6 de enero de 2018

Oficios y artes



Actores y actrices

Nunca sabes cuándo actúan,
por lo que debes sospechar
que lo hacen cuando hablan contigo.


Albañiles o paletas

Hacen todo lo que les ordenan los arquitectos,
los aparejadores, los constructores y los propietarios,
pero a su tiempo y a su manera.


Arquitectos

Se pasan de grandilocuentes tanto como de humildes:
proyectan las más desmesuradas torres
y los más exiguos apartamentos.


Barrenderos

Si existen las papeleras no deberían
existir los barrenderos. Pero existen.


Carpinteros de rodaje

Todo debe ser falso para que parezca real, dicen,
aunque el arte no sea su objetivo en la vida.


Camareras de bar nocturno

Aves de paso, no suelen conocer el oficio
ni es necesario que lo conozcan.


Camareros de bar

Se les tiene por psicólogos, pero
acaban necesitando un psicólogo.


Chefs de cocina

Con lo que cocinan no come ni un grillo
pero a ellos les alimenta el ego
hasta producir indigestión a todo el mundo.


Cocineros de menú del día

Si fueran albañiles prepararían la masa de cemento
con la misma precisión con que componen la paella.


Conductores de autobús

Como el resto de la Humanidad,
por mirar demasiado hacia delante
ignoran lo que sucede a su alrededor.


Críticos musicales

Algunos, pocos, empiezan comprando discos
y acaban vendiéndose a las disqueras.


Dentistas

Nadie puede ver el trabajo que le están haciendo
ni conocer su calidad, pero bien que lo cobran.


Directivos de multinacional

En sus decisiones no hay nada personal, son solo negocios.


Directores de arte

Como sucede con la “inteligencia militar”,
hay una contradicción en los términos.


Directores de cine

Tienen dos máximas: «No hay dinero para eso»
y «La gente no se fija».
Aun así las películas funcionan.


Electricistas

Siempre tienen otra chapuza que hacer en otro lugar
antes de hacer mañana la chapuza
que habían asegurado que iban a hacer ayer.


Enfermeros y enfermeras

Son el vínculo entre la vida y el más allá.
Afortunadamente lo ignoran.


Escritores y literatos

Aman su oficio, pero
odian a todo aquel que lo practica.


Escultores abstractos

Retuercen y luego enderezan piezas metálicas
a las que ponen nombres rimbombantes.
En eso consiste exactamente su arte.


Farmacéuticos

Suelen sufrir sordera, aunque solo cuando
se les pide algún producto relacionado con el sexo.


Fontaneros, plomeros y lampistas

Véase Electricistas.
Y multiplíquese por dos. O por tres.


Fotógrafos

Cuando no actúan como pintores frustrados
pueden llegar a hacer fotografía.


Generales de tierra, mar y aire

Desean que haya una guerrita de vez en cuando
para poder demostrar
su alto grado de incompetencia e ineptitud.


Informáticos

«Reinicia» es su mantra. Y si no funciona,
«desinstala y vuelve a instalar». Y si no funciona,
«cómprate otro».


Jardineros

Tienen el mejor oficio del mundo, pero
suelen ser funcionarios municipales.


Mecánicos

Al igual que los dentistas, nadie sabe
qué hacen, cómo, ni dónde, pero lo cobran.


Médicos

Indispensables para la vida humana,
pero a veces parece que algunos
hacían trampas en los exámenes.


Músicos de flamenco

Gente alegre y divertida.
Canta y baila, si sabes, con ellos
y déjalos ir —o vete— en cuanto puedas.


Músicos de rock

Viven en estado de excitación permanente.
No te acerques a ellos si no perteneces al gremio.


Peluqueros de caballeros

Siempre de pie, hablan demasiado y con demasiada gente.
Nadie debería trabajar en tales condiciones.


Peluqueras de señoras

Lo mismo, pero les encanta.


Periodistas (i)

Parecen creer que la realidad necesita ser reelaborada,
y que ellos tienen la misión de hacerlo.


Periodistas (ii)

Suelen decir que ellos son “de letras”
para excusarse de no entender de números;
pero de letras tampoco saben gran cosa.


Pintores abstractos

Imitan demasiado a la naturaleza
aunque se piense lo contrario.


Pintores de obra

No saben la responsabilidad que tienen
sobre la salud mental de la población.


Pintores de rodaje

La cámara no ve los detalles, les dicen,
y cambian los pinceles por la brocha gorda.


Poetas a sueldo

El que no sufre dispepsia, padece dipsomanía,
pero ninguno está maldito, aunque todos lo deseen.


Policías antinarcóticos

Ignoran, porque está mal visto decírselo,
que jamás podrán acabar
con la hidra de cien mil cabezas.


Policías locales/municipales/urbanos

Tienen diferentes nombres y distintos uniformes
pero sus cerebros parecen estar unificados.


Polític-as/-os

Se les paga para hacer una cosa: política,
pero se dedican, en el mejor de los casos,
a hacer otra: politiqueo.


Porteros de discoteca

En realidad nunca son violentos,
excepto los que son ultraviolentos.


Profesionales del sexo

Se merecen todo lo que tú puedas darles.


Profesores de enseñanza media

Cumplen la regla básica del frikismo:
ignoran que son frikis.


Profesores de universidad

Se creen más de lo que son
pero son menos de lo que parecen.
Y solo saben que lo saben todo.


Prostitutas callejeras

Son espurias, mendaces, falaces, falsarias y arteras.
Y además, putas.


Psicólogos

En muchos casos el oficio
es demasiado complejo para sus mentes.
Y acaban de camareros de bar.


Quiosqueros

Son los únicos que poseen toda la información,
pero se cuidan de hacer uso de ella.


Rotulistas

La informática los ha dejado obsoletos.
A no ser que alguien quiera un rótulo de verdad.


Saxofonistas

Tocan un instrumento innecesario
que puede ser substituido por cualquier otro.
Pero dan muy bien en las fotos y los vídeos.


Sindicalistas

La mayor parte son honestos, pero los hay que descubren
que algunas actividades son menos sufridas que otras.


Taxistas de ciudad

En cuanto entran en el oficio, sus colegas les enseñan
las fullerías pertinentes. Y las aprenden pronto.


Tenderos

Ya se les echa de menos,
y aún no han desaparecido del todo.


Traductores

Aunque no conozcan bien el destino, deberían
dominar el origen; pero, tantas veces, tampoco.


Videntes

Como su nombre indica, tienen mucha vista.
Aunque sus clientes, muy poca.


Vigilantes de garajes y museos

Pasan demasiado tiempo solos y en silencio
y sus miradas acaban hundidas en el suelo,
y también sus cerebros.


Zapateros

Tienen el valor de oler de cerca, al repararlos,
esos viejos objetos que sus dueños no se atreven ni a tocar.

egm. 2018

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