27 de diciembre de 2018

Safo

Duermo sola
(Como un haiku)

Pléyades, luna,
pasan; ya medianoche
y duermo sola.



Un poema de Safo (letraslibres.com)
R. González Delgado. Nuevas traducciones decimonónicas de Safo en castellano (dehesa.unex.es, pdf)
The Digital Sappho. 168B (digitalsappho.org)
Versión de E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

δέδυκε μὲν ἀ σελάννα
καὶ Πληΐαδες· μέσαι δὲ
νύκτες, παρὰ δ’ ἔρχετ’ ὤρα,
ἔγω δὲ μόνα κατεύδω.



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24 de diciembre de 2018

Mário Cesariny de Vasconcelos

Poema que pudiera servir de posfacio

calles donde el peligro es evidente
brazos verdes de prácticas ocultas
cadáveres a flor de agua
girasoles
y un cuerpo
un cuerpo para cortar las lámparas del día
un cuerpo para descender un paisaje de aves
para ir de mañana temprano y volver muy tarde
rodeado de enanos y de campos de lilas
un cuerpo para cubrir tu ausencia
como una colcha
un mantel
un perfume

esto o su contrario, pero en cierto modo hendido
y con mucha gente alrededor para ver qué es
esto o una población de sesenta mil almas
devorando almohadas escarlatas de camino al mar
y que llegan, al crepúsculo,
adosadas a los submarinos

esto o un torso desalojado de un verso
y cuya muerte es el orgullo de todos
¡oh pálida ciudad construida
como una fiebre entre dos descansillos!
vamos a distribuir a domicilio
tierra para llenar candelabros
lechos de humo para amantes erectos
tablillas con palabras prohibidas
una mujer para este que está a punto de perder
el gusto por la vida —recójala allí—
dos nietos para esa anciana al final de la fila —no tenemos más—
saquear el museo darle una corona al mundo y después
obligarlo a reponerla en el mismo lugar
y para ti y para mí, asentados en un espacio útil,
veneno para verter en los ojos del gigante

esto o un rostro un rostro solitario como un barco
en busca de viento en calma para la noche
si nosotros somos arena que se filtre
en un viento débil entre arbustos pintados
si un propósito debe alcanzar su orilla como
las corrientes de la tierra náufragos y tempestad
si el hombre de las pensiones y los hostales levanta
su frente de cráter mojado

si en la calle el sol brilla como nunca
si por un minuto
vale la pena
esperar
esto o la alegría igual a la sencilla forma de un pulso
encendido entre el follaje de las más altas lámparas
esto o la alegría dicha el avión de cartas
entrada por la ventana salida por el tejado
ah pero ¿entonces la pirámide existe?
ah pero ¿y entonces la pirámide dice cosas?
¿entonces la pirámide es el secreto de cada uno con el mundo?

sí mi amor la pirámide existe
la pirámide dice muchísimas cosas
la pirámide es el arte de bailar en silencio

y en todo caso

hay plazas donde esculpir un lirio
sutiles zonas de propagación del azul
gestos sin dueño barcos bajo las flores
una canción para oírte llegar



Mário Cesariny de Vasconcelos. Poema podendo servir de posfácio (escritas.org)
Traducción de Enrique Gutiérrez Miranda


                    ∼

Poema podendo servir de posfácio

ruas onde o perigo é evidente
braços verdes de práticas ocultas
cadáveres à tona de água
girassóis
e um corpo
um corpo para cortar as lâmpadas do dia
um corpo para descer uma paisagem de aves
para ir de manhã cedo e voltar muito tarde
rodeado de anões e de campos de lilases
um corpo para cobrir a tua ausência
como uma colcha
um talher
um perfume

isto ou o seu contrário, mas de certa maneira hiante
e com muita gente à volta a ver o que é
isto ou uma população de sessenta mil almas devorando almofadas escarlates a caminho do mar
e que chegam, ao crepúsculo,
encostadas aos submarinos

isto ou um torso desalojado de um verso
e cuja morte é o orgulho de todos
ó pálida cidade construída
como uma febre entre dois patamares!
vamos distribuir ao domicílio
terra para encher candelabros
leitos de fumo para amantes erectos
tabuinhas com palavras interditas
– uma mulher para este que está quase a perder o gosto à vida – tome lá –
dois netos para essa velha aí no fim da fila – não temos mais –
saquear o museu dar um diadema ao mundo e depois obrigar a repor no mesmo sítio
e para ti e para mim, assentes num espaço útil,
veneno para entornar nos olhos do gigante

isto ou um rosto um rosto solitário como barco em demanda de vento calmo para a noite
se nós somos areia que se filtre
a um vento débil entre arbustos pintados
se um propósito deve atingir a sua margem como as correntes da terra náufragos e tempestade
se o homem das pensões e das hospedarias levanta a sua fronte de cratera molhada
se na rua o sol brilha como nunca
se por um minuto
vale a pena
esperar
isto ou a alegria igual à simples forma de um pulso
aceso entre a folhagem das mais altas lâmpadas
isto ou a alegria dita o avião de cartas
entrada pela janela saída pelo telhado
ah mas então a pirâmide existe?
ah mas e então a pirâmide diz coisas?
então a pirâmide é o segredo de cada um com o mundo?

sim meu amor a pirâmide existe
a pirâmide diz muitíssimas coisas
a pirâmide é a arte de bailar em silêncio

e em todo o caso

há praças onde esculpir um lírio
zonas subtis de propagação do azul
gestos sem dono barcos sob as flores
uma canção para ouvir-te chegar




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23 de diciembre de 2018

Mário Cesariny de Vasconcelos

Poema

En todas las calles te encuentro
en todas las calles te pierdo
conozco tan bien tu cuerpo
soñé tanto tu figura
que es con los ojos cerrados que yo
voy limitando tu altura
y bebo el agua y sorbo el aire
que atraviesa tu cintura
tanto tan cerca tan real
que mi cuerpo se transfigura
y toca su propio elemento
en un cuerpo que ya no es suyo
en un río que ha desaparecido
donde un brazo tuyo me apura

En todas las calles te encuentro
en todas las calles te pierdo



Mário Cesariny de Vasconcelos. Poema (escritas.org)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Poema

Em todas as ruas te encontro
em todas as ruas te perco
conheço tão bem o teu corpo
sonhei tanto a tua figura
que é de olhos fechados que eu ando
a limitar a tua altura
e bebo a água e sorvo o ar
que te atravessou a cintura
tanto tão perto tão real
que o meu corpo se transfigura
e toca o seu próprio elemento
num corpo que já não é seu
num rio que desapareceu
onde um braço teu me procura

Em todas as ruas te encontro
em todas as ruas te perco




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22 de diciembre de 2018

Anne Archet

Veintisiete gotas opalinas

Chim chimney chim
canturreo mientras deshollino
con un dedo tu uretra.

¿“Gana de metida”?
¿Eres mejor en la cama
que en el Messenger?

Un consolador con correas
lubri y guindillas:
la noche será caliente.

Ponte tu impermeable amarillo
deslízate entre mis piernas
estoy lloviendo.

Metes la mano
en tus bragas y me
enseñas el dedo medio.

Te telefoneo
mientras en mi clítoris
se activa una lengua.

Me has arreglado
un amante con una cuerda
inagotable.

Me haces la corte
Yo reprimo un bostezo
¿Cuándo vamos a follar?

En esperanto
susurro palabras obscenas
Kaj vi ŝatas ĝin.

Un alexánder
servido con cubitos de hielo
hechos con tu esperma.

El tío que informa de
todos mi estados en Facebook
me envía fotos de pollas.

Hazme cosas de esas
que no podré atreverme
a contar jamás.

Además de ladillas
ese cabrón me dejó
también chinches.

Estaba menstruando
Mi cama ahora parece
el escenario de un crimen.

Estoy en la entrada
en cuclillas para darle
su ración de postre.

Sus bonitos lunares
deletrean en braille la palabra
z-o-r-r-a.

¿Acaso hay
un subtexto obsceno
en este senryū?

Marca el ritmo
de cada uno de estos versos con
un golpe de pelvis.

Me pongo tu suéter
perfumado y copulo
con tu fantasma.

Aceitada, atada
servida en bandeja de plata
a tus invitados.

Algunos gritan «¡Mamá!»
Pero tú, tú gritas con placer
el nombre de la mía.

Ni por tres vibradores
en el sex-shop han querido
cambiarte (lástima).

¿Eres funcionario?
Siempre haces una pausa
durante nuestros revolcones…

«Adelante, sorpréndeme»
Entonces te sobé los
conductos inguinales.

Vi ne komprenas
Miaj malpuraj vortoj
Ĝi ekscitas vi.

Substituí sus
viagras por peladillas
y lo soportó.

Un último beso
en los pliegues de tu vulva
y después buenas noches



Nota
Chim chimney chim: canción del deshollinador en la película Mary Poppins.
gana de metida: en el original ‘anvi de fourré’, en lugar de ‘envie de fourré’, es decir, 'ganas de meterla'.
lubri: en el original ‘lube’, lubricante.
Kaj vi ŝatas ĝin: ‘Y te gusta’ en esperanto, según Google translate.
alexánder: cóctel a base de ginebra, licor de cacao y nata.
fotos de pollas: ‘dick pics’, en inglés, en el original.
senryū: forma poética japonesa semejante al haiku, aunque con distinta temática.
Vi ne komprenas / Miaj malpuraj vortoj / Ĝi ekscitas vi: ‘Tú no entiendes / Mis palabras sucias / Te excita’ en esperanto, según Google translate.

Anne Archet. Mille gouttes opalines, pdf (archet.net)
flegmatique.net
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Vingt-sept gouttes opalines

Chim chimney chim
Je chantonne en ramonant
D’un doigt ton urètre.

« Anvi de fourré ? »
« Es-tu plus doué au lit
Que sur Messenger ? »

Un gode-ceinture
Du lube et des piments forts :
La nuit sera chaude.

Mets ton ciré jaune
Glisse-toi entre mes jambes
Je fais de la pluie.

Tu fourres ta main
Dans ta culotte et tu me
Fais un doigt d’honneur.

Je te téléphone
Pendant que sur mon clito
S’active une langue.

Tu m’as bricolé
Un amant à remontoir
Infatigable.

Tu me fais la cour
Je réprime un bâillement
Quand est-ce qu’on baise ?

En espéranto
Je susurre des mots obscènes
Kaj vi ŝatas ĝin.

Un Alexander
Servi avec des glaçons
Faits avec ton sperme.

Le mec qui signale
Tous mes statuts sur Facebook
M’envoie des dick pics.

Fais-moi ces choses
Que jamais je ne pourrai
Oser raconter.

En plus des morpions
Ce salaud m’a donné des
Punaises de lit.

J’étais menstruée
Mon lit a maintenant l’air
Du lieu d’un crime.

Je suis dans l’entrée
Accroupie pour lui donner
Sa part de dessert.

Ses grains de beauté
En braille épellent le mot
G-a-r-c-e.

Est-ce qu’il y a
Un sous-entendu obscène
Dans ce senryū ?

Ponctue le rythme
De chacun de ces vers par
Un coup de bassin.

J’enfile ton pull
Parfumé et je copule
Avec ton fantôme.

Huilée, ficelée
Servie sur un plat d’argent
À tes invités.

Certains crient « maman ! »,
Mais toi, tu cries en jouissant
Le nom de la mienne.

Contre trois vibros
Le sexshop n’a pas voulu
T’échanger (dommage).

Es-tu fonctionnaire ?
Tu prends toujours une pause
Pendant nos ébats…

« Vas-y, surprends-moi. »
Je t’ai alors doigté les
Canaux inguinaux.

Vi ne komprenas
Miaj malpuraj vortoj
Ĝi ekscitas vin.

J’ai remplacé ses
Viagra par des dragées
Et il a bandé.

Un dernier baiser
Sur l’ourlet de tes nymphes
Et puis bonne nuit.




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21 de diciembre de 2018

Michael Meyerhofer

Perséfone y Edipo

Cansados de discutir sobre quién carga con el destino
más triste, Perséfone y Edipo deciden emborracharse.

Edipo conoce un pequeño pub irlandés calle abajo,
un sótano con espadas oxidadas en la pared.

Él paga la primera ronda, bebe su Johnny Walker Black
y espera que ella no capte su mueca de dolor. Pero Perséfone

está muy ocupada preguntándose si su vestido transparente
no es un atuendo inadecuado para este lugar, sus pezones

balanceándose como higos bajo la mirada del camarero.
Estoy cansado de ser una metáfora, refunfuña Edipo

apretando sus magullados nudillos en torno al vaso.
Perséfone asiente, su espalda se arquea como una cimitarra.

Él la mira y le pregunta: ¿Te apetece una raya?
Ella dice que sí, pero solo si van al lavabo de señoras.

Está más limpio allí, añade. Edipo frunce el ceño:
¡Creí que habías dicho que nunca has estado aquí!

Perséfone se reacomoda el vestido. Y no he estado, dice,
pero allá donde vayas siempre es la misma puta historia.



Michael Meyerhofer. Persephone and Oedipus (troublewithhammers.com)
troublewithhammers.com
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Persephone and Oedipus

Tired of arguing over who wears the sadder fate,
Persephone and Oedipus decide to get drunk.

Oedipus knows this little Irish pub down the street,
a basement place with rusty swords on the wall.

He buys the first round, sips his Johnny Walker Black
and hopes she doesn’t catch his wince. But

Persephone is too busy wondering if her filmy gown
is the wrong attire for this place, her nipples

swaying like figs at the end of the bartender’s stare.
I’m tired of being a metaphor, Oedipus grumbles,

clenching his bruised knuckles around his shotglass.
Persephone nods, spine arched like a scimitar.

He stares at her then asks, Want to do some blow?
She says yes, but only if they go to the ladies’ room.

It’s cleaner in there, she says. Oedipus frowns.
I thought you said you’ve never been here before!

Persephone readjusts her gown. I haven’t, she says,
but everywhere you go, it’s the same damn story.




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19 de diciembre de 2018

Ana Martins Marques

El libro de las semejanzas

El modo en que tu nombre dicho muy bajo puede ser
confundido con la palabra jícara
y como calienta de dentro hacia afuera
el modo en que la palma de tu mano se parece a porcelana quebrada
el modo en que al levantarte recuerdas a un gran felino
pero al caminar ya no te pareces a un animal
sino a un vehículo rápido
y de espaldas siempre me recuerdas a un navío partiendo
aunque de frente nunca parezcas un navío llegando
el modo en que dicha por ti la palabra “sí” parece una palabra
que tuviera el mismo sentido en todas las lenguas
el modo en que dicha por ti la palabra “no” parece una palabra
que tú acabaras de inventar
la relación entre las fotografías rasgadas
los juguetes olvidados en la lluvia cartas
que dejamos de enviar productos en liquidación
frases escritas entre paréntesis
papel de regalo las toallas que acabamos de usar y la masa de pan
y, más importante, la relación de todo eso
con el modo en que llamas al taxi por teléfono
la camisa blanca que acabas de quitarte
siempre me recuerda a un libro abierto al sol
tus zapatos dejados en la sala
siempre me parecen ensayar los primeros pasos de danza
de una versión musical para el cine de tu libro preferido
el modo en que en tu apartamento
las cosas siempre parecen estar en casa
y tú siempre pareces estar de visita
y como pides permiso al tocador para llorar
el modo en que nuestras conversaciones me recuerdan
mensajes interceptados menús de restaurantes exóticos
etiquetas de bebidas fuertes documentos comidos en los bordes
por cachorros de perro
el modo en que tus cabellos parecen las líneas de un libro
leído por un niño que aún no sabe leer
o solo dibujos que alguien erradamente tomara por escritura
el modo en que tus sueños parecen los pensamientos
de personas que hayan sobrevivido a un desastre aéreo
parecen los recuerdos de un ex-boxeador enamorado
parecen los proyectos de futuro de niños muy pequeños
parecen los cuentos de hadas preferidos de dictadores sanguinarios
las relaciones entre las guerras íntimas los juegos de armar
los primeros viajes sin los padres los países coloreados de rojo
en el mapamundi personas que siempre olvidan las llaves
las primeras palabras dichas por la mañana
y la disposición para usar la violencia
el modo en que a pesar de todo eso tú no te pareces a nadie
a no ser tal vez a ciertas cosas
similares a nada



Ana Martins Marques. O livro das semelhanças (edisciplinas.usp.br / Poemas selecionados… pdf, p. 15)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

O livro das semelhanças

O modo como o seu nome dito muito baixo pode ser confundido com a palavra xícara
e como ele esquenta de dentro para fora
o modo como a palma das suas mãos se parece com porcelana trincada
o modo como ao levantar-se você lembra um grande felino
mas ao caminhar já não se parece com um animal mas com uma máquina rápida
e de costas sempre me lembra um navio partindo
embora de frente nunca pareça um navio chegando
o modo como dita por você a palavra “sim” parece uma palavra
que fizesse o mesmo sentido em todas as línguas
o modo como dita por você a palavra “não” parece uma palavra
que você acabou de inventar
o parentesco entre as fotografias rasgadas os brinquedos esquecidos na chuva cartas
que deixamos de enviar produtos em liquidação frases escritas entre parênteses
papel de presente as toalhas que acabamos de usar e massa de pão
e, mais importante, o parentesco de tudo isso
com o modo como você chama o táxi por telefone
a camisa branca que você acabou de despir sempre me lembra um livro aberto ao sol
seus sapatos deixados na sala sempre me parecem ensaiar os primeiros passos de dança
numa versão musical para o cinema do seu livro preferido
o modo como no seu apartamento as coisas sempre parecem estar em casa
e você sempre parece estar de visita
e como você pede licença à penteadeira para chorar
o modo como as nossas conversas me lembram bilhetes interceptados cardápios de
restaurantes exóticos rótulos de bebidas fortes documentos comidos nas bordas
por filhotes de cão
o modo como os seus cabelos parecem as linhas de um livro lido por uma criança
que ainda não sabe ler
ou apenas desenhos que alguém por equívoco tomasse por escrita
o modo como os seus sonhos parecem os pensamentos de pessoas que sobreviveram
a um desastre de avião
parecem as lembranças de um ex-boxeador apaixonado
parecem os projetos de futuro de crianças muito pequenas
parecem os contos de fadas preferidos de ditadores sanguinários
os parentescos entre as guerras íntimas os jogos de armar as primeiras viagens sem
os pais os países coloridos de vermelho no mapa-múndi pessoas que sempre esquecem
as chaves as primeiras palavras ditas pela manhã e a disposição para usar a violência
o modo como apesar de tudo isso você não se parece com ninguém
a não ser talvez com certas coisas
similares a nada




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18 de diciembre de 2018

Ana Martins Marques

Reloj

¿De qué nos serviría
un reloj?

si lavamos la ropa blanca:
es de día

la ropa oscura:
de noche

si partes con el cuchillo una naranja
en dos:
día

si abres con los dedos un higo
maduro:
noche

si vertemos agua:
día

si servimos vino:
noche

cuando oímos la alarma de la tostadora
o la tetera como un pequeño animal
que intentara cantar:
día

cuando abrimos ciertos libros lentos
y los mantenemos encendidos
a costa de alcohol, cigarrillos, silencio:
noche

si azucaramos el té:
día

si no lo azucaramos:
noche

si barremos la casa o la enceramos:
día

si le pasamos trapos húmedos:
noche

si tenemos jaquecas, eccemas, alergias:
día

si tenemos fiebre, cólicos, inflamaciones:
noche

aspirinas, rayos x, análisis de orina:
día

vendas, compresas, ungüentos:
noche

si caliento al baño maría la miel que se cristalizó
o uso limones para limpiar los cristales:
día

si después de comer manzanas
guardo por capricho el papel morado oscuro:
noche

si bato claras a punto de nieve:
día

si cocino remolachas grandes:
noche

si escribimos a lápiz en papel rayado:
día

si doblamos las hojas o las estrujamos:
noche

(extensiones y cimas:
día
capas y pliegues:
noche)

si olvidas en el horno un pastel
amarillo:
día

si dejas el agua hirviendo
a solas:
noche

si por la ventana el mar está quieto
torpe y grasiento
como una balsa de aceite:
día

si está rabioso
espumeando
como un perro hidrófobo:
noche

si un pingüino llega a Ipanema
y echándose en la arena caliente siente hervir
su corazón helado:
día

si una ballena encalla en la marea baja
y muere pesada, oscura,
como en una ópera, cantando:
noche

si desabrochas lentamente
tu camisa blanca:
día

si nos desnudamos con ansia
creando a nuestro alrededor un ardiente círculo de ropa:
noche

si un moscardón verde brillante choca repetidamente
contra el cristal:
día

si una abeja ronda en la sala
desorientada por el sexo:
noche

¿de qué nos serviría
un reloj?



Ana Martins Marques. Relógio (edisciplinas.usp.br / Poemas selecionados… pdf, p. 6)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Relógio

De que nos serviria
um relógio?

se lavamos as roupas brancas:
é dia

as roupas escuras:
é noite

se partes com a faca uma laranja
em duas:
dia

se abres com os dedos um figo
maduro:
noite

se derramamos água:
dia

se entornamos vinho:
noite

quando ouvimos o alarme da torradeira
ou a chaleira como um pequeno animal
que tentasse cantar:
dia

quando abrimos certos livros lentos
e os mantemos acesos
à custa de álcool, cigarros, silêncio:
noite

se adoçamos o chá:
dia

se não o adoçamos:
noite

se varremos a casa ou a enceramos:
dia

se nela passamos panos úmidos:
noite

se temos enxaquecas, eczemas, alergias:
dia

se temos febre, cólicas, inflamações:
noite

aspirinas, raio-x, exame de urina:
dia

ataduras, compressas, unguentos:
noite

se esquento em banho-maria o mel que cristalizou
ou uso limões para limpar os vidros:
dia

se depois de comer maçãs
guardo por capricho o papel roxo escuro:
noite

se bato claras em neve:
dia

se cozinho beterrabas grandes:
noite

se escrevemos a lápis em papel pautado:
dia

se dobramos as folhas ou as amassamos:
noite

(extensões e cimos:
dia
camadas e dobras:
noite)

se esqueces no forno um bolo
amarelo:
dia

se deixas a água fervendo
sozinha:
noite

se pela janela o mar está quieto
lerdo e engordurado
como uma poça de óleo:
dia

se está raivoso
espumando
como um cachorro hidrófobo:
noite

se um pinguim chega a Ipanema
e deitando-se na areia quente sente ferver
seu coração gelado:
dia

se uma baleia encalha na maré baixa
e morre pesada, escura,
como numa ópera, cantando:
noite

se desabotoas lentamente
tua camisa branca:
dia

se nos despimos com ânsia
criando em torno de nós um ardente círculo de panos:
noite

se um besouro verde brilhante bate repetidamente
contra o vidro:
dia

se uma abelha ronda a sala
desorientada pelo sexo:
noite

de que nos serviria
um relógio?




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17 de diciembre de 2018

Ana Martins Marques

5 poemas de «Cartografías»

Y entonces llegaste
como quien deja caer
sobre un mapa abierto
olvidado encima de la mesa
un poco de café una gota de miel
ceniza de cigarrillo
ocupando
por descuido
un lugar cualquiera hasta entonces
desierto



Tú te empeñaste
en doblar el mapa
de modo que nuestras ciudades
distantes una de otra
1.720 km exactos
hicieran súbitamente
frontera



Acordamos por fin encontrarnos
en la esquina de nuestras calles
que no se cruzan



No sé viajar no tengo disposición no tengo valor
pero puedo olvidar una naranja sobre México
dibujar un velero sobre la India
pintar las islas de Cabo Verde una a una
como si fueran uñas
duplicar África con un espejo
crear en el Atlántico un círculo de agua
posando sobre él mi vaso de cerveza
circunscribir Islandia con mi anillo de novia
u ocultar Sri Lanka depositando encima
una pequeña moneda
visitar los nombres de las ciudades
llevar el mundo de paseo
por calles conocidas
abrir el mapa en una esquina, como si lo consultara
solo para que le dé
un poco el sol



Cuando finalmente
cerrásemos el mapa
el mundo se doblaría sobre sí mismo
y el mediodía
recostado sobre la medianoche
iluminaría los lugares
más secretos



Ana Martins Marques. 5 poemas da série “Cartografias” (edisciplinas.usp.br / Poemas selecionados… pdf, p. 11)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

5 poemas da série “Cartografias”

E então você chegou
como quem deixa cair
sobre um mapa
esquecido aberto sobre a mesa
um pouco de café uma gota de mel
cinzas de cigarro
preenchendo
por descuido
um qualquer lugar até então
deserto

Você fez questão
de dobrar o mapa
de modo que nossas cidades
distantes uma da outra
exatos 1.720 km
fizessem subitamente
fronteira

Combinamos por fim de nos encontrar
na esquina das nossas ruas
que não se cruzam

Não sei viajar não tenho disposição não tenho coragem
mas posso esquecer uma laranja sobre o México
desenhar um veleiro sobre a Índia
pintar as ilhas de Cabo Verde uma a uma
como se fossem unhas
duplicar a África com um espelho
criar sobre o Atlântico um círculo de água
pousando sobre ele meu copo de cerveja
circunscrever a Islândia com meu anel de noivado
ou ocultar o Sri Lanka depositando sobre ele
uma moeda média
visitar os nomes das cidades
levar o mundo a passeio
por ruas conhecidas
abrir o mapa numa esquina, como se o consultasse
apenas para que tome
algum sol

Quando enfim
fechássemos o mapa
o mundo se dobraria sobre si mesmo
e o meio-dia
recostado sobre a meia-noite
iluminaria os lugares
mais secretos




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4 de diciembre de 2018

Resumen


Estultia, martes 4 de diciembre de 2018

La ultraderecha se ha apoderado de la USA, lo que contagiará al resto de América, y avanza infecciosa en Europa, a medida que esta es ocupada por África. Con China y Rusia al acecho. Y Francia en llamas. Y los ingleses en su isla, mental.

Las gentes votan felizmente a quienes les hacen más pobres y menos libres. La izquierda está lela, a los antisistema se les atraganta el sistema y los independentistas diversos se vuelven dependientes del independentismo (indepodependientes).

Tumblr (¿a quién le importa eso de Tumblr?) comienza a censurar los desnudos con algoritmo, como antes hizo Facebook, y el Papa en su limbo afirma, pontifica, que la homosexualidad es una moda y que lo que pasa es que está de moda. Tela.

El mundo se va quedando cada vez más giliñoñas. Y para colmo del recolmo le dan el Balón de Oro a un jugador enclenque que nunca ha ganado un Mundial. No, a Messi no. A un tal Modrić, croata, que solo sabe ganar Champions.

Que, o sea: el mundo se precipita
en la absoluta estulticia global.


©EGM News
egm. 2018

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3 de diciembre de 2018

Ana Martins Marques

Traducción

Este poema
en otra lengua
sería otro poema

un reloj atrasado
que marca la hora exacta
de algún otro lugar

un niño que inventa
una lengua solo para hablar
con otro niño

una casa de montaña
reconstruida sobre la playa
corroída poco a poco por la presencia del mar

lo importante es que
en un determinado punto
los poemas queden emparejados

como en ciertos problemas de física
de viejos libros escolares



Ana Martins Marques. Tradução (edisciplinas.usp.br / Poemas selecionados... pdf, p. 11)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Tradução

Este poema
em outra língua
seria outro poema

um relógio atrasado
que marca a hora certa
de algum outro lugar

uma criança que inventa
uma língua só para falar
com outra criança

uma casa de montanha
reconstruída sobre a praia
corroída pouco a pouco pela presença do mar

o importante é que
num determinado ponto
os poemas fiquem emparelhados

como em certos problemas de física
de velhos livros escolares




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2 de diciembre de 2018

Así no tengo opción ni idea alguna


1

I
Así los vértigos
   vierten distancia.

II
No colma el alcance
   del coma si…

III
Tengo que convertir
   un tiempo afín.

IV
Opción o transustancia
   del espacio.

V
Ni miedo donde
   se sublima el zenit.

VI
Idea y materia
   se precipitan.

VII
Algún alud de esta
   impura tiniebla.


2

Así los vértigos de la distancia
no alcanzan a colmar el coma si
tengo que revertir el tiempo sin
opción de transustanciar el espacio
ni medio de sublimar desde el cenit
idea o materia que precipiten
alguna luz a esta espuria tinieblA


3

Así no tengo opción ni idea alguna.
No tengo opción ni idea alguna.
Tengo opción ni idea alguna.
Opción ni idea alguna.
Ni idea alguna.
Idea alguna.
Alguna.


4

¿Y dejaré que el día
destruya cada noche
y la noche divida
los trazos de este nombre?


5

Idea y materia precipitándose
contra cualquier idea de materia.


6

Transustanciación del espacio en signo,
sublimación de la materia en nombre.


7

Alguna
idea… Alguna…
.
ēgm. 2018

23 de noviembre de 2018

Últimos desjirones del verano



Hubo diversas y claras señales
mucho antes de que al fin sucediera
lo que sucedió —estaba la luna

en calma, la mar estaba mordida—,
las chicas listas siempre dejan pistas,
así que ahora no te inmoles, víctima,

a ningún insaciable dios del fuego
ni diosa de las lluvias, el verano
se ha escurrido ya por entre la arena

de todas las playas del horizonte,
aunque a veces se va nunca me deja
este temblor de ceja, imprevisible,

si comienzas a llamarlo ansiedad
se convertirá en ansiedad, tan solo
mira al cangrejo huyendo hacia las algas

de entre las rocas, llámalo, pongamos,
rara imprevisibilidad del clima,
y no será más que un jirón de bruma

desgajado de alguna tempestad
desvaída, musgo eres —y en musgo
te convertirás— sobre las paredes

del más antiguo de los laberintos,
a pesar del tiempo, a pesar de todos
los versos, el primer día de otoño

es tan caluroso como el verano
y las golondrinas trisan, chismosas,
nuestros secretos en los callejones,

mármol granito o pizarra, ya entonces
hubo evidentes y tontas señales,
las chicas listas siempre dejan pistas

falsas, y me pregunto desde cuándo
hay un completo imbécil habitando
mi cerebro, aceitunas en ayunas,

probablemente siempre ha estado en él
y solo era yo quien no lo veía,
el barco es la costa y la tierra el barco,

pero tú eres el mástil, cercando
la noche me invade tu nombre —acá
no tarda o nunca irá allí—, las orugas,

que más adelante serán airosas
mariposas, devoran los geranios
inertes e indefensos del balcón,

¿no visteis ayer el fulgor del sol
doblando la esquina, de vuelta a casa,
entre un magnolio y rojas azaleas?

me pregunto, en mis momentos abyectos,
desde cuándo las flores, con sus vivos
colores, emboban a los insectos,

hoy gustan los periodos prolongados
pero yo prefiero los ritmos rápidos,
y el oscuro destello de esperanza

—lo último que te pierde— detrás
de azules gafas de sol, pero siempre
hay un nunca que no se acaba nunca,

sobre todo en verano, no lo olvides,
la calima del tiempo distorsiona
los fugaces contornos del recuerdo,

sí, recuerdo cuando estaba reloco,
las chicas listas nunca dejan pistas
ciertas, tantas y tan tontas señales,

arena, lluvia, cristales, y entonces
los unos eran onces, ritmos rotos,
acércate a mi perspectiva, observa

los jirones de neblina que fluyen
por entre los pinos hacia la orilla
confundiendo el pasado y el recuerdo,

recuerdo, reloco, por ningún dios
ni diosa del sexo ni de la furia,
ahora no pretendas inmolarte,

víctima, el verano se diluyó
como los otros veranos, dejando
vestigios, huellas, rastros engañosos

—los analistas ya no encuentran pistas—
que, inciertos, en sí mismos no son sino
el quebrado dintel del laberinto,

ven, luz del universo, paulatina,
no sabes quién soy pero yo tampoco,
alumbra la penumbra que me herrumbra,

recuerda, reloca, musgo serás
en la piedra de un muro desgastado
por las lluvias de remotos inviernos,

árbol de flor perenne, gema líquida,
lava lívida elevada a los labios
—come chocolate, pequeña, come—,

ven a la niebla, luz del universo,
con la risa de una niña, las lágrimas
de un viejo, la maldición de un mendigo,

el vértigo de un hombre ajironado,
con los saludos del so gilipollas
que todavía okupa mi cerebro,

así no tengo opción ni idea alguna
—destruyendo la noche me divide
tu nombre—, los analistas registran

mi armario —no hay pistas—, entre ironía
y fantasía, me pregunto si
no debiera dejar que las orugas,

al final mariposas, se merienden
—estaba la luna en cáncer, la mar
estaba dormida— este geranio,

y unos cuantos cactus de cuando en vez.

egm. 2018

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16 de noviembre de 2018

Niemals



En algún incendiado paraíso
noviembre huele a flor de saptaparna
y en este frío infierno

la noche te expulsa al vacío; sobre
el Limago ahora fluye la nieve
—se adormilan los lémures

bajo la tibia cúpula metálica—
mientras los magnolios aquí liberan
tan solo algunas hojas

marrones. Tú piensas «ich und du», pero
el viento dice «weder du noch sie»,
el viento escupe: «nunca».

egm. 2018

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6 de noviembre de 2018

Mia Couto

Árbol

ciego
de ser raíz

inmóvil
de ascenderme tallo

múltiple
de ser hoja

aprendo
a ser árbol
en tanto
eludo la muerte
en la hoja caída del tiempo



Mia Couto. Árvore (books.google.es)
miacouto.org
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Árvore

cego
de ser raiz

imóvel
de me ascender caule

múltiplo
de ser folha

aprendo
a ser árvore
enquanto
iludo a morte
na folha tombada do tempo




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31 de octubre de 2018

Léo Malet

Interrogatorio

¿Qué es la señorita A.?
Es una bruja de dientes marfileños.

¿Qué es el viento en sus cabellos?
No sé qué contestar.

¿Qué es el amor en sus pupilas?
El menos, el más y el mucho.

¿Qué es la vergüenza en su vientre?
El diluvio.

¿Qué es la Revolución?
Déjame pensarlo... Creo que es la señorita A.

¿Qué es un laberinto de una sola línea?
Es el escote de la señorita A.

¿Qué es la Torre de Babel?
Es la belleza multiforme de la señorita A.

¿Qué es la señorita A.?
Un abismo dentro de un precipicio.

¿Qué es la señorita A.?
Es el amor en combustión lenta.

¿Qué es un vestido de noche de seda de color malva?
Es la inmortalidad de la señorita A.

¿Quién es la señorita A.?
Es la Reina de las Algas.

¿Qué es la Iglesia?
Es la sonrisa de la señorita A, turbada, con el vestido rasgado,
sosteniendo en su mano una fusta de hípica.

¿Qué es la mano de la señorita A.?
Es la señorita A.

¿Qué es la soledad?
El sexo de la señorita A.

¿Qué es el placer?
Los zapatos negros, nuevos e inacabables de la señorita A.

¿Qué son las piernas de la señorita A.?
La inspiración de un poeta mediocre.

¿Qué es la soledad?
No me hables más de la señorita A.

¿Qué podría ser el amor de la señorita A.?
Un sueño y al mismo tiempo la realidad.

¿Quién es el amante de la señorita A.?
El recelo.

¿Qué es la vagina de la señorita A.?
Una cosa simple pero también azarosa.

¿Qué son los pechos de la señorita A.?
Son el objeto de mi deseo.

¿Qué es soñar despierto?
No hablemos más de la señorita A.

¿Qué es una caja de píldoras?
La zapatilla rosa y fina de la señorita A.

¿Qué es un cautivo?
El liguero oscuro y cálido de la señorita A.

¿Qué son los celos?
Son la señorita A., desnuda, en plena tempestad.

¿Quién aspira a conocer mejor a la señorita A.?
Yo, el hombre compungido.



Léo Malet. Interrogatoire (lupitovi.tumblr.com)
Trad. (muy libre) E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Interrogatoire

Qu'est-ce que Mme X ?
C'est la sorcière aux dents jaunes

Qu'est-ce que le vent dans ses cheveux ?
Je ne sais quoi répondre.

Qu'est-ce que l'amour dans ses prunelles ?
Beaucoup.

Qu'est-ce que la honte sur son ventre ?
C'est le déluge.

Qu'est-ce que la Révolution ?
Laissez-moi chercher. Je crois bien que c'est Mme X.

Qu'est-ce qu'un Labyrinthe ?
C'est le sein de Mme X.

Qu'est-ce que la tour de Babel ?
C'est la beauté multiforme de Mme X.

Qu'est-ce que Mme X ?
C'est un abîme.

Qu'est-ce que Mme X ?
C'est la reine de la forêt.

Qu'est-ce qu'une robe de soie, une robe de soie du soir ?
C'est l'immortalité de Mme X.

Qui est Mme X ?
L'amour à petit feu.

Qu'est-ce que l'Eglise ?
C'est le rire de Mme X, hagarde, la robe déchirée, tenant en sa main un fouet d'écuyère.

Qu'est-ce que la main de Mme X ?
C'est Mme X.

Qu'est-ce que la solitude ?
Le sexe de Mme X.

Qu'est-ce que la jouissance ?
Les souliers noirs, neufs et immenses de Mme X.

Que sont les oreilles de Mme X ?
Les muses du poète.

Qu'est-ce que la solitude ?
Ne me parlez plus de Mme X.

Que peut-être l'amour de Mme X ?
A la fois un rêve et le réalité.

Qui est l'amant de Mme X ?
Le danger

Qu'est-ce que le vagin de Mme X ?
Une chose simple, mais dangereuse.

Que sont les seins de Mme X ?
L'objet de mon amour.

Qu'est-ce que la rêverie ?
Ne parlons plus de Mme X.

Qu'est-ce qu'une boite d'allumettes ?
La chaussure rose et fine de Mme X.

Qu'est-ce qu'un captif ?
La jarretelle brûlante et lumineuse de Mme X.

Qu'est-ce que la jalousie ?
C'est Mme X, nue, au milieu de l'orage.

Qui aspire à mieux connaitre Mme X ?
Moi, l'homme endeuillé.




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15 de octubre de 2018

T. E. Hulme

Poemas y fragmentos

He had left the world
And brought back round globes and stone images
Of gems, colours, hard and definite.

T. E. Hulme


Un atardecer de ciudad

Atrae y seduce a la Tierra con altas vanaglorias
el atardecer, reinando
al final de las calles hacia el oeste…
Un repentino cielo que llamea
inquietando al extrañado transeúnte
con visiones —ajenas a las largas calles— de Citerea,
o las suaves carnes de lady Castlemaine…
Un festival de carmesíes
es la extendida gloria celeste,
la jubilosa criada del cielo
presumiendo de un manto rojo que arrastra
por los corroídos tejados de la ciudad
sobre la hora del regreso a casa de las multitudes;
una criada vanidosa, persistente, reacia a irse…


Por encima del muelle

Por encima del muelle, silencioso a media noche,
enredada en el cordaje de un alto mástil,
cuelga la luna: La que tan lejana parecía
no es más que el globo de un niño olvidado tras el juego.


El Dique
(La fantasía de un caballero en declive
en una noche fría y amarga)


Una vez, en la sutileza de los violines, hallé el éxtasis
en un destello de tacones de oro sobre el duro pavimento.
Ahora veo
que esa calidez es la misma materia de la poesía.

Oh, Dios: empequeñece
la vieja manta del cielo, carcomida de estrellas,
para que pueda envolverme en ella
y, confortablemente, descansar.


Panorama de ciudad

En un día de verano, en la ciudad,
donde las chimeneas importunan a los cúmulos,
superando en desdén a Flora,
levanta su azul vestido de volantes el cielo.

Así veo su blanca enagua de nubes,
claro encaje, enredándose en las retorcidas cúpulas,
rasgada por las chimeneas,
rotas las puntillas, abierta y deshilachada.


Otoño

Un poco de frío en la noche de Otoño.
Caminando a la intemperie
vi a la rojiza luna inclinándose sobre un seto
como un granjero de cara rubicunda.

No me detuve a hablar, pero asentí;
y por todo en derredor había estrellas melancólicas
con caras blancas, como niños de ciudad.


La puesta de sol

Una corista, ávida de aplausos,
renuente a dejar el escenario,
en un sortilegio final eleva la punta del pie
mostrando su lencería escarlata de nubes carmíneas

entre los hostiles murmullos del patio de butacas.


Conversión

Me adentré despreocupado en el bosque del valle,
en la época de los jacintos,
hasta que la belleza como un paño perfumado
se me echó encima, sofocándome, y fui atado
e inmovilizado, falto de aliento,
por el encanto que es su propio eunuco.

Ahora paso el río final,
ignominiosamente, dentro de un saco, sin un ruido,
como cualquier turco que se asoma al Bósforo.


Una mujer alta

Sólida y pacífica es la ciudad de Horton,
bien conocida por la amistad y la firmeza.
Fijados caminos recorren sus hombres.

Una mujer alta ha llegado a la ciudad de Horton…
En medio de todos los hombres,
subrepticiamente ella aprieta mi mano.
Cuando todos la miran, parece prometer:
Hay un jardín secreto
y una corriente fría…
Así mira ella a todos los hombres;
la misma promesa para muchos ojos.

Aunque, cuando se inclina hacia delante, en una habitación,
y aparentemente por casualidad sus pechos me rozan,
entonces es el eje del mundo que se retuerce.


Susan Ann y la inmortalidad

Su cabeza colgada
miraba a la tierra, fija e intensamente,
como el conejo al armiño,
hasta que la tierra era cielo,
cielo que era verde,
y pasaban nubes marrones,
como hojas de castaño arqueando el suelo.


Un secreto repentino

Una repentina cala secreta cerca de Budley,
agua sin olas, acantilado cerrado.
Un calmo retiro del mar, que
se adormila al calor del mediodía.

La arena de terciopelo, suave cual torneado muslo
de la Dama de Avé, yace como dormida.
Vibrante calor del mediodía temblando ante la vista.
¡Oh ansioso paje! ¡Oh arena aterciopelada!
Pusilánimes olas trémulas reptan
tímidamente —¡ah, cuánta maravilla!—
temblando y retrocediendo.

Resiste —santifica el Abate—, es solo un sueño aparente.
¡Oh muslo redondo y liso…!

Se alza un viento áspero, los oscuros acantilados acechan.
Calvino cari-agrio, ¿sigues gimoteando aún?


Lejos y muy atrás

Lejos y muy atrás hay un estanque redondo
donde los árboles reflejados traen triste recuerdo
y cuya tensa superficie aguarda expectante
la ola extática que la ondule
en el sacramento de la unión,
la fugitiva dicha que llegue con la lágrima
que deja caer la princesa de mediana edad
—hermana de la Rana principesca— mientras
se inclina en trance con una curva soñadora,
como un adormecido lamento en una canción oriental.


En la tierra tranquila

En la tierra tranquila
hay un desconocido fuego secreto.
De repente las rocas se fundirán
y los viejos caminos se volverán engañosos.

Atravesando el camino familiar
hay una profunda grieta.
Debo detenerme y retroceder.
En la fría tierra
hay un fuego secreto.


¡Por la noche!

¡Por la noche!
Todo el terror está en eso:
Las ramas del árbol muerto
perfiladas en el borde de la colina,
las oscuras venas enfermas
en el blanco cuerpo muerto del cielo,
el desgarrador garfio de hierro
de la despiadada Mara
manejando blandas nubes insurrectas,
la marca de los dioses obscenos
sobre su ganado volador
que deambula por las praderas celestes.


El poeta

Sobre una gran mesa plana se inclinaba en éxtasis,
en un sueño.
Había ido al bosque, y hablado y caminado con los árboles.
Había dejado el mundo
y trajo de vuelta esferas e imágenes de piedra,
de gemas, colores, duros y definidos.
Con ellos jugó, en un sueño,
sobre la mesa plana.


Mana Aboda

La belleza es el tiempo estancado, la vibración estacionaria, el fingido
éxtasis de un impulso detenido incapaz de alcanzar su fin natural.


Mana Aboda, cuya combada forma
es el cielo en círculo arqueado, parece ser
que una vez se lamentaba de un dolor desconocido.

Sin embargo un día la oí gritar:
«Me he cansado de las rosas y los poetas cantores;
Josés todos, no tan altos como para intentarlo».


El hombre en el nido del cuervo
(Hombre de vigía)

Extraño para mí suena el viento que sopla
sobre el mástil en la noche solitaria.
Tal vez sea el mar silbando —fingiendo alegría
para ocultar su miedo—
como un chico pueblerino
que, temblando, pasa junto al cementerio.


En la plaza de la ciudad

En la plaza de la ciudad por la noche,
el encuentro de las antorchas.
El inicio de la gran marcha;
los llantos, los vítores, la despedida.

Desfilando en orden
por las calles familiares,
entre amigos vistos por última vez.
Desfilando con antorchas.

Sobre la cima de la colina,
la luna y el páramo;
y marchamos solos,
las antorchas ya apagadas.

En la fría colina,
los vítores por el soldado muerto
—re-visto por primera vez—.
Desfilando en orden
¿hacia dónde?


Como una gallina

Como una gallina se tiende en la hierba alta
ante el terror del halcón,
la trenzada luz blanca se arrastraba
susurrando con la mano en la boca misteriosa,
cazando las sombras que saltaban en las rectas calles
de casas blancas en los antiguos pueblos flamencos.


El loco

Mientras camino junto al río
los que aún no se han retirado me adelantan.
Yo veo más allá de ellos, los toco.

Y en la distancia, sobre el agua,
lejos de las luces,
veo la Noche, esa oscuridad salvaje,
pero no la temeré.

Cuatro paredes me rodean,
puedo tocarlas;
si muero, puedo flotar allí,
gemir y canturrear y recordar el mar.

En el cielo, oh espíritu mío,
recuerda el mar y su gemido:
canturrear en presencia de Dios te sostendrá.

Tengo frío otra vez, como después de llorar.
Y tiemblo. Pero no hace viento.


Musié

Sobre un vacío, un desierto, un llano espacio sin nada,
llegó en oleadas, como viento,
el sonido de tambores, en líneas, barriendo los ejércitos…
sueños de notas suaves
navegan como una flota al atardecer
por un mar en calma.


Trincheras: Saint-Éloi
(Poema TEH: Resumido de la conversación del Sr. T. E. H.)

Sobre las planas laderas de Saint-Éloi
un ancho muro de sacos de arena.
Noche,
en el silencio de los hombres inconexos
trajinando sobre pequeños fuegos, limpiando sus escudillas:
de aquí para allá, desde las líneas,
los hombres caminan como en Piccadilly,
trazando caminos en la oscuridad
a través de caballos muertos desperdigados,
sobre el vientre de un belga muerto.

Los alemanes tienen cohetes. Los ingleses no tienen cohetes.
Tras la línea, cañón, escondido, tendido millas atrás.
Tras la línea, caos:

Mi mente es un pasillo. Las mentes a mi alrededor son pasillos.
Nada se sugiere a sí mismo. No hay nada que hacer sino seguir.

Este poema fue transcrito por Ezra Pound, probablemente después de una conversación o recital de T. E. Hulme. Pound también menciona a Hulme en el decimosexto de sus Cantos: Y el amigo T.E.H. fue allá/ con un montón de libros de la biblioteca,/ la Biblioteca de Londres, y un proyectil los enterró en una trinchera,/ y la Biblioteca manifestó su disgusto./ Y una bala le dio en el codo/ ... había atravesado al tipo que tenía delante,/ y él leía a Kant en el hospital, en Wimbledon,/ en el original,/ y eso al personal médico no le gustó.


[Las columnas de amatista*]

Ahora, aunque la falda haya caído,
desaparecida la visión del mar,
aunque apoyado —abominable sentimiento—
por los fríos vientos del sentido común,
aún mi marinero piensa seguir navegando.
Todavía se oye el murmullo del azul
en torno a los negros acantilados de tu zapato.
Oh, dama, para mí lleno de misterio
está ese mar azul de más allá de tu rodilla.
La mística tristeza de la visión
de una ciudad lejana en la noche.
Su falda se levantó como una niebla oscura
desde las columnas de amatista.
El borde de la falda de volantes
retrocediendo como olas en un acantilado.
Esto a todas las alegres damas digo:
¡Fuera, aborrecible encaje, fuera!

*Poema compuesto por el traductor a partir de varios
fragmentos semejantes, rimados y de temática relacionada.




Fragmentos

Deseo siempre el gran lienzo para mis líneas y ademanes.



Las viejas casas fueron en otro tiempo andamios,
con obreros que silbaban.



La floración de la uva ha terminado.



Ese momentáneo tiempo mágico.



Como en un velado escenario, frágil, Anar,
temblando con lánguidos brazos que cuelgan flojos,
al contacto de la fría mano de Manar
colocó el aviso.



El cielo es el ojo de la tierra trabajadora.
Anoche se quedó mirando hasta tarde.
Hoy pasan las nubes como motas
a través de su visión borrosa.



Cuando ella habla, sus pechos casi me tocan.
Recuesta hacia atrás su cabeza.



Oh Dios, estrecha el cielo,
la vieja manta carcomida de estrellas,
hasta que me envuelva en calor.



Por las largas calles desoladas de las estrellas.



No es manta el cielo para mantener calientes
a las pequeñas estrellas.
En algún lugar los dioses
—los fabricantes de mantas en la pradera del frío—
duermen en sus mantas.
(«La religión es la amplia mentira de la calidez temporal».)



Raleigh, prisionero en la torre oscura,
soñaba con el mar azul y más allá,
donde en un extraño paraíso tropical
crecía el almizcle…



Aquí estoy, sobre el duro suelo,
excluido del cálido paraíso del amor.



Me acuesto solo en el pequeño valle, al calor del mediodía,
en el reino de los pequeños sonidos.
El cálido aire susurra lascivamente.
La alondra canta con un sonido
de distantes arroyos inalcanzables.



La alondra se arrastra sobre la nube
como una pulga en un cuerpo blanco.



Con una reverencia cortesana el árbol doblado suspiró:
Les presento a mi amigo el sol.



El post-negro yace bajo a lo largo de las colinas
como el humo que arrastra un barco a vapor.



Tres pájaros volaron sobre el muro rojo
hacia el pozo del sol de la tarde.
Oh condenados pájaros audaces pasando ante mi vista.



Los sonidos revoloteaban
como murciélagos al atardecer.



Me adentré en el bosque en junio
y de repente la Belleza, como un grueso velo perfumado
me sofocó,
me hizo tropezar, me agarró de las piernas,
me capturó.



Further Speculations by T.E. Hulme (epdf.pub)
Thomas Ernest Hulme. Poems (allpoetry.com)
T. E. Hulme Archive (keele.ac.uk)
Recopilación y traducción E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Poems and Fragments

A City Sunset
Alluring, Earth seducing, with high conceits is the sunset that reigns
at the end of westward streets…
A sudden flaring sky
troubling strangely the passer by
with visions, alien to long streets, of Cytherea
or the smooth flesh of Lady Castlemaine…
A frolic of crimson
is the spreading glory of the sky,
heaven’s jocund maid
flaunting a trailed red robe
along the fretted city roofs
about the time of homeward going crowds
— a vain maid, lingering, loth to go…

Above The Dock
Above the quiet dock in mid night,
Tangled in the tall mast’s corded height,
Hangs the moon. What seemed so far away
Is but a child’s balloon, forgotten after play.

The Embankment
(The fantasia of a fallen gentleman on a cold, bitter night)
Once, in finesse of fiddles found I ecstasy,
In the flash of gold heels on the hard pavement.
Now see I
That warmth’s the very stuff of poesy.

Oh, God, make small
The old star-eaten blanket of the sky,
That I may fold it round me and in comfort lie.

Town sky-line
On a summer day, in Town,
Where chimneys fret the cumuli,
Flora passing in disdain
Lifts her flounced blue gown, the sky.

So see I, her white cloud petticoat,
Clear Valenciennes, meshed by twisted cowls,
Rent by tall chimneys, torn lace, frayed and fissured.

Autumn
A touch of cold in the Autumn night—
I walked abroad,
And saw the ruddy moon lean over a hedge
Like a red-faced farmer.
I did not stop to speak, but nodded,
And round about were the wistful stars
With white faces like town children.

Sunset
A coryphée, covetous of applause,
Loth to leave the stage,
With final diablerie, poises high her toe,
Displays scarlet lingerie of carmin’d clouds,
Amid the hostile murmurs of the stalls.

Conversion
Lighthearted I walked into the valley wood
In the time of hyacinths,
Till beauty like a scented cloth
Cast over, stifled me. I was bound
Motionless and faint of breath
By loveliness that is her own eunuch.

Now pass I the final river
Ignominiously, in a sack, without a sound,
As any peeping Turk to the Bosphorous.

A tall woman
Solid and peaceful is Horton town
Known is all friendship and steady.
In fixed roads walks every man.

A tall woman is come to Horton town…
In the midst of all men, secretly she presses my hand.
When all are looking, she seems to promise.
There is a secret garden
And a cool stream…
Thus at all men she looks.
The same promise to many eyes.

Yet when she forward leans, in a room,
And by seeming accident, her breasts brush against me,
Then is the axle of the world twisted.

Susan Ann and Immortality
Her head hung down
Gazed at earth, finally keen,
As the rabbit at the stoat,
Till the earth was sky,
Sky that was green,
And brown clouds passed
Like chestnut leaves along the ground.

A sudden secret
A sudden secret cove by Budley
Waveless water, cliff enclosed.
A still boudoir of the sea, which
In the noon-heat lolls in to sleep.

Velvet sand, smooth as the rounded thigh
Of the Lady of Ave, as asleep she lay.
Vibrant, noon-heat, trembling at the view.
Oh eager page! Oh velvet sand!
Tremulous faint-hearted waves creep up
Diffident — ah, how wondering!
Trembling and drawing back.

Be bold — the Abbe blesses — 'tis only feigned sleep.
Oh smooth round thigh!...

A rough wind rises, dark cliffs stare down.
Sour-faced Calvin — art thou whining still?

Far back there
Far back there is a round pool,
Where trees reflected make sad memory,
Whose tense expectant surface waits
The ecstatic wave that ripples it
In sacrament of union,
The fugitive bliss that comes with the red tear
That falls from the middle-aged princess
(Sister to the princely Frog)
While she leans tranced in a dreamy curve,
As a drowsy wail in an Eastern song.

In the quiet land
In the quiet land
There is a secret unknown fire.
Suddenly rocks shall melt
And the old roads mislead.

Across the familiar road
There is a deep cleft.
I must stand and draw back.
In the cool land
There is a secret fire.

At night!
At night!
All terror's in that.
Branches of the dead tree,
Silhouetted on the hill's edge.
Dark veins diseased,
On the dead white body of the sky.
The tearing iron hook
Of pitiless Mara.
Handling soft clouds in insurrection.
Brand of the obscene gods
On their flying cattle,
Roaming the sky prairie.

The Poet
Over a large table, smooth, he leaned in ecstasies,
In a dream.
He had been to woods, and talked and walked with trees
Had left the world
And brought back round globes and stone images
Of gems, colours, hard and definite.
With these he played, in a dream,
On the smooth table.

Mana Aboda
Beauty is the marking-time, the stationary vibration, the feigned
ecstasy of an arrested impulse unable to reach its natural end.


Mana Aboda, whose bent form
The sky in archèd circle is,
Seems ever for an unknown grief to mourn.
Yet on a day I heard her cry:
'I weary of the roses and the singing poets—
Josephs all, not tall enough to try.'

The Man in the Crow's Nest
(Look-out Man)
Strange to me, sounds the wind that blows
By the masthead, in the lonely night
Maybe 'tis the sea whistling - feigning joy
To hide its fright
Like a village boy
That trembling past the churchyard goes.

In the city square
In the city square at night, the meeting of the torches.
The start of the great march,
The cries, the cheers, the parting.

Through the familiar streets,
Through friends for the last time seen
Marching with torches.

Over the hill summit,
The moon and the moor,
And we marching alone.
The torches are out.

On the cold hill,
The cheers of the warrior dead.
(For the first time re-seen)
Marching in an order,
To where?

As a fowl
As a fowl in the tall grass lies
Beneath the terror of the hawk,
The tressed white light crept
Whispering with hand on mouth mysterious
Hunting the leaping shadows in straight streets
By the white houses of old Flemish towns.

Madman
As I walk by the river
Those who have not yet withdrawn pass me.
I see past them, touch them,

And in the distance, over the water,
Far from the lights,
I see Night, that dark savage,
But I will not fear him.

Four walls are round me.
I can touch them.
If I die, I can float by.
Moan and hum and remember the sea

In heaven, Oh my spirit,
Remember the sea and its moaning.
Hum in the presence of God, it will sustain you.

Again I am cold, as after weeping.
And I tremble — but there is no wind.

Musié
Over a void, a desert, a flat empty space,
Came in waves, like winds,
The sound of drums, in lines, sweeping like armies.
Dreams of soft notes
Sail as a fleet at eve
On a calm sea.

Trenches: St Eloi
(TEH Poem: Abbreviated from the Conversation of Mr. T.E.H.)
Over the flat slopes of St Eloi
A wide wall of sand bags.
Night,
In the silence desultory men
Pottering over small fires, cleaning their mess- tins:
To and fro, from the lines,
Men walk as on Piccadilly,
Making paths in the dark,
Through scattered dead horses,
Over a dead Belgian's belly.

The Germans have rockets. The English have no rockets.
Behind the line, cannon, hidden, lying back miles.
Beyond the line, chaos:

My mind is a corridor. The minds about me are corridors.
Nothing suggests itself. There is nothing to do but keep on.

Fragments


Now though the skirt be fallen,
Gone the vision of the sea.
Though braced (abominable feeling)
By the cold winds of common sense,
Still my seaman thought sails hence.
Still hears the murmur of the blue
Round the black cliffs of your shoe.

O lady, to me full of mystery
Is that blue sea beyond your knee.

The mystic sadness of the sight
Of a far town seen in the night.

Her skirt lifted as a dark mist
From the columns of amethyst.

The flounced edge of skirt, recoiling like waves off a cliff.

This to all ladies gay I say.
Away, abhorred lace, away.

Always I desire the great canvas for my lines and gestures.

Old houses were scaffolding once, and workmen whistling.

The bloom of the grape has gone.

That magic momentary time.

As on a veiled stage, thin Anar
Trembles with listless arms hung limp
At the touch of the cold hand of Manar
Placed warning.

The sky is the eye of labourer earth.
Last night late in the view he stayed.
To-day, clouds pass, like motes
Across his bleared vision.

When she speaks, almost her breasts touch me.
Backward leans her head.

Down the long desolate streets of stars.

Oh God, narrow the sky,
The old star-eaten blanket,
Till it fold me round in warmth.

No blanket is the sky to keep warm the little stars.
Somewhere the gods (the blanket-makers in the prairie
of cold)
Sleep in their blankets.
["Religion is the expansive lie of temporary warmth."]

Raleigh in the dark tower prisoned
Dreamed of the blue sea and beyond
Where in strange tropic paradise
Grew musk…

Here stand I on the pavement hard
From love's warm paradise debarred.

I lie alone in the little valley, in the noon heat,
In the kingdom of little sounds.
The hot air whispers lasciviously.
The lark sings like the sound of distant unattainable brooks.

The lark crawls on the cloud
Like a flea on a white body.

With a courtly bow the bent tree sighed
May I present you to my friend the sun.

The after-black lies low along the hills
Like the trailed smoke of a steamer.

Three birds flew over the red wall into the pit of the setting sun.
O daring, doomed birds that pass from my sight.

Sounds fluttered, like bats in the dusk.

I walked into the wood in June
And suddenly Beauty, like a thick scented veil
Stifled me,
Tripped me up, tight round my limbs,
Arrested me.




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12 de octubre de 2018

—Oh Enri,



has ido a llevar flores nuevas
al jardín de los mármoles transidos.
—Son jinetes yamnayas cabalgando
en crisantemos amarillos.

—Oh, Enri, alguien
ha escrito el poema que tú
ni has llegado a intentar escribir.
—No soy gaviota ni océano —el agua
dice: «de nuevo»—, no aquí.

—Oh Enri, tu sorna trasluce
un peñascal inundado de astucias.
—Escupo semen de mis ojos
cuando me dejo embromar
por el perverso viento del otoño.

—Oh, Enri, repara:
las últimas nubes de la ventisca
apenas velan el crepúsculo.
—A la velocidad del infinito
se expande el vacío del mundo.

—Oh Enri, Enri,
¿dónde has olvidado tu tiempo?
—No me inquieta mucho, en verdad;
pero reza tú por ella
si es que crees en mi alma inmortal.

egm. 2018

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1 de octubre de 2018

Sarah Lindsay

Lluvia de estatuas
De las guerras mitridáticas, siglo I a. C.

Nuestro general estaba en otra parte
cuando nos ahogamos.
Mientras descansaba nos envió a casa
con el grueso de su botín,
que entorpecía al ejército.
La furiosa tormenta
que nos atrapó despedazó los cascos
y nos convirtió en ofrendas al fondo del mar:
una lluvia de estatuas, oro y hombres.

Liberados del servicio,
realizado en la guerra,
silenciados el siseo y el estrépito,
caímos a través de corrientes de criaturas
cuyas vidas son su propósito.
Nos instalamos junto al tesoro saqueado
en los templos de la ruinosa Grecia ateniense;
entre nosotros dioses y diosas de bronce y mármol,
anclados sin gracia,
esquivados por peces indiscretos.
Su poder nunca tuvo intención de mantenernos a flote
―nuestros placeres fueron obsequios fortuitos―
pero, sacudidos por su resplandor en nuestro polvo,
les dimos nuestras voces.

Sus caras, alas y extremidades
yacen aquí, con nuestros huesos pulidos
e inmóviles instrumentos.
Pequeños cangrejos intentan ponerse anillos
engarzados de ágata y amatista
y muchos pulpos,
buscando un momento de descanso,
encuentran refugio en nuestras cavidades craneales.
Así que todavía estamos en uso.



Sarah Lindsay. Rain of Statues (poetryfoundation.org)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Rain of Statues
From the Mithridatic Wars,  first century BC

Our general was elsewhere, but we drowned.
While he rested, he shipped us home
with the bulk of  his spoils
that had weighed his army down.
The thrashing storm
that caught us cracked the hulls
and made us offerings to the sea floor —
a rain of statues, gold, and men.

Released from service,
done with war,
the crash and hiss muted,
we fell through streams of creatures
whose lives were their purpose.
We settled with treasure looted
from temples of rubbled Athenian Greece;
among us, bronze and marble gods and goddesses
moored without grace,
dodged by incurious fish.
Their power was never meant to buoy us —
our pleasures were incidental gifts —
but, shaken by their radiance in our dust,
we had given them our voices.

Their faces, wings, and limbs
lie here with our sanded bones
and motionless devices.
Little crabs attempt to don rings
set with agate and amethyst,
and many an octopus,
seeking an hour of rest,
finds shelter in our brain-cases.
So we are still of use.




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13 de septiembre de 2018

Francis Picabia

Manifiesto DADA

Los cubistas quieren cubrir de nieve a Dadá: es sorprendente, pero es así; quieren vaciar la nieve de sus pipas para tapar a Dadá.
¿Estás seguro?
Absolutamente; los hechos son revelados por bocas grotescas.
Creen que Dada puede impedirles practicar este odioso comercio: Vender arte muy caro.
El arte es más caro que el salchichón, más caro que las mujeres, más caro que todo.
¡El arte es visible como Dios! (véase Saint-Sulpice).
El arte es un producto farmacéutico para imbéciles.
Los cuadros giran gracias al espíritu; las pinturas y otras obras de arte son como los cuadros caja fuerte, el espíritu está dentro y se vuelve cada vez más genial según los precios de las salas de subastas.
Comedia, comedia, comedia, comedia, comedia, amigos míos.
A los comerciantes no les gusta la pintura, conocen el misterio del espíritu...........
Compren reproducciones de autógrafos.
Así que no sean esnobs; no serán menos inteligentes porque el vecino posea una cosa similar a la suya.
No más cagadas de mosca en las paredes.
Todavía habrá, es obvio, pero un poco menos.
Dadá seguramente será cada vez más aborrecido; su pase prioritario le permite saltarse las procesiones cantando «Viens Poupoule», ¡¡¡qué sacrilegio!!!
El cubismo representa la escasez de ideas.
Han cubicado los cuadros de los primitivos, y las esculturas africanas, han cubicado los violines, cubicado las guitarras, cubicado los periódicos ilustrados, cubicado la mierda y los perfiles de las chicas, ¡¡¡ahora hay que cubicar el dinero!!!
Dadá, por su parte, no quiere nada, nada, nada; hace cualquier cosa para que el público diga: «no entendemos nada, nada, nada».
«Los Dadaístas no son nada, nada, nada; indudablemente no llegarán a nada, nada, nada».

Francis PICABIA                                         
que no sabe nada, nada, nada.




Leído en el Salon des Independants, Grand-Palais des Champs Elysées, el 5 de febrero de 1920. Publicado en 391, nº 12, París, marzo de 1920.

Francis Picabia. Manifeste DADA (dadasurr.blogspot.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018


                    ∼

Manifeste DADA

Les cubistes veulent couvrir Dada de neige : ça vous étonne mais c'est ainsi, ils veulent vider la neige de leur pipe pour recouvrir Dada.
Tu en es sûr ?
Parfaitement, les faits sont révélés par des bouches grotesques.
Ils pensent que Dada peut les empêcher de pratiquer ce commerce odieux : Vendre de l'art très cher.
L'art vaut plus cher que le saucisson, plus cher que les femmes, plus cher que tout.
L'art est visible comme Dieu ! (voir Saint-Sulpice).
L'art est un produit parmaceutique pour imbéciles.
Les tables tournent grâce à l'esprit ; les tableaux et autres œuvres d'art sont comme les tables coffres-forts, l'esprit est dedans et devient de plus en plus génial suivant les prix de salles de ventes.
Comédie, comédie, comédie, comédie, comédie, mes chers amis.
Les marchands n'aiment pas la peinture, ils connaissent le mystère de l'esprit...........
Achetez les reproductions des autographes.
Ne soyez donc pas snobs, vous ne serez pas moins intelligents parce que le voisin possèdera une chose semblable à la vôtre.
Plus de chiures de mouches sur les murs.
Il y en aura tout de même, c'est évident, mais un peu moins.
DADA bien certainement va être de plus en plus détesté, son coupe-file lui permettant de couper les processions en chantant “ Viens Poupoule ” , quel sacrilège !!!
Le cubisme représente la disette des idées.
Ils ont cubé les tableaux des primitifs, et les sculptures nègres, cubé les violons, cubé les guitares, cubé les journaux illustrés, cubé la merde et les profils de jeunes filles, maintenant il faut cuber l'argent !!!
DADa, lui, ne veut rien, rien, rien, il fait quelque chose pour que le public dise : “ nous ne comprenons rien, rien, rien ”.
“ Les Dadaïstes ne sont rien, rien, rien, bien certainement ils n'arriveront à rien, rien, rien ”.

Francis PICABIA
qui ne sait rien, rien, rien.






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5 de septiembre de 2018

Tres (que no trece) formas del mirlo



Like a tree
In which there are three blackbirds.
W. Stevens


1. Avenida

Sobre los coches
cruza el mojado asfalto,
trinando, el mirlo.


2. Atardecer,

yo escucho y callo;
yo no sé nada que
no sepa el mirlo.


3. Temporal

Llueve ruidosa
y progresivamente;
no se oye al mirlo.

egm.2018

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4 de septiembre de 2018

Convolvulus sabatius



Con el amanecer
—y la brisa salada—

como espectro o fantasma
de sí misma se aleja

en el aire, y se incendia,
y se abre de golpe…

pero aspira a otros soles
que no extingan su halo

y a avanzar hacia astros
que alimenten sus poros,

—no esta luz de sol mórbido—
elevándose al éter

insondable, fulgente
con un ansia más nítida

que la oscura avaricia,
hasta —con el crepúsculo,

que desnuda los mundos
y a los hombres demuda—

que por fin la extenúa
otra huera jornada;

se detiene, se apaga,
merma su flama efímera,

y ella, azul campanilla,
ya se cierra —se encierra—

en un cosmos de piedra
y deseo furtivo:

tras los blancos postigos
sosegada se vence

en un sueño de duendes
y murmullos del aire…

mas no es ella juzgable;
nadie —nunca— lo es.

egm. 2018

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1 de septiembre de 2018

Paul Batchelor

Senilia en Brantwood

En el cielo quiero ir a hablar con Pitágoras, Sócrates y Valerio Publicola. No me importará tener un poco a Rosie allí, ella no necesita pensarlo. ¿Para qué serán buenos los ojos grises y las mejillas rojas?
John Ruskin, carta a Susan Beever, desde Asís, Celda del Sacristán, 25 de junio de 1874

Hoy, en mi sexagésimo primer cumpleaños, pediría permiso para decir algunas palabras a los amigos que se preocupan por mí, y a los lectores que están inquietos por mí, respecto a la enfermedad antes mencionada. Para la estimación de un médico, de hecho, solo puedo remitirles a mis médicos. Pero hubo algunas circunstancias que entendí mejor que ellos: a saber, primero, la distinción precisa y nítida entre el estado de inflamación mórbida del cerebro que dio lugar a visiones falsas (ya fuera durante el sueño, el trance o el despertar, a plena luz del día, con un conocimiento perfecto de las cosas reales en la habitación, mientras yo veía otras que no estaban allí), y los estados no mórbidos, aunque peligrosos, de temperamento más o menos excitado, y pensamiento demasiado acelerado, lo que condujo gradualmente a la enfermedad, precipitando su actividad durante los ocho o diez días precedentes a la forma real de ceder del cerebro.
John Ruskin, Fors Clavigera, Carta 88 (8 de febrero de 1880)

¡Demasiado rápido y lejos de nuevo! por mucho; el ímpetu de la frase huyendo conmigo.
John Ruskin, nota adicional nº 54 a Modern Painters vol. 2 (edición revisada de 1883)

              Mis queridos pajaritos,
     ante mí en mi escritorio esta mañana donde
me siento a preparar la lección del día siguiente hay
     una copia de La derrota de las brujas de Agostino dei Musi
        —Agostino Veneziano lo llamarán vuestros profesores—
          donde una carroza formada por huesos de dragón
y tirada por dos figuras desnudas
     aparece avanzando retorcida a través de una jungla
desbandando cabras y gansos y esqueléticos reptiles alados
     y ahí, mirad ahora, en la cima, a la bruja sentada
         como en un escabel —antebrazo varonil,
hombro musculoso, pendulis mammis
                     con las flacas ubres es
                     con lo que controla su negocio
—sucio pelo fluyendo contra natura
     en un viento inverso a los mefíticos vapores…—
                 Desde que se recuerda tales criaturas han
       impresionado los sueños de aquellos que viven,
       por así decirlo, de fuegos artificiales,
       temerosos de los vecinos, temerosos de que la ley
       los martillee en cualquier forma que les complazca
          puede aún resultar versátil
          —sus sensuales ritos y ceremonias,
          novedades y vanaglorias;
          su farisaica santidad…—
y esto no es más que la imitación de un erudito, diréis,
trabajo grosero aunque de una buena escuela,
—una buena escuela que se lo permita, y lo bastante buena
como para perderse junto al profesor—
                 y aún
                 y aún

estabilizar la mano que se cierne sobre
                    el cliché mordido por el ácido
                 estabilizar el codo
                    tras este
                 grabado en papel

Fro spot my spyryt þer sprang in space

                       y ahora


Piazza Santa Maria del Pianto, Roma (1840). Un pensativo estudio de ropa vieja tendida al sol en el barrio judío, colgando de un arquitrabe de mármol agrietado, construido en una pieza de friso romano que se desmorona en ladrillos rotos sobresaliendo sobre ventanas de madera apoyadas en un entablamento gris. Un vestigio de inscripción aún-legible: NOMINE FORTUNA. Sin líneas importantes, sin belleza de objeto. Un colgante batiburrillo de contrastada emoción empastelada de pintoresca febrilidad. Un episodio. Una aflicción entre, por así decirlo, paréntesis. Un enlace sin matrimonio, como después de la noticia de un compromiso. Una iglesia incrustada sans façade entre el tipo común de casas. Un socorro de la mera perplejidad e inquietud de san Pedro. Grafito realzado con toques de gouache blanco sobre papel verde-gris.



Capilla de Beresford, Walworth: un desnudo granero
oblongo de techo bajo, ventanas de arcos de ladrillo llenas
de pequeños vidrios que requieren varillas de hierro
enhebradas como medias telarañas para mantenerse rectos.
Sin tracerías, ni tallos arracimados, ni bóvedas.
Sin fantasías. Ni vuelos perpendiculares
de pretensiones. Líneas limpias, y severas.
Bancadas cerradas con particiones de plano simple
y puertas pulcramente remachadas. Sin púlpito, apenas
una robusta caja con cuatro patas y friso bien veteado,
pero decorada con un acolchado de terciopelo
—carmesí, con borlas doradas en las esquinas—
que se convirtió en mi único recurso, porque cuando
me cansaba del sermón del doctor Andrews podía ver
los colores que matizaban los dobleces y pliegues
cada vez que los golpeaba. Beresford. Ahí es donde
rezábamos nosotros: papá, mamá y yo.
¡Mala preparación, esta, para Ruan! Ruan,
custodiada por grupos de estatuas solemnes
enlazadas por tallos de esculpido follaje coronado
por desgastada hornacina y mágico frontón
como gasa intrincadamente enmarañada;
Ruan con su oleaje y espuma de piadosa caballería
rompiendo en acantilados de cristal para seguir revelando
cómo será todo lo oculto, insaciable en la oración
o el pillaje, otorgando gracia a la rudeza inglesa,
veneno a la astucia de Italia… Ruan con toda
su avaricia y complejidades, gárgolas
fauciabiertas, líquido y empapado ornamento
bajando las vertiginosamente empinadas agujas
—insanae substructiones! Inutiles domos!—
aunque trinando pastorales canciones de inocencia.


El Palacio Contarini-Fasan, Venecia (1841). Las estructuras desordenadamente escalonadas tienen colores de helado y sorbete con tintura no suave. Sin decoración caligráfica. Acuarela, grafito y gouache. Un hechizo completo en la lengua vernácula. Rítmicos mosaicos de filigrana en piedra con algunos arañazos. Detalles que se convierten en un refugio. Detalle que se convierte en un refugio. Una antigua réplica dibujada en la que la nueva vida puede aun ahora estar a la vista. Una hosca grandeza, por cierto. Un carcelero pícaro. Un postulante determinado. Un poste de amarre de barbería. Un problemático remo hundido inclinándose. El tambaleante estado del Dux descendiendo al papel gris



Un tanto gastada, y un no poco fatigada,
la inusual Fortaleza de Sandro, en esta
su primera obra documentada. Considérala
un momento, por favor, antes de pasar
apresuradamente a ver el Nacimiento de Venus,
al lado, y observa que Sandro comenzó
como quizá termines tú: con cansancio.
¿Habría adivinado que la Fortaleza permite
(¿permite? ¡aprueba!) la ensoñación? Mira cómo
sus dedos juegan con inquieta inactividad
o nerviosismo sobre la empuñadura de su espada
(¿espada o maza? he perdido mis notas sobre eso…)
Ella no es rival, tal vez, para las pruebas que están
por venir, sin embargo mira cómo su armadura brilla
preparada, sus suaves dedos listos para
empuñar la espada (o maza) si fuera requerida.
Con labios fruncidos y ojos desviados, ella sonreía,
y no poco tristemente, a su hado
de vez en cuando. Pero hoy ya no sonríe.
Su cualidad debe durar todo el día, toda la vida.
Hacer alarde de ella nunca es poseerla
del todo. Mira la teatralidad y la pose
de las Virtudes de Pollaiuolo: así representan
sus diversos significados. La Fortaleza debe
contener —debe ser— todo lo que simboliza. Ve,
mira lo que sea que los Uffizi tengan
para tentarte; pero recuerda que la batalla
de la Fortaleza no ha comenzado hoy,
ni tampoco ayer, ni el domingo pasado.
Se han sucedido muchos días desde que comenzó.
Están tan aferradas a su honradez, esas
Virtudes menores, que son absolutamente incapaces
de ser tentadas. No se atreverían a arriesgarse
a la complacencia. Ella estaría perdida sin eso.
Pero, ¿espada o maza? Ve ahora. No importa.
No te necesitaré hasta mañana por la mañana.


Barranco en Maglans (¿1849?). Un más profundo marrón sobre el marrón. Un precipicio de piedra que avanza en hendeduras horizontales para dominar el vacío. No hay agua sino un sueño de agua de hace años, muy abajo, corriendo cual liebre asustada, tan fuerte como para convertirse en molino. Un arroyo que se convierte en hilo. Una visita fuera de temporada. El lecho de un torrente de lo que pudo ser nieve fundida, ahora completamente seco. No se derrumban las piedras sino que fluyen, se hunden, rítmicas como nubes, como alta estructura, como algo insustancial a largo plazo. Bandas de cuarzo que ciñen una escondida grieta bordeada por rizadas y extendidas frondas. Las hojas temblando al viento del mediodía. Una roca fisurada. Una gran falla. Una roca de grafito fisurada en tinta marrón y tinta diluida realzada con gouache de color carne sobre papel blanco.



Anoche santa Úrsula me envió sus claveles
desde la ventana de su habitación, con su amor
—claveles vivos, y una sola ramita
seca de su otra flor de ventana, la verbena...—
¿Cuántas flores se nombran en el Génesis?
¡Buena respuesta! Ninguna. Pero sí muchos árboles.
Había un poeta que plantaba cuadros de flores
para que el Edén pudiera estar lleno de trémulos
y livianos pétalos; me atrevo a decir que tenía razón,
¡fueron hechos para ser notados! Y ver como
un pétalo de amapola cae de la flor que rompe
es saber algo de la vida venidera, una vez
que el cuerpo se convierta en polvo y ceniza,
incluso cuando nuestro aliento moribundo ascienda
hacia la casa del Padre… En cuanto a los árboles,
¿qué podremos aprender de la noble constancia
más de lo que hallamos en la pura hoja de laurel,
tan numerable, tan secuencial y serena?


abro el envoltorio
pétalos y flor de espino
caen sobre la mesa
donde continúo
preparando la lección

pétalos de rosa con bordes rotos
se adhieren a mis dedos
motas de polvo bailando
mosquitos en un rayo de sol
mirra, ¿o una pitillera?

escríbeme, dime
¿con quién bailas
más a menudo, a menudo?
ojos grises y mejillas rojas
inútiles en el cielo

indonada, enguirnaldada
no con nomeolvides:
rodeada por
todo el olvido
de todo el mundo

invencido honor
palabras amables no-dichas
buenas acciones no-hechas:
ninguna de ellas, ninguna
me toca más de cerca



Ahora si digo «¡santa Úrsula me ha enviado
una maceta de rosas!», algunos dirán que me he vuelto
radicalmente, realmente loco, pero solo significa
que las flores que recibí esta tarde
(de la mano de cualquier amigo o extraño)
ayudaron mucho en mi trabajo, y después
me reprocharon a su manera por el fracaso.
¡Pero cuánto de mi amor han perdido otros
porque un pobre niño enfermo no recibe
la parte del amor que aún le pertenece!
Pensad ahora, dulces lecheras de Albión
cuya cara es vuestra fortuna, pensad en uno
acostado allí, casi un esqueleto,
y preguntaos: Tenemos una hermanita que
no tiene pechos: ¿qué haremos por nuestra hermana
en el día de sus esponsales?


Lado sur de la Basílica de San Marcos, Venecia, desde la Logia del Palacio Ducal (c.1851). Un extraño observatorio. Una caprichosa y confusa variedad de aplicación, apresurados detalles de acuarela pasando a mármol veteado por el tiempo ampliado desde un daguerrotipo. Un volumen de eco. Las sombras flotan y florecen sobre el piso embaldosado en damero. Una especie de color frenético. Rechazo de la perspectiva. Relieve esculpido sin retroceso. Caprichos y misterios; conceptos y divertimentos. El pilar descabezado de San Juan de Acre que da al pórtico sur. Una capital bizantina. Una sonata en un virginal. Grafito y acuarela realzados con blanco en tres trozos de papel unidos.


¡Mi espíritu brincó, tan feliz
por mudar esta burda carne y haber acabado!
Mi espectro, dejado de la gracia de Dios,
fue conducido a donde las maravillas son usuales.
Ascendí a donde el acantilado se encuentra con la nube,
—vertiginosas alturas que ningún hombre ha conocido—
mi alma atraída hacia un bosque
engalanado con incontables gemas y joyas.
Es difícil dar crédito a una visión tan sutil
como la estela de luz en la que brillaban:
nunca mujer alguna tejió un vestido
tan amorosamente adornado, tan iluminado de esplendor.

En esplendor acantilados de cristal se alzaban
encrespados como el hielo, claros y límpidos.
A sus pies, una extensa selva:
árboles tocados por un brillo rojo-azulado
y hojas de plata pulida deslizándose
temblorosas de aquí para allá entre
ramas que brillaban como jade azul
cada vez que un destello de luz rozaba la escena.
La grava bajo los pies estaba esparcida
de gemas, y el sol parecía absolutamente eclipsado
por ese magnífico empedrado oriental
tan amorosamente adornado, tan iluminado de esplendor.

El esplendor de la arboleda era tal
que mi pesar me abandonó, se despejó
y con la fragancia de la fruta tan fresca
hallé que no necesitaba otro alimento.
Los pájaros volaban juntos, de rama en rama,
cual motas de fuego, ahora aquí ahora allá;
ninguna sinfonía humana puede igualarlo,
ni voz ni cuerda deleitan el oído
con una canción así: bendecían el aire
con un dulce acorde que se desvanecía y brillaba
en armonías que nunca escucharás
sino allí donde todo está iluminado de esplendor.

Tan adornada en esplendor estaba
aquella floresta en la que conocí mi hado,
que un hombre astuto no podría idear
la manera apropiada de contarlo.
Escalada de perales, manzanos;
curiosas maravillas, ¡hermoso deporte!
Y pronto los setos y campos y flores
se volvieron bellamente intrincados
con jardines de llamas y agua. Radiante
como oro bruñido fulgió la ladera
por donde seguí un arroyo que fluía con luz,
amorosamente adornado e iluminado de esplendor.

Pero más esplendor estaba aún por venir:
una ribera de ardiente berilo donde el agua
se precipitaba y arremolinaba en una espuma
de murmullos apresurados y aires confusos.
El lecho del arroyo centelleaba con fulgores
como los del sol filtrado a través de un vidrio de color
o las estrellas en invierno, cuando puede parecer
que estamos a solas mientras las nubes pasan.
Cada guijarro resplandecía como Héspero:
zafiro, esmeralda, cada uno reluciendo con
una luz demasiado brillante como para hacer símiles,
amorosamente adornado e iluminado de esplendor.


Estudio de roca de gneis, Glenfinlas (1853-54). Un testigo viviente. Una verticalidad más suave que el agua sobre la que se levanta. Acometidas de agua canalizada en la superficie; goteante roca seca; fluida roca labial, menos inmóvil que las flores silvestres y las plumosas hierbas que se adhieren a grietas y salientes insospechados. Líquenes cartografiados. Negro de carbón, gouache. Una abultada losa. Una majestad discreta. Una coincidencia largamente buscada antes de verla, largamente amada antes de entenderla. Una lección de entrega que se encuentra siempre, que se encuentra una sola vez. Una obstinación alegrada por el flujo del río, el arrancar y fluir de la capa de hielo. Pluma y tinta sobre grafito en papel vitela con algunos arañazos.



Aquí, en Santa Croce estamos,
renunciado a la restauración, porque ¿a quién
le importa esta losa con su pobre escultura?
Un anciano con el gorro replegado
usado por los eruditos y caballeros de Florencia
c.1300-1500, muerto,
con un libro sobre el pecho y sobre él
sus manos yacen dobladas. A sus pies, la leyenda:

______________________________________

TEMPORIBVS • HIC • SVIS • PHYLOSOPYE •
ATQ • MEDICINE • CVLMEN • FVIT • ET MAGISTER
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La cara gastada, todavía el retrato perfecto del anciano,
aunque golpeado por el cincel de un maestro
con cierto riesgo, solo así, con algunos toques ásperos;
el paño que cae de su gorro de ciudadano,
sutil más allá de la descripción, con la exquisita
elección de los pliegues en su diseño ornamental;
el tapiz sobre el que yace casi ileso,
elaborado con flecos y frondas,
alivia la severidad de la figura…
y mira ahora, mira cómo las borlas casi perfectas del cojín
se equilibran para ocupar los ángulos de la piedra.


Estudio de una pluma del pecho de pavo real (1873). Una sola pluma, pintada a su tamaño natural. Una palpitación iridiscente que transita de la oblicuidad de la pluma activa a la simetría dual decorativa. Una incierta correspondencia con un pétalo acorazonado. Una emoción fría: una punzada como de un agradable y profundo aguijón de avispa. Musgo verde que pasa del jade al esmeralda, del índigo al lapislázuli: todo cuanto está permitido, sin que haya ni trampantojo ni cielo en que mojar un pincel. Un emblema heráldico; vigila y protege contra la tangible materia prima inicial. Una llave perdida de una caja azul para niñas tristes de ojos grises. Acuarela y gouache sobre papel.



                cuirrrrrrr-r-r-r-r-r-r
            ¡pic! ¡pic! ¡pic! chiu-uuí-uuí
        piu-piu-piu-piu-per-piu-piu
los pinzones gorjean débilmente; esta nieve de junio
     los desconcierta
                           Coniston
        brilla como un vidrio
                   mal-fundido
        por una mano indiferente
                            líneas onduladas
        asoman como defectos en planos de fino cristal

    inquieto, inquedo
    turbado y turbador

         ¿Qué gotea cual la plácida lluvia del cielo?
    Niño, según el Spectator de esta mañana
es solo el trasvase de dinero de arriba hacia abajo
         un fenómeno observado a menudo
              concessum propter duritiem cordis
                    algo permitido
       y debidamente asentado en nuestro libro sagrado de partida doble
         me refiero al Evangelio de la Inmundicia de santa Usura
          donde aprendemos de su doctrina de la aritmética
                      que 2 + 2 = 5
               Oh somos tan humanos,
               en verdad, somos tan sabios,
               que mientras nuestros antepasados tenían
               barriles de alquitrán para las brujas
               nosotros los tenemos para todos los demás
         y enfriaremos nuestros calderos, por favor Hécate,
                  según la teoría del señor Darwin
                     ¡con sangre de babuino!
                  Oculto por la luz del día
        manejaremos el comercio de brujas nosotros mismos
     como, una vez, vi a un niño con su canasta de higos podridos
              pobre fruterito ambulante,
     delante de la fachada sur del Palacio Ducal
            agachándose para gritar Fighiaie! Fighiaie!
                 Inibito a chiunque il vendere frutti cattivi
                       19 de junio de 1516
              (es decir, antes de que nadie pensara hacerlo)
como, más de una vez, he visto a las chicas en las ventanas:
    chicas pobres en las ventanas, en los callejones,en las barriadas
         junto al Hotel Euston, junto a las vías del tren, tomen
         Camden Road hacia la cuenca del canal, levanten la vista,
         solo levanten la vista cuando salgan de la sala, caballeros,
         y las distinguirán, ellas se mantienen liberalmente,
         conociendo nuestras aficiones, chicas pobres, nada que vender
         sino todo; nada que vender
         sino a sí mismas, I dewyne
     fordolked of luf-daungere demasiado rápido y lejos,
   más hervido que un caldo por la crueldad insana… No
      no pueden tocarme por acuñar
         yo tan descerca… tan descerca… tan descerca…
                              me gustaría ser un clérigo
                              mintiendo todo el día
              y Pedernal… y Repliegue… y Pero…
           cujus sancte memorie
               esos ricos herederos
                    Fighiaie!


Oh Amor,
    sano como la carne orgullosa
       sobre una curativa herida
          del lado de mi nación

que aún puede pasar
    durante una crisis
       a sustancia morbífica,
          deja que este hombre trabaje.

Oh Amor,
    danos trabajo
       y ponnos a ello,
          pues somos corregibles:

Oh, repáranos
    porque no somos
       aún del todo corregibles
          y sostén nuestra mano

cuando pongamos el alma sobre un lance:
enséñanos a dar y poner en peligro todo
cuanto tenemos tras tu venida, por el alma
no se puede negociar de otro modo, solo se pierde.
Inexpugnable a nuestras economías
todo lo que el embaucador promete,
el alma no está en venta. Y ahora, el coste
          diligentemente contabilizado, la suma
          anotada en el libro mayor, miradla delimitada
          y archivada en secuencia donde pueda hallarla
          cualquiera que pregunte, si alguien lo hace…

      El amor no pone plazo. Programa sus apariciones
      no de acuerdo con nuestros relojes, sino
      con las luna-ofuscadas olas en que cada uno recibimos
      nuestra convocatoria, irrecusable. Deja caminar sobre
      ellas a quienes puedan.

                     …vino Fedra entonces, y Procris,
                  junto a Ariadna, la más pura de ellas,
               la mente de cuyo papi era un matadero
           luminosa Ariadna
           a quien Teseo una vez desde Creta
           a los labrados acres de la sagrada Atenas condujo
           —él no tenía su alegría, ni el deseo de su corazón,
           pobre Ariadna
           pura, luna-ofuscada—
                falso, Dionisio testificó contra ella;
                Artemis la ejecutó…


         Oh, alimentadla con albérchigos y frambuesas,
         con uvas tintas, higos verdes, moras y fresas

¿No está ella aquí conmigo entre el espino en flor?

     Diodati, un año sin verano,
       y el mundo estaba vacío
        —þe fyrre in þe fryth—
           ella era el Universo

Al anochecer revolotean
los murciélagos como harapos negros en el borde
     cenizas de hoguera
     remontando el vórtice
     circuitos espirales
     en torno a la terraza
     todo el día aquí sentado
     preparando la lección

Mis queridos pajaritos, ¿no visteis ayer el fulgor del sol?

¿No la visteis e ella en él
     sin sombrero, descalza
entre los laureles y el macizo de prímulas?


Musgo y fresa salvaje (1873). Suave línea indecisa. Una sugerencia en genitivo. Un secreto en pleno verano. Un hábil y fino musgo anidado en la piedra hendida. Trazos de gouache en papel gris-azul trifoliado con lentejuelas de rocío. Búsquedas. Enraizando un sutil declive en la roca revelado ahora por la posición de una baya. Una mirada oscurecida donde las líneas triangulan pálidamente. Una seña. Un gesto sugerente.




Nota
pendulis mammis (‘pechos colgantes’), expresión de Robert Burton en “On loving an ugly woman", de The Anatomy of Melancholy.
Fro spot my spyryt þer sprang in space. Verso 61 del poema en inglés medio Pearl, traducido por David Gould como «From that spot my spirit sprang up in space» (‘desde ese lugar mi espíritu brotó en el espacio’) y por William Graham Stanton como «That spot my spirit fled apace» (‘ese lugar mi espíritu abandonó deprisa’).
Piazza Santa Maria del Pianto. Obra del escritor y artista inglés John Ruskin, 1819-1900, al que hay muchas referencias, además de los epígrafes, en este poema.
oleaje y espuma de piadosa caballería(surge & foam of pious chivalry). John Ruskin, Renaissance Florence: Four Books. Lecture I. Nicholas the Pisan, 52: «France, all surge and foam of pious chivalry lifts herself in fitful rage of devotion, of avarice, and of pride. She is the natural ally of the church; makes her own monks the proudest of the Popes; raises Avignon into another Rome; prays and pillages insatiabily; pipes pastoral songs of inocence, and invents grotesque variations of crime; gives grace to the rudeness of England, venom to cunning of Italy. (…)». (‘Francia, todo el oleaje y la espuma de la piadosa caballería se alza a sí misma con la furia irregular de la devoción, de la avaricia y del orgullo. Es la aliada natural de la Iglesia; hace de sus propios monjes el mayor orgullo de los Papas; eleva Avignon a otra Roma; ora y saquea insaciable; trina canciones pastorales de inocencia e inventa grotescas variaciones del crimen; da gracia a la rudeza de Inglaterra, veneno a la astucia de Italia.’) Seltzer Books/Google Books.
revelando cómo será todo lo oculto (revealed / as every hidden thing shall be). Lucas 12:2: «Porque nada hay encubierto que no haya de saberse ni nada oculto que no haya de ser revelado».
Substructiones Insanae (‘locas infraestructuras’) es una expresión acuñada por Robert Burton en The Anatomy of Melancholy, referiéndose a los intentos de los aristócratas de establecer su dominio en una zona mediante la construcción de edificios majestuosos, lo que, según escribió, terminaba a menudo en ruina financiera ya que la escala del proyecto agotaba la fortuna de sus dueños. (wikipedia). Inutiles domos (‘casas inútiles’) es una expresión del mismo texto.
El Palacio Contarini-Fasan(The Palazzo Contarini-Fasan, Venice). Obra de John Ruskin.
La Fortaleza, de 1470, es la primera obra documentada de Sandro Botticelli, conservada en la Galería de los Uffizi de Florencia, a quien le fue encargada por el Tribunal de los Seis o de los Mercaderes a causa del retraso en concluir la serie de las virtudes teologales por parte de Piero Pollaiuolo.
Barranco en Maglans (Ravine at Maglans, Valley of Cluse). Obra de John Ruskin que representa una pequeña cascada en Cluse, en la región Ródano-Alpes, departamento de Alta Saboya, Francia.
Anoche santa Úrsula me envió sus claveles... John Ruskin, Fors Clavigera, Letter 74: «Last night, St Ursula sent me her dianthus out of her bedroom window, with her love».
trémulos / y livianos pétalos (tremulous, / frivolous petals). John Ruskin, Proserpina, Cap. III, 7: «Only note the harmony betwen both, and the joy we may have in this division and mystery of the tremulous and frivolous petals , which break the light and the breeze,—compared to what to what with the tremulous and frivolous mind which is in us, we could have had out of domes, or penthouses, or walls of leaf». (‘Solo nota la armonía entre ambos, y la alegría que podemos tener en esta división y misterio de los trémulos y livianos pétalos, que rompen la luz y la brisa, en comparación con lo que con la trémula y liviana mente que hay en nosotros podríamos haber tenido aparte de cúpulas, pérgolas o paredes de hojas.’).
la hoja pura del laurel(the pure laurel leaf). John Ruskin, Proserpina, Cap. III, 20: «But there is nothing so constantly as the pure leaf of laurel, bay, orange, and olive; numerable, sequent, perfect in setting, divinely simple and serene». (‘Pero no hay nada tan constante como la hoja pura de laurel, magnolio, naranjo y olivo; numerable, secuencial, perfecta en ajuste, divinamente simple y serena.’).
ojos grises y mejillas rojas / inútiles en el cielo (gray eyes & red cheeks / useless in heaven). Referencia al primer epígrafe en este poema: «In heaven (…) What will grey eyes and red cheeks be good for there?» ('En el cielo (…) ¿Para qué serán buenos los ojos grises y las mejillas rojas?').
no con nomeolvides(with no forget-me-nots): John Ruskin, Fors Clavigera, Letter 80: «With these, their sisters; who had only, for Venus's mirror, a heap of ashes; compassed about with no forget-me-nots, but with the forgetfulness in the world». (‘Con estas, sus hermanas; quienes solo tenían, para el espejo de Venus, un montón de cenizas; rodeadas no de nomeolvides, sino del olvido en el mundo.’).
¡santa Úrsula me ha enviado / una maceta de rosas! (St. Ursula has sent me / a pot of pinks!) John Ruskin, Fors Clavigera, Letter 88: «a friend staying in Venice brought me a pot of pinks, "with St. Ursula's love"» (‘un amigo que estaba en Venecia me trajo una maceta de rosas, "con el amor de santa Úrsula").
dulces lecheras de Albión / cuya cara es vuestra fortuna (sweet milkmaids of Albion / whose face is your fortune). En 1768 el médico inglés Edward Jenner observó que las lecheras no mostraban en sus caras los habituales signos de la viruela y posteriormente que estas contraían una variante vacuna (propia de las vacas) de la viruela que las inmunizaba contra la viruela humana, lo que dio origen al descubrimiento de las vacunas. bbc/wikipedia
Tenemos una hermanitaCantar de los Cantares, 8:8: «Tenemos una hermana pequeña, y todavía no tiene pechos; ¿qué haremos por nuestra hermana el día en que sea pedida?».
Lado sur de la Basílica de San Marcos (South Side of the Basilica of St. Mark’s, Venice, from the Loggia of the Ducal Palace). Obra de John Ruskin.
Estudio de roca de gneis (Study of Gneiss Rock, Glenfinlas). Obra, también, de John Ruskin.
TEMPORIBVS…: «En su tiempo estuvo en la cima de la filosofía y la medicina el Maestro Galileo Galilei, antes Bonaiuti, quien también amó la república en modo admirable en la más alta magistratura. Para el santo recuerdo de una vida piadosa y dignamente conducida, su hijo Benedetto hizo construir esta tumba para su padre, para él y sus descendientes». La inscripción de la tumba de Galileo en la Basilica di Santa Croce se muestra en fotografía y traducida al italiano en la web del Museo Galileo.
Estudio de pluma(Study of a Peacock’s Breast Feather). Obra de John Ruskin.
¿Qué gotea cual la plácida lluvia del cielo? (What is it droppeth as the gentle rain from heaven?) Shakespeare, El mercader de Venecia, IV, I: «The quality of mercy is not strain’d; / It droppeth as the gentle rain from heaven / Upon the place beneath». (‘La clemencia no requiere fuerza: cae cual la plácida lluvia del cielo sobre un lugar y lo fecunda.’).
concessum propter duritiem cordis. Francis Bacon, Of Usury: «I say this only, that usury is a concessum propter duritiem cordis [a thing allowed by reason of the hardness of men’s hearts]; for since there must be borrowing and lending, and men are so hard of heart as they will not lend freely, usury must be permitted». (‘Digo esto solamente: que la usura es un concessum propter duritiem cordis [algo permitido a causa de la dureza de corazón de los hombres]; dado que debe haber préstamos y créditos, y como los hombres son tan duros de corazón que no prestarán libremente, la usura debe ser permitida.’).
Evangelio de la Inmundicia. The Gospel of Filth es un libro sobre la banda de heavy metal Cradle of Filth, formada en Suffolk, Inglaterra, en 1991 por Dani Filth, autor del libro junto al periodista Gavin Baddeley.
Hécate. La diosa griega de la brujería aparece en Macbeth para aleccionar a las brujas mientras estas mezclan el hechizo en su caldero. →
¡con sangre de babuino! (with baboon blood!). Shakespeare, Macbeth, IV, I: «We’ll cool the mixture with baboon blood. / After that the charm is finished». (‘Enfriaremos la mezcla con sangre de babuino. / Después de eso, el hechizo habrá concluido.’).
Fighiaie! ('¡Higos!'). De una carta de John Ruskin fechada en 1873: «Antes de que hubiera terminado de escribir la última frase, el grito de un muchacho vendiendo algo negro en una cesta en el muelle se hizo tan agudamente distinguible por encima de las voces de los siempre discutidores gondoleros, que fue menester dejarlo de nuevo y bajar al muelle para ver lo que tenía para vender. Eran higos medio podridos, prematuramente sacudidos por las tormentas de mitad del verano; su grito de "Fighiaie" apenas cesó, continuando, como observé, con la misma claridad entre sus piernas que cuando estaba de pie, mientras se inclinaba para sacar una porción comestible del negro revoltijo para servir a un cliente. Su cara me trajo lágrimas a los ojos, tan abierta, tan dulce y fuerte era; y tan triste. Le di tres peniques muy pequeños, pero no cogí higos, para su sorpresa: no pensó en lo barato que a mí me resultaba mirarlo a él y a su cesta, por aquel dinero; ni que la fruta, "que no se podía comer, tan mala era", se vendía barata ante el palacio del Dux de Venecia, para cualquiera que pudiera leer letreros, ya sea en la tierra como en el cielo y en el mar». The Genius of John Ruskin: Selections from His Writings. University of Virginia Press/Google Books.
Inibito a chiunque il vendere frutti cattivi: 'Prohibido a cualquiera vender fruta mala'.
I dewyne, fordolked of luf-daungere. Otro verso (11) del poema en inglés medio Pearl, traducido por W. G. Stanton como «Wounded by love beyond repair» (‘herido por el amor más allá del remedio’).
demasiado rápido y lejos. Referencia al tercer epígrafe de este poema: «¡Demasiado rápido y lejos de nuevo!» (Too fast and far again!).
No / no pueden tocarme por acuñar (No / they cannot touch me for coyning). Shakespeare, El rey Lear, IV, VI: «No, they cannot touch me for coining; I am the / king himself». (‘No, no pueden tocarme por acuñar; yo soy el / mismo rey.’).
yo tan descerca (me so misby). La expresión "me so misby" aparece en varios lugares de las cartas de John Ruskin a Joan Severn; misby podría ser una palabra compuesta por mis y by, traducible, por ejemplo, por descerca. →
me gustaría ser un clérigo / mintiendo todo el día (me wish me was a clergyman / tellin lies all day). Carta de John Ruskin a Joan Severn, 6 nov. 1872: «Take great care of it, I want it —Me so misby — misby — misby — I really sometimes almost wish I was a clergyman tellin lies all day long — it makes people so happy». (‘Ten mucho cuidado, lo deseo. Yo, tan descerca, descerca, descerca, que a veces casi me gustaría ser un clérigo que dice mentiras todo el día; eso hace a la gente tan feliz.’) Rachel Dickinson, John Ruskin's Correspondence with Joan Severn: Sense and Nonsense Letters. Routledge/Google Books.
y Pedernal… y Repliegue… y Pero… (& Flint — & Tukup — & But —). «Rose whose mind he believed to be afflicted by religion, the girl for whom he had invented those hard, despairing nicknames, 'Tukup', 'But', 'Flint'». ('Rose, cuya mente creía afligida por la religión, la chica para la que había inventado esos apodos duros y desesperados, 'Tukup' [¿= tuck up = arropar?], 'But' [pero] , 'Flint' [pedernal]'). Timothy Hilton, The Cambridge Companion to John Ruskin. Cambridge University Press/Google Books.
cujus sancte memorie (‘para el santo recuerdo’) es un fragmento de la inscripción en la tumba de Galileo.
esos ricos herederos (those rich-left heirs). Shakespeare, Cimbelino, IV, II: «O bill, sore-shaming / Those rich-left heirs that let their fathers lie / Without a monument!». (‘¡Oh pico, hiriendo y humillando / a esos ricos herederos que dejan que sus padres / yazgan sin un monumento!’).
Ariadna, la más pura de ellas (Ariadnè, fairest of all). Ariadna, en griego Ἀριάδνη, de la forma greco-cretense arihagne, ‘la más pura’; otra etimología hace derivar el nombre de las palabras ugaríticas ar y adn, cuyo significado vendría a ser ‘luz del padre o señor’. (wikipedia)
Diodati, un año sin verano (Diodati, a year with no summer). 1816 fue el llamado “año sin verano”, durante el cual se reunieron en Villa Diodati (cerca de Ginebra) Lord Byron, John Polidori y Mary Shelley.
þe fyrre in þe fryth. Fragmento del verso 103 del poema Pearl, traducido por W. G. Stanton como «The further into the wood» (‘Al adentrarme en el bosque’).
y el mundo estaba vacío (and the world was void). Lord Byron, fragmento del verso 69 del poema Darkness: «The world was void» (‘El mundo estaba vacío`). →
ella era el universo (she was the Universe). Lord Byron, final del poema Darkness: «Darkness had no need / Of aid from them—She was the Universe» (‘La Oscuridad no necesitaba / de su ayuda: Ella era el universo.’).
Musgo y fresa salvaje (Moss & Wild Strawberry). Obra, una vez más, de John Ruskin. Representa una grieta en la roca en la que crece un fino musgo y sobre él plantas, trifoliadas, de fresa salvaje; llega a sugerir una vulva.

Paul Batchelor. Brantwood Senilia (poetryfoundation.org)
paulbatchelor.co.uk
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018




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