Vinte e dúas Cantigas de Amigo
I
Venid todas, ay amigas, conmigo
a ver a un hombre muy enamorado
que yace malherido a nuestro lado,
y aunque hoy tiene gran pena consigo,
no quiere morir, y herir a alguien quien
le tiene amor, aunque él ama a alguien bien.
Ya él de las heridas moriría
si no fuera por su amor verdadero;
siempre apreciad amor de caballero
pues muy ciertamente en esto porfía:
no quiere morir, y herir a alguien quien
le tiene amor, aunque él ama a alguien bien.
Ama Joán de Guilhade lealmente
y que por nosotras le sea loado
y de la que él ama Dios le dé el agrado,
pues él con gran lealtad, ciertamente,
no quiere morir, y herir a alguien quien
le tiene amor, aunque él ama a alguien bien.
II
Por Dios: amigas, qué será,
pues ya en el mundo no hay quien
como amigo ame a dama bien,
y así este mundo, ¿qué es ya?
Si el amor no tiene poder,
ni un hermoso talle tener,
ni la hermosura, ¿qué valdrá?
Mirad por qué lo digo así:
porque no hay en el mundo rey
que al ver mi talle y buena ley
no muriera al pronto por mí;
mas mis ojos, que verdes son,
mi amigo no vio en la ocasión
en que ahora pasó por aquí.
Dama que amigo ha de tener
que ya no confíe en sus dos
bellos ojos, creed por Dios,
pues desde hoy no le es menester,
ya que mis ojos y mi buen
talle vio aquel, y él también
vino y se va sin caso hacer.
Y, ya que no vale tener
buen talle y bella parecer,
bellas seamos sin más hacer.
III
Quiero yo, amigas, al mundo alabar
lo que Nuestro Señor me dio a la vez:
a mí me hizo hermosa y de buen prez
y a mi amigo me hizo mucho amar;
y el mundo es la mejor cosa también
de las que Él hizo a quien Dios hace bien.
El Paraíso es bueno, así os dirán,
pues lo hizo Dios, y yo os doy la razón,
mas los amigos que en el mundo son
con sus amigas gran placer tendrán;
y el mundo es la mejor cosa también
de las que Él hizo a quien Dios hace bien.
Al Paraíso querría yo ir,
como cualquiera, ya que he de morir,
mas, la dama a su amigo se ha de unir
y puede en el mundo con él vivir,
y el mundo es la mejor cosa también
de las que Él hizo a quien Dios hace bien.
Y a aquel que esto no tuviera a bien
que nunca Dios le dé nada también.
IV
Enojado estáis, amigo,
porque no causo mi daño
con vos y, a fe y sin engaño,
ahora os juro y os digo
que nunca ese acuerdo, os advierto,
conmigo, amigo, será cierto.
En verdad no estoy tan loca
y ese acuerdo no me agrada,
mas os doy esta lazada,
guardad la cinta y la toca,
que nunca ese acuerdo, os advierto,
conmigo, amigo, será cierto.
Ay, don Joán de Guilhade,
yo siempre fui vuestra amiga,
y nada más hay que os diga:
quizá otro acuerdo me agrade,
que nunca ese acuerdo, os advierto,
conmigo, amigo, será cierto.
V
Amigas: ya de mi amigo
decís que va haciendo alarde
junto al Rey, a quien Dios guarde,
de mi cinta, y esto os digo:
que la lleve yo le mando,
de mi cinta alardeando.
En verdad bien observabais
que yo le he dado regalos
y los suyos no son malos,
mas de eso de que me hablabais,
que la lleve yo le mando,
de mi cinta alardeando.
Si alardea, y a eso osa,
os diré yo lo que haréis:
nunca más me lo diréis,
y aun escuchad una cosa:
que la lleve yo le mando,
de mi cinta alardeando.
VI
Visteis, mis damas: cuando el otro día
aquí mi amigo conmigo él habló
fue muy quejoso y, porque se quejó,
le di yo, pues, la cinta que tenía,
mas él me demanda otra tontería.
Y visteis, que nunca tal cosa viera:
por quejarse, mis damas, de esa guisa,
me pidió allí el cordón de la camisa
y yo a él di cuanto me pidiera,
mas él me demanda lo que no hiciera.
Tendrá don Joán de Guilhade, en verdad,
siempre que él quiera, amigas, mis regalos,
pues ya él me dio muchos y no eran malos,
por eso le tendré siempre lealtad,
mas él me demanda otra impropiedad.
VII
Amigas: como esta pena
en mi vida sufrí nada,
y os diré la tan gran pena
con la que estoy apenada:
amigas, tiene mi amigo
amiga allá consigo.
Que nunca veáis pena,
amigas, cual veo yo hoy,
y os diré cómo es mi pena
con la que apenada estoy:
amigas, tiene mi amigo
amiga allá consigo.
Estoy muriendo de pena,
tan gran pena me mancilla;
diré que tal pena es pena
que tengo en gran maravilla:
amigas, tiene mi amigo
amiga allá consigo.
VIII
Por Dios, amigas: no me quiere bien
ya mi amigo, pues ahora paró
donde yo lo vi, y otra le mandó;
y os diré, amigas, algo también:
si él me quisiera como solía,
ya ahora, amigas, conmigo estaría.
Y ya satisfecho está su corazón
y, amigas, una cosa os diré aquí,
pues paró donde mi cinta le di,
y, mis amigas, Dios me dé perdón:
si él me quisiera como solía,
ya ahora, amigas, conmigo estaría.
Mucho lloré por él con estos dos
ojos del pesar que me hizo sufrir;
cuanto dije, otro lo quisiera oír,
ay, mis amigas, y válgame Dios:
si él me quisiera como solía,
ya ahora, amigas, conmigo estaría.
IX
Hoy vi yo damas hermosas estar
y de buen prez y buen juicio también
y muy amigas son de todo bien,
mas de una moza ya os quiero hablar:
en belleza venció a cuantas halló
una moza que ahora mismo llegó.
Y que no tenían par yo pensé
en belleza aquellas damas que vi,
pues tan bien me parecían allí,
mas, cuando la moza a su lugar fue
en belleza venció a cuantas halló,
una moza que ahora mismo llegó.
Qué severamente a todas venció
esta doncella de tan poca edad;
ya están vencidas por esta beldad,
pues cuando la moza allí apareció
en belleza venció a cuantas halló,
una moza que ahora mismo llegó.
X
Amigas, que Dios os valga: cuando venga mi amigo
hablad unas con las otras mientras él hable conmigo,
pues muchas cosas diremos
que ante vos no hablaremos.
Sé que por hablar conmigo llegará muy preocupado,
y vosotras acercaos allá todas al estrado,
pues muchas cosas diremos
que ante vos no hablaremos.
XI
Muere de amor mi amigo hoy
y yo no me lo creo bien,
y por ello dijo él también
que irá a morir donde yo estoy,
y de corazón me plació
por ver si él se muere o si no.
Y, porque yo merced le hiciera,
así él vino a pedirme a mí
que lo deje morir aquí
y lo mire cuando se muera;
y de corazón me plació
por ver si él se muere o si no.
Mas nunca ya crea mujer
que por ella mueren así,
pues nunca yo a ese tal vi,
y que él muera, si es su placer,
y de corazón me plació
por ver si él se muere o si no.
XII
Dice, ay amigas, don Joán García
que por no dañarme no moría;
mal actuó cuando así decía,
y por esto lo hago morir por mí:
pues ya visteis cómo él presumía,
lleve el diablo el juicio que tiene en sí.
Ahora él dice que por mí trovaba
y ya me nombró cuando lidiaba;
su mal causó, porque no callaba,
y por esto lo hago morir por mí:
bien sabéis vos cuánto él se jactaba,
lleve el diablo el juicio que tiene en sí.
Anduvo él mucho por mí trovando
y de mis regalos fue hablando,
y por las lides me iba nombrando
y por esto lo hago morir por mí;
porque mucho se andaba él jactando,
lleve el diablo el juicio que tiene en sí.
XIII
Venís, amigo, hoy de vencer
a todos en bohordar bien
en la boda, y aún también
algo más me causa placer:
la gloria de la belleza en la boda,
en verdad que me la llevo yo toda.
Y, ya que los vencéis así,
nunca debían alanzar
con vos, amigo, ni bohordar;
mas hablemos también de mí:
la gloria de la belleza en la boda,
en verdad que me la llevo yo toda.
Y me place cuanto yo sé:
que vuestro buen prez es verdad,
mi amigo, y, con sinceridad,
otro gran placer os daré:
la gloria de la belleza en la boda,
en verdad que me la llevo yo toda.
Y a las damas les pesó hoy
cuando fui con ellas a estar
y se fueron a acicalar;
mas, que os plazca ya como voy:
la gloria de la belleza en la boda,
en verdad que me la llevo yo toda.
XIV
Más me tarda, damas mías, mi amigo
de lo que él afirmaba,
y con la gran pena que me causaba
no tengo paz conmigo,
y ya juré que mientras no lo viera
yo nunca más durmiera.
Cuando tuvo que ir a la romería,
dejó un día fijado
que vendría, y no viene, desdichado:
hoy se ha cumplido el día,
y ya juré que mientras no lo viera
yo nunca más durmiera.
Antes de haberse de mí partido
él me juró llorando
que vendría, y me dijo plazo y cuándo;
ya el plazo se ha cumplido,
y ya juré que mientras no lo viera
yo nunca más durmiera.
XV
Cada vez que viene mi amigo aquí
dice, amigas, que perdió por temor
de mí la razón y que por mi amor
muere, mas yo creo que no es así,
pues no lo veo muerte padecer
ni tampoco lo veo enloquecer.
Él llora mucho y empieza a jurar
que está loco, y quiere que por mí muere
yo me crea, y, pues morir no quiere,
bien sé yo que él no tiene en qué pensar,
pues no lo veo muerte padecer
ni tampoco lo veo enloquecer.
Ahora veamos lo que él dirá
si viniera vivo y loco no esté:
«¿No habéis muerto de amor?» yo le diré.
Es mejor que deje de hablarme ya,
pues no lo veo muerte padecer
ni tampoco lo veo enloquecer.
Y que él muere ya no me hará creer,
a no ser que muerto lo llegue a ver.
XVI
En verdad, ay mi amigo,
muy bien sé que me tuvisteis
gran amor y que estuvisteis
mucho tiempo bien conmigo,
mas, mirad lo que yo os digo:
se acabó.
Aquellos grandes amores
que yo y vos siempre tuvimos,
nunca cima bien le dimos,
como Blancaflor y Flores,
y el tiempo de jugadores
se acabó.
Yo ya hablé en loca manía
con vos, y con gran cordura,
y con juicio y con locura,
y cuanto duraba el día;
mas esto, ay don Joán García,
se acabó.
Y ya esa locura toda
se acabó;
se acabó el pastel de boda,
se acabó.
XVII
De estas doncellas a quienes reclaman
sus amigos que ellas les hagan bien,
querré, amigas, saber algo también:
¿qué es aquello que ellos les reclaman?
Pues un amigo al que yo siempre amé
me pidió una cinta y se la entregué,
mas ellos creo que más les reclaman.
El mío estaría perdido conmigo
si me pidiera, amigas, cosa tal,
mas pedir cinta no es ningún mal,
y por esto no se perdió conmigo;
pero si él otra demanda me hiciese,
Dios me cofunda si cinta le diese
y se perdería por siempre conmigo.
Mas a la doncella que es bien servida
por su amigo esto le es menester:
dele su cinta, si lo quiere hacer,
si ella entendiera que así es bien servida;
mas si él ya otro asunto mayor quisiera,
maldita sea quien su amiga fuera
y quien se tenga de él por bien servida.
Y de ese asunto yo nada sé bien;
pero ella por amigo tendrá a quien
no le está guardando lealtad cumplida.
XVIII
Me dio mi amigo un gran pesar aquí
y, aunque él me causó tamaño pesar,
por vos lo hube, amigas, de perdonar;
y hoy llegó él y yo le dije así:
«Venid ya, puesto que ya os perdoné,
pero ya nunca bien yo os querré».
Le perdoné, mas no con la menor
intención de algún bien llegarle a dar,
y él quiso hoy a mí sus ojos alzar
y yo le dije: «Ojos de traidor,
venid ya, puesto que ya os perdoné,
pero ya nunca bien yo os querré».
Este perdón fue, en verdad, con el plan
de que nunca más de mí hubiera amor,
y ya no osaba venir por temor,
y yo le dije: «Ay, “Cabeza de can”,
venid ya, puesto que ya os perdoné,
pero ya nunca bien yo os querré».
XIX
Hizo mi amigo, amigas, un cantar,
bien en verdad, con muy buena razón
y sin jactancia, y le hizo buen son,
y una dama se lo quiere apropiar;
mas por quien lo hizo, yo lo sé ya,
y este cantar solo una vez valdrá.
Cuando yo este cantar le oí,
su razón en seguida entendí yo:
por quién fue hecho y también por quién no,
y una dama lo quiere para sí;
mas por quien lo hizo, yo lo sé ya,
y este cantar solo una vez valdrá.
Y en el cantar muy bien yo sé entender
cómo fue hecho y también para quién,
y este cantar disimula muy bien,
y una dama que es por ella ha de creer;
mas por quien lo hizo, yo lo sé ya,
y este cantar solo una vez valdrá.
XX
—Se fue hoy de aquí ofendido,
ay amiga, vuestro amigo.
—Perdido, amiga, es conmigo
y, pese a que me ha perdido,
ese traidor conocido
acá vendrá, pues vendrá,
acá vendrá.
—Amiga: abandonado
por vos estaba y moría.
—Sois bien necia, amiga mía:
hoy se fue apesadumbrado,
mas él, y mal de su grado,
acá vendrá, pues vendrá,
acá vendrá.
—Amiga, con lealtad:
dicen que él anda muriendo.
—Vos lo andáis diciendo,
amiga, esta es la verdad,
mas el Guilhade, escuchad,
acá vendrá, pues vendrá,
acá vendrá.
XXI
Ay amigas: perdieron el saber
los trovadores que en el reino son
de Portugal; no tienen corazón
de decir bien, cual solían hacer,
de vosotras, y ni hablan de amor,
y otra cosa hacen que aún es peor:
no quieren la belleza enaltecer.
Y, amigas, no tienen el menor
placer por veros, y os diré así:
los trovadores ya van mal aquí:
no hay quien sirva a dama como señor
y ni aun que trove a ninguna mujer;
maldita sea la que dijo ayer
a quien no trova que es trovador.
Mas, amigas, remedio ha de tener
la dama hermosa que prez quiere hallar:
nunca quejarse y el tiempo esperar
y los malos tiempos dejar correr,
pues creo yo que pronto alguien vendrá
que a las hermosas las alabará
y veréis pronto el amor más valer.
Y los que ahora olvidados son
de serviros, sabido es quienes son:
déjeles Dios mala muerte tener.
XXII
Me habéis venido a rogar
que hable, amigas, con mi amigo
y que lo avenga conmigo,
mas de él me quiero alejar,
porque, si algo con él yo llego a hablar,
cuanto yo hable con «Cabeza de can»,
todas pronto lo sabrán.
Cabeza de can perdido,
Guilhade, el sin lealtad,
con otra habla, en verdad,
y es traidor bien conocido
y por esto, amigas, ya es sabido:
cuanto yo hable con «Cabeza de can»,
todas pronto lo sabrán.
Y, si regalos le diera,
amigas, como solía,
a todas él lo diría,
y lo que yo le dijera,
y lo hablado, si con él tal yo hiciera:
cuanto yo hable con «Cabeza de can»,
todas pronto lo sabrán.
Nota· Cantiga VIII: Se ha perdido el que sería el verso segundo o tercero de la segunda estrofa; se completa a partir del cuarto de la primera.· Cantigas X y XV, venher: Ver nota → Pero García Burgalés.· Cantiga XXII: Venhestes, en los manuscritos Vehestes; los especialistas leen Veestes. En este caso venhestes da nueve sílabas en lugar de ocho, pero el verso cuarto también es de nueve; ambos versos podrían reducirse a ocho sílabas substituyendo venhestes por vindes y dele por del.
☛ Universo Cantigas. Joan Garcia de Guilhade
☛ B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Johan Garcia de Guilhade
☛ Cantigas Medievais Galego Portuguesas. João Garcia de Guilhade
☛ Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014
∼
I
Treides todas, ai amigas, comigo
veer un ome muito namorado
que aquí jaz cabo nós mal chagado,
e pero oj’ á muitas coitas sigo,
non quer morrer, por non pesar alguén
que lh’ amor á, mais el muit’ ama alguén.
Ja xaora el das chagas morrería
se non foss’ o grand’ amor verdadeiro;
preçade sempr’ amor de cavaleiro
ca el de pran sobr’ aquesto perfía:
non quer morrer, por non pesar alguén
que lh’ amor á, mais el muit’ ama alguén.
Lealmente ama Johán de Guilhade
e de nós todas lhi seja loado
e Deus lhi dé, da por que o faz, grado,
ca el de pran con mui gran lealdade
non quer morrer, por non pesar alguén
que lh’ amor á, mais el muit’ ama alguén.
II
Por Deus, amigas: que será,
pois ja o mundo non é ren
nen quer amig’ a senhor ben,
e este mundo, que é ja?
Pois i amor non á poder,
que presta seu bon parecer
nen seu bon talh’ a quen o á?
Vedes por que o dig’ assí:
porque non á no mundo rei
que viss’ o talho que eu ei
que xe non morresse por mí,
siquer meus olhos verdes son,
e meu amig’ agora non
me viu, e passou per aquí.
Mais dona que amig’ ouver
des oje máis, crea per Deus,
non s’ esforç’ enos olhos seus,
ca des oimais non lh’ é mester,
ca ja meus olhos viu alguén
e meu bon talh’, e ora vén
e vaise tanto que s’ ir quer.
E, pois que non á de valer
bon talho nen bon parecer,
parescamos ja como quer.
III
Quer’ eu, amigas, o mundo loar
por quanto ben m’ i Nostro Senhor fez:
fezme fremosa e de mui bon prez,
ar faz mí meu amigo muit’ amar;
aqueste mundo x’ est’ a melhor ren
das que Deus fez a quen El i faz ben.
O Paraíso boo x’ é de pran,
ca o fez Deus, e non dig’ eu de non,
mailos amigos que no mundo son
e amigas muit’ ambos lezer an;
aqueste mundo x’ est’ a melhor ren
das que Deus fez a quen El i faz ben.
Querríam’ eu o Paraís’ aver
des que morresse, ben come quenquer,
mais, poi-la dona seu amig’ oer
e con el pode no mundo viver,
aqueste mundo x’ est’ a melhor ren
das que Deus fez a quen El i faz ben.
E quen aquesto non tever por ben
nunca lhi Deus ar dé én ele ren.
IV
Sanhud’ andades, amigo,
porque non faço meu dano
vosc’ e, per fe, sen engano
ora vos jur’ e vos digo
ca nunca ja esse preito
mig’, amigo, será feito.
De pran, non soo tan louca
que ja esse preito faça,
mais douvos esta baraça,
guardad’ a cint’ e a touca,
ca nunca ja esse preito
mig’, amigo, será feito.
Ai, don Johán de Guilhade,
sempre vos eu fui amiga,
e queredes que vos diga:
en outro preito falade,
ca nunca ja esse preito
mig’, amigo, será feito.
V
Amigas: o meu amigo
dizedes que faz enfinta
en cas d’el-Rei da mha cinta,
e vede’ lo que vos digo:
mándomelh’ eu que s’ enfinga
da mha cinta e x’ a cinga.
De pran, todas vós sabedes
que lhi dei eu de mhas doas
e que mi as dá el mui boas,
mais, desso que mi dizedes,
mándomelh’ eu que s’ enfinga
da mha cinta e x’ a cinga.
Se s’ el enfinge, ca x’ ousa,
eu direivos que façades:
ja máis nunca mho digades;
e direivos unha cousa:
mándomelh’ eu que s’ enfinga
da mha cinta e x’ a cinga.
VI
Vistes, mhas donas: quando noutro día
o meu amigo comigo falou
foi mui queixos’ e, pero se queixou,
deilh’ eu entón a cinta que tragía,
mais el demándam’ or’ outra folía.
E vistes, que nunca cousa tal visse:
por s’ ir queixar, mhas donas, tan sen guisa,
fezmi tirar a corda da camisa
e deilh’ eu dela ben quanta m’ el disse,
mais el demándami al, que non fexisse.
Sempr’ averá don Johán de Guilhade,
mentr’ el quiser, amigas, das mhas doas,
ca ja m’ end’ el muitas deu e mui boas,
des i terreilhi sempre lealdade,
mais el demándam’ outra torpidade.
VII
Amigas: tamanha coita
nunca sofrí pois foi nada,
e diréivo-la gran coita
con que eu sejo coitada:
amigas, ten meu amigo
amiga na terra sigo.
Nunca vós vejades coita,
amigas, qual m’ oj’ eu vejo,
e diréivo-la mha coita
con que eu coitada sejo:
amigas, ten meu amigo
amiga na terra sigo.
Sej’ eu morrendo con coita,
tamanha coita me filha,
e direi: mha coita é coita
que trag’ a gran maravilha;
amigas, ten meu amigo
amiga na terra sigo.
VIII
Par Deus, amigas: ja me non quer ben
o meu amigo, pois ora ficou
onde m’ eu vin, e outra o mandou,
e direivos, amigas, unha ren:
se m’ el quisesse como soía,
ja ’gora, amigas, migo sería.
E ja cobrado é seu coraçón
[e, amigas, unha ren vos direi:]
pois el ficou u lh’ a mha cinta dei,
e, mhas amigas, se Deus mi perdón,
se m’ el quisesse como soía,
ja ’gora, amigas, migo sería.
Fezm’ el chorar muito dos olhos meus
con gran pesar que m’ oje fez prender;
quant’ eu dixi, outro m’ ouvira dizer,
ai mhas amigas, se mi valha Deus;
se m’ el quisesse como soía,
ja ’gora, amigas, migo sería.
IX
Vi oj’ eu donas mui ben parecer
e de mui bon prez e de mui bon sén
e muit’ amigas son de todo ben,
mais dunha moça vos quero dizer:
de parecer venceu quantas achou
unha moça que x’ agora chegou.
Cuidávam’ eu que non avían par
de parecer as donas que eu vi,
atán ben me parecían alí,
mais, poi-la moça filhou seu logar
de parecer venceu quantas achou,
unha moça que x’ agora chegou.
Que feramente as todas venceu
a mocelinha; en pouca sazón
de parecer todas vençudas son;
mais, poi-la moça alí pareceu
de parecer venceu quantas achou,
unha moça que x’ agora chegou.
X
Amigas, que Deus vos valha: quando venher meu amigo
falade sempr’ unhas outras en quant’ el falar comigo,
ca muitas cousas diremos
que ante vós non diremos.
Sei eu que por falar migo chegará el mui coitado,
e vós ide vos chegando lá todas per ess’ estrado,
ca muitas cousas diremos
que ante vós non diremos.
XI
Morr’ o meu amigo d’ amor
e eu non volho creo ben,
e el mi diz logo por én
ca verrá morrer u eu for;
e a mí praz de coraçón
por veer se morre, se non.
Envioum’ el assí dizer:
que eu, por mesura de mí,
o leixasse morrer aquí
e o veja quando morrer;
e a mí praz de coraçón
por veer se morre, se non.
Mais nunca ja crea molher
que por ela morren assí,
ca nunca eu esse tal vi,
e el moira, se lhi prouguer,
e a mí praz de coraçón
por veer se morre, se non.
XII
Diss’, ai amigas, don Jan García
que por mi non pesar non morría;
mal baratou porque o dizía,
ca por esto o faço morrer por mí;
e vistes vós o que s’ enfengía;
demo lev’ o conselho que á de si.
El disse ja que por mí trobava,
ar enmentoume quando lidava;
seu dano fez, que se non calava,
ca por esto o faço morrer por mí;
sabedes vós o que se gabava;
demo lev’ o conselho que á de si.
El andou por mí muito trobando
e quant’ avía por mí o dando,
e nas lides me ía enmentando
e por esto o faço morrer por mí;
pero se muito andava gabando,
demo lev’ o conselho que á de si.
XIII
Fostes, amig’, oje vencer
na voda en bafordar ben
todo-los outros e prazm’ én;
ar direivos outro prazer:
a leva do parecer da voda,
per boa fe, eu mha levo toda.
E, poi-los vencedes assí,
nunca devían alançar
vosc’, amigo, nen bafordar;
ar falemos logo de mí:
a leva do parecer da voda,
per boa fe, eu mha levo toda.
E muito mi praz do que sei:
que vosso bon prez verdad’ é,
meu amigo, e, per boa fe,
outro gran prazer vos direi:
a leva do parecer da voda,
per boa fe, eu mha levo toda.
A toda-las donas pesou
quando me viron sigo estar
e punharon de s’ afeitar;
mais prázavos de como eu vou:
a leva do parecer da voda,
per boa fe, eu mha levo toda.
XIV
Chus mi tarda, mhas donas, meu amigo
que el migo posera,
e crécem’ end’ unha coita tan fera
que non ei o cor migo,
e jurei ja que, ata que o visse,
que nunca ren dormisse.
Quand’ el ouv’ a fazer a romaría,
posm’ un día talhado
que venhesse, e non vén, mal pecado:
oje se compr’ o día,
e jurei ja que, ata que o visse,
que nunca ren dormisse.
Aquel día que foi de mí partido
el mi jurou chorando
que verría, e posmi praz’ e quando;
ja o praz’ é saído,
e jurei ja que, ata que o visse,
que nunca ren dormisse.
XV
Cada que vén o meu amig’ aquí
dizm’, ai amigas, que perdeu o sén
por mí, e diz que morre por meu ben,
mais eu ben cuido que non est’ assí,
ca nunca lh’ eu vejo morte prender
nen o ar vejo nunca ensandecer.
El chora muito e fílhas’ a jurar
que é sandeu e quer me fazer fis
que por mí morr’, e, pois morrer non quis,
mui ben sei eu que á ele vagar,
ca nunca lh’ eu vejo morte prender
nen o ar vejo nunca ensandecer.
Ora vejamos o que nos dirá
pois venher viv’ e pois sandeu non for;
ar direilh’ eu: «Non morrestes d’ amor?»
Mais ben se quite de meu preito ja,
ca nunca lh’ eu vejo morte prender
nen o ar vejo nunca ensandecer.
E ja mais nunca mi fará creer
que por mí morre, ergo se morrer.
XVI
Per boa fe, meu amigo,
mui ben sei eu que m’ ouvestes
grand’ amor e estevestes
mui gran sazón ben comigo,
mais, vede’ lo que vos digo:
ja çafou.
Os grandes nossos amores
que mí e vós sempr’ ouvemos,
nunca lhi cima fezemos,
coma Brancafrol e Flores,
mais tempo de jogadores
ja çafou.
Ja eu falei en folía
convosc’, e en gran cordura,
e en sén e en loucura,
quanto durava o día,
mais est’, ai don Jan García,
ja çafou.
E dessa folía toda
ja çafou;
ja çafad’ é pan de voda,
ja çafou.
XVII
Estas donzelas que aquí demandan
os seus amigos que lhis façan ben,
querrei, amigas, saber unha ren:
que é aquelo que lh’ eles demandan?
Ca un amigo que eu sempr’ amei
pediumi cinta e ja lha er dei,
mais eles cuido que al lhis demandan.
O meu sería perdudo conmigo
por sempr’, amigas, se mi pediss’ al,
mais pedir cinta non é nulho mal,
e por aquesto non se perdeu migo;
mais se m’ el outra demanda fezesse,
Deus me cofonda se lh’ eu cinta desse
e perder s’ ía el ja sempre migo.
Maila donzela que muit’ á servida
o seu amigo, esto lh’ é mester:
delhi sa cinta, se lhi dar quiser,
se entender que a muito á servida;
mais se x’ el quer outro preito maior,
maldita seja quen lh’ amiga for
e quen se del tever por ben servida.
E de tal preito non sei end’ eu ren;
mais, se o ela por amigo ten,
non lhi traj’ el lealdade comprida.
XVIII
Fez meu amigo gran pesar a mí
e, pero m’ el fez tamanho pesar,
fezestes me lh’, amigas, perdoar,
e chegou oj’ e díxilh’ eu assí:
«Vinde ja, ca ja vos perdoei,
mais pero nunca vos ja ben querrei».
Perdoeilh’ eu, mais non ja con sabor
que eu ouvesse de lhi ben fazer,
e el quis oj’ os seus olhos m’ erger
e díxilh’ eu: «Olhos de traedor,
vinde ja, ca ja vos perdoei,
mais pero nunca vos ja ben querrei».
Este perdón foi de guisa, de pran,
que ja máis nunca mig’ ouvess’ amor,
e non ousava viir con pavor,
e díxilh’ eu: «Ai, “Cabeza de can”,
vinde ja, ca ja vos perdoei,
mais pero nunca vos ja ben querrei».
XIX
Fez meu amigo, amigas, seu cantar,
per boa fe, en mui boa razón
e sen enfinta e fezlhi bon son,
e unha dona lho quiso filhar;
mais sei eu ben por quen s’ o cantar fez,
e o cantar ja valrría unha vez.
Tanto que lh’ eu este cantar oí,
logo lh’ eu foi na cima da razón
por quen foi feit’ e ben sei por quen non,
e unha dona o quer pera si;
mais sei eu ben por quen s’ o cantar fez,
e o cantar ja valrría unha vez.
Eno cantar mui ben entendí eu
como foi feito, ben come por quen,
e o cantar é guardado mui ben,
e unha dona o teve por seu;
mais sei eu ben por quen s’ o cantar fez,
e o cantar ja valrría unha vez.
XX
—Fois’ ora d’ aquí sanhudo,
amiga, o voss’ amigo.
—Amiga: perdud’ é migo
e, pero migo é perdudo
o traedor conhuçudo,
acá verrá, ca verrá,
acá verrá.
—Amiga: desemparado
era de vós e morría.
—Sodes, amiga, sandía:
ora fogeu mui coitado,
mais ele, mao seu grado,
acá verrá, ca verrá,
acá verrá.
—Amiga, con lealdade:
dizen que anda morrendo.
—Vólo andades dizendo,
amiga, est’ é verdade,
mailo que chufa, ’n Guilhade,
acá verrá, ca verrá,
acá verrá.
XXI
Ai amigas: perdud’ an conhocer
quantos trobadores no reino son
de Portugal; ja non an coraçón
de dizer ben que soían dizer
de vós, e sol non falan en amor,
e al fazen de que m’ ar é peor:
non queren ja loar bon parecer.
Eles, amigas, perderon sabor
de vos veeren, ar direivos al:
os trobadores ja van pera mal:
non á i tal que ja servha senhor
nen sol que trobe por unha molher;
maldita sej’ a que nunca disser
a quen non troba que é trobador.
Mais, amigas, conselho á d’ aver
dona que prez e parecer amar:
atender tempo e non se queixar
e leixar ja avol tempo perder,
ca ben cuid’ eu que cedo verrá alguén
que se paga da que parece ben
e veeredes ced’ amor valer.
E os que ja desemparados son
de vos servir, sabud’ é quaes son:
léixeos Deus maa morte prender.
XXII
Venhestes me, amigas, rogar
que fale con meu amigo
e que o avenha migo,
mais quero m’ eu dele quitar,
ca, se con el algunha ren falar,
quant’ eu falar con “Cabeza de can”,
logo o todas saberán.
Cabeça de can perdudo,
e pois non á lealdade
con outra fala en Guilhade,
é traedor conhuçudo
e por est’, amigas, é sabudo:
quant’ eu falar con “Cabeza de can”,
logo o todas saberán.
E, se lh’ eu mhas donas desse,
amigas, como soía,
a toda’ lo el diría,
e al quanto lh’ eu dissesse,
e fala, se a con el fezesse:
quant’ eu falar con “Cabeza de can”,
logo o todas saberán.
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