25 de junio de 2019

Joseph Macleod

Cáncer, o el cangrejo

Lunaveneno, escoria de sacrificio,
inunda las venas de los ojos
hasta la retina, lunacolorida,
ve el movimiento ladeado del cretino cangrejo
matizado como una tortuga inclinada en el glauco lunapaisaje
una aplanada peña caliente que
lívidamente en mitad de los doldrums
repta
el lunático incapaz de soportar
el curso silencioso de las constelaciones
loco y completamente desnudo
repta
el óbolo en el globo ocular de un hombre muerto de elefantiasis
repta
los tres cruzando el cielo con movimiento oscilante.
Los doldrums: «región de calma
y leves vientos desconcertantes próxima al ecuador».
Pero las calmas son raras
los vientos son desconcertantes pero no la luz
y los barcos ebrios pertenecientes al Club del Cangrejo
caliente y desnuda roca ante la solicitud de la luna
todo en las palidescentes algas de los Sargazos
y viento desfavorable, buscando distraerse a la luz de la liberación
porque
¿qué somos sino el excremento del inexistente mediodía?
        (verdad como la sinuosa luz de las estrellas)
¿qué somos todos sino «cementerios aborrecidos por la luna»?
¿Y murieron los maoríes de sarampión? Nosotros también.

Pero aquí no hay nieve, ni lirios.
La noche es glutinosa
en un amplio hogar se entrelazan espinosas matas
ardiendo sin llama: un lejano trashoguero en la espesura
devuelve silencio: cristalinas cenizas destellan en el estanque
las constelaciones que han dejado de funcionar (?)
centellean. No hay retozo de hojas muertas.
En el borde del prado una luciérnaga
cuelga su linterna oficialmente acreditada
corros de flores se abren mudas
como ventanas con persianas dibujadas
y en el centro los rugosos árboles
aunque parezcan convertirse en humo
se mantienen donde están como el cartón.
El azulvivo
es un extraño combustible para hacer que la luna se mueva.

Agesias dijo: «Nerón era un artista porque asesinó a su madre
la sensibilidad (subliminal) tiene más importancia
que la obligación moral
            (prandial)».
        Pero Agesias pinta cabañas a la acuarela
y teme a su propia madre.
Barbarius dijo: «Estoy apasionadamente enamorado de Guito,
quien me rechaza por
            Praxinoe»
        pero hasta que no los vio juntos, de Guito solo le trastornaban
            las pestañas.
Galonus dijo: «La subsecuente marchitez de una orquídea no altera
            el valor de su belleza».
Decanus dijo: «Nada de alegría.
Si no muere la alegría muere lo que la produjo».
        Pero Galonus es atractivo para las mujeres,
Decanus obeso, pobre y obtuso.
Epinondas dijo: «Yo era un mentiroso, ahora ya no lo soy».
Zeuxias dijo: «Lo que siempre he sido, seguiré siéndolo: un tonto».
       ¿Es mejor autoengañarse o ser perezoso?
Epátor se pasó dos días borracho:
Teodorus rastreó su dolencia hasta la escuela,
            Ifógenes vio a Dios y murió,
y así Alfabeto abajo —sí—, y el persa,
con variegadas guturales y sibilantes, el gaélico con diptongos y
            triptongos,
choctaw con tres chasquidos diferentes
cada letra es alguien
pero el Cangrejo no es nadie
nadie
nadie
un ganglio de imitaciones neuróticas
compuesto de cada letra por turno
articulado por conflictos que no desea
una palabra que nunca existió
con un sentido que nadie puede entender.
Sufriendo por los pecados que su padre se niega a cometer
se sienta y piensa en los dedos cruzados de los pies de Gunerita
un niño-niña o niña-niño de pulcritud media
acosado por los fantasmas de su yo femenino
al que nunca ha visto sino que se compuso a sí mismo, así:
        pechos de Augustina cerebro de de Beatriz
        brazos de Capucine en el instinto maternal de Dorotea
        ojos de Evelyn sobre la frente de Francesca
        fragancia de Gretchen con la comprensión de Helena
es lo que desea, pero lo desprecia:
¡bah!
Siempre de lado, los cangrejos caminan.

O bien él no es apto para este mundo
o este mundo no es apto para él. ¿Pero cuál?
Después de todo este dolor del desarrollo,
¿no hay tregua ni recompensa?
Lo atrajeron con promesas,
ahora todo se ha escurrido de lado
¿qué es lo bueno —te pregunto— de entrar en un crisol
si el destino se funde de nuevo al salir de él?
Las respuestas son: Él sigue en ello
decidido a no ceder de esa roca resbaladiza
ni un metro, no, ni un dedo, no, ni el ancho de un grano de arroz
pues el azar no es ciego sino inimpedible
y lo llamamos ciego porque
ya que lo frustramos solo por casualidad
preferimos cerrar los ojos.

Aun así, el cangrejo se arrastra.

Por lo tanto debe ser un cangrejo deficiente.
Un día una de sus pinzas
—ensambladas como de costumbre por muchos hombres—,
que son una más larga que la otra, gira y pellizca sus tentáculos
con la otra pellizca a las personas que ensamblaron la larga
al día siguiente la corta, igualmente extraña, es la más larga
y el proceso se invierte.
En la producción en masa una mano nunca sabe
el mal que la otra anima a hacer
este es un hereje, incluso para las creencias que no tiene
tan inútil, tan torpe e ininteligible,
el cangrejo se arrastra.

Ha sufrido porque era feo
permitidle ser cruel ahora que es atractivo
no importa si la crueldad ha fructificado
o si simplemente es duro consigo mismo.
Atrapamos a nuestro jilguero atrapando alígeras almas
sacrificando nuestros locos dioses a dioses aún más locos:
celebramos a los dos hijos de Leda y Zeus portador de la Égida
no lo hacemos. Bebemos y nos embobamos. Mi
        pobre Catulo, deja de portarte como un
        tonto. Admite que lo que ves perdido se ha
        ido. Ay, una vez los días brillaban muy radiantes para
        ti, cuando allí donde esa chica a la que tanto amabas (como
        ninguna otra lo será) te llamaba, ibas e ibas. Y
        entonces hubo cosas raras y otras muchas
        que tú querías y que ella no quería.
        Sí ciertamente los días brillaban muy radiantes para
        ti. Pero ahora ella no quiere.
                                                Ni tú tampoco,
        bobito. No sigas persiguiéndola. No vivas en
        la miseria, continúa, sé firme, endurécete.
        Adiós, niña: Catulo está bastante endurecido,
        no te quiere, no pregunta, si no estás
        interesada —aunque lamento que no te pregunte—.
        Sí, pobre pecador… ¿qué queda en la vida para
        ti? ¿quién irá ahora contigo? ¿quién se sentirá atraída?
       ¿a quién amarás ahora? ¿a quién dices que perteneces?
       ¿a quién vas a besar ahora? ¿qué labios mordisquearás?
        —Ahora tú, ¡Catulo!, has decidido endurecerte.

¿Cómo puedo endurecerme cuando el mundo entero es fluido?
Oh Afrodita Pandemos,
tus tejones ruedan a la luz de la luna por entre el maíz
maíz cubierto de brotes azules tapizando el viento
viento zumbando como los lejanos cuervos
lejanos cuervos atareados como una fábrica de metal chirriante
chirridos metálicos de estorninos chocantes como engranajes
        a los que les faltan dientes
estos últimos sonriendo como traseras de viejos automóviles
viejos automóviles con olor a tragomaquinez
tragomaquinez que denota el triunfo del yo sobre la civilización
civilización que es relativa, la nuestra a la griega
                la griega a la persa
                la persa a la china
la china haciendo corteses borborigmos para mostrar satisfacción
satisfacción que es cuestión de capacidad
capacidad no significado: lo contrario con un epigrama
epigramas: poemas con estrabismo
estrabismo tan común espiritualmente como ópticamente la luna
la luna marcando pasos regulares como un policía
al pasar por las casas del
            Zodiaco
y el mismo Zodiaco, girando y flameando ladeado
circundando desde ningún punto
volviendo a través de ningún punto
resbalando sin cesar mientras el hombre resbale,
aunque nunca se mueve,
        vacila, se derrumba,
se disuelve como un castillo de arena en acidez.

¿No hay nada más soluble, más gaseoso, más imperceptible?
Nada.



Joseph Macleod. Cancer, or, The Crab (poetryfoundation.org)
Joseph Todd Gordon Macleod aka Adam Drinan (joseph.macleod.it)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2019


                    ∼

Cancer, or, The Crab

Moonpoison, mullock of sacrifice,
Suffuses the veins of the eyes
Till the retina, mooncoloured,
Sees the sideways motion of the cretin crab
Hued thus like a tortoise askew in the glaucous moonscape
A flat hot boulder it
Lividly in the midst of the Doldrums
Sidles
The lunatic unable to bear the silent course of constellations
Mad and stark naked
Sidles
The obol on an eyeball of a man dead from elphantiasis
Sidles
All three across heaven with a rocking motion.
The Doldrums: 'region of calms and light baffling winds near Equator.'
But the calms are rare
The winds baffling but not light
And the drunken boats belonging to the Crab Club
Rock hot and naked to the dunning of the moon
All in the pallescent Sargasso weed
And windbound, seeking distraction by the light of deliverance
For
What are we but the excrement of non-existent noon?
(Truth like starlight crookedly)
What are we all but 'burial grounds abhorred by the moon'?
And did the Maoris die of measles? So do we.

But there is no snow here, nor lilies.
The night is glutinous
In a broad hearth crisscross thorn clumps
Smoulder: distant fireback of copse
Throws back silence: glassen ashes gleam in pond
The constellations which have stopped working (?)
Shimmer. No dead leaf jumps.
On edge of lawn a glowworm
Hangs out its state-recognized torchlamp
Blocks of flowers gape dumb as windows with blinds drawn
And in the centre the rugate trees
Though seeming as if they go up in smoke
Are held like cardboard where they are.
Bluehot it is queer fuel to make the moon move.

Agesias said: 'Nero was an artist because he murdered his mother
Sensibility (subliminal) is of more importance than moral obligation
(prandial).'
But Agesias paints cottages in watercolours and fears his own mother.
Barbarieus said: 'I am passionately in love with Gito who spurns me for
Praxinoê'
But until he saw them together he was merely disturbed by Gito's
eyelashes.
Galônus said: 'The subsequent shrivelling of an orchid doesn't alter the
value of its beauty.'
Decanus said: 'Joy in nothing. Either dies joy or what produced it.'
But Galônus is attractive to women, Decanus obese, poor, obtuse.
Epinondas said: 'I have been a liar, now no longer so.'
Zeuxias said: 'What I have always been, I shall remain, a fool.'
Is it better to be self-deceived or lazy?
Epator was drunk for two days: Theodorus traced his disease to college,
Iphogenês saw God and died,
And so down the Alphabet, aye, and the Persian,
With variegated gutterals and sibilants, the Gaelic with dipthongs and
tripthongs,
Choctaw with three different clicks
Each letter is somebody
But the Crab is nobody
Nobody
Nobody
A ganglion of neurotic imitations
Composed of each letter in turn
Jointed by conflicts he does not want
A word that never existed with a sense nobody can understand.
Suffering for the sins his father refuse to commit
He sits and thinks about the twiddling toes of Gunerita
A boy-girl or girl-boy of an average pulchritude
Haunted by phantoms of his female self
Whom he has never seen but composed himself, thus:
Breasts of Augustina brains of Beatrice
Arms of Capucine on the motherliness of Dorothea
Eyes of Evelyn in the brow of Francesca
Fragrance of Gretchen with the understanding of Helen
This he desires, but despises:
Bhah!
Always sideways, crabs walk.

Either he is not fit for this world
Or this world not fit for him. But which?
After all this pain of development is there neither interval nor reward?
They lured him with promises,
Now it has all slipped sideways
What is the good, I ask you, of going into a melting-pot
If fated to melt again after getting out of it?
The answers are: He is not out of it
Determined to budge not from yon slippery rock
Not a yard, no, not an inch, no, nor a barleycorn's breadth
For chance is not blind but unimpedable
And we call it blind because
Since we frustrate it only by chance
We prefer to shut our own eyes.

The crab however crawls on.

He must therefore be a crab subnormal.
One day, one of his foreclaws, assembled as usual by many men,
Being longer than the other, turns and pinches his tentacles
With the other he pinches the persons that assembled the long one
Next day the short one, equally alien, is the longer
And the process is reversed.
In mass production one hand never knows
The evil the other is inspiring it to do
This is a heretic even to the faiths he fails to believe
So worthless, awkward, unintelligible,
The crab crawls on.

He has sufferd because he was ugly
Let him be cruel now that he is attractive
Caring not whether he fructifies cruelty or is merely hard on self.
We trap our goldfinch trapping out souls therewinged
Sacrifice our mad gods to the madder gods:
We hymn the two sons of Leda and Zeus Aegis-bearer
We don't. We drink and drivel. My
poor Catullus, do stop being such a
fool. Admit that lost which as you watch is
gone. O, once the days shone very bright for
you, when where that girl you loved so (as no
other will be) called, you came and came. And
then and there were odd things done and many
which you wanted and she didn't not want.
Yes indeed the days shone very bright for
you. But now she doesn't want it.
Don't you either,
booby. Don't keep chasing her. Don't live in
misery, carry on, be firm, be hardened.
Goodbye, girl: Catullus is quite hardened,
doesn't want you, doesn't ask, if you're not
keen—though sorry you'll be to be not asked.
Yes, poor sinner … what is left in life for
you? Who'll now go with you? Who'll be attracted?
Whom'll you love now? Whom say you belong to?
Whom'll you now kiss? Whose lips'll you nibble?
—Now you, Catullus! you've decided to be hardened.

How can I be hardened when the whole world is fluid?
O Aphroditê Pandêmos, your badgers rolling in the moonlit corn
Corn blue-bloom-covered carpeting the wind
Wind humming like distant rooks
Distant rooks busy like factory whirring metal
Whirring metallic starlings bizarre like cogwheels missing teeth
These last grinning like the backs of old motor cars
Old motor cars smelling of tragomaschality
Tragomaschality denoting the triumph of self over civilization
Civilization being relative our to Greek
Greek to Persian
Persian to Chinese
Chinese politely making borborygms to show satisfaction
Satisfaction a matter of capacity
Capacity not significance: otherwise with an epigram
Epigrams—poems with a strabismus
Strabismus being as common spiritually as optically the moon
The moon tramping regular steps like a policeman past the houses of the
Zodiac
And the Zodiac itself, whirling and flaming sideways
Circling from no point returning through no point
Endlessly skidding as long as man skids, though never moving,
Wavers, topples, dissolves like a sandcastle into acidity.

Is there nothing more soluble, more gaseous, more imperceptible?
Nothing.




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