10 de noviembre de 2023

Gregory Nagy

La Roca Blanca

Y fueron más allá de las corrientes del Océano
y de la Roca Blanca, fueron más allá
de las Puertas del Sol y del País de los Sueños.

Odisea XXIV 11-12


2.
… dicen que Safo fue la primera
—persiguiendo al orgulloso Faón—
en arrojarse, por el deseo incitada,
desde la roca que brilla de lejos.
Pero ahora, de acuerdo a tu sagrada declaración,
señor rey, que se haga el silencio en todo el sacro
recinto del promontorio de la Roca Blanca.

Menandro F 258K


3.
Una vez más, alzándome en el aire,
desde la Roca Blanca
en las oscuras olas me sumerjo,
de lujuria ebrio.

Anacreonte PMG 376


4.
Sería locura no dar todos los rebaños de los Cíclopes.
a cambio de una copa de ese vino
y, una vez ebrio y desarrugado el ceño,
arrojarme de la Roca Blanca al agua salada.
Insensato es quien no se alegra cuando bebe
y mientras pueda mantener esto erguido,
asir los pechos y tocar con ambas manos
la pradera, ya dispuesta. Y haya baile
y se olviden todas las cosas malas.

Eurípides, El cíclope 163-172


5.
Según el relato del libro VII del mitógrafo Ptolomeo Queno (ca. 100 d. C., a través de la Biblioteca de Focio, 152-153 Bekker), la primera en zambullirse desde las alturas del cabo Léucade, la localización más famosa de la Roca Blanca, no fue otra que la propia Afrodita, por amor a Adonis muerto. Tras la muerte de Adonis (que no se sabe cómo ocurrió), la afligida Afrodita salió en su busca y finalmente lo encontró en la «Argos chipriota», en un santuario de Apolo. Allí consulta a Apolo, quien le indica que busque alivio a su amor saltando desde la roca blanca de Léucade, donde Zeus se sienta cada vez que quiere aliviarse de su pasión por Hera. A continuación Ptolomeo se lanza a un verdadero catálogo de otras figuras que siguieron el precedente de Afrodita y se zambulleron en un ritual como cura para el amor.

Por ejemplo, se dice que la reina Artemisia I saltó de la Roca Blanca por amor a un tal Dárdano, pero solo consiguió matarse. Se menciona a otros que murieron al saltar, entre ellos un cierto yambógrafo, Charino, que murió tras ser sacado del agua con una pierna rota, no sin antes soltar sus cuatro últimos trímetros yámbicos, dolorosamente conservados para nosotros gracias a los elogios de Ptolomeo (y también de Focio). Alguien llamado Makis fue más afortunado: habiendo logrado escapar de cuatro aventuras amorosas tras los cuatro saltos correspondientes desde la Roca Blanca, se ganó el epíteto de Leukopetras «el de la roca blanca». Podemos cuestionar el grado de historicidad de tales relatos; sin embargo hay una preocupación más importante: en el extenso y detallado relato de Ptolomeo no se menciona en absoluto a Safo, y mucho menos a Faón.

De este silencio podemos deducir que la fuente de este mito sobre Afrodita y Adonis es independiente de la propia poesía de Safo o de distorsiones posteriores basadas en ella. En consecuencia, la antigua práctica de culto en el cabo Léucade, descrita por Estrabón (10.2.9 C452), bien podría contener algún elemento intrínseco que inspirase los saltos de los amantes, práctica igualmente señalada por Estrabón (ibid.). La segunda práctica parece derivarse de la primera, como cabría esperar de una institución sacerdotal que se independiza del contexto social que la había engendrado. Abstraídas de sus funciones tribales heredadas, las instituciones religiosas tienen un modo de convertirse en organizaciones místicas.

Otra razón para dudar de que la poesía de Safo hubiera sido la inspiración para los saltos de los amantes en el cabo Léucade es la actitud del propio Estrabón. Rechaza específicamente la versión de Menandro sobre que Safo fuera la primera en dar el salto en Léucade. En su lugar, ofrece una versión de «los más versados en la tradición antigua», según la cual Céfalo, hijo de Deyoneo, fue el primero en saltar, impulsado por el amor a Pterelao (Estrabón 10.2.9 C452). El mito de Céfalo y su zambullida puede ser tan antiguo como el concepto de la Roca Blanca. Digo «concepto» porque la práctica ritual de arrojar víctimas desde una roca blanca puede ser una herencia paralela a la tradición épica sobre una mítica Roca Blanca en las costas del Océano (como en Odisea 24.11) y el tema literario relacionado de zambullirse desde una Roca Blanca imaginaria (como en la poesía de Anacreonte y Eurípides). En otras palabras, no es necesario suponer que el ritual precediera al mito o al revés.

Fuentes relacionadas (resúmenes y comentarios por G.N.)


6.
Otros dicen que, en las cercanías de las rocas del Colono Ateniense, él [Poseidón], al quedarse dormido, tuvo una emisión de semen, y salió el caballo Escifio, que también se llama Escironite [«el de la Roca Blanca»].

Escolio a Licofrón 766


7.
Poseidón Petraios [«de las rocas»] tiene culto entre los tesalios… porque, habiéndose dormido en una roca, tuvo una emisión de semen, y la tierra, al recibir el semen, produjo el primer caballo, al que llamaron Escifio… Y dicen que se estableció un festival en adoración a Poseidón Petraios en el lugar donde saltó el primer caballo.

Escolio a Píndaro, Píticas 4.246

(…)




Gregory Nagy. Key Passages Relevant to the Poetics of Sappho (chs.harvard.edu)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2023




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