Cinco Cantigas de Amigo
I
Amiga, yo bien sé que mi amigo
a otra quiere bien o muerto está,
pues no envía recado ni viene ya ,
y, cuando él partió, habló conmigo
que vendría pronto y con agrado
o, si no, que enviaría recado.
Me pesó mucho, cuando él partía,
y le empecé entonces a preguntar:
«¿Pensáis mucho, amigo, allá morar?»
Y él me juró, por santa María,
que vendría pronto y con agrado
o, si no, que enviaría recado.
Y cuando estaba conmigo hablando
le dije: «¿Qué haré yo si no os viera
o si vuestro recado no oyera
a tiempo?» Y él me juró llorando
que vendría pronto y con agrado
o, si no, que enviaría recado.
II
Amiga, hoy de mi amigo
la noticia me ha llegado
que vive y enamorado
de otra dama está, yo os digo,
mas juro a Dios que quisiera
mejor oír que muerto era.
Yo estaba muy asombrada
porque tanto ya tardaba
y solo en esto pensaba,
así sea de él vengada,
mas juro a Dios que quisiera
mejor oír que muerto era.
Muy apenada vivía,
mas ahora no sé qué sea
de mí, pues a otra desea
y ya dejó a quien servía,
mas juro a Dios que quisiera
mejor oír que muerto era.
Para él mucho mejor era,
y a mí más me pluguiera.
III
Os queréis marchar, amigo, de aquí
y esto me pesa, y que me valga Dios,
y me pesa a mí por estos mis dos
ojos y porque ya viviré así
cual vive quien tiene pena de amor
y no da a sí ni a nada valor.
Cuando os vayáis nada igual será,
por Dios, amigo; mas yo qué haré,
pues otro remedio aquí no sé
sino vivir, cuanto he de vivir ya,
cual vive quien tiene pena de amor
y no da a sí ni a nada valor.
Vuestra marcha, amigo, tan grave me es
que yo nunca os lo sabría decir,
mas, como esto ya no puede existir,
si viviera, viviré, en verdad pues,
cual vive quien tiene pena de amor
y no da a sí ni a nada valor.
IV
Qué gran agravio me hizo, amiga,
mi amigo, cuando se fue de aquí
a mi pesar, ya que se lo prohibí,
mas, pese a lo que queréis que os diga,
si volviera de allá, lo perdonaría.
Y me hizo tal pesar y tan feo
al irse de aquí que hube de jurar
que mientras viva no le iba a hablar,
mas, porque a él yo tanto lo deseo,
si volviera de allá, lo perdonaría.
Bien os digo, amiga, en verdad
que ya nunca hacerle bien yo juré
ante él, y aun así de aquí se fue,
mas, pues tengo de él gran soledad,
si volviera de allá, lo perdonaría.
V
El otro día en San Salvador
vi a mi amigo, que anhela mi querer,
y nunca hubo más infeliz mujer
que yo soy, si es que mi juicio está bien,
pensando, amiga, qué fuera mejor:
si matarlo o si hacerle bien.
Él es por mí tan infeliz de amor
que morirá de mi bien no tener,
pues allí lo vi y podéis creer
lo que digo, porque muero también
pensando, amiga, qué fuera mejor:
si matarlo o si hacerle bien.
Soy yo su señora y tengo el valor
de hacer con él todo a mi placer,
mas era tan infeliz que menester,
pues lo vi, no hay de causarle desdén,
pensando, amiga, qué fuera mejor:
si matarlo o si hacerle bien.
NotaCantiga V, San Salvador: Antigua capilla románica de la que quedan algunos restos, hoy integrados en la iglesia de la parroquia de San Salvador de Bastavales, en el ayuntamiento de Brión, cercano a Santiago de Compostela.
☛ Universo Cantigas. Sacho Sanchez
☛ B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Sancho Sanchez
☛ Cantigas Medievais Galego Portuguesas. Sancho Sanches
☛ Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014
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I
Amiga: ben sei do meu amigo
que é mort’ ou quer’ outra dona ben,
ca non m’ envía mandado nen vén,
e, quando se foi, posera migo
que se venhesse logo a seu grado,
se non, que m’ enviasse mandado.
A min pesou muito, quando s’ ía,
e comeceilhi entón a preguntar:
«Cuidades muit’, amig’, alá morar?»
E juroumi, par santa María,
que se venhesse logo a seu grado,
se non, que m’ enviasse mandado.
U estava conmigo falando
díxilh’: «Eu que farei se vos non vir
ou se vosso mandado non oír
ced’?» E entón juroum’ el chorando
que se venhesse logo a seu grado,
se non, que m’ enviasse mandado.
II
Amiga, do meu amigo
oí eu oje recado
que é viv’ e namorado
doutra dona, ben vos digo,
mais jur’ a Deus que quisera
oír ante que mort’ era.
Eu era maravilhada
porque tan muito tardava,
pero sempr’ esto cuidava,
se eu del seja vingada,
mais jur’ a Deus que quisera
oír ante que mort’ era.
Mui coitada per vevía,
mais ora non sei que seja
de min, pois outra deseja
e leixou min que servía,
mais jur’ a Deus que quisera
oír ante que mort’ era.
E a el mui melhor era
e a min máis mi prouguera.
III
Irvos queredes, amigo, d’ aquí
e pésam’ end’ assí me valha Deus;
e pésami por estes olhos meus
e porque sei que viverei assí
como vive quen á coita d’ amor
e non á de si nen de ren sabor.
Des u vos fordes ja i al non á,
por Deus, amigo; mais eu que farei,
ca outro conselh’ eu de min non sei
senón viver, en quanto viver ja,
como vive quen á coita d’ amor
e non á de si nen de ren sabor.
Esta id’, amigo, tan grave m’ é
que vo-lo non sabería dizer,
mais, pois end’ al ja non pode seer,
se viver, viverei, per boa fe,
como vive quen á coita d’ amor
e non á de si nen de ren sabor.
IV
Que mui gran torto mi fez, amiga,
meu amigo quando se foi d’ aquí
a meu pesar, pois que lho defendí,
mais, pero queredes que vos diga,
se venhess’ én, ja lh’ eu perdoaría.
Tanto mi fez gran pesar sobejo
en s’ ir d’ aquí que ouve de jurar
mentre vivesse de lhi non falar,
mais, porque o tan muito desejo,
se venhess’ én, ja lh’ eu perdoaría.
Ben vos dig’, amiga, en verdade
que jurei de nunca lhi fazer ben
ant’ el, e non leixou de s’ ir por én,
mais, porque ei del gran soidade,
se venhess’ én, ja lh’ eu perdoaría.
V
En outro día en San Salvador
vi meu amigo, que mi gran ben quer,
e nunca máis coitada foi molher
do que eu i fui, segundo meu sén,
cuidand’, amiga, qual era melhor:
de o matar ou de lhi fazer ben.
El é por mí tan coitado d’ amor
que morrerá se meu ben non ouver;
e vío eu alí e, como quer
que vos diga, ouvi a morrer por én
cuidand’, amiga, qual era melhor:
de o matar ou de lhi fazer ben.
Meu é o poder, que soo senhor
de fazer del o que m’ a mí prouguer,
mais foi i tan coitado que mester
non m’ én fora, pois que o vi, per ren,
cuidand’, amiga, qual era melhor:
de o matar ou de lhi fazer ben.
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