28 de enero de 2016

Los pensamientos son más largos que el tiempo



Aún pienso en el susurro de los sauces,
pienso en los signos maliciosos
con que el viento escribe en la arena,

polvo de azufre rodando en las dunas,
pienso que lo que no se hace hoy
jamás podrá ser hecho, pienso

que si el río nunca es el río,
el tiempo no es el tiempo, no es el tiempo,
pienso en la lluvia que viene

y en los charcos de escarcha entre la hierba,
pienso en el semen sobre el cojín verde,
cerveza y piel blanca en la playa,

pienso en la mano insegura que baja
hasta el vello leve del pubis
donde es detenida por otra mano

aún más insegura, aun pienso
en aquel mar silencioso,
pienso en el muchacho que piensa

que solo él piensa en el mundo,
—el bigote incipiente y la duda consciente—
pienso en la sal y en el vino dorado,

pienso en el futuro inalcanzable,
y en la reina de las algas mirando
inmortalmente el mar en su ventana,

pienso en los bares trastornados
y en las calles desorientadas desde
que tú no estás, ojoazurea,

tú no estás, tú no estás, ni yo estoy,
pienso en las conchas rotas de la playa,
y pienso en la tarjeta de memoria

perdida en un bosque remoto,
pienso en los cuervos danzando en la nieve,
pienso en la bruma que escucha,

pienso en los ojos del cierzo,
pienso en el viento sin nombre que aturde
los desfiladeros de mi cerebro,

y pienso en el caballo en la sabana,
huesos de aire y olvido, pienso
en el lobo hambriento mordisqueando

roja corteza de pino en invierno,
pienso en correr tras las nubes
mientras la luna se aleja en la niebla,

pienso en el musgo buscando a los robles,
la madreselva a las zarzas,
pienso en que… #sí, espera un momento,

estoy escribiendo un poema, luego
te llamo, o te mando un guasapi,
sí, un largo y precioso poema# … pienso

que hay quien, cuando encuentra una grieta,
la sella, y que hay quien la grapa
para que no siga extendiéndose,

y también que hay quien escarba en ella
hasta que el edificio se derrumba
sobre sus sueños de imbécil,

pienso que de entre el polvo y los escombros
solo pueden surgir espectros,
pienso en la lluvia que vendría

y en el polen de las aceras, pienso,
pienso en el semen en tu malva intenso,
chocolate y birra en la librería,

pienso en los juegos de las algas,
y pienso en la chica del sushi
chupándola absorta mientras

muy suavemente la fotografío,
pienso en el mar desnortado,
pienso en el hombre que piensa

que solo él piensa en el mundo,
—una barba exultante, una duda constante—
pienso que pienso en el hombre

que cambia de nombre y de identidad
y de mente en cada ciudad,
pienso en el sabor de mi nombre,

pienso en lo poco que importa quién soy
o no soy, sino tan solo —acaso—
lo que parezco, y quizá a quién

quizá me parezco, pienso en correr
y correr, corriendo tras el
frío susurro del sauce en la niebla

mientras la luna devora la noche
escupiendo sus tripas a las nubes,
pienso en el cuarzo brillante

en hondos despeñaderos sombríos,
pienso en el semen en la piel morena
y pienso en la lluvia que no ha venido,

pienso en la vecina sodomizada
con su peinado de actriz glamurosa,
pienso que a veces la oigo masturbarse

allá, en la otra orilla de la pared,
pienso en aquel mar melancólico,
pienso en el anciano que piensa

que solo él piensa en el mundo,
—ya el pelo raleante, otra duda expectante—
pienso en las flores de las tumbas,

pienso en la vivisección del abismo
y, en la mitad del camino del río,
pienso en el dulce amargor del oxalis,

pienso en el ojo que no habla
y en la boca que me mira, ay pienso,
pienso en mi tenaz corazón de estroncio

ardiendo lentamente bajo tierra,
pienso en la sima profunda en la que
mis restos permanecen sepultados

junto a mi hacha y mi cuchillo
desde hace más de un millón de años,
pienso en cien mil millones de galaxias

y en tres neutrinos oscilantes
viajando de mi mente a tu cerebro
mientras cambia el sabor de las estrellas,

pienso en el peso del mundo, pienso en
el niño que todavía no piensa
que está solo en el universo, pienso

en los océanos de años luz,
pienso que el río no es río ni tiempo,
pienso en que pienso que pienso

un pensamiento de hiedra y veneno
que no es suficiente para existir,
pienso en los lirios de semen,

pienso, allí, en la vecina masturbándose,
pienso en la lluvia que aún vuelve,
pienso en si habrá aguardiente en el infierno.

egm. 2016

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