21 de diciembre de 2019

Rosa en llamas



Los días polvorientos se han ido,
Rosa de Cimarrón.
R. Young (Poco), Rose of Cimarron

Ráfagas de ocaso, dunas escampadas.
R. M. del Valle-Inclán, Rosa de llamas

Monta el acero,
fuerza el asfalto; empuja al viento,
mira hacia el sol.

Chillan caballos,
gruñen leones, rugen disparos
en el motor.

Muerde las horas,
hiere los labios: canta la Rosa
de Cimarrón.

Bullen las nubes
en la meseta; la tarde funde
cian en fulgor.

Calma a la bestia,
enfría el hierro; dale a la rueda
paz y pasión.

Duerme, descansa:
sueña en infiernos de ardiente lava
y acre vapor.

Revive luego
tu fe en el cosmos. Vuelve sin miedo
al viejo hoy.

Alzando el día
va la mañana; el cuero vibra
y entra en calor.

Suelta los músculos,
traza tu ruta sobre el dibujo
del caracol.

Rugen colores,
graznan serpientes, hierven leones
en tu interior.

Cabalga el hierro;
escucha al este, olvida el vértigo
en su frescor.

El mar se acerca
y la caricia de la marea
al malecón.

Polvo en los ojos.
Mantén la aguja, en cada escollo,
bajo control.

Polvo a lo lejos.
Allá se fueron los polvorientos
días de amor.

Viento en la boca:
susurras suave la hermosa Rosa
de Cimarrón.


egm.2019

Revisión del poema publicado en Luz de invierno en octubre de 2010
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