14 de agosto de 2022

Jorge de Sena

En Creta, con el Minotauro

I

Nacido en Portugal de padres portugueses
y padre de brasileños en Brasil,
seré tal vez norteamericano cuando esté allí.
Coleccionaré nacionalidades como camisas se quitan,
se usan y se tiran, con el todo el respeto
debido a la ropa que se viste y prestó servicio.
Yo mismo soy mi patria. La patria
de la que escribo es la lengua en la que, por azar de generaciones
nací. Y de lo que hago y de lo que vivo es esta
rabia que tengo por la poca humanidad de este mundo
cuando no creo en otro, y solo otro querría que
este mismo fuese. Pero si un día me olvidara de todo,
espero envejecer
tomando café en Creta
con el Minotauro,
bajo la mirada de dioses sin vergüenza.


II

El Minotauro me comprenderá.
Tiene cuernos, como los sabios y los enemigos de la vida.
Es mitad buey y mitad hombre, como todos los hombres.
Violaba y devoraba vírgenes, como todas las bestias.
Hijo de Pasífae, era hermano de un verso de Racine,
que Valery, el cretino, consideraba uno de los más bellos de la “langue”.
Hermano también de Ariadna,
lo embrollaron con un ovillo en el que se lió.
Teseo, el héroe y, como todos los griegos heroicos, un hijo de puta,
se le rio en su respetable hocico.
El Minotauro me comprenderá, tomará café conmigo, mientras
el sol serenamente desciende sobre el mar, y las sombras,
llenas de ninfas y efebos desempleados,
se apretarán dulcísimas en las tazas
como el azúcar que removemos con el dedo sucio
de investigar los orígenes de la vida.


III

Y allí es donde quiero rencontrarme de haber dejado
la vida por el mundo en pedazos repartida, como decía
aquel pobre diablo al que el Minotauro no leyó, porque
como toda la gente, no sabe portugués.
Tampoco yo sé griego, según las más fiables informaciones.
Hablaremos en volapük, ya
que ninguno de nosotros lo entiende. El Minotauro
no hablaba griego, no era griego, vivió antes de Grecia
y de toda esa mierda docta que nos cubre desde hace siglos,
cagada por nuestros esclavos, o por nosotros cuando somos
los esclavos de otros. Con el café
nos contaremos uno a otro nuestras penas.


IV

Con patrias nos compran y nos venden, si faltan
patrias que se vendan lo bastante caras como para avergonzarse
de no pertenecer a ellas. Ni yo ni el Minotauro
tendremos patria alguna. Solo el café,
aromático y bien fuerte, no de Arabia o de Brasil,
de la Fedacam, o de Angola, o cualquier otro lugar.
Pero aun así café, que yo, con filial ternura
veré gotear de su quijada de buey
hasta las rodillas humanas que él ignora
de quien heredó, si del abuelo o de la madre,
los cuernos retorcidos que adornan
su noble frente anterior a Atenas, y, quién sabe,
a Palestina y otros lugares turísticos
inmensamente patrióticos.


V

En Creta, con el Minotauro,
sin versos y sin vida,
sin patrias y sin espíritu,
sin nada ni nadie
más que el dedo sucio,
me tomaré mi café en paz.



Nota
· hermano de un verso de Racine: Racine publicó en 1687 la tragedia Fedra , cuyo verso más citado y conocido es "la fille de Minos et de Pasiphaé", la hija de Minos y de Pasífae. Fedra es hermana de Ariadna y hermanastra, como ella, de Minotauro.
· aquel pobre diablo: Camoens, nada menos, que en su Canção 5 (Junto de um sêco, fero e estéril monte) escribe: por que ficasse a vida / pelo mundo em pedaços repartida.
· volapuk: lengua artificial, hoy en desuso, con la misma idea del esperanto, que fue utilizada entre 1880 y 1930 por un máximo de unos cien mil hablantes.
· Fedacam: parece referirse a alguna Federação das Câmaras (de Comércio), probablemente de Brasil.
· si del abuelo o de la madre: en el original se do pai, se da mãe, pero si Minotauro (cabeza de toro y cuerpo humano) es hijo del Toro de Creta mal podría haber heredado del padre sus “joelhos de homem”, rodillas de hombre.

Jorge de Sena. Em Creta, com o Minotauro (blogspot.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2022


                    ∼

Em Creta, com o Minotauro

I
Nascido em Portugal, de pais portugueses,
e pai de brasileiros no Brasil,
serei talvez norte-americano quando lá estiver.
Coleccionarei nacionalidades como camisas se despem,
se usam e se deitam fora, com todo o respeito
necessário à roupa que se veste e que prestou serviço.
Eu sou eu mesmo a minha pátria. A pátria
de que escrevo é a língua em que por acaso de gerações
nasci. E a do que faço e de que vivo é esta
raiva que tenho de pouca humanidade neste mundo
quando não acredito em outro, e só outro quereria que
este mesmo fosse. Mas, se um dia me esquecer de tudo,
espero envelhecer
tomando café em Creta
com o Minotauro,
sob o olhar de deuses sem vergonha.

II
O Minotauro compreender-me-á.
Tem cornos, como os sábios e os inimigos da vida.
É metade boi e metade homem, como todos os homens.
Violava e devorava virgens, como todas as bestas.
Filho de Pasifaë, foi irmão de um verso de Racine,
que Valery, o cretino, achava um dos mais belos da “langue”.
Irmão também de Ariadne, embrulharam-no num novelo de que se lixou.
Teseu, o herói, e, como todos os gregos heroicos, um filho da puta,
riu-lhe no focinho respeitável.
O Minotauro compreender-me-á, tomará café comigo, enquanto
o sol serenamente desce sobre o mar, e as sombras,
cheias de ninfas e de efebos desempregados,
se cerrarão dulcíssimas nas chávenas,
como o açúcar que mexemos com o dedo sujo
de investigar as origens da vida.

III
É aí que quero reencontrar-me de ter deixado
a vida pelo mundo em pedaços repartida, como dizia
aquele pobre diabo que o Minotauro não leu, porque,
como toda a gente, não sabe português.
Também eu não sei grego, segundo as mais seguras informações.
Conversaremos em volapuque, já
que nenhum de nós o sabe. O Minotauro
não falava grego, não era grego, viveu antes da Grécia,
de toda esta merda douta que nos cobre há séculos,
cagada pelos nossos escravos, ou por nós quando somos
os escravos de outros. Ao café,
diremos um ao outro as nossas mágoas.

IV
Com pátrias nos compram e nos vendem, à falta
de pátrias que se vendam suficientemente caras para haver vergonha
de não pertencer a elas. Nem eu, nem o Minotauro,
teremos nenhuma pátria. Apenas o café,
aromático e bem forte, não da Arábia ou do Brasil,
da Fedacam, ou de Angola, ou parte alguma. Mas café
contudo e que eu, com filial ternura,
verei escorrer-lhe do queixo de boi
até os joelhos de homem que não sabe
de quem herdou, se do pai, se da mãe,
os cornos retorcidos que lhe ornam a
nobre fronte anterior a Atenas, e, quem sabe,
à Palestina, e outros lugares turísticos,
imensamente patrióticos.

V
Em Creta, com o Minotauro,
sem versos e sem vida,
sem pátrias e sem espírito,
sem nada, nem ninguém,
que não o dedo sujo,
hei-de tomar em paz o meu café.



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