Quince Cantigas de Amigo
I
A fe, hermosa y muy enojada yo
estoy, e infeliz y triste también
por mi amigo, que es mi luz y mi bien,
al que perdí, y él a mí me perdió,
pues se fue contra mi gusto de aquí.
Creyó él que me causaba muy fuerte
pesar al irse, pues yo no le hablé,
pero muy bien sabe Dios que no osé,
mas hoy mejor le sería la muerte
pues se fue contra mi gusto de aquí.
Tan duramente se lo he de vedar
que bien mil veces en su corazón
rogará a Dios que le dé mi perdón,
o morir, si no lo sé perdonar,
pues se fue contra mi gusto de aquí.
II
Se fue mi amigo de aquí el otro día
muy triste y no supe yo que partía,
mas lo sé ahora, por santa María,
¿y qué haré yo, lozana?
Quiso hablarme y no le fue otorgado
y partió de aquí triste y enojado
y yo no lo vi, ni me envió recado,
¿y qué haré yo, lozana?
Quién le diga qué desgraciada creo
ser, y cómo, muy hermosa, deseo
hablarle y verlo, porque no lo veo,
¿y qué haré yo, lozana?
III
Amigo: queja tenéis
de que yo con vos no hablé,
mas, por lo que de vos sé,
poco en verdad conocéis
de cuánto dolor, amigo,
sufriré si habláis conmigo.
Ni de cómo amenazada
fui yo por ir escondida
a veros, y aun herida,
pero vos no sabéis nada
de cuánto dolor, amigo,
sufriré si habláis conmigo.
Cuando hayáis vos comprobado
el mal tan grande y tan feo
que me causarán si os veo,
me estaréis muy obligado
de cuánto dolor, amigo,
sufriré si habláis conmigo.
Por eso, si vos quisierais
que yo os hablara y que os vea,
no penséis nunca que sea
sin que antes no supierais
de cuánto dolor, amigo,
sufriré si habláis conmigo.
IV
Madre: a aquel que me quiere bien
no le oso ante vos hablar
y le causa tanto pesar
que se muere y todos lo ven,
y si él muriera por mí,
madre, perderé yo así.
Desde hace tiempo me sirvió
y a verlo no me dejáis ir,
y me vienen hoy a decir,
que muere porque no me vio,
y si él muriera por mí,
madre, perderé yo así.
Si muere, apenada estaré,
y me pesa no verlo ya
pues si no, él no vivirá,
bien os lo juro yo, a fe,
y si él muriera por mí,
madre, perderé yo así.
V
Hoy quiero yo a mi amigo ir a ver,
aunque me dice que no osaré
verlo mi madre; mas yo lo veré
y quiero todo a la suerte poner,
y después, lo que Dios quiera ha de ser.
Pese a que ella me impide también
que yo lo vea, en mi corazón
hoy decidí, y Dios me dé perdón,
ir ahora a verlo y quererle bien
y después, lo que Dios quiera ha de ser.
Aunque no me lo quiera permitir,
he de ir a verlo a donde él me mandó
y por las penas que por mí pasó
esto haré y lo que él me quiera pedir
y después, lo que Dios quiera ha de ser,
pues dice el refrán que nunca sembró
mijo quien a los gorriones temió.
VI
A otro hablé un día, por enfadar
a mi amigo, mientras él me veía,
y yo le dije, cuando me decía
por qué le causaba tan gran pesar:
«Amigo: si os causé pesar aquí
fue tan solo porque lo quise así».
Por enfadarlo en aquella ocasión
hablé con otro y que lo probara,
y le pesó como si lo matara,
y preguntó, y le di esta razón:
«Amigo: si os causé pesar aquí
fue tan solo porque lo quise así».
Cuando con otro ante él hablé
me preguntó por qué yo le causaba
tan gran pesar o si se lo explicaba,
y os diré cómo con él me excusé:
«Amigo: si os causé pesar aquí
fue tan solo porque lo quise así».
VII
Amigo: pues a vos aquí
me mostró hoy Nuestro Señor,
os diré cuánto hace que el menor
placer tuve en nada, ni en mí,
desde que, en verdad, amigo,
ya no hablasteis más conmigo.
Y os diré otra cosa también:
yo nunca más pude saber
lo que era pesar ni placer,
ni lo que estaba mal ni bien,
desde que, en verdad, amigo,
ya no hablasteis más conmigo.
Ni nunca con mi corazón
ni con mis ojos ya dejé
de llorar, y tanto lloré
que entonces perdí la razón,
desde que, en verdad, amigo,
ya no hablasteis más conmigo.
VIII
Amigas: por Nuestro Señor,
sed alegres conmigo
pues he puesto con buen amor
a mi madre y mi amigo,
y por eso estoy alegre,
con motivo estaré alegre
y vos conmigo alegres.
Aunque mi madre no irá allí,
me mandó que yo fuera;
tan bien mandar nunca le oí
como de esta manera,
y por eso estoy alegre,
con motivo estaré alegre
y vos conmigo alegres.
Y le mandó conmigo hablar,
ved cuánto bien me ha dado,
y de ello me vengo a alabar
pues así lo he arreglado,
y por eso estoy alegre,
con motivo estaré alegre
y vos conmigo alegres.
IX
Amigas: que viene mi amigo veis,
y me ha enviado a decir y a rogar
que yo arregle cómo conmigo hablar,
y de esto nada sé, vos lo sabéis,
y me duele que él dijo querer
que haga lo que yo no sé hacer.
Pues, aunque gusto pudiera tener
y muy gran afán en mi corazón
por arreglarlo, y Dios me dé perdón,
no lo arreglaré, pues no he de saber,
y me duele que él dijo querer
que haga lo que yo no sé hacer.
Pues yo nunca con ningún hombre hablé,
y así no me valga Nuestro Señor,
desde que nací, ni nadie el menor
hablar supo, ni lo hice ni sé,
y me duele que él dijo querer
que haga lo que yo no sé hacer.
X
—Hija: os diré algo que de quien
sé que es vuestro amigo entendí,
y aceptad un consejo aquí:
yo os digo que no os quiere bien.
—Madre: en todo os he de creer
mas nunca lo haré en esto, a fe,
pues yo bien sé que más que a sí
mismo me quiere, y que yo a mí.
—Si eso es así, que un mal me dé.
—Madre: en todo os he de creer
mas no en esto, porque le place
verme, y, desde que yo nací,
tanto placer en nadie vi.
—Hija, yo sé que no lo hace.
—Madre: en todo os he de creer
mas por nada creeré que haya quien
en el mundo me quiera tan bien.
XI
Ay, amigo: que así veáis
placer de cuanto en el mundo amáis,
llevadme con vos, amigo.
Y así no me dejéis, agraciada,
vivir como hoy vivo apenada:
llevadme con vos, amigo.
Por Dios, pena de mí tendréis;
mejor conmigo que solo iréis:
llevadme con vos, amigo.
XII
Fui yo, madre, a lavar mis cabellos
a la fuente y me complací de ellos,
y de mí, lozana.
Fui, madre, a lavar mis trenzas bellas
a la fuente y me complací de ellas,
y de mí, lozana.
A la fuente y me complací de ellos
y allí encontré, madre, al dueño de ellos,
y de mí, lozana.
Y fui yo, antes de mi partida,
de lo que él dijo muy complacida,
y de mí, lozana.
XIII
Ay Dios, a vos os digo:
se fue ahora mi amigo,
¿si lo veré, tan bella?
Si alguien de él supiera
verdad y me dijera
¿si lo veré, tan bella?
Se fue muy sin mi agrado
y no sé de su estado;
¿si lo veré, tan bella?
Qué hermosa yo me veo
muriendo con deseo;
¿si lo veré, tan bella?
XIV
Hermosas: Dios es loado,
con tanto bien que hoy logré,
y cuanto es de mi agrado:
pues todo cuanto deseé
vi cuando vi a mi amigo.
XV
Fue mi madre mejor para mí ahora
que nunca lo fue desde que nací,
Nuestro Señor le agradezca por mí,
y hoy ya es mi madre y mi señora,
pues dejó que hablara conmigo
cuanto él quisiera mi amigo.
Ya madre y señora la llamaré
y bien siempre la intentaré servir
porque no quiso dejarme morir;
y muriera, mas ya no moriré,
pues dejó que hablara conmigo
cuanto él quisiera mi amigo.
Nota
Cantiga IV, venhéronmh: Ver nota → Pero García Burgalés.
☛ Universo Cantigas. Joan Soarez Coelho
☛ B. D. Lírica Profana Galego-Portuguesa. Johan Soarez Coelho
☛ Real Academia de la Historia. Johan Soarez Coelho
☛ Cantigas Medievais Galego Portuguesas. João Soares Coelho
☛ Rip Cohen, 500 Cantigas d’ Amigo: Edição Crítica / Critical Edition
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2014
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I
Per boa fe, mui fremosa sanhuda
sej’ eu, e trist’ e co itada por én
por meu amig’, e meu lum’ e meu ben,
que ei perdud’ e el mí perduda
porque se foi sen meu grado d’ aquí.
Cuidous’ el que mi fazía mui forte
pesar de s’ ir, porque lhi non falei,
pero ben sabe Deus ca non ousei,
mais seríalh’ oje melhor a morte
porque se foi sen meu grado d’ aquí.
Tan cruamente lho cuid’ a vedar
que ben mil vezes no seu coraçón
rogu’ el a Deus que lhi dé meu perdón,
ou sa morte, se lh’ eu non perdoar,
porque se foi sen meu grado d’ aquí.
II
Fois’ o meu amigo d’ aquí noutro día
coitad’ e sanhud’ e non soub’ eu ca s’ ía,
mais ja que o sei, e por santa María,
e que farei eu, louçana?
Quis el falar migo e non ouve guisado
e fois’ el d’ aquí sanhud’ e mui coitado
e nunca depois vi el nen seu mandado,
e que farei eu, louçana?
Quen lh’ ora dissesse quan trist’ oj’ eu sejo
e quanto oj’ eu, mui fremosa, desejo
falarlh’ e veel’ e, pois que o non vejo,
e que farei eu, louçana?
III
Amigo: queixum’ avedes
de mí, que non falo vosco,
e, quant’ eu de vós conhosco,
nulha parte non sabedes
de quan muito mal, amigo,
sofro se falardes migo.
Nen de com’ ameaçada
fui un día pola ida
que a vós fui e ferida;
non sabedes vós én nada
de quan muito mal, amigo,
sofro se falardes migo.
Des que souberdes mandado
do mal muit’ e mui sobejo
que mi fazen se vos vejo,
entón mi averedes grado
de quan muito mal, amigo,
sofro se falardes migo.
E pero, se vós quiserdes
que vos fal’ e que vos veja,
sol non cuidedes que seja
se vós ante non souberdes
de quan muito mal, amigo,
sofro se falardes migo.
IV
Ai madr:’ o que eu quero ben
non lh’ ous’ eu ante vós falar
e á end’ el tan gran pesar
que dizen que morre por én,
e se assí morrer por mí,
ai madre, perderei eu i.
Gran sazón á que me serviu
e non mho leixastes veer,
e venheron mi ora dizer
ca morre porque me non viu,
e se assí morrer por mí,
ai madre, perderei eu i.
Se por mí morrer, perda mi é,
e pesar mi á, se o non vir,
pois per al non pode guarir,
ben vos juro, per boa fe,
e se assí morrer por mí,
ai madre, perderei eu i.
V
Oje quer’ eu meu amigo veer,
porque mi diz que o non ousarei
veer mha madre; de pran veelo ei,
e quero tod’ en ventura meter
e des i saia per u Deus quiser.
Porén qual coita mi mha madre ten
que o non veja, no meu coraçón
ei oj’ eu posto, se Deus mi perdón,
que o veja e que lhi faça ben
e des i saia per u Deus quiser.
Pero mho ela non quer outorgar,
ilo ei veer alí u m’ el mandou
e por quanta coita por mí levou
fareilh’ eu est’ e quanto m’ al rogar
e des i saia per u Deus quiser,
ca diz o vervo ca non semeou
milho quen passarinhas receou.
VI
Falei un día, por me baralhar
con meu amigo, con outr’ u m’ el visse
e direivos que lhi dix’ u m’ el disse
por que lhi fezera tan gran pesar:
«Se vos i, meu amigo, pesar fix,
non foi por al senón porque me quix».
Por baralhar con el e por al non
falei con outr’, en tal que o provasse,
e pesoulhi máis ca se o matasse
e preguntoum’ e díxilh’ eu entón:
«Se vos i, meu amigo, pesar fix,
non foi por al senón porque me quix».
Alí u eu con outr’ ant’ el falei
preguntoum’ el e por que lhi fazía
tan gran pesar ou se o entendía,
e direivos como me lh’ i salvei:
«Se vos i, meu amigo, pesar fix,
non foi por al senón porque me quix».
VII
Amigo: pois me vos aquí
ora mostrou Nostro Senhor,
direivos quant’ á que sabor
non ar ouve d’ al nen de mí,
per boa fe, meu amigo,
des que non falastes migo.
E ar direivos outra ren:
nunca eu ar pudi saber
que x’ era pesar nen prazer
nen que x’ era mal nen que ben,
per boa fe, meu amigo,
des que non falastes migo.
Nen nunca o meu coraçón
nen os meus olhos ar quitei
de chorar e tanto chorei
que perdí o sén des entón,
per boa fe, meu amigo,
des que non falastes migo.
VIII
Amigas: por Nostro Senhor,
andade ledas migo
ca puj’ antre mha madr’ amor
e antr’ o meu amigo,
e por aquest’ ando leda;
gran dereit’ ei d’ andar leda
e andade migo ledas.
Pero mha madre non foss’ i,
mandoumi que o visse:
nunca tan bon mandad’ oí
come quando mho disse,
e por aquest’ ando leda;
gran dereit’ ei d’ andar leda
e andade migo ledas.
E mandoo migo falar,
vedes que ben mi á feito,
e venho mi vos én loar
ca puji ja assí o preito
e por aquest’ ando leda;
gran dereit’ ei d’ andar leda
e andade migo ledas.
IX
Vedes, amigas: meu amigo vén
e envioumi dizer e rogar
que lho guis’ eu de comigo falar
e de tal preito non sei end’ eu ren,
e pésami que m’ enviou dizer
que lhi faça o que non sei fazer.
Ca, pero m’ end’ eu gran sabor ouver
e mui gran coita no meu coraçón
de lho guisar, se Deus mi perdón,
non lho guisarei, poi-lo non souber,
e pésami que m’ enviou dizer
que lhi faça o que non sei fazer.
Ca eu nunca con nulh’ ome falei,
tanto me non valha Nostro Senhor,
des que nací, nen ar foi sabedor
de tal fala, nen a fiz nen a sei,
e pésami que m’ enviou dizer
que lhi faça o que non sei fazer.
X
—Filha: direivos unha ren
que de voss’ amig’ entendí
e filhad’ algún consselh’ i:
dígovos que vos non quer ben.
—Madre: creer vos ei eu d’ al
e non desto, per boa fe,
ca sei que mui melhor ca si
me quer nen que m’ eu quero mí.
—Mal mi venha se assí é.
—Madre: creer vos ei eu d’ al
mais non desto, ca si lhe praz
de me veer, que, pois nací,
nunca tal prazer d’ ome vi.
—Filha, sei eu que o non faz.
—Madre: creer vos ei eu d’ al
mais non vos creerei per ren
que no mundo á quen quera tan gran ben.
XI
Ai, meu amigo: se vejades
prazer de quanto no mund’ amades,
levádeme vosc’, amigo.
Por non leixárdesmi, ben talhada,
viver com’ oj’ eu vivo coitada,
levádeme vosc’, amigo.
Por Deus, filhéxivos de min doo;
melhor iredes migo ca soo:
levádeme vosc’, amigo.
XII
Fui eu, madre, lavar meus cabelos
a la fonte e pagueim’ eu delos
e de mí, louçana.
Fui eu, madre, lavar mhas garcetas
a la fonte e pagueim’ eu delas,
e de mí, louçana.
A la fonte e pagueim’ eu deles;
aló achei, madr’, o senhor deles,
e de mí, louçana.
Ante que m’ eu d’ alí partisse
fui pagada do que m’ el disse,
e de mí, louçana.
XIII
Ai Deus, a vó’ lo digo:
foiss’ ora o meu amigo;
e se o verei, velida?
Quen m’ end’ ora soubesse
verdad’ e mi dissesse;
e se o verei, velida?
Foiss’ el mui sen meu grado
e non sei eu mandado;
e se o verei, velida?
Que fremosa que sejo
morrendo con desejo;
e se o verei, velida?
XIV
Fremosas: a Deus louvado,
con tan muito ben como oj’ ei,
e do que son máis leda:
ca todo quant’ eu desejei
vi quando vi meu amigo.
XV
Agora me foi mha madre melhor
ca me nunca foi des quando nací,
Nostro Senhor lho gradesca por mí,
e ora é mha madre e mha senhor,
ca me mandou que falasse migo
quant’ el quisesse o meu amigo.
Sempre lh’ eu madr’ e senhor chamarei
e puinharei de lhe fazer prazer
por quanto me non quis leixar morrer,
e morrera, mais ja non morrerei,
ca me mandou que falasse migo
quant’ el quisesse o meu amigo.
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