23 de abril de 2017

Jack Gilbert

El dialecto olvidado del corazón

Es asombroso lo que el lenguaje puede apenas significar
y aterrador que no lo haga lo suficiente. Decimos Amor,
decimos Dios, escribimos Roma o Michiko, y las palabras
están equivocadas. Decimos pan y lo que signifique depende
de cada país. En francés no existe ninguna palabra para hogar
y nosotros no tenemos ninguna para placer estricto. Un pueblo
en el norte de India está extinguiéndose porque su antiguo
idioma no tiene palabras para cariño. Yo sueño con léxicos
perdidos que podrían expresar algo de lo que nosotros
ya no podemos. Tal vez los textos etruscos lleguen
a explicar al fin por qué sonríen esas parejas
en sus tumbas. O tal vez no. Cuando fueron traducidas
las miles de misteriosas tablillas sumerias
parecían ser anotaciones comerciales. Pero, ¿y si fueran
poemas o salmos? Mi alegría es igual que doce
cabras etíopes que permanecen silenciosas a la luz de la mañana.
Oh Señor, eres bloques de sal y lingotes de cobre, tan grande
como la flexible cebada en sazón bajo el esfuerzo del viento.
Los pechos de ella son seis bueyes blancos cargados con fardos
de algodón egipcio de hilo fino. Mi amor es un centenar
de cántaros de miel. Cargamentos de tuya es lo que
mi cuerpo quiere decir a tu cuerpo. Jirafas este
deseo en la oscuridad. Quizá la escritura minoica en espiral
no sea un lenguaje sino un mapa. Lo que más sentimos no tiene
otro nombre que ámbar, arqueros, canela, caballos, y pájaros.



Jack Gilbert. The Forgotten Dialect Of The Heart (poemhunter.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2017


                    ∼

The Forgotten Dialect Of The Heart

How astonishing it is that language can almost mean,
and frightening that it does not quite. Love, we say,
God, we say, Rome and Michiko, we write, and the words
get it all wrong. We say bread and it means according
to which nation. French has no word for home,
and we have no word for strict pleasure. A people
in northern India is dying out because their ancient
tongue has no words for endearment. I dream of lost
vocabularies that might express some of what
we no longer can. Maybe the Etruscan texts would
finally explain why the couples on their tombs
are smiling. And maybe not. When the thousands
of mysterious Sumerian tablets were translated,
they seemed to be business records. But what if they
are poems or psalms? My joy is the same as twelve
Ethiopian goats standing silent in the morning light.
O Lord, thou art slabs of salt and ingots of copper,
as grand as ripe barley lithe under the wind's labor.
Her breasts are six white oxen loaded with bolts
of long-fibered Egyptian cotton. My love is a hundred
pitchers of honey. Shiploads of thuya are what
my body wants to say to your body. Giraffes are this
desire in the dark. Perhaps the spiral Minoan script
is not laguage but a map. What we feel most has
no name but amber, archers, cinnamon, horses, and birds.




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