Traducciones del griego
Safo
(…) sobre el agua fría
el viento suena por entre los vahos
del manzano y de las trémulas hojas
se derrama el sueño (…)
Se ha puesto la luna,
y las Pléyades. Es
medianoche. El tiempo pasa.
Duermo sola.
Crates
Los dedos del tiempo nos doblan
lentamente, con una dudosa artesanía
que al final estropea todo lo que forma.
Zonas
Pásame la jarra de dulce barro,
hecha de la tierra que me soporta;
tierra que algún día yo soportaré.
Antipatros
Ni guerra, ni ciclones, ni terremotos
son tan aterradores como este patán
que observa, bebe agua y recuerda
todo cuanto decimos.
Traducciones del japonés
Shami Mansei
Este mundo nuestro,
¿a qué puedo compararlo?
A la blanca estela de un barco
que se aleja en la madrugada.
Ōe No Chisato
Mientras miro la luna que brilla
sobre los innúmeros caminos del dolor,
sé que no estoy sola,
rodeada por el otoño.
Se cree que vivió alrededor de 825 d.C. Nada más se sabe de ella, aunque este poema es uno de los más famosos de la literatura japonesa.
Kakinomoto No Hitomaro
Cuando recogía
para mi niña flores
de lo alto del ciruelo,
las ramas bajas
me empaparon de rocío.
Un extraño anciano
me detiene, mirando
desde el fondo de mi espejo.
Mi niña está esperándome
sin saber que mi cuerpo
se ha quedado aquí,
en las rocas del monte Kamo.
Este es el poema de la muerte de Hitomaro.
Yamabe No Akahito
Desearía estar tan cerca de ti
como la falda mojada de una niña
que en la orilla se pega a su cuerpo.
Pienso en ti siempre.
Las nieblas se levantan sobre
las inmóviles charcas de Asuka;
el recuerdo no se desvanece
con tanta facilidad.
Imperceptiblemente
se marchita en el mundo
este humano corazón-flor.
La poetisa Ono No Komachi es la belleza legendaria de Japón. Se supone que perdió su belleza en la vejez y se convirtió en una mendiga sin hogar. Esto puede ser cierto, pero improbable, y es más posible que la idea proceda de sus poemas, muchos de los cuales tratan sobre la transitoriedad de la vida y la belleza.
La madre del comandante Michitsuna
¿Te haces alguna idea
de cuánto puede durar la noche,
acostada sola y sollozando?
Según la leyenda ella le dio este poema a su esposo cuando él llegó una noche a casa muy tarde, como solía hacer.
Ariwara No Narihira
Siempre he sabido
que algún día debería
tomar este camino, pero ayer
no sabía que sería hoy.
Ki No Tsurayuki
Entre las cañas del pantano
un pájaro chilla de dolor,
como si hubiera recordado
algo que era mejor olvidar.
Onakatomi No Yoshinobu
El ciervo en la montaña de pinos,
donde no hay hojas que caigan,
conoce la llegada del otoño
solo por el eco de su propia voz.
Este es el primer poema japonés que traduje; yo tenía quince años. Sigue siendo uno de mis favoritos.
Dama Murasaki Shikibu
Alguien pasa
y mientras me pregunto
si es él
la luna de medianoche
va cubriéndose de nubes.
Es la figura más importante de la literatura japonesa, autora de El relato de Genji, uno de los mejores libros del mundo, de un diario y de numerosos poemas.
Bashô
Tarde otoñal;
un cuervo sobre
una rama desnuda.
Un viejo estanque;
el sonido de una rana
que se zambulle.
Describe el retiro de un monje en el bosque, tan inmóvil que el único sonido es el chapoteo de una rana cuando un visitante se acerca.
Por este camino
nadie me seguirá;
tarde de otoño.
Hierba de verano
donde los guerreros
ahora sueñan.
En paralelo con cientos de poemas occidentales, de la antología griega y la Biblia a Carl Sandburg, describe un campo de batalla.
Shiki
Veo las piedras
fluctuando en el fondo a través
del agua clara.
Congelada en el hielo
una hoja de arce.
Cago en un nabar de invierno,
lejanas las luces de la ciudad.
Yosano Akiko
Presiona mis pechos,
aparta el velo de misterio;
ahí crece una flor
carmesí y fragante.
Olvidado en la playa,
lleno de agua,
un barco desgastado
refleja el cielo blanco
al comienzo del otoño.
De Los poemas de amor de Marichiko
IV
Tú me preguntas en que pensaba
antes de que fuéramos amantes;
la respuesta es sencilla:
antes de conocerte
yo no tenía nada en qué pensar.
VII
Hacer el amor contigo
es igual que beber agua salada;
cuanto más bebo
más sedienta estoy,
hasta que ya nada sacia mi sed
sino beber todo el mar.
IX
Me despiertas, separas
mis muslos, y me besas.
Yo te doy el rocío
de la primera mañana del mundo.
XII
Ven a mí, como vienes,
suavemente, al róseo lecho de brasas
de mi hogar que resplandece
por todo el bosque nocturno.
XV
Porque contigo sueño
noche tras noche,
mis días solitarios
son solo sueños.
XVI
Inflamada por amor, la cigarra
grita; en silencio, como la luciérnaga,
mi carne se consume por amor.
XVIII
La primavera es precoz este año:
laurel, ciruelos, melocotoneros,
almendros o mimosas…
todos florecen a la vez. La noche,
bajo la luna, huele como tu cuerpo.
XXIX
Ámame. En este momento
nosotros somos
los más felices del mundo.
XXXIV
Cada mañana
me despierto sola, soñando
que mi brazo es tu dulce carne
presionando mis labios.
XXXV
Tu lengua repiquetea y se mueve
dentro de mí, y yo me vuelvo hueca
y ardo con luz arremolinada,
como en el interior
de una enorme perla en expansión.
XLIV
El desorden de mi cabello
se debe a mi insomne almohada solitaria;
mis ojos hundidos y mejillas demacradas
son culpa tuya.
※
[El cisne]
Cuando sale la luna llena
el cisne canta,
en sueños,
en el lago de la mente.
(Este poema está grabado en la lápida de Kenneth Rexroth en el cementerio de Santa Bárbara, California)
Nota
Sobre la traducción de Safo. En las traducciones que he visto del griego al español siempre se traduce «las ramas del manzano» donde Rexroth traduce al inglés como «sprays of apple», que yo a mi vez traduzco como «los vahos del manzano», entre otras posibilidades. Creo que si él lo hace así, y toma precisamente este fragmento de un poema más largo, es por alguna razón.☛ Brief Poems by Kenneth Rexroth (briefpoems.wordpress.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2019
∼
Translations from the Greek
Sappho
… about the cool water
the wind sounds through sprays
of apple, and from the quivering leaves
slumber pours down …
The moon has set,
And the Pleiades. It is
Midnight. Time passes.
I sleep alone.
Krates
Time’s fingers bend us slowly
With dubious craftsmanship,
That at last spoils all it forms.
Zonas
Pass me the sweet earthenware jug,
Made of the earth that bore me,
The earth that someday I shall bear.
Antipatros
Neither war, nor cyclones, nor earthquakes
are as terrifying as this oaf
who stares, sips water and remembers
everything we say.
Translations from the Japanese
Shami Mansei
This world of ours,
To what shall I compare it?
To the white wake of a boat
That rows away in the early dawn.
Ōe No Chisato
As I watch the moon
Shining on pain’s myriad paths,
I know I am not
Alone involved in Autumn.
…believed to have lived about 825 A. D. Nothing else is known of her, although this poem is one of the most famous in Japanese literature.
Kakinomoto No Hitomaro
When I gathered flowers
For my girl
From the top of the plum tree
The lower branches
Drenched me with dew.
A strange old man
Stops me,
Looking out of my deep mirror.
My girl is waiting for me
And does not know
That my body will stay here
On the rocks of Mount Kamo.
This poem is Hitomaro’s death poem.
Yamabe No Akahito
I wish I were close
To you as the wet skirt of
A salt girl to her body.
I think of you always.
The mists rise over
The still pools at Asuka.
Memory does not
Pass away so easily.
Imperceptible
It withers in the world,
This flower-like human heart.
The Poetess Ono No Komachi.
She is the legendary beauty of Japan. She is supposed to have lost her beauty in old age and become a homeless beggar. This may be true, but it is improbable and is most likely derived from her poems, many of which deal with the transitoriness of life and beauty.
The Mother of the Commander Michitsuna
Have you any idea
How long night can last, spent
Lying alone and sobbing?
According to legend, she gave this poem to her husband when he came home very late one night, as he habitually did.
Ariwara No Narihira
I have always known
That at last I would
Take this road, but yesterday
I did not know that it would be today.
Ki No Tsurayuki
Out in the marsh reeds
A bird cries out in sorrow,
As though it had recalled
Something better forgotten.
Onakatomi No Yoshinobu
The deer on pine mountain,
Where there are no falling leaves,
Knows the coming of autumn
Only by the sound of his own voice.
This is the first Japanese poem I ever translated; I was fifteen years old. It is still one of my favorites.
Lady Murasaki Shikibu
Someone passes,
And while I wonder
If it is he,
The midnight moon
Is covered with clouds.
She is the greatest figure in Japanese literature, the author of The Tale of Genji, one of the world’s greatest books, of a diary and of numerous poems.
Bashô
Autumn evening —
A crow on a bare branch.
An old pond —
The sound
Of a diving frog.
…describes a monk’s retreat in the forest, so still that the only sound is the splash of a frog as the visitor approaches.
On this road
No one will follow me
In the Autumn evening.
Summer grass
Where warriors dream.
…paralleled by hundreds of Western poems from the Greek Anthology and the Bible to Carl Sandburg. It describes a battlefield.
Shiki
I can see the stones
On the bottom fluctuate
Through the clear water.
Frozen in the ice
A maple leaf.
Shitting in the winter turnip field
The distant lights of the city.
Yosano Akiko
Press my breasts,
Part the veil of mystery,
A flower blooms there,
Crimson and fragrant.
Left on the beach
Full of water,
A worn out boat
Reflects the white sky
Of early autumn.
From The Love Poems of Marichiko
IV
You ask me what I thought about
Before we were lovers.
The answer is easy.
Before I met you
I didn’t have anything to think about.
VII
Making love with you
Is like drinking sea water.
The more I drink
The thirstier I become,
Until nothing can slake my thirst
But to drink the entire sea.
IX
You wake me,
Part my thighs, and kiss me.
I give you the dew
Of the first morning of the world.
XII
Come to me, as you come
Softly to the rose bed of coals
Of my fireplace
Glowing through the night-bound forest.
XV
Because I dream
Of you every night,
My lonely days
Are only dreams.
XVI
Scorched with love, the cicada
Cries out. Silent as the firefly,
My flesh is consumed with love.
XVIII
Spring is early this year.
Laurel, plums, peaches,
Almonds, mimosa,
All bloom at once. Under the
Moon, night smells like your body.
XXIX
Love me. At this moment we
Are the happiest
People in the world.
XXXIV
Every morning, I
Wake alone, dreaming my
Arm is your sweet flesh
Pressing my lips.
XXV
Your tongue thrums and moves
Into me, and I become
Hollow and blaze with
Whirling light, like the inside
Of a vast expanding pearl.
XLIV
The disorder of my hair
Is due to my lonely sleepless pillow.
My hollow eyes and gaunt cheeks
Are your fault.
A brief poem by Kenneth Rexroth
As the full moon rises
The swan sings
In sleep
On the lake of the mind.
This poem is engraved on Kenneth Rexroth’s tombstone in the Santa Barbara Cemetery in Santa Barbara, California.
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