30 de septiembre de 2022

Surco en la arena



Solo el grillo
—pillo—
conoce su rinconcillo,
y es el instinto de supervivencia
lo que le permite olvidar
que subsistir no es ninguna urgencia,
somos
lo que
ser queremos,
somos
planos plomos
romos,
primero semisonrisa y sonrisa,
luego risa y carcajada,
las fases de la luna resabiada,
somos surco que apenas raya
una efímera onda
sobre la arena de la playa,
conque alza la mirada,
adéntrate en el paisaje
y sé nada,
con tan grave alergia al trabajo,
medicada con alcohol
para soportar el tajo,
alguien te hizo muy feliz,
aunque ahora ya no recuerdes
ni la línea de su nariz,
y tampoco fue por azar
que se encontró tu asco
con sus fieras ganas de vomitar.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

29 de septiembre de 2022

Estridores, II - #27



Así

Cuando aún tenía fe en mí
hacía algunas cosas mal
pero muchas otras, así así.



Polvos

Cuerpo cosificado,
seré objeto
pero objeto enamorado.



Albor

Déjate al instante:
la noche ha perecido
a manos de tu amante.



Fama

Dirán de mí, después de muerto,
que nunca he estado aquí;
y será cierto.



Infraganti

Escuchó al abrir la puerta:
«Si vas a quedarte a mirar,
no la dejes tan abierta».



Helminto

Hipócrita lector:
entre ambos yambos
derramo mi dulzor.



Suceso

Pasa
que lo que pasa —cuando pasa—
luego pasa.



Dweeb Hank

Por más que lo examino,
veo que sigo siendo un zote,
un lerdo y un cretino.



Ayer

Si lo recuerdas
y te sientes indecente
es que no bebiste lo suficiente.



Hipótesis

Vuelve el todo a cada parte;
los tiempos están cambiados:
te delata el placer de delatarte.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

28 de septiembre de 2022

Todo el futuro



Tanto y tan feliz
como escabechada y en bote
la perdiz,
te diré, si quieres,
—yo que no sé quién soy—
todo lo tú no sabes que eres,
efímera tiza en pizarra,
en la pared grafiti,
trazo en ventana guarra,
toda la falsía
de la filosofía,
todo paparrucha fría,
todo
cuanto sabes es que lo ignoras
todo,
todo dimos y perdimos,
jamás volveremos a ser
lo que nunca seríamos ayer,
todo dios es un mito,
anteayer, hoy y trasmañana,
aquí, allá y en el trasinfinito,
todos dioses que coexisten
en cualquier hiperuniverso
al que los humanos no asisten,
todo el futuro, total
des/control
mental,
y tras andar lo que hemos andado
no llegaremos ya mucho más lejos
de adonde hemos llegado.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

27 de septiembre de 2022

Denis Roche

La poesía es inaceptable

La poesía es inaceptable. Y además n
o existe, aunque se vuelva tan familiar como n
O es posible. Y esta frase con un crac y
Mondas ———— con el cerdo fresco / Todo unívoco
Todo como fracturado ante mí, ante mi impro-
bable (por última vez) imaginación, ah
Í está el vituperio de los parásitos del clan poético
La mano de los más ceremoniosos, gorjeos de herbí-
Voros, en suma, parece decir lo que he paseado
Ayer por la mañana de placer en placer de carne
Y de placer de amar en placer de ser. Como est—
———— satén y decir que odioso soy como matorral
Como espinoso, como estrella de medir, como estanque
De frases escuálidas o panzudas, enfermas de todos
Modos. Aperitivo para la carroña que escribe que dice
Que ella es y que hay que mirar cómo todo
Sucede. Pero para enarbolar el verde de los regímenes
también como se debe hacia lo corriente de abajo a
Ti y a mí nos importan un pito las infantilidades.



Denis Roche. Anthologie permanente (poezibao.typepad.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2022


                    ∼

La poésie est inadmissible

La poésie est inadmissible. D’ailleurs elle n’
existe pas, même devenue familière comme il n’
Est pas possible. Et cette phrase avec un cric et
Des pelures ––––––– avec le porc frais / Tout univoque
Tout comme fracturé devant moi, devant mon impro-
bable (pour la dernière fois) imagination, il
Y a la vitupération des parasites du clan poétique
La main des plus cérémonieuses, roulades d’herbi-
Vores, somme toute, semble dire celle que j’ai
Promenée hier matin de plaisir en plaisir de chair
Et de plaisir d’aimer en plaisir d’être. Comme c’––
–––––– satin et dire qu’odieux je suis comme taillis
Comme épineux, comme étoile de mesure, comme étang
A phrases décharnées ou ventrues, malades de toute
Manière. En-cas pour la charogne qui écrit qui dit
Qu’elle est et qu’on doit regarder tout ça se
Faire. Mais à hisser le vert des régimes
Outre comme il se devait vers le courant d’en bas
Toi et moi on se fout des enfantillages



☛ PyoZ ☚

26 de septiembre de 2022

Baliza al vacío



Treinta meses,
treinta días, treinta horas, puede
que ese tiempo te quede,
pero ardes, desde luego,
y a mí me pones muy caliente,
le crepitó la encina al fuego,
el cuerpo cruje
en pétreo empuje
y el tiempo ruje,
y tú te quedas conmigo
y yo me quedo sin ti
en la incerteza en que te vi,
un donnadie más
en el río de frío vacío
donde nada hubo jamás
y un gusano, quedo y con calma,
roe tu corazón y otro
de un bocado te traga el alma,
el hedor de la humedad
dura toda la vida y,
tras la muerte, la eternidad,
donde, al sol yacente
el mirlo canta
indiferente,
una uña de luna,
los altos vencejos, dicen
que ya no hay luz ni tiempo,
conque utiliza,
pues, tu lúcida baliza
y aterriza.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

25 de septiembre de 2022

Estridores, II - #26



(Safo) 155

Ay, Safo:
¿por qué esa infeliz Afrodita…
no se está quieta y calladita?



Humo en la niebla

Crees saber qué es
pero tan solo si lo has visto antes
entiendes lo que ves.



Currito

Cuadrado como puerta
y centro de gravedad bajo:
perfecto para el tajo.



Chiri

Dime de qué presumes
y te diré
que es mejor que ya no fumes.



Hipo

He aprendido —turbias lluvias,
cruentos vientos—
a tragarme mis pensamientos.



Censoria

Les asusta más el sexo
que a los ratones los gatos:
pacatos, mojigatos y pazguatos.



Bolas calientes

Ni truco ni palanca;
dioses indiferentes:
la suerte es blanca.



¿No?

Sí,
si
sí.



Agonía

Todavía parecía,
vida mía,
que la vía sucedía.



Serie

Vida de mal culebrón:
ganas me están dando
de cancelar la suscripción.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

24 de septiembre de 2022

Poema multado con 249,99€ por incongruencia grotesca reiterada



Humedades y mohos,
dudosas manchas en las sábanas,
opresión en la lengua,
moscas y arañas,
calamidades en columna,

mirlos tras las urracas,
vicios antiguos,
penumbras en el aura,
lápices, destornilladores,
linternas y navajas,

jinetes en la niebla roja,
adolescencia parda,
verde campo cuadriculado,
lirios de plata,
metálicas cacofonías

de la larga mañana,
velas de luna
en mares sin sal ni resacas,
rumbos sin sur ni norte,
brújulas falsas,

humo rancio y alcohol pesado,
calles de nieve lacia,
manos ocultas,
ojos descubriendo miradas,
besos desorientados

en la cíclica madrugada,
crímenes necios,
tristes penas de pan y agua,
vino oscuro y profundo,
desesperanzas,

barrancales, peñas abruptas,
irrelevancia,
pasos dubitativos
entre el precipicio y la nada,
magnolios mal podados

espiando el ritmo de las algas,
arena oscura y sorda,
fjuego en la playa,
frases de múltiple sentido,
pobres palabras,

oraciones y rezos
a los gnomos de la gramática,
rápidos secos,
adormecidas cataratas,
años hostiles

huyendo en desbandada,
días huidizos
escondiéndose con las hadas,
caricias en el parque
cálidas, pálidas,

espejos oxidados,
barro de lluvia en las ventanas,
flores antioxidantes,
hierbajos para la migraña,
caprichos desmedidos,

solicitudes denegadas,
sujetadores negros,
líquidos tangas…
no son sino —indudablemente—
gilipolladas:

musgosidades y estridencias,
antinómicas gangas,
tópicos tangos,
brama de asnos de tez ártica,
grotescas incongruencias reiteradas.


egm. 2022

☛ PyoZ ☚

23 de septiembre de 2022

Estridores, II - #25



Emma

Ame el emo;
amo el humo:
ama al amo.



Lub

Como a menudo pasa,
lo más importante de un rodamiento,
más que las bolas, es la grasa.



A menos

Gasta vena, pero buena;
buena ropa, pero poca;
poca pasta, pero gasta.



Pétreo

El Hombre no es el único animal
capaz de despeñarse
dos veces por el mismo pedregal.



Tlejos

Este verano
no fue inhumano: ni tiré tejos
ni fui muy lejos.



Sones

La vida va de canto,
por lo tanto —y mientras tanto—
silbo y canto.



Plano

No sabes a cómo vienes
ni de dónde vas,
ni tampoco cuándo estás.



Coco

Tal vez un poco,
pero tampoco
estoy tan loco.



Eternidad

Tu capital
vital
es provisionalmente intemporal.



Crash

Well, stoneware or clay,
Total poetry
Is just broken pottery anyway.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

22 de septiembre de 2022

Al punto


Soneto monosilábico


-
-
-
-

-
-
-
-

-
-
-

-
-
-
.

egm. 2022

Aclaramiento: Un verso bisílabo puede constar de tres sílabas gramaticales, dos o como mínimo una, ya sean palabras esdrújulas, llanas o monosílabas, pero, y por lo tanto, un verso monosílabo tendrá que estar formado por cero sílabas, esto es, ninguna. Así viene a ser que acabo de ¿escribir? un soneto monosílabo. Sin duda el soneto más corto que haya sido compuesto ayer, nunca y jamás, en cualquier idioma escrito, hablado y cantado en todo el multiverso universal, desde aquí hasta la nebulosa de Orión, y más allá.
Aunque espero que nadie lo haya hecho antes, que todo puede ser (algún neodadaísta), o que nadie se lo apropie (en toda su extensión) y diga que se le ha ocurrido a él solito, que de todo hay.
¿Y cuál es el tema de este admirable si bien oscuro (o claro) soneto? Pues el humilde punto, evidentemente, al que nadie quiere hacer caso, porque es siempre el último de la flase y parece como que no hiciera falta, pero que ya se merecía que alguien le dedicara, no ya una hábil cuarteta ni un refinado haiku, sino todo un soneto; monosílabo, eso sí.
Por cierto, habría que dedicarle también un buen poema, quizá más plurisílabo, al punto y coma⸵ todavía más incomprendido que el .

Sonetos bisílabos los hay (sobre todo en inglés y otras lenguas cortitas), como el picosoneto que también se marcó el menda en sus Estridores, y que sigue a continuación para compensar lo escueto de Al punto y el que en los antepredichos Estridores figure en tan solo tres líneas por razones de estilismo gráfico. Lo de la q sin u (pa’ qé sirve esa u, qe me lo expliqen) es por las mismas razones: el verso resultaría excesivamente largo con la u en medio. Vléase:

Con lo qe yo te qería (picosoneto)

Mi
fe
te
di,

ni


vi;

no
va
ya:

to
pa
na.


A que mola.



☛ PyoZ ☚

21 de septiembre de 2022

Estridores, II - #24



Relojeo

A relojes deshorados
estoy harto de dar cuerda;
no aguanto mucho más esta desmierda.



Ciencia

Cuanto del mundo más sabemos
más y mejor
contra él lo utilizamos.



Detó

De todo hay;
que si no lo hubría,
muy mala cosa sería.



Vida mía

Esto no tiene atajo:
lo que no se ha venido abajo
pronto se irá al carajo.



Ideal

Guapo, educado y no imprevisto;
fuerte, aunque nunca bruto;
inteligente, pero no muy listo.



A-rebaño

Recreacionistas, terracubistas,
sintroversistas, luzoscurantistas:
plurinegacionistas.



Sin susto

Métete tu buen gusto
justo
por donde te produzca más disgusto.



Castigo

No me provoques
o hoy no tendrás para postre
ni plátano ni albaricoques.



Real

Prefiero verlo así:
la simple realidad
no será un obstáculo para mí.



Peladura

¿Qué es la belleza?
Lo que te queda de la monda
cuando le quitas la corteza.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

20 de septiembre de 2022

Exequias



Ese pelanas, mísero donnadie,
que ha trepado al poder pisando
cadáveres y charcos de sangre,
y que se cree un gran hombre
porque controla un gran país
con un gran, pero muy mediocre, ejército,
no ha sido admitido al funeral de estado
de su majestad la reina de los anglos
—y otros—
al que han acudido engalanados
reyes y reinas, príncipes y princesas,
duques, condes y nobleza surtida,
jefes de estado, presidentes,
embajadores, legados y eméritos,
envueltos de todo el fasto y la pompa
que los pecios de un imperio
pueden aún exhibir ante el mundo,
y ha tenido que quedarse en su castillo del terror.
Y eso tiene que doler.
Eso tiene que doler mucho, mucho.
Pelanas.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

Viento en las rosas



Vacuo tiempo gris
reconfigura los recuerdos
y no queda ni el malvís,
verdad de las verdades,
si vas ventando siembras
recogerás ventosidades,
conque ve reparando tejado,
puertas y ventanas, los años
ruines solo han comenzado,
el viento en las rosas
derrama una cascada de pétalos
sobre el camino,
viento verde, monte rojo,
ocre mar y sol azul,
naranja el ojo
de quien vive al máximo
como al mínimo, cada uno
nivela su mediocridad vital,
nudista waterpolista
con profundo juego de piernas
se te despista
pues, tungsteno o titanio,
a su arenoso corazón
solo le aguarda la licuefacción,
mientras en Xanadú, Oz, Liliput,
Cabío, Kiev, Honolulú
o el monte Gurugú
las mariposas liban inquietas,
aquí ella solo espera
a que te bajes la cremallera.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

19 de septiembre de 2022

Estridores, II - #23



Neurinas

A veces finta,
por veces quiebro:
quién sabe cómo funciona el cerebro.



Party

Bea fuma y tontea,
Trini bebe martini
y, sola, Susi baila el watusi.



Magnificent Symphonic Rockband

El teclista es todo brillos,
pero al batera ni se le ve
entre tantísimos platillos.



Repío

Hablas —tuiteas— dices,
pero toda tu carencia social
asoma en tus deslices.



Cansinez

Los tópicos pervierten la verdad;
utilízalos sin pamplinas
y con conspicua asiduidad.



Azogado

Mi espejo interior
—fino y frágil— se ha resquebrajado
de lado a lado.



Con lo qe yo te qería (picosoneto)

Mi fe te di,
ni sé qé vi;
no va ya: to pa na.



Imborrable

Olvidé tu cara y tu nombre,
tu número y tu dirección,
e incluso olvidé tu dulce canción.



Tránsito

Recorremos el Universo
encadenados a los engranajes
de la Máquina del Tiempo.



Discrêpe

Yo comprendo que no lo entiendas,
pero tú deberías comprender
que nunca podrás entenderlo.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

18 de septiembre de 2022

Autillo en altillo



A quién le importa
tu espesa torta,
aborta y corta,
pues desde acá
iremos, poco a poco, aún
un piquillo más allá,
y serían felices
pero eran veganos,
y ni perdices ni codornices,
o hablaron a voces,
y fueron feroces
y se dieron de coces,
ya espectro, hombre o mujer,
cuanto más águila te creas,
más pichón llegarás a ser,
ya solo veo tus frutillas
en mis sueños,
o quizá pesadillas,
yo
ya
no,
no soy yo imputable,
yo no soy responsable
de que se me desmoche el cable,
zumba y porfía
aunque no canta, el grillo
solo estridula,
zurre y chirría,
conque no ulula este autillo
sino estridula.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

17 de septiembre de 2022

Figurillas piedra / arcilla



artefactos arqueológicos
9000 años
tallados / moldeados / piedra / arcilla
en los albores

primeros
juguetes educativos del mundo
asentamiento más antiguo
agricultores neolíticos

entre basuras
2000 figurillas
no en nichos / tarimas / inhumaciones
‒5% femeninas

ganado diminuto,
toscas ovejas / personas fofas
figuras rotundas
misteriosas diosas madre

grandes pechos / gran barriga
mito de turismo feminista
mezcladas con basura
no iconos religiosos

mujeres / hombres
b/ovinos / caprinos
representaciones de animales
ayuda para enseñanza

no diosas madre
juguetes
no venus
sino muñecas

mujer trono / leones
en recipiente para grano
objetos cotidianos
de uso / desecho

protociudad neolítico/calcolítico
7000 años / 5000 habitantes
edificios adobe / yeso
sin características distintivas

construcciones apretujadas
sin senderos ni calles
entradas sobre las casas
acceso por techo / escaleras

primeros agricultores
plantas / animales salvajes
carne / leche
cuernos de ganado en los muros

frescos más antiguos
falos / caza / uros / buitres
sociedad igualitaria
sin jerarquía evidente

sin estancias de sacerdotes / líderes
sin templos / espacios públicos
muertos enterrados bajo viviendas
sin cementerios

hasta 2000 años
gran incendio / invasores
pérdida de tierras de cultivo
ciudad abandonada

entre desperdicios
no diosas madre
muñecas / juguetes
ciudad destruida

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

15 de septiembre de 2022

Estridores, II - #22



(Safo) Lo bello

Amo la delicadeza
pues se me ha concedido el amor,
la luz del sol y la belleza.



Virtud

Dadle
una oportunidad
a la piedad.



Pópuli

Era ambiciosa y muy lista,
por eso acabó tragándose
entera la bazofia populista.



Senda obstruida

Florece el melocotonero
pero
maleza y zarzas cubren el sendero.



Seres

Lo que no quieres ver, no ves;
pero —alfileres—
lo que no quieres ser, eres.



Pleamar

No puedes pensar:
las olas te arrastran;
el deseo es tu mar.



Partes

Poca
coca —loca—
toca.



Legado

¿Recuerdas a tu bisabuelo?
Pues tus bisnietos no sabrán de ti
ni el color de tu pelo.



Experiencia

Si ella te enseña a ponerte un condón
finge que no sabes hacerlo
y pon mucha atención.



Gentecilla

Todos esos pobres tipejos:
algunos mueren jóvenes
pero la mayoría nacen viejos.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

13 de septiembre de 2022

Senderismo



El asno enderezado y matutino
se adentra en los misterios de la diosa:
de pan de trigo cuentas
componen los collares que lo adornan,

respira el tiempo mítico que ahora
de una grieta en la Duat emana súbito,
el asno, tras las rosas,
remuerde los juncales del futuro,

azorado —salitroso— y desnudo
el héroe enseña a la ninfa, en la playa,
la estética del humo:
saqueos y naufragios, quiromancias,

calmas y anémonas de la mañana,
comían del pesebre inverosímil
los asnos de tez ártica,
al norte verdadero, donde Piscis

descubre eternamente los bikinis
y Afrodita aún inventa un nuevo juego,
germina más difícil
el ergot, el purpúreo cornezuelo,

difluyen tres senderos en el tiempo:
la vía que en la vida transitamos,
la ruta de los muertos
y el lúcido camino alucinado,

erigirás altar al primer lapso
del periplo del Ka en el inframundo:
vendrá con vuestros años
la hora del poder de los minutos,

no cantan más canción que la que supo
el nauta las sirenas en el piélago,
surgió de lo profundo
Hécate fustigando fieros perros,

arisca oscuridad desvela el velo
cuando el incauto sabio se le acerca,
la claridad es légamo:
cieno turbio en el cénit de la ciencia,

sodomiza y decapita el profeta
—sin rituales— a la sacerdotisa,
sosiega así la etérea
y rápida corriente del Estigia,

o bien, en nombre de la disciplina,
se pregunta, a la sombra de los siglos,
qué arcanos pretendía
de todo lo que ha visto y confundido,

será el asno sacrificado a Príapo,
recto guardián de los fecundos huertos,
el lago del olvido
no ahoga los tormentos del recuerdo,

el asno rebrincando en los senderos
se contrae en sagrados frenesíes,
esgrime ya Odiseo
—esperen la venganza y el desquite—

el arma decisiva, enhiesta y firme:
la calma, que impacienta a los audaces,
el arma inaprensible:
la calma, que confunde a los sagaces,

rubros huesos escarnados, cadáveres
de cuervos en la roca sin retorno,
rebuzna sus verdades
el sabio: silogismos y sollozos,

en la última hora llega al trono
el asno en la necrópolis de Anubis,
la nave surca el Orco:
saber lo que no sabes es ya inútil,

en Menfis se transmuta un mapamundi
que rae la raíz de los enigmas:
chacales roen, fútil,
el árbol de la jerga jeroglífica,

ambiguo Apolo en Delfos profetiza
de rancias metafísicas solemnes:
el hado traza líneas
hacia el nunca que no llegará a siempre,

Odiseo: —con calma— ya el ariete
enfrentas a la puerta del abismo,
asoman tras sus sienes
de bestia las orejas del rey frigio,

erecto, como un asno en celo cíclico,
acudes a la gruta de la harpía,
golpeas tu delirio,
sacudes la avidez y la inpudicia,

no cantan más canción que la sabida
las pálidas sirenas del islote:
el mástil se desquicia
al eco de sus liras y sus voces,

allende el caliginoso horizonte,
debajo de los rudos rododendros,
las moscas zumban torpes,
reconozcamos pues —reconocemos—

a Ulises que huye al sabio en el sendero,
reconocemos pues —reconozcamos—
su fácil y hábil verbo,
sus trápalas, sus fjuegos de vocablos,

la calma mayestática del asno
—pegadas a su rabo moscas zumban,
intelectualizando—
que al héroe del salitre transfigura,

y al sabio, alucinante, que rebuzna
al asno, el cual concluye los caminos;
las moscas lo denuncian
unánimes: ¡Salvad a los pollinos!



Esto… que digo yo que…
Odiseo, el héroe, el mito, aunque no dios sino hombre, simboliza el sendero de la vida, el trayecto vital humano. El asno, por su asociación con los misterios eleusinos y otros ritos antiguos relacionados con la muerte, representa la ruta que el espíritu del muerto recorre en el otro mundo o inframundo. El sabio, que podría ser el loco, el mago o incluso el tonto, encarna el camino intermedio, el de la alucinación.
Tres senderos difluyen en el tiempo humano.
El primero es el de la vida real, que conocemos; el segundo, el de la muerte, de la que solo podemos suponer cómo es, si es que existe algo como un más allá; el tercer sendero es el de la mente alucinada, que ve lo que la mente racional no alcanza a ver.
De la vida después de la muerte lo que sabemos es lo que nos cuentan las religiones, las leyendas, narraciones y cuentos, y los guionistas de cine: todo fantasías.
La vida real es la que vivimos, o creemos vivir; lo que vemos o creemos ver en un estado mental racional, no alterado por desórdenes de la mente o substancias alucinatorias.
El camino alucinado mezcla a veces elementos de lo real y de lo imaginario, o de lo que creemos real con lo que recordamos, o hemos soñado o imaginado, quizá no tan irreal como la propia realidad.
El sabio, o el loco, el mago o incluso el tonto, han creído imaginar que, alucinados, soñaban esta irrealidad.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

11 de septiembre de 2022

Estridores, II - #21



Lost lust

Anótate en tu furia
a la última lista
para no perder la lujuria.



Dunas

Comprensibles las dudas:
muchos las prefieren torneadas
pero otros, picudas.



Tiempos

En este presente imposible
revivamos aquel pasado
en el que el futuro era posible.



Yerro

Errar
sin rumbo las simas mentales:
errar.



Manual

Nunca tuvo nada, aquel beodo,
hasta que escribió un libro
sobre cómo bebérselo todo.



Métrica

Pregunta de examen, chavalín:
¿cuántos decápodos tónicos
contiene un celemín?



Payasos

Rapsodas, juglares,
poetas: artistas
de un circo sin pistas.



Converso

Se convirtió al monetarismo
creyendo —aquel ateo—
que un dios u otro son lo mismo.



Demanda

Tras un gran amor,
un largo olvido;
tan solo eso pido.



Pedruscos

Vienen bienes, vayan males,
pero tú no sigas buscando en vano
piedras filosofales.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

9 de septiembre de 2022

Arquetipo


[Apropiación indebida]


¿Y qué se me importa a mí
que me conozcas o no?

J. Zorrilla

A donde quiera que fui
siempre por fuera oriné:
a la tierra la aburrí,
en el cielo me cagué,
del infierno me reí;

convenciones desdeñé,
en las mansiones jodí,
en los pisitos follé,
mas nunca, ni acá ni allí,
recuerdo de mí dejé.

A quien quise yo encontré,
con quien quiso me perdí,
y jamás me preocupé
si pudo buscarme a mí
quienquiera a quien no busqué.

En océanos me hundí,
en las playas naufragué:
a la sal sobreviví
y en parte alguna dejé
recuerdo o huella de mí.

egm. 2022

A partir de ☛ José Zorrilla, Don Juan Tenorio, 1, I, XII (vv. 501-510 / 516-520)


☛ PyoZ ☚

7 de septiembre de 2022

Estridores, II - #20



Extinción

El último madroño
de esta exhausta sierra
arderá este otoño.



Sincero

Era siempre muy claro y directo,
aunque —en puridad
no siempre decía la verdad.



Noticia (literal)

Las víctimas del impacto
quedaron achicharradas
en el acto.



Jardín prohibido

No miento, trucho, no:
la gramática es así;
no la he inventao yo.



Po/e/ma

Nunca he escrito un buen poema,
pero es que no se me da nada bien
la poesía mema.



Desvelación

Los más serios misterios
serán en su momento desvelados,
pero jamás descifrados.



Laso

Si es el caso
no me paso a cada paso,
por si acaso.



Consuelo

Soporta tu dolor:
yo sufro un gran ardor
de estómago aún peor.



Niña

Te me pones muy sensual,
pero uno no es de piedra, chiquilla,
ni tampoco un animal.



El mundo

Todos sabemos que todo está mal
pero disimulamos
y lo pasamos genial.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

5 de septiembre de 2022

Estridores, II - #19



Soneteros

Ahora, tanto y antes,
engarzan con oficio y artificio
catorce endecasílabos rampantes.


Pacifismo

Cada día, una bronca vecinal,
pero eso no nos impide
que exijamos la paz mundial.


Al monte

Como un perro vagabundo
del Hombre huyo
y con las bestias me confundo.


Génesis

¿Es cuando evacuamos la panza
cuando pensamos que estamos
hechos a Su imagen y semejanza?


En:;coma⁉

Larga historia tiene la puntuación,
pero los poetas modernetas
la extirpan con corta animadversión.


Hogueras

Llega San Juan:
restos, trastos, amores
al fuego van.


Nadie

Ni

ni.


Aperitivo

No hay ningún plan
pero al menos ya hemos
comprado el pan.


Autoayuda

«Si quieres, puedes…»
encontrarte —oh, vaya—
con que en realidad no puedes.


El bosque

Talas despiadadas,
gente y desperdicios; por eso
no vuelan en el bosque ya las hadas.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

4 de septiembre de 2022

Weldon Kees

Aspectos de Robinson

Robinson

El perro deja de ladrar en cuanto Robinson se va.
Su actuación ha concluido. El mundo es un mundo gris,
no sin violencia, y él patalea bajo el piano de cola,
la caza de pesadillas ya en marcha.

El espejo traído de México, colgado en la pared,
no refleja nada en absoluto. Su cristal está negro;
solo Robinson provee la imagen robinsoniana.

La cual es todo el espacio: paredes, cortinas, estantes,
cama, la fotografía en color de la primera esposa de Robinson,
alfombras, jarrones, panetelas en un humidor.
Llenarían el espacio si Robinson entrara.

Las páginas de los libros están en blanco,
los libros que Robinson ha leído. Ese es su sillón favorito,
o el lugar de su sillón si Robinson estuviera aquí.

El teléfono suena todo el día. Podría ser Robinson
quien llama. Nunca suena cuando él está aquí.

Afuera edificios blancos amarillean bajo el sol.
Afuera los pájaros vuelan continuamente en círculo
donde los árboles son reales y no tienen vacaciones.



Facetas de Robinson

Robinson juega a las cartas en el Algonquin; una fina
luz azul desciende una vez más tras las persianas.
Hombres grises con abrigo son fantasmas que atraviesan la puerta.
Los taxis salpican las avenidas de amarillo, naranja y rojo.
Estamos en Grand Central, señor Robinson.

Robinson en una terraza del barrio de Heights; los barcos
gimen como extraviados. El agua es pizarrosa allá abajo.
A través del sonido de los cubitos cayendo en el vaso, un osteópata,
vestido para el golf, relata un antiguo viaje por la U.R.S.S.
—Desde aquí se tiró el amigo Gibbons, Robinson.

Robinson pasea por Central Park, admira al elefante.
Robinson compra el Tribune, Robinson compra el Times. Robinson
dice: «Aló. Sí, aquí Robinson. ¿El domingo
a las cinco? Me encantaría. Muy bien, ¿y usted?»
Robinson solo en Longchamps, la vista fija en la pared.

Robinson asustado, borracho, sollozante Robinson
en la cama con una tal señora Morse. Robinson en casa;
decisiones: ¿Toynbee o luminol? Cuando el sol
brilla, Robinson en bañador de flores, observando
el oleaje. Al acabar la noche, Robinson en los bares del East Side.

Robinson con chaqueta Glen a cuadros, zapatos Scotch Grain,
nudo francés negro y camisa de cuello con botones,
el silencioso reloj de oro que se da cuerda a sí mismo, el delgado
maletín, abrigo corto, ropa de primavera, todo ello cubriendo
su corazón siempre triste, seco como una hoja en invierno.



Robinson en casa

Cortinas corridas, la puerta entreabierta.
El invierno entero, eso parecía, un oscurecimiento que
comenzaba. Pero ahora la luz de la luna y los olores de la calle
conspiran y se combinan en una comunidad.

Estas son las habitaciones de Robinson.
Blanquecina, pálida y descolorida esta luz, como si
todos los borrosos amaneceres de la primavera
hallaran aquí un refugio, quizá tan solo para Robinson,

que duerme. Si hubiera más música tamizada por los pisos
y la luz de la luna fuese de un tipo diferente,
podría despertarse para oír las noticias de las diez,
que serían de impacto, moderadamente.

Es un sueño debido al agotamiento, pero su viejo deseo
de morir así ha conocido cierta atenuación.
Ahora hay solo esta frialdad con la que debe cargar.
Pero no en el sueño; erudito observador, viajero,

o una tosca figura barbuda agazapada en una cueva,
un francotirador de aguda vista en las barricadas,
un hereje en las catacumbas, un conocido libertino,
un mendigo en las calles, el confidente de los Papas…

Todos ellos en el sueño son Robinson, que murmura mientras
se gira: «Hay algo en este manicomio que yo simbolizo…
esta ciudad… pesadilla… en negro…»
                                                             Se despierta cubierto de sudor
a la terrible luz de la luna y lo que podría ser
el silencio. Algo zumba como los cables más allá de los tejados
y las largas cortinas revolotean en la habitación.



En relación con Robinson

En algún lugar de Chelsea, al principio del verano
y caminando hacia los muelles al atardecer,
me pareció distinguir a Robinson delante de mí.

Desde una habitación sin cortinas de un segundo piso, una radio
emitía There's a Small Hotel; una cometa se enroscaba
por encima de las oscuras azoteas y las lentas aves sin rumbo.
Estábamos allí solos, él y yo,
habitando la calle vacía.

Bajo un cartel de cigarros Natural Bloom, mientras
las luces cambiaban suavemente en el crepúsculo de rojo a verde,
se detuvo y miró un escaparate
donde una venus de yeso, luciendo una faja,
miraba el tráfico que iba hacia el este. (Pero Robinson,
lo sé, no estaba en la ciudad: veranea en un lugar de Maine,
unas veces en Fire Island y otras en Cape Elizabeth,
deja la ciudad en junio y regresa comenzado ya septiembre).
Y pese a todo casi grité: «¡Robinson!»

No hubo ocasión. Justo cuando yo pasaba,
girando la cabeza para buscar su cara,
su cabeza se volvió hacia la mía
y me atravesó con hinchados y aterradores ojos
que detuvieron mi sangre. Su voz
llegó a mí como un eco en la oscuridad.

«Me pareció ver que se abría el remolino.
Pateé toda la noche una puerta atrancada.
Debes haberme seguido desde Astor Place.
Un papel hueco baja flotando al final.
Y entonces un día tan enorme como un ayer a pares
desplegó su horror ante mi cara
hasta que bloqueó
…» Corriendo sudoroso,
intentando llegar a los muelles, me volví
para darle un segundo vistazo. No tenía la certeza,
en aquella oscuridad, de que fuera Robinson
o cualquier otro.
                                  La acera estaba desierta. La venus,
bañada en una fluorescente luz azul,
miraba fijamente al río. Mientras corría hacia el oeste,
las luces de la bahía iban encendiéndose.
Los barcos se movían lentamente, sonando sus graves sirenas.



Weldon Kees. Poems (poetryfoundation.org)
Dana Gioia. Weldon Kees: On “Aspects of Robinson” (danagioia.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2022


                    ∼

Poems of Robinson

Robinson

The dog stops barking after Robinson has gone.
His act is over. The world is a gray world,
Not without violence, and he kicks under the grand piano,
The nightmare chase well under way.

The mirror from Mexico, stuck to the wall,
Reflects nothing at all. The glass is black.
Robinson alone provides the image Robinsonian.

Which is all of the room—walls, curtains,
Shelves, bed, the tinted photograph of Robinson’s first wife,
Rugs, vases, panatellas in a humidor.
They would fill the room if Robinson came in.

The pages in the books are blank,
The books that Robinson has read. That is his favorite chair,
Or where the chair would be if Robinson were here.

All day the phone rings. It could be Robinson
Calling. It never rings when he is here.

Outside, white buildings yellow in the sun.
Outside, the birds circle continuously
Where trees are actual and take no holiday.


Aspects of Robinson

Robinson at cards at the Algonquin; a thin
Blue light comes down once more outside the blinds.
Gray men in overcoats are ghosts blown past the door.
The taxis streak the avenues with yellow, orange, and red.
This is Grand Central, Mr. Robinson.

Robinson on a roof above the Heights; the boats
Mourn like the lost. Water is slate, far down.
Through sounds of ice cubes dropped in glass, an osteopath,
Dressed for the links, describes an old Intourist tour.
—Here’s where old Gibbons jumped from, Robinson.

Robinson walking in the Park, admiring the elephant.
Robinson buying the Tribune, Robinson buying the Times. Robinson
Saying, “Hello. Yes, this is Robinson. Sunday
At five? I’d love to. Pretty well. And you?”
Robinson alone at Longchamps, staring at the wall.

Robinson afraid, drunk, sobbing Robinson
In bed with a Mrs. Morse. Robinson at home;
Decisions: Toynbee or luminol? Where the sun
Shines, Robinson in flowered trunks, eyes toward
The breakers. Where the night ends, Robinson in East Side bars.

Robinson in Glen plaid jacket, Scotch-grain shoes,
Black four-in-hand and oxford button-down,
The jeweled and silent watch that winds itself, the brief-
Case, covert topcoat, clothes for spring, all covering
His sad and usual heart, dry as a winter leaf.


Robinson at Home

Curtains drawn back, the door ajar.
All winter long, it seemed, a darkening
Began. But now the moonlight and the odors of the street
Conspire and combine toward one community.

These are the rooms of Robinson.
Bleached, wan, and colorless this light, as though
All the blurred daybreaks of the spring
Found an asylum here, perhaps for Robinson alone,

Who sleeps. Were there more music sifted through the floors
And moonlight of a different kind,
He might awake to hear the news at ten,
Which will be shocking, moderately.

This sleep is from exhaustion, but his old desire
To die like this has known a lessening.
Now there is only this coldness that he has to wear.
But not in sleep.—Observant scholar, traveller,

Or uncouth bearded figure squatting in a cave,
A keen-eyed sniper on the barricades,
A heretic in catacombs, a famed roué,
A beggar on the streets, the confidant of Popes—

All these are Robinson in sleep, who mumbles as he turns,
“There is something in this madhouse that I symbolize—
This city—nightmare—black—”
                                                           He wakes in sweat
To the terrible moonlight and what might be
Silence. It drones like wires far beyond the roofs,
And the long curtains blow into the room.


Relating to Robinson

Somewhere in Chelsea, early summer;
And, walking in the twilight toward the docks,
I thought I made out Robinson ahead of me.

From an uncurtained second-story room, a radio
Was playing There’s a Small Hotel; a kite
Twisted above dark rooftops and slow drifting birds.
We were alone there, he and I,
Inhabiting the empty street.

Under a sign for Natural Bloom Cigars,
While lights clicked softly in the dusk from red to green,
He stopped and gazed into a window
Where a plaster Venus, modeling a truss,
Looked out at Eastbound traffic. (But Robinson,
I knew, was out of town: he summers at a place in Maine,
Sometimes on Fire Island, sometimes the Cape,
Leaves town in June and comes back after Labor Day.)
And yet, I almost called out, “Robinson!”

There was no chance. Just as I passed,
Turning my head to search his face,
His own head turned with mine
And fixed me with dilated, terrifying eyes
That stopped my blood. His voice
Came at me like an echo in the dark.

“I thought I saw the whirlpool opening.
Kicked all night at a bolted door.
You must have followed me from Astor Place.
An empty paper floats down at the last.
And then a day as huge as yesterday in pairs
Unrolled its horror on my face
Until it blocked
—” Running in sweat
To reach the docks, I turned back
For a second glance. I had no certainty,
There in the dark, that it was Robinson
Or someone else.
                                  The block was bare. The Venus,
Bathed in blue fluorescent light,
Stared toward the river. As I hurried West,
The lights across the bay were coming on.
The boats moved silently and the low whistles blew.



☛ PyoZ ☚

3 de septiembre de 2022

Estridores, II - #18



Presente

A lo peor
resulta que lo peor
es que esto no es aún lo peor.



Aquellos polvos

El bisabuelo, carlista;
su padre, falangista
y ella, ultraindependista.



Inamor

Ese pavo es tan birria
que ni vale la pena, nena,
que le tengas tirria.



(W. Kees) Golden Gate

Las musas le prodigaron sus dones
a cambio —aunque quizá no importa—
de una vida un tanto corta.



CEO

Muy grandes logros
suelen alcanzar
todos esos grandes ogros.



Velo

Ni tu fervor ni tu ejemplo
desvelarán
la falsedad que subyace en el templo.



Salida

Si una anomalía absolutamente
excepcional te sale al paso,
sálle tú al encuentro sin retraso.



Postulado de Gütterz

Siempre hay una razón
por la que las cosas son cómo son
y también cómo no son.



Madrugada

Tres tristes zorras
almuerzan con desgana
churros y porras.



Crimen de Estado

Y declaró el inspector más duro:
—Parece estar muy claro [de] que
se trata de un asunto muy oscuro.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚

1 de septiembre de 2022

Estridores, II - #17



Lección de historia

Asgard cayó;
la Tierra Media murió;
el Garaje Hermético colapsó.



Rivales

Déjame a mí este cáliz;
dijo la abeja laboriosa
a la volátil mariposa.



Reconversión

El último gladiador
decidió al fin que sería mejor
convertirse en recaudador.



Pesadotas

Harta a los cielos
el ríspido chillido
de las gaviotas.



(S. Weil) Sustancia

Las gentes necesitarán
tanto comer poesía
como leer el pan.



Dizque

Parece que aún cabe
que acaso pueda ser, quizá,
o tal vez quién sabe.



Lapidario

«Menos da una piedra»;
se dijo un marmolista con criterio
ante las lápidas del cementerio.



(O. Paz) Ju-ego

Ni ahora o luego
—es vano— niego
mi vano ego.



Sal

Pobre pájaro empapado
sin rama o palo en que posar:
se te ha hecho muy largo el mar.



Tuntería

—¿Tu
nombre?
—Tú.

egm. 2022

☛ PyoZ ☚