de sol nas ribas do Sar.

E as aves que voavan
quando saía l’ alvor
todas d’ amores cantavan
pelos ramos d’ arredor;
mais non sei tal que i ‘stevesse
que en al cuidar podesse
senón todo en amor.

Alí ‘stivi eu mui quedo,
quis falar e non ousei,
empero dix’ a gran medo:
«Mha senhor, falar vos ei
un pouco, se mi ascuitardes,
e ir m’ ei quando mandardes;
máis aquí non estarei».

«Senhor, por santa María,
non estedes máis aquí,
mais ídevos vossa vía;
faredes mesura i,
ca os que aquí chegaren,
pois que vos aquí acharen,
ben dirán que máis ouv’ i».




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