Tres (+ unha) Cantigas de Amigo
I
A Santiago en romería ya el buen
Rey viene, y me place de corazón
por dos cosas, madre, y Dios dé perdón:
porque creo que me hace Dios gran bien
pues veré al Rey, a quien yo nunca vi,
y a mi amigo, que con él viene aquí.
[…]
II
Bailemos nosotras las tres, ay amigas,
bajo estas avellanedas floridas,
y quien fuera como nosotras bellidas,
de amigo amar,
bajo estas avellanedas floridas
vendrá a bailar.
Bailemos nosotras las tres, ay hermanas,
bajo este ramo de estas avellanas
y quien fuera como nosotras lozanas,
de amigo amar,
bajo este ramo de estas avellanas
vendrá a bailar.
Por Dios, amigas, mientras que más no hacemos,
bajo este ramo florido bailemos
y quien bella parezca, como parecemos,
de amigo amar,
bajo este ramo, cuando juntas bailemos,
vendrá a bailar.
III
—Bailad hoy, ay hija, que placer veáis,
ante vuestro amigo, al que mucho amáis.
—Bailaré, yo madre, pues vos lo mandáis,
aunque bien entiendo de vos yo también
que en que viva él poco es lo que pensáis,
pues vos me mandáis que baile ante él bien.
—Os ruego, ay hija, por Dios, que bailéis
ante vuestro amigo, pues bella estaréis.
—Bailaré, yo madre, pues vos lo queréis,
aunque bien entiendo de vos yo también
que en que viva él poco gran placer tendréis,
pues vos me mandáis que baile ante él bien.
—Por Dios, hija mía, bailad si os agrada
ante vuestro amigo bajo la granada.
—Bailaré, yo madre, porque soy mandada,
aunque bien entiendo de vos yo también
que en que viva él poco sois muy pagada,
pues vos me mandáis que baile ante él bien.
—Bailad hoy, ay hija, por santa María,
ante vuestro amigo, que bien os quería.
—Bailaré, yo madre, por quien lo pedía,
aunque bien entiendo de vos yo también
que en que viva él poco tenéis ya porfía,
pues vos me mandáis que baile ante él bien.
IV [Pastorela]
A una pastora oí hoy cantar,
yo cabalgando junto a la ribera,
y la pastora muy sola allí era
y me escondí por mejor escuchar
y decía muy bien este cantar:
«Bajo el ramo verde y florido
bodas le hacen a mi amigo
y lloran ojos de amor».
Y la pastora cantaba muy bien
aunque ella estaba, hermosa, llorando,
y yo despacito me fui acercando
para oírla, sin decir ni amén,
y este cantar decía muy bien:
«Ay, estornino del avellanedo,
cantáis vos y muero yo y peno
y de amores tengo mal».
Y yo la oí suspirar con pasión
y se quejaba de andar en amores
y hacía una guirnalda de flores
mientras lloraba muy de corazón
y este cantar decía con pasión:
«Qué tan gran pena he de padecer:
amar amigo y no osarlo ver;
y descansaré en el avellanal».
Cuando hizo la guirnalda a su sabor
se fue la pastora y su canto fino
y volví yo entonces a mi camino
pues de enojarla no tuve valor,
y este cantar decía a su sabor:
«Por la ribera del río
cantando iba la virgo
de amor:
“Quién amores da
¿cómo dormirá,
ay bella flor?”».
NotaCantiga I: Esta cantiga, cuya segunda estrofa se ha perdido, hace referencia a la peregrinación de Sancho IV, rey de Castilla y León, a Santiago de Compostela en 1286.
☛ Universo Cantigas. Airas Nunez
☛ B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Airas Nunez
☛ Cantigas Medievais Galego Portuguesas. Airas Nunes
☛ Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014
∼
I
A Santiag’ en romaría vén
el-Rei, madr’, e prazme de coraçón
por dúas cousas, se Deus me perdón:
en que tenho que me faz Deus gran ben,
ca veerei el-Rei, que nunca vi,
e meu amigo, que vén con el i.
[…]
II
Bailemos nós ja todas tres, ai amigas,
so aquestas avelaneiras frolidas
e quen for velida, como nós velidas,
se amigo amar,
so aquestas avelaneiras frolidas
verrá bailar.
Bailemos nós ja todas tres, ai irmanas,
so aqueste ramo destas avelanas
e quen for louçana, como nós louçanas,
se amigo amar,
so aqueste ramo destas avelanas
verrá bailar.
Por Deus, ai amigas, mentr’ al non fazemos,
so aqueste ramo frolido bailemos
e quen ben parecer, como nós parecemos,
se amigo amar,
so aqueste ramo, sol que nós bailemos,
verrá bailar.
III
—Bailade oje, ai filha, que prazer vejades,
ant’ o voss’ amigo, que vós moit’ amades.
—Bailarei eu, madre, pois me vós mandades,
mais pero entendo de vós unha ren:
de viver el pouco moito vos pagades,
pois me vós mandades que baile ant’ el ben.
—Rógovos, ai filha, por Deus, que bailedes
ant’ o voss’ amigo, que ben parecedes.
—Bailarei eu, madre, pois mho vós dizedes,
mais pero entendo de vós unha ren:
de viver el pouco gran sabor avedes,
pois me vós mandades que baile ant’ el ben.
—Por Deus, ai mha filha, fazed’ a bailada
ant’ o voss’ amigo de so a milgranada.
—Bailarei eu, madre, daquesta vegada,
mais pero entendo de vós unha ren:
de viver el pouco sodes moi pagada,
pois me vós mandades que baile ant’ el ben.
—Bailade oj’, ai filha, por santa María,
ant’ o voss’ amigo, que vos ben quería.
—Bailarei eu, madre, por vós toda vía,
mais pero entendo de vós unha ren:
en viver el pouco tomades perfía,
pois me vós mandades que baile ant’ el ben.
IV
Oí oj’ eu unha pastor cantar
du cavalgava per unha ribeira,
e a pastor estav’ alí senlheira
e ascondime pola ascuitar
e dizía mui ben este cantar:
«So lo ramo verd’ e frolido
vodas fazen a meu amigo
e choran olhos d’ amor».
E a pastor parecía mui ben
e chorava e estava cantando,
e eu mui passo fuimi achegando
pola oír e sol non falei ren,
e dizía este cantar mui ben:
«Ai, estorninho do avelanedo,
cantades vós e moir’ eu e peno
e d’ amores ei mal».
E eu oía sospirar entón
e queixávase estando con amores
e fazí’ unha guirlanda de flores;
des i chorava mui de coraçón
e dizía este cantar entón:
«Que coita ei tan grande de sofrer:
amar amig’ e non ousar veer;
e pousarei so lo avelanal».
Pois que a guirlanda fez a pastor
foise cantando indo s’ én manselinho
e torneim’ eu logo a meu caminho,
ca de a nojar non ouve sabor,
e dizía este cantar ben a pastor:
«Pela ribeira do río
cantando ía la virgo
d’ amor:
“Quen amores á,
como dormirá,
ai bela frol?”».
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