Ahora que regresa la primavera
por encima de Seivane en las tierras de Abadín
y va dejando sámago en los mimbres
ahora que retornan las floraciones antiguas
y una brisa delicada fragmento de escritura
va liberando el alma
ahora me percato de la presencia del amigo
cuando las aves conciertan el equinoccio celeste
y los bueyes en Lamanide
llevan en la cornamenta una rueda solar.
Queda ya lejos la aldea
la página purísima escrita en nieve
el principio de la patria
la pobreza inocente que respiran los niños
y da templanza al alma.
¿Te acuerdas, amigo?
La luz dejaba formas de nostalgia
y la frescura de las piedras
podía modular los ámbitos del río
lámina impresionista en la huidiza mañana.
Era el tiempo
en que las muchachas jóvenes recogían helechos.
Te acordarás a veces de la muda de las hojas
de los espacios marcados por una lluvia límpida
de la textura de la flor rosada de las zarzas
de la imprecisa distancia que va de la vida a la muerte
allá por Vilarente.
El atardecer descendía como un palio
sobre las torres de Mondoñedo
en el tiempo de los hexámetros latinos.
Era la consagración de la primavera
en la materia de los árboles en el regocijo del vértigo
en la memoria de las églogas:
Silvestrem tenui musam meditaris avena.
Venía la palabra nueva
en la fábula del amor en el principio de la música
en el esplendor imprevisto de los manzanos.
Llegaría una carta de Virgilio:
Sunt nobis mitia poma.
Huían las oscuras peonías
lejos del corazón adolescente:
No habías entrado aún en los palafitos de la muerte.
☛ Nota. Silvestrem tenui musam meditaris avena: Segundo verso de la Bucólica primera de Virgilio: (Tú, Titiro, recostado bajo una frondosa haya) ensayas la musa pastoril con suave flauta. Sunt nobis mitia poma: Segunda mitad del verso 80, al final de la Bucólica primera de Virgilio: (Aunque podrías descansar esta noche aquí, en lecho de hojas verdes.) Tengo manzanas maduras.
Luz Pozo Garza. Homenaxe a Aquilino (asymptotejournal.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2024
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Homenaxe a Aquilino
Agora que regresa a primavera
por riba de Seivane nas terras de Abadín
e vai deixando sámago nos vimbios.
Agora que retornan as floracións antigas
e unha brisa delicada fragmento de escritura
vai liberando a alma.
Agora me decato da presencia do amigo
cando as aves concertan o equinoccio celeste
e os bois en Lamanide
levan na cornamenta unha roda solar.
Atrás quedou a aldea
a páxina purísima escrita en neve
o principio da patria
a pobreza inocente que respiran os nenos
e dá tempero á alma.
¿Lémbraste, meu amigo?
A luz deixaba formas de saudade
e a frescura das pedras
podía modular os ámbitos do río
lámina impresionista na mañá fuxidía.
Era o tempo
en que as rapazas novas apañaban nos fieitos.
Lembraraste ás vegadas da mudanza das follas
dos espacios marcados por unha chuvia límpida
da textura da flor rosada das silveiras
da imprecisa distancia que vai da vida á morte
aló por Vilarente.
O serán descendía coma un palio
sobre das torres de Mondoñedo
no tempo dos hexámetros latinos.
Era a consagración da primavera
na materia das árbores na ledicia do vértigo
na memoria das églogas:
Silvestrem tenui Musam meditaris avena.
Viña a palabra nova
na fábula do amor no principio da música
no esplendor imprevisto das maceiras.
Chegaría unha carta de Virxilio:
Sunt nobis mitia poma.
Fuxían as escuras peonías
lonxe do corazón adolescente:
Aínda non entraras nos palafitos da morte.
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