Car le temps de l'amour
c'est long et c'est court,
ca dure toujours, on s'en souvient.
(Porque el tiempo del amor
es largo y es corto,
dura para siempre, lo recordamos.)
F. Hardy (Morisse/Salvet/Dutronc), Le temps de l'amour
Deja el amor:
vamos —rápido— a follar.
Ven, mi amor;
vamos a echar un polvo sin amor,
y a disfrutar.
Déjame absorber tus tetas
pizpiretas,
mordisquea mis pezones,
que me pones;
voy a paladear tu coño
(oh madroño),
degusta mi polla rosa
(sustanciosa);
déjame atrapar tus nalgas
—dunas y algas—
y enzárzate entre mis brazos
sin flechazos.
Ven: voy a follarte aprisa
como brisa
que refresca los pinares
y arde mares;
mueve al ritmo tus caderas
volanderas
como ola que en la roca
(loca) choca.
Vamos a follar —mi amor—
sin amor
y mandemos
—pues podemos—
a tomar por culo la poesía
(majadería)
y todo ese puto amor.
Y mañana
—o cuando nos dé la gana—,
por favor,
hagamos el amor pacientemente
(como la buena la gente),
casi, casi con amor,
pero ahora
no me seas soñadora:
deja el amor
(es mejor)
—deja el sado—,
y echemos un gran polvo alucinado,
sí, mi amor:
que ya siento en mis pezones tus dientes
impacientes,
que mis dientes ya sienten tus pezones
reventones.
Deja el amor,
por ahora
—es tan pronto, en las olas del azar…
… para esperar—,
sin demora
y vayamos más allá del amor:
por favor:
rindámonos por un ratito
al sempiterno
(turbio / tierno)
antiguo rito.
egm.2019
Revisión del poema publicado en Luz de invierno en octubre de 2010
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