Trece Cantigas de Amigo
I
Amiga: dicen que mi amigo tiene
por mí tal pena que no ha de conseguir
de ningún modo un día más vivir
si por mí no es, y mirad lo que tiene:
si por mí muere, quedaré muy mal,
y si le hago algún bien, pasará igual.
Y tan infeliz está, como sé yo,
que no lo puede ya nada salvar
de la muerte, si bien no le he de dar,
mas mirad ahora como estoy yo:
si por mí muere, quedaré muy mal,
y si le hago algún bien, pasará igual.
Dicen que por mí está infeliz así
que cuantas cosas que en el mundo vio
no le pueden dar vida, si yo no
le hago bien, y el caso es ahora así:
si por mí muere, quedaré muy mal,
y si le hago algún bien, pasará igual.
Y, amiga, por Dios, un consejo tal
dadme vos que aquí no quede yo mal.
II
—Por Dios, amiga: preguntaros he
por vuestro amigo que os quiere bien,
si obtuvo nunca de vos algún bien,
que me lo digáis yo os lo agraciaré.
—Por Dios, amiga, yo os lo diré:
me sirvió mucho, y no le quise hacer
bien, y él fue ya a otra mujer querer.
—Amiga: no obrasteis con precaución
al perder a vuestro amigo así,
cuando él os amaba más que a sí;
¿por qué no le hicisteis buena acción?
—Yo os diré, amiga, por qué razón:
me sirvió mucho, y no le quise hacer
bien, y él fue ya a otra mujer querer.
—Ved, amiga: mi pensamiento es tal
que, pues amigo Dios os dar quisiera
que mucho os ame y os quisiera,
debéis hacerle bien y no mal.
—Amiga: no pude hacer yo igual:
me sirvió mucho, y no le quise hacer
bien, y él fue ya a otra mujer querer.
III
—Ay amiga: hoy habló conmigo
vuestro amigo y lo vi tan apenado
por vos que no vi hombre tan lastimado,
pues muerto es, si vos no lo socorréis.
—Amiga: cuando eso sea adecuado,
socorrerlo he, mas no os maravilléis
de que ande por mí apenado mi amigo.
—En verdad, amiga: yo bien os digo
que, mientras estaba de vos hablando,
desfalleció, y si sigue así penando
morirá, si vos cura no le dais.
—Ya le daré, amiga, tiempo andando,
mas vos por maravilla no tengáis
de que ande por mí apenado mi amigo.
—Amiga: tal pena de amor ha consigo
que ya no duerme ni noche ni día
pensando en vos, y, por santa María,
sin vuestro bien no lo sanara nada.
—Lo sanaré yo, amiga, todavía,
mas vos no os quedéis maravillada
de que ande por mí apenado mi amigo.
IV
Amigo: desde la primera ocasión
sé que trováis siempre de amor por mí,
y ahora veo que os critican ahí,
mas ya nunca Dios quiera estar conmigo
si desde hoy no os doy yo razón
para que hagáis cantigas de amigo.
Y, pues ellos piensan que es mejor,
alabaros de quien nunca os dio
a vos ningún bien, desde que nació,
por ello desde hoy os juro y os digo
que yo os quiero dar razón de amor
para que hagáis cantigas de amigo.
Y sabe Dios que de esto no pensé
nunca yo ahora os llegar a otorgar,
mas, pues el trovar os piensan quitar,
veré ahora el poder que tienen consigo,
pues de tal manera bien yo os haré
para que hagáis cantigas de amigo.
V
Me pesa, amiga, no os quiero mentir,
de unas nuevas que de mí y de mi
amigo oí, y os las diré yo aquí:
dicen que conocen el gran amor
que tiene conmigo, y, si verdad es,
maravilla es que bien pueda salir.
Y bien os digo que, desde que oí
estas nuevas, siempre triste andaré,
pues bien conozco y bien veo y bien sé
el mal que de este caso nos vendrá
por conocerlo, pues cierto es ya
que muera yo por él y él por mí.
Pues, al saberlo, prohibido le está
que nunca más venga a ningún lugar
que él me vea, tanto me han de guardar;
ya lo veis muerto por esta razón,
pues bien sabéis vos de mí que no
puedo ya sin él vivir, en verdad.
Mas Dios, que sabe bien de su querer
y el mío, cuando sea menester
nos guarde de mal, si Él ve que bien está.
VI
—Hija: de grado quisiera saber
de vuestro amigo y de vos también
cómo os va ahora o si estáis bien.
—Yo os lo voy pronto, madre, a exponer:
le quiero yo y él me quiere a mí
y bien os digo que no hay más aquí.
—Hija: no sé si aquí hay más o no,
mas os veo siempre con él hablar
y os veo a vos llorar y a él llorar.
—Otra razón, madre, no os diré yo:
le quiero yo y él me quiere a mí
y bien os digo que no hay más aquí.
—Si lo negáis, hija, me pesará,
pues, si algo más hubo, lo que pueda ser,
otro remedio habrá menester.
—Os dije, madre, cuanto hay aquí ya:
le quiero yo y él me quiere a mí
y bien os digo que no hay más aquí.
VII
Vuestro juramento, amigo, da igual,
pues bien que tuvisteis ocasión
de hacer cuanto yo quisiera, y más no;
mas, por ruego ni por bien ni por mal,
ya no puedo vuestra marcha impedir.
Nunca nada de vos podré creer,
pues siempre quisisteis hacer por mí
cuanto os mandara, y me mentís así;
mas, aunque haga lo que esté en mi poder,
ya no puedo vuestra marcha impedir.
Aun de no tener el pacto que sé,
y que os fue siempre muy menester,
lo que yo quisiera debíais hacer;
mas, aunque mil veces yo os rogué,
ya no puedo vuestra marcha impedir.
VIII
Amigo: entiendo que no pudisteis
lejos de mí vivir, y tuvisteis
mi piedad, mas de nada os valió,
pues un tan gran pesar me hicisteis
que ya nunca haceros bien juré yo.
Quisiera esto no haber jurado,
pues os veo llegar tan apenado,
más, mi piedad, ¿de qué os sirvió
si, al iros sin habéroslo ordenado,
que nunca os haría bien juré yo?
Para siempre habéis de mí partido
y de nada os sirve haber tenido
mi piedad, y mucho me pesó,
pues juré, cuando os hubisteis ido,
que ya nunca bien os haría yo.
IX
—¿Qué es lo que pensáis, amiga, hacer
del gran juramento que os vi jurar
de nunca a vuestro amigo perdonar,
pues os diré que en tal modo lo vi
que, solo vuestro favor, creed por mí,
contra la muerte le puede valer?
—Todo eso, amiga, muy bien pueda ser,
pero yo ya me intentaré vengar
de lo que me hizo y, si os causa pesar,
vos no le hagáis al vuestro así;
pues bien visteis cuánto yo le prohibí
que no se fuera, y no me quiso creer.
—Por Dios, nunca, amiga, venganza cual
esta le haréis, ni Dios lo ha de ver
si yo pudiera, ni os es menester
hacerla, pues ved lo que pasará:
de vuestro amigo morir, morirá
por haceros bien y nunca por mal.
—Amiga: no tengo yo por bien tal
lo que él me hizo, y quien lo pueda tener
por bien, haya así del que suele querer,
y, menos la muerte, mal no tendrá,
en verdad, que a mí no me placerá,
mas que él muera no me plazca a mí igual.
X
Amigo: vos nunca queréis mirar
cosa alguna y solo a lo vuestro vais,
y el tiempo o la manera no miráis
mejor de venir conmigo a hablar,
y no queráis pues, amigo, hacer
por culpa vuestra a mí y a vos morir.
Y el otro día llegasteis aquí
de manera que tuve tal pavor
que, aunque del mundo yo fuera señor,
no quisiera que vinierais así,
y no queráis pues, amigo, hacer
por culpa vuestra a mí y a vos morir.
Y el que a mujer en verdad quiere bien,
según pienso, se intenta encubrir
y mira el tiempo y ocasión de ir
junto a ella, mas a vos no os conviene,
y no queráis pues, amigo, hacer
por culpa vuestra a mí y a vos morir.
Vos no miráis ni a bien ni a mal
ni de lo que por esto nos vendrá,
sino que solo a lo vuestro miráis ya,
pero mucho más hay en hecho tal,
y no queráis pues, amigo, hacer
por culpa vuestra a mí y a vos morir.
XI
Madre: el que sé que me quiere con bien
y que siempre hizo lo que le pedí,
y nunca de esto galardón le di,
madre, y muerto de amor por mí va a ser,
viene aquí, y, si esto os place también,
decidme vos lo que debo aquí hacer.
Pues si no es por mí no puede vivir,
y lo amo yo y él, desde que me vio,
en cuanto pudo y supo, me sirvió,
mas, pues yo le puedo cuita traer,
Dios me perdone, en que él puede morir,
decidme vos lo que debo aquí hacer.
Porque si él muriera, madre, en verdad,
me pesaría cuanto pesar
más pudiera, pues en todo lugar
me sirvió en lo que estuvo en su poder,
y, pues veis cómo es el caso, hablad,
decidme vos lo que debo aquí hacer.
XII
Ahora veré, amiga, qué hará
mi amigo pues él no quiso creer
lo que le dije y me habrá de perder,
pues de tal modo me guardan de él ya
que por él no podré hacer nada yo,
pero esto él muy bien se lo buscó.
Él quiso seguir a su corazón
y siempre su voluntad hacer
y así todos nos pudieron ver,
y por eso las guardias tantas son
que por él no podré hacer nada yo,
pero esto él muy bien se lo buscó.
Y, aunque le quiera de aquí en adelante
todo lo más que le pueda querer,
por no poder, no le haré yo placer,
y es que me guarda tal vigilante
que por él no podré hacer nada yo,
pero esto él muy bien se lo buscó.
Y lo veis: así acontece a quien no
en este asunto con sentido obró.
XIII
Amigo: mal supisteis esconder
nuestro asunto y me perdisteis a mí
y yo a vos, y hoy quien nos pueda ver
de esto se guarde y, si a mujer amara,
acepte aquel bien que Dios le entregara
y deje el resto y pase el tiempo así.
Pues vos quisisteis tener aquel bien
de mí que yo no os podía cumplir
sin daño mío, y perdisteis también
cuanto yo antes os tenía de amor,
y así hace quien no es entendedor,
si Dios lo da, de poder bien sufrir.
Y bien sabéis que hace tanto ya
que de esto en lo que estamos recelé,
mucho, amigo, y, puesto que el bien allá
no supisteis sufrir, sufrid el mal,
pues, aunque quisiera hacer tal o cual,
me lleve el diablo si hacerlo yo sé.
☛ Universo Cantigas. Joan Baveca
☛ B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Johan Baveca
☛ Real Academia de la Historia. Johan Baveca
☛ Cantigas Medievais Galego Portuguesas. João Baveca
☛ Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014
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I
Amiga: dizen que meu amig’ á
por mí tal coita que non á poder
per nulha guisa d’ un día viver
se per mí non, e vedes quant’ i á:
se por mí morre, fic’ end’ eu mui mal,
e se lh’ ar faç’ algun ben, outro tal.
E tan coitad’ é, com’ aprendí eu,
que o non pode guarir nulha ren
de morte ja, se lh’ eu non faço ben,
mais vedes ora com’ estou end’ eu:
se por mí morre, fic’ end’ eu mui mal,
e se lh’ ar faç’ algun ben, outro tal.
Dizen que é por mí coitad’ assí
que quantas cousas eno mundo son
non lhi poden dar vida, se eu non,
e este preito caáem’ ora assí:
se por mí morre, fic’ end’ eu mui mal,
e se lh’ ar faç’ algun ben, outro tal.
E, amiga, por Deus: conselho tal
mi dade vós que non fique end’ eu mal.
II
—Por Deus, amiga: preguntar vos ei
do voss’ amigo que vos quer gran ben,
se ouve nunca de vós algun ben,
que mho digades e gracírvol’ ei.
—Par Deus, amiga, eu vo-lo direi:
serviume muito, e por lh’ eu non fazer
ben, el foi outra molher ben querer.
—Amiga: vós non fezestes razón
de que perdestes voss’ amig’ assí,
quando vos el amava máis ca si;
por que lhi non fezestes ben entón?
—Eu vos direi, amiga, por que non:
serviume muito, e por lh’ eu non fazer
ben, el foi outra molher ben querer.
—Vedes, amiga: meu sén ést’ atal
que, pois vos Deus amigo dar quiser
que vos muit’ am’ e vos gran ben quiser,
ben lhi devedes fazer e non mal.
—Amiga: non lhi pud’ eu fazer al:
serviume muito, e por lh’ eu non fazer
ben, el foi outra molher ben querer.
III
—Ai amiga: oje falou comigo
o voss’ amigo e vío tan coitado
por vós que nunca vi tant’ ome nado,
ca mort’ era se lhi vós non valedes.
—Amiga: quand’ eu vir que é guisado,
valerlh’ ei, mais non vos maravilhedes
d’ andar por mí coitado meu amigo.
—Per boa fe, amiga: ben vos digo
que, u estava mig’ en vós falando,
esmoreceu, e ben assí andando
morrerá, se vos del doo non filha.
—Si, filhará, ai amiga, ja quando,
mais non tenhades vós por maravilha
d’ andar por mí coitado meu amigo.
—Amiga: tal coita d’ amor á sigo
que ja nunca dorme noite nen día
coidand’ en vós, e, par santa María,
sen vosso ben non o guarira nada.
—Guarreio eu, amiga, toda vía,
mais non vos façades maravilhada
d’ andar por mí coitado meu amigo.
IV
Amigo: sei que á mui gran sazón
que trobastes sempre d’ amor por mí,
e ora vejo que vos travan i,
mais nunca Deus aja parte comigo
se vos eu des aquí non dou razón
per que façades cantigas d’ amigo.
E, pois vos eles teen por melhor
de vos enfengir de quen vos non fez
ben, pois naceu, nunca nen unha vez,
e por én des aquí vos jur’ e digo
que eu vos quero dar razón d’ amor
per que façades cantigas d’ amigo.
E sabe Deus que desto nulha ren
vos non cuidava eu ora fazer,
mais, pois vos cuidan o trobar tolher,
ora verei o poder que an sigo,
ca de tal guisa vos farei eu ben
per que façades cantigas d’ amigo.
V
Pésamh, amiga, por vos non mentir,
dunhas novas que de mí e do meu
amig’ oí, e diréivolas eu:
dizen que lh’ entenden o grand’ amor
que á comig’, e, se verdade for,
por maravilha pod’ a ben saír.
E ben vos digo que, des que oí
aquestas novas, sempre trist’ andei,
ca ben entend’ e ben vej’ e ben sei
o mal que nos deste preit’ averrá
pois lh’ entenderen, ca posto x’ é ja
de morrer eu por el e el por mí.
Ca, poi-lo souberen, el partid’ é
de nunca ja máis viir a logar
u me veja, tanto m’ an de guardar;
védelo morto por esta razón,
pois ben sabedes vós de mí que non
poss’ eu sen el viver, per boa fe.
Mais Deus, que sabe o gran ben que m’ el quer
e eu a el, quando nos for mester
nos guarde de mal, se vir ca ben é.
VI
—Filha: de grado quería saber
de voss’ amig’ e de vós unha ren:
como vos vai ou como vos avén.
—Eu vo-lo quero, mha madre, dizer:
quérolh’ eu ben e que’ lo el a mí
e ben vos digo que non á máis i.
—Filha: non sei se á i máis, se non,
mais vejo vos sempre con el falar
e vejo vós chorar e el chorar.
—Non vos terrei, madre, i outra razón:
quérolh’ eu ben e que’ lo el a mí
e ben vos digo que non á máis i.
—Se mho negardes, filha, pesarmi á,
ca, se máis á i feit’, a como quer,
outro conselh’ avemos i mester.
—Ja vos eu dixi, madre, quant’ i á:
quérolh’ eu ben e que’ lo el a mí
e ben vos digo que non á máis i.
VII
Vossa menaj’, amigo, non é ren,
ca de pran ouvestes toda sazón
a fazer quant’ eu quisesse e al non
e, por rogo nen por mal nen por ben,
sol non vos poss’ esta ida partir.
Nunca vos ja de ren ei a creer,
ca sempr’ ouvestes a fazer por mí
quant’ eu mandass’, e mentídesm’ assí
e, pero faç’ i todo meu poder,
sol non vos poss’ esta ida partir.
Que non ouvess’ antre nós qual preito á,
por qual ben vos foi sempre mui mester,
deviades por mí fazer que quer
e, pero vos mil vezes roguei ja,
sol non vos poss’ esta ida partir.
VIII
Amig’: entendo que non ouvestes
poder d’ alhur viver, e veestes
a mha mesura, e non vos val ren,
ca tamanho pesar mi fezestes
que jurei de vos nunca fazer ben.
Quiséram’ eu non aver jurado,
tanto vos vejo viir coitado
a mha mesura, mas que prol vos ten
ca, u vos fostes sen meu mandado,
jurei que nunca vos fezesse ben?
Por sempre sodes de mí partido
e non vos á prol de seer viido
a mha mesura, e gran mal m’ é én,
ca jurei, tanto que fostes ido,
que nunca ja máis vos fezesse ben.
IX
—Como cuidades, amiga, fazer
das grandes juras que vos vi jurar
de nunca voss’ amigo perdoar,
ca vos direi de qual guisa o vi:
que, sen vosso ben, creede per mí,
que lhi non pode ren morte tolher?
—Tod’ ess’, amiga, ben pode seer,
mais punharei eu ja de me vingar
do que m’ el fez e, se vos én pesar,
que non façades ao voss’ assí,
ca ben vistes quanto lhi defendí
que se non foss’, e non me quis creer.
—Par Deus, amiga, vinga tan sen sén
nunca vós faredes, se Deus quiser,
a meu poder, nen vos era mester
de a fazer, ca vedes quant’ i á:
se voss’ amigo morrer, morrerá
por ben que fez e non por outra ren.
—Amiga: non poss’ eu teer por ben
o que m’ el faz, e a que o tever
por ben, tal aja daquel que ben quer,
mas, sen morte, nunca lhi mal verrá,
per boa fe, que mi non prazerá,
pero del morrer non mi praza én.
X
Amigo: vós non queredes catar
a nulha ren, se ao vosso non,
e non catades tempo nen sazón
a que venhades comigo falar,
e non querades, amigo, fazer,
per vossa culpa, mí e vós morrer.
Ca noutro día chegastes aquí
a tal sazón que ouv’ én tal pavor
que, por seer deste mundo senhor,
non quisera que venhéssedes i,
e non querades, amigo, fazer,
per vossa culpa, mí e vós morrer.
E quen molher de coraçón quer ben,
a meu cuidar, punha de s’ encobrir
e cata temp’ e sazón pera ir
u ela est’, e a vós non avén,
e non querades, amigo, fazer,
per vossa culpa, mí e vós morrer.
Vós non catades a ben nen a mal
nen do que nos pois daquest’ averrá,
senón que pass’ o vosso unha vez ja,
mais en tal feito muit’ á mester al,
e non querades, amigo, fazer,
per vossa culpa, mí e vós morrer.
XI
Madr’: o que sei que mi quer mui gran ben
e que sempre fez quanto lh’ eu mandei,
e nunca lhi desto galardón dei,
mha madre, vén, e el quer ja morrer
por mí d’ amor, e, se vos prouguer én,
vós catad’ i o que devo fazer.
Ca non pode guarir, se per min non,
ca o am’ eu, e el, des que me viu,
a quanto pod’ e soube, me serviu,
mais, pois lh’ eu poss’ a tal coita valer
come de morte, se Deus vos perdón,
vós catad’ i o que devo fazer.
Ca del morrer, madre, per boa fe,
mi pesaría quanto mi pesar
máis podesse, ca en todo logar
me serviu sempr’ a todo seu poder,
e, pois veedes com’ este preit’ é,
vós catad’ i o que devo fazer.
XII
Ora veerei, amiga, que fará
o meu amigo que non quis creer
o que lh’ eu dix’ e soube me perder,
ca de tal guisa me guardan del ja
que non ei eu poder de fazer ren
por el, mais esto buscou el mui ben.
El quis comprir sempre seu coraçón
e soub’ assí sa fazenda trager
que tod’ ome nos podía ’ntender,
e por aquest’ as guardas tantas son
que non ei eu poder de fazer ren
por el, mais esto buscou el mui ben.
E, pero lh’ eu ja queira des aquí
o maior ben que lhi possa querer,
pois non poder, non lhi farei prazer,
e dígovos que me guardan assí
que non ei eu poder de fazer ren
por el, mais esto buscou el mui ben.
E vedes vós: assí conteç’ a quen
non sab’ andar en tal preito con sén.
XIII
Amigo: mal soubestes encobrir
meu feit’ e voss’ e perdestes per i
mí e eu vós, e oimais quen nos vir
de tal se guard’ e, se molher amar,
filh’ aquel ben que lhi Deus quiser dar
e leix’ o mais e pass’ o temp’ assí.
Ca vós quisestes aver aquel ben
de min que vos non podía fazer
sen meu gran dan’, e perdestes por én
quanto vos ant’ eu fazía d’ amor,
e assí faz quen non é sabedor
de saber ben, pois lho Deus dá, sofrer.
E ben sabedes camanho temp’ á
que m’ eu daquest’, amigo, receei
en que somos, e, pois que o ben ja
non soubestes sofrer, sofred’ o mal,
ca, pero m’ end’ eu queira fazer al,
o demo lev’ o poder que end’ ei.
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