29 de enero de 2014

Joán Vásquiɀ de Talaveira


Oito Cantigas de Amigo


I

Me han dicho hoy que tenía de mí
mi amigo muy gran queja y gran pesar,
y tal es que no lo sé remediar,
y amiga, si yo su mal merecí,
le ruego a Dios que el bien que él me quisiera
que pronto a otra mujer se lo quiera
.

Y si en su queja quisiera ceder,
pues es injusta, lo agradeceré,
y amiga, ya la verdad os diré:
si yo hoy su mal debo merecer,
le ruego a Dios que el bien que él me quisiera
que pronto a otra mujer se lo quiera
.

Y a mi amigo mejor le será ahora
dejar la queja que contra mí tiene,
y, por Dios, amiga, así le conviene,
pues, si yo fui de un mal merecedora,
le ruego a Dios que el bien que él me quisiera
que pronto a otra mujer se lo quiera
.

Y, si él por ventura así lo quisiera,
mal día nací si yo lo supiera.



II

Mi amigo, al que tanto yo siempre amé
desde el primer día en que lo vi,
tuvo él un día una queja de mí,
no sé por qué, mas con él lo arreglé
que le hice pronto la queja olvidar;
sé yo cómo y no lo quiero contar
.

Porque él tuvo queja de mí, con los
ojos míos lloré del gran pesar
que tuve de él, pues le vi enojar
contra mí, mas lo arreglé yo, por Dios,
que le hice pronto la queja olvidar;
sé yo cómo y no lo quiero contar
.

Tuvo él de mí una queja, y también
os diré qué me pasó: con razón
yo tuve tal pena en mi corazón
que no dormía, y lo arreglé tan bien
que le hice pronto la queja olvidar;
sé yo cómo y no lo quiero contar
.

Y el que no entienda de este mi hablar,
nunca por mí lo podrá averiguar.



III

Cuando se marchó mi amigo de aquí,
os diré lo que de él pude entender:
mucho le pesó el partirse de mí,
y ahora, amiga, muero por saber
si está muerto o sanó en su gran pesar
cuando de mí se tuvo que alejar
.

Cierto es que le pesó de corazón
marcharse de aquí, pero no logré
nada hacer, Nuestro Señor dé perdón,
y muero, amiga, si de alguien no sé
si está muerto o sanó en su gran pesar
cuando de mí se tuvo que alejar
.

Muy bien puedo ver cuánto le pesó
a mi amigo el tener que partir,
y todo ello fue porque se alejó
de mí, y me muero, amiga, por oír
si está muerto o sanó en su gran pesar
cuando de mí se tuvo que alejar
.

Y, amiga, quien a alguien sepa amar,
¡pardiez!, siempre en ello tendrá pesar.



IV

Me aconsejó una cierta mi amiga
que a mi amigo yo lo quisiera mal,
y cuando me fui yo dije tal cual:
Le ruego yo a Dios que Él me maldiga
si nunca por amiga yo tuviera
a quien a mí tal consejo me diera


cual me dio aquella que entonces mis dos
ojos muy pronto los hizo llorar
por aquel consejo que me fue a dar;
os juro que nunca me valga Dios
si nunca por amiga yo tuviera
a quien a mí tal consejo me diera


cual me dio aquella que ningún poder
tiene de a sí ni a otra aconsejar;
y Dios la deje en esto mal hallar
y que a mí nunca me muestre placer
si nunca por amiga yo tuviera
a quien a mí tal consejo me diera
.

Y la que a mí tal consejo me diera
para sí lo guarde, si lo quisiera.



V

De mi amigo al que yo le prohibí
que de aquí él por nada se marchara
a morar lejos, pues mal me pesara,
ved, amiga, lo que yo descubrí:
que está aquí y conmigo quiere hablar,
mas antes puede aquí mucho morar
.

Del que vos visteis que me preguntó,
cuando él de aquí se tuvo que ir,
si me iba bien o mal de él partir,
ay amiga, noticia me llegó
que está aquí y conmigo quiere hablar,
mas antes puede aquí mucho morar
.

Del que vos visteis muy sin mi placer
partir de aquí, cuando él allá partió,
y no me habló entonces ni me vio,
amiga, ahora acabo de saber
que está aquí y conmigo quiere hablar,
mas antes puede aquí mucho morar
.

Que hable conmigo, y tendrá el pesar
que él me hizo, pues bien me he de vengar.



VI

Visteis vos, amiga, a mi amigo,
que juraba que él siempre hiciera
por mí todo cuanto yo dijera:
se fue de aquí y no habló conmigo,
y, aunque le dije cuando partía
que no se fuera, siguió su vía
.

Y a donde va, habrá perjurado,
amiga, de cuanto a mí me hablaba,
pues me juró que no se marchaba
y se fue sin yo haberlo mandado,
y, aunque le dije cuando partía
que no se fuera, siguió su vía
.

Y no puedo estarme sin que diga
el gran ultraje que me causó,
pues, pese a la promesa que él dio,
se fue de aquí sin mi gusto, amiga,
y, aunque le dije cuando partía
que no se fuera, siguió su vía
.

Y, si gran ultraje él me hacía,
juzgue a él y a mí santa María.



VII

Mi amigo, que me tiene gran querer,
me intenta él, amiga, siempre ver
y le intento yo luego bien hacer,
mas ved la ventura de esta mujer:
cuando yo le podría hacer bien ya,
no viene, y cuando no pueda, vendrá
.

Y por mí no quedara, en verdad pues,
que él tenga mi bien y yo se lo dé;
ya si es mi pecado o el suyo no sé,
mas mi ventura tal fue y tal es:
cuando yo le podría hacer bien ya,
no viene, y cuando no pueda, vendrá
.

Y en verdad que no quedara por mí,
cuanto yo le pueda, amiga, arreglar
ni por él tampoco de demandar,
mas la ventura nos lo quiere así:
cuando yo le podría hacer bien ya,
no viene, y cuando no pueda, vendrá
.

Y tal ventura acaso bien está
para quien por su amigo nada da.



VIII

Os quiero ahora bien aconsejar,
ay, mi amigo, así me traiga bien:
si veis que con vos me quiero enojar,
este enojo no tengáis en desdén,
pues si no, muy bien sé que ocurrirá:
si me enojo, alguien se quejará
.

Si me enojo, no penséis que es banal
y sufrid mi enojo en el corazón
pues yo puedo haceros bien o mal,
y de sufrirlo, lo haréis con razón,
pues si no, muy bien sé que ocurrirá:
si me enojo, alguien se quejará
.

Y, pues en vos tengo tan gran poder,
y lo tendré mientras pueda vivir,
no podréis ningún bien mío tener
si no supierais mi enojo sufrir,
pues si no, muy bien sé que ocurrirá:
si me enojo, alguien se quejará
.



Universo Cantigas. Joan Vaasquiz de Talaveira
B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Johan Vasquiz de Talaveira
Real Academia de la Historia. Johan Vasquiz de Talaveira
Cantigas Medievais Galego Portuguesas. João Vasques de Talaveira
Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014




I

Disséronmi que avía de mí
o meu amigo queixum’ e pesar,
e é tal que me non sei conselhar,
e, amiga, se lh’ eu mal merecí,
rog’ eu a Deus que o ben que m’ el quer
que o queira ced’ a outra molher.

E, se el queixume quiser perder
que de min con tort’ á, gracir volho ei,
e, amiga, verdade vos direi:
se lh’ oj’ eu quería mal merecer,
rog’ eu a Deus que o ben que m’ el quer
que o queira ced’ a outra molher.

E fará meu amigo mui melhor
en perder queixume que de min á,
e, par Deus, amiga, ben lh’ estará,
ca, se lh’ eu fui de mal merecedor,
rog’ eu a Deus que o ben que m’ el quer
que o queira ced’ a outra molher.

E, se lho el per ventura quiser,
mal día eu nací se o souber.


II

O meu amigo, que eu sempr’ amei
delo primeiro día que o vi,
ouv’ el un día queixume de mí
non sei por que, mais logo lh’ eu guisei
que lhi fiz de mí queixume perder,
seim’ eu com’ e non o quero dizer.

Porque ouv’ el de mí queixume, os meus
olhos choraron muito con pesar
que eu ouv’ én, poi-lo vi assanhar
escontra mí, mais guisei eu, par Deus,
que lhi fiz de mí queixume perder,
seim’ eu com’ e non o quero dizer.

Ouv’ el de mí queixum’ e unha ren
vos direi que mi aveo des entón:
ouv’ én tal coita no meu coraçón
que nunca dormí, e guisei por én
que lhi fiz de mí queixume perder,
seim’ eu com’ e non o quero dizer.

E quen esto non souber entender
nunca én máis per mí pode saber.


III

Quando se foi meu amigo d’ aquí,
direivos quant’ eu del pud’ aprender:
pesoulhi muit’ en se partir de mí,
e or’, amiga, moiro por saber
se é mort’ ou se guariu do pesar
grande que ouv’ en se de mí quitar.

Sei eu ca lhi pesou de coraçón
de s’ ir, pero non pud’ i outra ren
fazer, se Nostro Senhor mi perdón,
e moir’, amiga, por saber d’ alguén
se é mort’ ou se guariu do pesar
grande que ouv’ en se de mí quitar.

Mui ben vej’ eu quan muito lhi pesou
a meu amig’ en se d’ aquí partir,
e todo foi por quanto se quitou
de mí, e moir’, amiga, por oír
se é mort’ ou se guariu do pesar
grande que ouv’ en se de mí quitar.

E, amiga, quen alguén sab’ amar,
mal pecado!, sempr’ end’ á o pesar.


IV

Conselhoumi unha mha amiga
que quisess’ eu a meu amigo mal,
e ar dix’ eu, pois m’ én partí, atal:
Rog’ eu a Deus que El me maldiga
se eu nunca por amiga tever
a que mi a mí atal conselho der

qual mi a mí deu aquela que os meus
olhos logo os entón fez chorar
por aquel conselho que mi foi dar;
vos jur’ eu que nunca mi valha Deus
se eu nunca por amiga tever
a que mi a mí atal conselho der

qual mi a mí deu aquela que poder
non á de si nen doutra conselhar;
e Deu-la leixe desto mal achar
e a min nunca mi mostre prazer
se eu nunca por amiga tever
a que mi a mí atal conselho der.

A que mi a mí atal conselho der
filhe x’ o pera si, se o quiser.


V

Do meu amig’ a que eu defendí
que non fosse d’ aquí per nulha ren
alhur morar, ca mi pesava én,
vedes, amiga, o que aprendí:
que est’ aquí e quer migo falar,
mas ante pod’ aquí muito morar.

Do que vós vistes que me preguntou,
quando s’ el ouve d’ aquí a partir,
se mi sería ben, se mal, de s’ ir,
ai amiga, mandado mi chegou
que est’ aquí e quer migo falar,
mas ante pod’ aquí muito morar.

Do que vós vistes mui sen meu prazer
partir d’ aquí, quando s’ end’ el partiu,
e non me falou entón nen me viu,
ai amiga, venheron mi dizer
que est’ aquí e quer migo falar,
mas ante pod’ aquí muito morar.

Que migo fal’, e averá do pesar
que m’ el fez, que mi poss’ eu ben vengar.


VI

Vistes vós, amiga, meu amigo,
que jurava que sempre fezesse
todo por mí quanto lh’ eu dissesse:
foise d’ aquí e non falou migo,
e, pero lh’ eu dixi, quando s’ ía,
que sol non se fosse, foi sa vía.

E per u foi, irá perjurado,
amiga, de quant’ el a min disse,
ca mi jurou que se non partisse
d’ aquí, e foise sen meu mandado,
e, pero lh’ eu dixi, quando s’ ía,
que sol non se fosse, foi sa vía.

E non poss’ eu estar que non diga
o mui gran torto que m’ el á feito,
ca, pero mi fezera gran preito,
foise d’ aquí sen meu grad’, amiga,
e, pero lh’ eu dixi, quando s’ ía,
que sol non se fosse, foi sa vía.

E, se m’ el mui gran torto fazía,
júlgueme con el santa María.


VII

O meu amigo, que mi gran ben quer,
punha sempr’, amiga, de me veer
e punh’ eu logo de lhi ben fazer,
mais vedes que ventura de molher:
quando lh’ eu podería fazer ben,
el non vén i, e u non poss’ eu, vén.

E non fica per mí, per boa fe,
d’ aver meu ben e de lho guisar eu;
non sei se x’ é meu pecado, se seu,
mais mha ventura tal foi e tal é:
quando lh’ eu podería fazer ben,
el non vén i, e u non poss’ eu, vén.

E, per boa fe, non fica per mí,
quant’ eu poss’, amiga, de lho guisar
nen per el sempre de mho demandar,
mais a ventura nolo part’ assí:
quando lh’ eu podería fazer ben,
el non vén i, e u non poss’ eu, vén.

E tal ventura era pera quen
non quer amigo nen dá por el ren.


VIII

Quero vos ora mui ben conselhar,
ai, meu amig’, assí me venha ben,
se virdes que me vos quer’ assanhar,
mha sanha non tenhades en desdén,
ca se non for, mui ben sei que será:
se m’ assanhar, alguén se quexará.

Se m’ assanhar, non façades i al,
e sofrede a sanha no coraçón
pois vos eu posso fazer ben e mal;
de a sofrerdes faredes razón,
ca se non for, mui ben sei que será:
se m’ assanhar, alguén se quexará.

E, pois eu ei en vós tan gran poder
e averei en quant’ eu viva for,
ja non podedes per ren ben aver
se non fordes de sanha sofredor,
ca se non for, mui ben sei que será:
se m’ assanhar, alguén se quexará.




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