4 de julio de 2020

Baquílides

Odas y fragmentos

Traducción de Joseph Canga Argüelles y Bernabé Canga Argüelles publicada en Madrid en 1797


Odas


De la paz

Ya la gran paz sagrada
torna a henchir a los hombres de riquezas;
la lengua delicada
del divino poeta en mil bellezas
alegre se desata
y en dulces versos los asuntos trata.

Arden llamas doradas
en el ara de los dioses poderosos
y con ellas mezcladas
las piernas de los bueyes vigorosos,
y la lanuda oveja
tampoco de acudir al rito deja.

La juventud ardiente
himnos y flautas suena y va al amado
gimnasio diligente,
y en el arnés de hierro entrelazado,
en tanto, se desvela
la negra araña en fabricar su tela.

A la ágil lanza muerde
la herrumbre y la corroe, y a la espada
por ambos filos pierde,
y ya ni a las pupilas fatigadas,
de la trompa el sonido
arranca el dulce sueño apetecido.

Se ven por todas partes
gratos convites de amistad gozosa
en diferentes artes
y en todos ellos suenan con hermosa
música, cuanto cabe,
sagrados himnos al amor süave.


Del beodo

Afrodita imperiosa
cuando en las copas cándida se mezcla
fomenta el alma blanda y amorosa,
pero el ledo Dioniso
con sus sabrosos dones
las mentes turba y de esperanzas llena
los tristes corazones
echando de sus reinos llanto y pena;
entonces el beodo
derroca las murallas de los pueblos,
y ya del orbe todo
monarca se figura,
brillan en sus palacios marfil y oro,
de los trigos de Egipto
cargados sus bajeles
le transportan riquísimo tesoro;
que así del embriagado
piensa, o delira, el corazón turbado.


De las cuitas

Solo un camino es dado
a los mortales por que el bien consigan
y aquel a quien no instigan
al ánimo agobiado
los continuos dolores
puede contar sus días por mejores;

pero el que perseguido
de males infinitos noche y día
en angustiar porfía
su ánimo afligido
con la suerte futura,
¡cuán neciamente su dolor procura!


De sí mismo

Ni tengo yo vacadas
ni alfombras de la púrpura pintadas,
mas tengo un alma buena
de dulce paz y de contento llena,
tengo una dulce musa
que por larga costumbre amarme usa,
y no de gusto escasos
añejos vinos en beocios vasos.


Epigrama

A Ferenico

A Ferenico, el de las rojas crines,
que venció en las orillas del Alfeo,
caballo que a las negras tempestades
tal vez iguala en el correr ligero.


Fragmentos

1.
Dichoso aquel a quien piadoso el cielo
la suerte ha dado de las almas buenas:
riquezas sin recelo,
y aún más, las horas de su vida llenas
de fortuna envidiable a nuestro modo,
que nadie puede ser feliz en todo.

2.
A pocos hombres Zeus ha concedido,
aunque virtuosos y benignos sean,
que la tarda vejez al final vean
sin que algún mal les haya sucedido.

3.
El oro no se encubre
a la piedra de toque y las virtudes
del hombre las descubre
la alta sabiduría
y la verdad omnipotente y pía.

4.
Él en el pavimento
de piedra se paró, mientras los otros
el alegre banquete disponían,
y dijo: «Al opulento
convite de los buenos
asisten por derecho
los hombres justos y de recto pecho».



Joseph y Bernabé Canga Argüelles. Obras de Sapho, Erinna, Alcman… (books.google, p. 119)
Baquílides. Odas y fragmentos (academia.edu)


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