2 de marzo de 2025

Estridores, V - #13



Merula

Negro el mirlillo
con su baya roja en el pico,
tan amarillo.



Servilón

Cómela, chúpala
o mámala:
la vida siempre es un trágala.



Clarinete

Aquí bien claro está
que no termina de estar nada claro
quien está aquí o no está.



Ɀahr

Aunque tú nunca lo admitas,
algunas casualidades
son absolutamente fortuïtas.



Recado

Salí a por pan
y volví con unas cuantas cervezas
y sin el pan.



Trolas

Dios todavía aguanta
y el diablo aún resiste,
pero tan solo la mentira existe.



Tino

En todo y nada estoy bastante ducho
y me equivoco muy poco,
aunque tampoco acierto mucho.



I.A.E.F.P.

De la Asociación Internacional
de Poetas Excluidos y Olvidados
fue miembro fundacional.



Na

Ni
no ni
ni.



Po|der

Desde bastante antes de anteayer
el secreto de la Vida
es solo V= P₀/ꓓΣᴿ.

egm. 2025

☛ PyoZ ☚

28 de febrero de 2025

Rastrojal

| En las habitaciones polares del capitán Titanio |

¡Impenetrabilidad! ¡Eso mismo digo!
Henrty Dumpty


1: A algún alguien



Nadie vendría a salvarte,
todas las cosas que debo saber,
alguien que se parece a mí,
violáceas noches voy,
todos los casos que hay que enunciar,

alguien como una imagen
en un viejo espejo empañado,
un absurdo en un asteroide abstruso,
tan aturdido en la orilla del río,
no tautees su nombre,

no recéis en otra álgebra,
o una caricatura, o un dibujo
de una artista callejera,
pagazas, fumareles y charranes
pasaban allende el final del mar,

bastante parecido
aunque ligeramente deformado,
todas las noches violetas,
vuelvo a mentirme un poco más,
una pinga de lefa sobre

el brazo izquierdo de esta galaxia,
algún alguien con sus gestos
o un flojo remedo de ellos,
todo lo dijo la bruja en la cueva
y lo oyó la zorra en su madriguera,

alguien que imita mi acento
como un humorista televisivo,
no demasiado bien pero con éxito,
risas, ja ja ja,
carcajadas del público

que asiste en directo al pshou,
¿qué era es
en el brazo zurdo de mi galaxia?
nos rastrean días extraños
en la fría cosmología

y en los evos, raras horas,
alguien que usa ropa como la suya,
vaqueros y cazadoras,
pero clones de otras marcas,
cuando era crío ya solías

rolar con hielo turbio en la mirada
y cambiar de colegas y de troncas
después, puertecillas, portas,
hombre_león de mamut en marfil,
al fúlgido crepúsculo del río,

puertas que nunca nadie cruzará,
alguien que pretende saber
lo mismo que yo supiere
pero que no sabe ni apenas briznas,
mal le pesara saber,


e non si, Perceval?
lento río que no navegarás,
violas las noches creen
que ni jamás volverá a amanecer,
¿quién tú eres?

valor para enfrentarse en las tinieblas
a la fatal fascinación
de la más abyecta abominación,
mecago en la sombra de mis colgones,
alguien que dice lo contrario

de lo que él cree que ha dicho
pero que piensa aquello
que se supone que debe pensar,
atordado durante tanto tiempo
que no suele ser cierto, cielo, pero

¿qué ahora es?
eso depende de donde tú estés
y de lo que obtengas entre los pies,
más risas en directo, je je je,
todas las cosas que deba olvidar

perdido en la cerrazón del eclipse
de mis pelados cohones,
Enri, te has pasado otra vez,
venido de las noches cimbreantes
hasta las habitaciones polares,

un alguien que sí que parece
que quizá se parezca a ti
sin ser francamente
más que una caricatura en la acera
cuando ya ha empezado a llover,

un trozo de cartón mojado
donde el páramo se confirma en mar,
sobre la cúspide de la marea
según sueñan las hadas afeitadas,
y nadie te salvará,

aunque parezca que recrezca
la masa del universo irreal,
alguien que ya ha logrado su lugar,
no con tu consentimiento
pero sí con mi distante aquiescencia,

solo por la espuria pereza
de no decirle, tío, ya te vale,
tanto tiempo azorado y aturdido,
lo que gruñía la bruja en la cueva
y harbó el reptil en su cubil,

Úter sobre el aliento del dragón
¡corre, jinete, cabalga!
busca la gruta del cañaveral,
maguer omne nado uos ha çafar,
𝔱𝔥𝔬𝔲, 𝔓𝔢𝔯𝔠𝔢𝔳𝔞𝔩,


alguien que con su corta imitación,
¿crees que aún pudo amanecer?
risotadas, jua jua jua,
ha convencido a unos cuantos,
cortos y desorientados,

de que él es lo que no es él,
cómeme, bébete, escúpelo,
algo que empieza con una erección,
en el bosque del crepúsculo gris
solo la subrazón subsiste,

y ya casi se convence a sí mismo,
igualmente corto y desorientado,
más risas en el plató, jo jo jo,
Enrique, eres genial,
de que es quien realmente no es,

todos los casos que yo sé ignorar,
el tiempo y su gravedad,
mengua la luna antes de medrar,
muévelo para mí, guapi,
muérdeme, cómeme, trágame,

nada es tan violento como el arnor,
camelia obriza, ñipe opalescente,
nadie ha visto, nadie oirá
al viejo perro traidor,
mueve ficha, miente y monta a la bicha,

azul la vela en los ojos del hada
aliabierta, desalada,
jugaba al más perverso juego
que hemos podido llegar a juzgar,
fatal fascinación de la abyección,

mais oui, Perceval,
la sirena del arrecife
susurra su sacro salmo a la sal
mientras la bruja en la espelunca
declama el conjuro abisal,

alguien que camina absorto
y abyecto por los resquicios del tiempo,
llaves equivocadas,
puertas que en ningún cosmos se abrirán,
río de penumbra, quién eres,

ente exiliado de otro universo
cautivo en la densidad mineral,
por el sur la luz ya vuelve a virar
y con tétrico resplandor
sella un misterio sin revelación,

ha! gentix chevaliers, merci!
conque nadie podrá salvarte
cuando el mundo comience a arder
y tus huesos a crepitar,
hé, mon Percevax




2: Tras el trozo de gris


lobo en el antro, araña en la grieta,
en nieve con pies de fuego,
la embobada zorra nival perdió
su flamante tarjeta de memoria,
medra, lunita, y desmedra,

cuando los desordenadores
ya cabían encima de las mesas,
de aquellos puntos vienen estos píxeles,
¿quién te crees tú que eres?
ah, este es el revirihondo enigma,

los cormoranes en el muelle
evidencian la fluidez del océano,
vuelve el sol a la otra orilla,
el tiempo en cada evo se sumerge
en el vórtice de cada universo,

dicen gutti, tutti frutti,
confronta río versus ría,
deambulábamos los dos y el golden
por el camino viejo de la sierra,
un lóbrego resplandor

contra las evanescentes estrellas,
acechan fresnos y abedules
de taciturnas ramas deshojadas,
tuti fruti, a guamba buluba,
el tiempo se extasía

en la inexactitud de las olas,
mana, entre un recuerdo nunca negado
y el deseo jamás concluido,
la baba de la zorra albar,
no todo bosque es frondoso

ni árido es siempre el yermo,
hay vientos sin nombre
y azores, cautelosos cuervos,
la sonrisa, tímidamente obscena,
de una foto desencuadrada,

entonces un teléfono,
y el dedo corazón erecto,
ya no era un cacharro al final de un cable,
rompe la flor del baobab,
oh, en los apartamentos nivales,

el tiempo aboya, el tiempo
erra en la inexactitud de las olas,
la fronda olía a efluvio de dragón,
la bestia más turbadora,
ebrios tramperos en el bosque

resbalaban por la hojarasca
al rastrear en la puesta de sol
un gris preciso del crepúsculo
que no vibra en ningún otro miraje
ni fantasmagoría,


té y coñac en el albergue
donde los urogallos disecados
atestiguan que entonces la crueldad
era tan primitiva como actual,
el alto sendero del puerto

y la abismal umbría impenetrable,
ese gris desprendido de las nubes
que descendía hacia el mundo,
luz dubitativa
a través del colapso y la inconsciencia,

hosco lobo en la marisma,
fiera descorazonada,
arrepiéntete de ser como eres,
lúgubre araña en la sima,
cánido erecto en el fondo del antro,

la brisa del verano
lleva hasta el otoño sobre las olas
inexactas del océano
la entropía del hoyo del conejo,
 S=A/4 

pertenezco a la opacidad y solo
la opacidad nos pertenece,
todo universo mengua
antes de implosionar
,
como en las habitaciones polares,

mas no te identifico en los cristales
ni en la birrefringencia de estos plásticos,
hoy solo es otro día extremo
en otro invierno sin tiempo,
cabe el teleidoscopio del astrónomo,

en las dudas de la luz,
quizá algún esquivo ruido en la niebla
pero en la jungla aún juega el jaguar
que no podrá nunca trucar sus manchas
ni arrepentirse de sufrirlas,

el chamán monta a la serpiente cuántica,
entonces los caleidoscopios
tenían tanta magia como ahora,
y milanos, y evasivas cornejas,
se posa el sol sobre la sierra,

rebrilla en la otra orilla
el fracaso, la viscosa derrota,
aquel viento sin brújula ni nombre,
cambiante futuro en tiempos mutantes,
juego enfermizo y pernicioso,

el cormorán no recuerda el verano,
en los farallones
brotan esos ecos fantasmagóricos,
arrepiéntete de ser lo que eres,
hijo de un viento desnortado,


al repuntar la marea
te contaré mi historia en la otra orilla,
con el agrio graznido junto al claro
surgía el gris
que circunda la montaña azulada,

el gris crepuscular buscado,
cazado en la trampa de la retina,
alguna de esas inciertas
experiencias que solo sabe el río,
de la baba de la zorra,

oi ho!, y la saliva del dragón,
el cormorán ignora ahora
quien se bañaba sin ropa en la roca,
quedan las conchas con las algas
que fluctúan en el reflujo,

en la autodestrucción del superhéroe
resulta el mundo destruido también
y el faro extraviado
cuenta romances nuevos a la espuma,
granas, lilas, añiles, y ese gris,

bajo la arena de la playa
se escurre el néctar rechazado
del gris fundente, licuante,
crítico, del crepúsculo de invierno
fijado finalmente en la memoria

sin píxeles ni negativo,
bébeme, trágame entero,
caliginosa luz de otro universo,
tibia brisa de otoño
nacida en los vapores del verano,

ora a la diosa prostituta,
tutsi fruti, oh Ǥuti, tú
¿quién eres, cabeça de can?
ya no te reconozco en los recodos
de los pasillos del tiempo,

la autumnal aura anticipa
que el invierno no se olvida
de ejecutar su rito en el tablero,
ho, ei!, alfil de dama a rey,
Gorlois derrotó al señor de Gingiz,

roneo al este y al oeste,
ese fragmento de océano será
todo mi legado a la humanidad,
noche cegada,
indeleble como un beso

bajo los pinares nivales,
y también por aquel entonces,
zorra blanca en licra azul,
entonces las cámaras fotográficas
se escondían en el pudor del gris




3: De la sangre y el serrín


la luna mengua,
exóticas aves en la neblina,
algún ruido,
las experiencias infantiles
viran reviviscencias fantasmáticas,

labios de rosa y fresas
en un espejo empañado,
tal vez ahora no llueva, algún ruido,
todo está interconectado
en la realidad de los sueños,

noite pecha | cerrada noche,
estuve muy lejos, pero ya he vuelto
a estar lejos, prosigo
sin valentía ni indecisión,
las algas crecen, recrecen,

hubría un grifo, un avetrueno,
un rocho, una arpía, un fénix,
entre la profundidad silenciosa
y el cosmos de la superficie
la luna medra, te desvelaré

pues mi historia en la otra orilla,
más medran las malezas del recuerdo
lívidas de ansia febril,
nadie de noquier ni ningún lugar,
y un dodo, oh, ved,

nosotros no podríais entenderlo,
¿cómo iban a poder?
firmes con el sólido pavimento
debajo de vuestros pies,
charloteáis en círculos, so gansos,

para tostaros después del baño,
más espeso, agar-agar, paradoxia,
entre el nublo y el claror,
asombra la sordera de estos ciegos,
¿creas que aún pido amenizar?

repican parduӡcos televisores
y la novia trota en visones
al convite electoral,
vientos sin nombre en los páramos,
aire acondicionado en el motel,

la última vez botó al rubio
y esta vez viene a rotar al moreno,
mal haya quien pretenda ser feliz
rodeado de bestias infelices,
quizá un ruido,

y aquí arribaba nuestro marinero
con las botas naufragadas,
y hacía el annor como una chiquilla,
sangre y serrín,
pero follaba como un compresor,


el hechicero reniega,
vencido por las ventiscas del mundo,
un güito en la garganta atravesado
le permite comprender
la superficialidad de los sueños,

desmiente a tu cerebro de reptil
y encuentra el faro extraviado,
humano y dios, chamán y sacerdote
en el culto a la odiosa prostituta,
ya vislumbra los intersticios,

rosas de fresa y labios
tras el vaho del espejo,
broncos bálanos blancos, continentes
en disolución, cien mil ríos
y un solo bar abierto y descarnado,

entre nublado y claridad,
hielo turbio prendido en la mirada,
reviviscencias infantiles
pudren los álamos del humedal,
mas todos transmigramos solos, Hank,

el lobo aprecia el aire neblinoso,
fseudosciencia du trois al cuartzo,
tan solo el dolor te enseña a sufrir,
dormido arroyo que sueña
desde las habitaciones polares,

el oráculo ha revelado
que el futuro hervirá mañana mismo
y aunque el pasado ya espesó
aún remuerde en el presente
con colmillo ensordecedor,

puedes pasar a su lado y no ver,
como oasis al que oculta el desierto,
los subproductos de la subrazón,
allá, en el equívoco caos,
se encharca mansamente el pensamiento,

senderos como laberintos
en la mano del hombre hueste,
la sibila tras las claras columnas,
olvida los recuerdos imborrables,
no supo callar jamás,

la disoluta diosa prosciututta
bebe ron con sal y miel,
la aguaitan cazadores de leptones
y expertos en razones infundadas,
fresas de labio y rosas

tras el envés del azogue,
conoció a un rumboso rumbero
en la rozada barra de un hotel
y en visones sigue aún,
el ruido, un ruido,


ven, vomítame,
y después el silencio tan agudo
en toda la longitud del crepúsculo,
y allí ella y allá él, sed,
con la puntualidad del equinoccio,

creced, eyaculad y decreced,
vomitad,
en el agua la luz ya comienza a virar
y a crecer
desde el musgo y hasta el amanecer,

se adormilan los alisos del río
al atardecer, el olor
del fin del invierno no se parece
al del principio de la primavera,
irrita la ceguera de estos sordos,

dame uno y dos besos,
las ciudades están bajo la nieve,
dame anmor y seꭗo ortodoꭗo,
si el orden es una burla del caos,
¿croas que a(´)un podo amerizar?

reespabílate y mira,
el hombre-hueste divisa
hilvanes de humo en la brisa,
la marea se retira
hacia la sinuosidad de los sueños,

matojos hay en los eriales
y breves claros en la selva,
longincuos laberi₪tos como heridas
en las olas de hierba húmeda,
alza un ojo, hombre-león,

tú jamás has visto la oscuridad,
el chamán decapita un petirrojo
en cinematográfico ritual,
deja la luz encendida esta noche,
tráeme tu visión frontal,

sangre en los cuerpos cavernosos
y so la sesera, serrín,
algún huidizo ruido,
he aquí a la víbora humana,
de tan fríos e indiferentes ojos

que ni la sibila la aprehenderá,
los ojos del viejo perro traidor,
verdes, lengua, dientes,
bourbon, cerveza y sexo an⟨u⟩al,
roja, a lo lejos, se oxida una flor,

y aunque resbale en el fango
sigues la misma senda de basalto
de aquel gigante aterrado,
no parece que ahora llueva,
ahí un ruido




4: Por el viento en el faro


Ven a volar,
podrás seguir preguntándotelo
hasta el final de las algas
pero nunca tendrás otro refugio
que hurtarte y escurrir los días,

en la convexidad del mar,
en la acuidad del río,
allí donde el orden regresa al caos,
el mapa no está equivocado
aunque te oculte pequeñas celadas,

la irrealidad se acurruca
en la espesura de los matorrales,
decrece hacia el oscurecer
y crece hacia la complejidad,
vomitad,

oíd, escuchad,
¿sabíais algo de un faro extraviado?
busca en un bᵐar abierto,
lejos de la polución visual,
olas, viento, voces,

disoluta pordiosera extraviada,
dame etanol y seso axtral,
acércame al perfume del tetraclinis,
ay hermano,
los dientes de una lumia irresoluta

hallaron otra forma de morder
en mis pies de fuego,
entre la tortuosidad de los sueños
y el blancor de la superficie,
alza un ojo, hombrehueste,

a noite abriu | abrió,
besos mil, cien más, descoordinados,
ritual, real danza ancestral,
la diosa y el chamán
no conseguirán dejar de fumar,

tan aburrida en la orilla del río
disparo a las olas canosas,
labios de fresa y rosas,
y no me iré nunca más
si tú me das lo que más necesito,

¿dulce ammor y cariññico?
¡seꭗo conveꭗo, anís y algún bollico!
el faro extraviado extravía
mentes sin rumbo en la bruma,
otead, ved,

parajes que tan solo el tiempo ha visto,
luz, singularidades del abismo,
en la fractal fascinación
por los espejismos del ritmo,
quiera o no quiera llover,


el arroyo entre los tojos | aulaga,
recia y áspera belleza
de las yermas islas del norte,
las pardelas sobrevuelan las dunas,
la rompiente y los arrecifes,

cuando el conejo perdió su reflejo,
no sabes quién eres a mediodía
y ya esa misma madrugada
crees que puedes entenderlo todo,
fluido mortal | vital,

desde el principio del desorden,
vuelven las aves al fosco oleaje,
dibuja el pez arabescos
en la honda humedad del río,
donde se oculta el frío,

saliva sudor y savia,
polvo en la arena, a pleno sol,
huele el humo, aventa el viento,
mira al futuro como si existiera,
rosas de labio y fresas,

y en los meandros no te entretengas,
ahuyenta al viento,
por las mimbreras se mustia el tiempo,
en la fría perversidad del río
hacia las habitaciones polares,

araos de sal y bruma,
después de la noche de fin de año
el faro alumbra sobre la peña,
el viento remueve, canas,
las cabelleras de las negras olas

que las sirenas cabalgan,
tampoco creo que sus chanzas
vayan por ti, aunque podríais
probar a dejarlo tal como está
en el envés naranjado

de aquellos nuevos espejos
que lanzan de lejos viejos reflejos,
arena lluvia sal,
esta es la mentira en la que creemos,
la nostalgia es un tronco hueco,

venid y oíd,
cervezas enlazadas en canciones,
sabida oscura duda,
corazón de saliva en el cristal,
ven a bailar

al cíclico círculo intemporal,
o dame esplín y sexo axial,
en tanto los pájaros marinos
vuelan hacia el interior del océano,
mar afuera,


puedes seguir preguntándote
cuál es la elusiva pregunta,
quiera que aún quiera yo ver,
o puedes recontar en la pared
los baldosines del cuarto de baño,

el viento es fugaz testigo
de la fugacidad de la roca,
poco a poco acelera un poco más,
de la eternidad del vacío
y de la inanidad de las promesas,

el faro sobre los peñascos
ya no vigila el mar,
que se hace el hombre a sí mismo,
donde habita la irrealidad,
la solución origina el problema,

acaso los ocasos,
y la pregunta resuelve el enigma,
sean trozos de pedazos
y acaso los acasos
son subterfugios del caos,

se desmenuza en la playa la arena
al rozarse contra la arena,
y vuelan cansadas las sombras
sobre la densidad de la neblina
hacia la lacia luz,

onde el conejo evitó su reflejo,
sin saber de los embustes
que el niño le cantaba al mar,
sujetas firme el volante,
el faro sobre el promontorio,

acero en la piedra, sangre a la roca,
las olas constantes como el silencio
son un susurro allá abajo,
entre la espuma y las algas,
tal vez no llegue nunca a amanecer,

solo tendrás la respuesta
cuando conozcas cuál es la pregunta,
ni un chillido, ni un graznido,
la bruma en la línea del horizonte
mira pasar a los pájaros,

charranes, fumareles y pagazas,
hacia el final del mar,
fría humedad en el aire,
se ha detenido el motor
contra el gastado granito del faro,

olas, viento, voces,
y cuando sepas cuál es la pregunta
podrás entender la respuesta,
suave en las peñas mojadas
ahora empieza de nuevo a llover




5: En el jardín bajo la nieve


camíname despacio
y sea como la serpiente ordena,
en el amplio vacío astral
donde el tiempo danza, fundido
en la espuma del espacio,

después de altos millones de años
llovía sobre la lluvia,
y los bosones bailan,
de aquella Tierra humefacta
en la profundidad del tiempo,

tan breves,
nuevos mundos nacen continuamente
para que otros consigan morir,
en el jardín nevado,
hasta que un día escampó,

en los andenes del presente
el futuro ya no existe
y la nostalgia apenas es
un hueco esfuerzo estéril,
la mariposa oscila al perseguir

la espiral voluta del pez
contra el verdor de las algas,
ralentizado, el fluido oscuro
vuelca la niebla en la ribera
y el día tuerce hacia la penumbra

por entre grises azulados
y frescos violetas sombríos,
y quemar alguna esperanza
de que nada vuelva a ser lo que fue
deviene un vano ejercicio de angustia

y desmemoriada aflicción,
la noctívaga esfinge
no vuela dos veces el mismo aire,
ves el mar desde tu ventana
sin rozar las rosas ni el tetraclinis,

ni el barbo acaricia otra vez
las mismas raíces del sauce
en el fugitivo azogue,
yertas nostalgias muertas,
menosprecias los días, y es por eso,

rubia garza en licra azul,
que sueles llegar tarde al vado
de aquellas tres piedras resbaladizas
que cruza el río del presente,
ya sabes, de lo ido hacia lo incógnito,

por la estructura del espaciotiempo,
abismos de fría energía oscura
en los que retumba el cosmos
y entrechocan cadenas de universos
cuando comienza a escampar,


me fui muy lejos, tan lejos,
con la única intención,
que mis bosones bailen,
de descascarillarte el corazón,
y ya no he regresado,

olvida todo el tiempo sobre el aire,
recuerda nada más donde estás hoy,
tan solo eres otro replicante
y no podrás linchar a dios,
no hay nadie en la estación del aeropuerto,

la calle está vacía, muy lejos,
no hay nadie en el vagón ni en todo el tren
y la ciudad murió,
pocos saben quién fue Hank Woothreed
perdido en el jardín bajo la nieve

ni qué libélulas pintaba
en el vado de las tres piedras,
entre los chopos, las mimbreras
y los verdeazuleantes maizales
tras la llovizna, en Gonderande,

mientras nuevos mundos nacían
y morían otros en la corriente
del turbio río del cosmos,
torrente de conciencia mineral
bajo las habitaciones polares,

nublosa garza del meandro,
más atroz y más oscuro
era el muro de tu voz,
y aún [nos] corremos juntos, mi almor,
ni en este ni en otro averno,

y tantos evos llovió
que la humedad fosilizaba,
en tanto yo sigo sin saber,
después de que miss conejo
se afeitara el bigote ante el espejo,

qué tramo de la trufa he de trincar,
en las dunas de la costa,
en las simas del presente,
detrás de los carrizos del futuro,
sí, fiebre, cuelga un poco más de fiebre

en tu perfil personal,
algún eco resonará sinuoso
en los mimbrerales del río
donde traza el pez su arabesco
de varios, violentos violetas,

donde el tiempo danzó
con el zorzal en la alameda,
y el futuro determina el presente,
aunque ya comienza a escampar
allá en el vado del hoy,


ningún profeta predicó,
pese a la espuma en los espejos,
sobre la fugacidad del diamante,
la brevedad del semen en la carne
ni la levedad del mar,

no cambia su matiz la mariposa
ni ha de volver a volar
en el aura que ya coloreó,
por los farallones la luz
reconfigura su fulgor, el verde

vira a añil vidrioso y luego el violeta
a un hostil rojo de labios,
no muda el diagrama de sus escamas
nunca el pez ni jamás sabe encontrar
la ola que antes burló,

olvida el porvenir que no ha venido,
recuerda que olvidaste tu ambición,
fresas de rosa y labios,
olvida los recuerdos imborrables,
cancela el porvenir que no vendrá

con abril, puto mes febril
que la lila eyaculase,
palpita el rocío en la ninfa,
y fue cual la sierpe ordena,
mas [te] corres contra corriente, cielo,

los pumas en la puna acarreaban
llamas, vacíos y agujeros negros,
la sabia humanidad
sigue perdida en preguntas que ya
obtuvieron su respuesta hace mucho

tiempo, el vencejo cazaba al mosquito
que te ha picado en el prado,
y los fermiones bailan
entre un cuásar y un púlsar,
huye el albo Sol por el brazo diestro

de cualquier otra galaxia,
hacia la protoeterna implosión
de la espuma del espacio,
escupe el infinito en la otra orilla,
redes, algas,

mientras otros morían, a la par
nuevos mundos brotarán
en los meandros del río de ahora,
sobre los extensos nuevos océanos,
tan leves,

sobre la Tierra encharcada,
sobre la lluvia llovía,
cientos de millones de años,
y ese olor, Hank, en el jardín,
hasta que un día de invierno escampó




6: Con los niños en la orilla


(ı)

este es el este,
donde termina el sueño
y el alba descubre,
un nunca bien, un algo mal,
crímenes humeantes en la noche,

el barquito de papel
intenta remontar la realidad,
cristales,
pero en el río zozobraba,
espumas,

los niños contemplan desde la orilla,
espejos,
la niebla que condensa
los mortecinos campos y el sendero,
el río, salta el río,

espejo inextinguible
que redibuja la irrealidad,
bruma pálida y viscosa
que al barquito arrebataba
en vahos de volátil levedad,

sin reacción ni redención,
hay demasiada lascivia en la atmósfera,
lábil amnesia,
y es imposible transmitir el sueño,
serpiente oblicua,

ni la vivencia del ensueño, ni
la fulguración de la vida,
arena arisca, solos,
coletitas,
en la húmeda oscuridad,

secretas pecas,
la niebla ahoga las riberas
con la inercia de un pensamiento sórdido,
no lo alcanzo, no sé qué es,
hilos aéreos,

y apresa el valle como una crecida,
no entenderás qué fue,
densa, láctea, nebulosa,
cristales,
que después de desleír en sí misma

pasiones, bufos afanes,
niña risueña,
anhelo de tedio sin riesgo,
se desvanece y desvanece el tiempo
en el ronco rumor del remolino,

sabías que mi ardor era de cuarzo,
feldespato y, a veces, mica,
corindón de corazón,
desde la muralla espío
cadáveres que flotan en el río,


el hilo es, transversas piernas,
patrimonio de la araña,
ponme un campari con soda
y tu leve lívida sal,
o quizá alguna escala en Monastirion,

ven a bailar, niña radiante,
al cíclico círculo intemporal,
ẙ a veces concreto un nuevo teorema,
olor de las algas,
no es fácil evitar la gravedad,

ø otras caigo a la más obvia trampa,
salor de la sal, exacto
como que el viento solar es un plasma
y los epilobios florecen
en todos los planetas con anillos

de este re·codo de la galaxia
mientras los dados aún ruedan
más allá del confín del universo
donde nítida rechina
la reconocible arpa del grillo,

estridores,
coletas, lo que ocurre es
que te sabes casi nada de nada,
brumoso albor de otro universo
sobre las habitaciones polares,

nuestra vida va en las hojas
que tras el río se van,
tupida arboleda salífera,
pero debo regresar a mi arco,
sin imaginación nunca

podrías comprender la realidad,
deja que el caos ocupe su espacio
crucial en el vórtice
del centro del vacío universal,
hoy solo es otro día lúbrico

junto a las dunas extendidas,
pino, aulagas, cardos marinos, crambe,
creemos,
no es el mapa lo que está equivocado,
linda rubita cobriza,

es el imán, que no cree en la brújula,
salina amnesia eventual,
hay siempre una trampa en la honestidad,
suben las algas al calmo arrecife
y un pétalo de savia por tu espalda

reconfigura las sombras y el hueco
eco del oleaje
mediante la ondulación de la arena
revierte la flecha del tiempo
desde ya luego hacia casi jamás,


minerales, metales,
bismuto fundido y enfriado
lentamente para informar
falsarios cristales iridiscentes,
Ↄꟁπ⨏ṵƨɨò𝔶 es el signo de esta época,

no sospecháis
lo muchitito que ignoramos,
y ·𝙴𝚂𝚃𝚄𝙿𝙾𝚁· será el escueto epitafio
de esta civilización,
la antigua mentira en la que creemos,

heladas geometrías,
creemos,
de serpientes entrelazadas,
rendidnos la bondad, y la belleza,
metales, minerales,

emblemas de ficticia eternidad,
el canto de los agujeros negros
reverbera contra el caos,
cada planeta retorna a su órbita
asteroides, meteoroides,

y cada astro excava su rincón
en la mente del ser,
              más bebo
                                       y menos duermo
la luna in/excita a los furtivos
              noche en nieve

y a cuantos raptores de {cript}orquídeas
monetarizan la belleza,
y arma·danzas el mirlo | o melro,
el futuro determina el presente
y el presente modifica el pasado,

dejad que la flecha regrese al arco
y que el caos recobre su lugar,
dedo, saliva, curva en el cristal,
y cada delito es cometido
a la hora y en el sitio oportunos,

tráeme otro vermú
y unas croquetas de champán,
toma sexo intersideral,
tiembla++el rocío en el labio de la ninfa,
linda coleta, bonitas pecas,

whiskey und biere,
un corazón de tiza en tu ventana
y otro en el tercer magnolio
con negro indeleble rotulador,
y cada ser humano

es amado por algún otro humano
a la hora y en el lugar precisos,
¡wah watusi!
en el lodo y en el limo
lentos millones de años llovió,


(ıı)

obsesióname,
a la luz de la luna o los ledes
o en los deshelados desiertos
y en la desolada banquisa,
a las siete y poco de la mañana,

dame el ardor, creemos,
aun creemos
que el futuro siempre ha existido,
que el pasado siempre ha de existir
en la mente del ser,

dame cuanto tú quieras darme,
cede al dolor,
dame la lluvia que tú quieras dar,
violáceas noches mil,
adoctrínate,

como epilobios en flor,
porque todo lo que piensas ya,
olvidaría,
tú nunca elegiste ser quien yo soy,
flujos de sal,

como alga en el mar,
cual océano cautivo en la Tierra,
como un cometa de hielo y vacío,
ai, Perceval,
cual un guijarro en el limo del río

se deja arrastrar,
mil y diez mil noches violáceas
reidealizan la irrealidad,
antes yo nunca me hacía preguntas,
virus arbóreo,

ahora apenas intuyo respuestas,
si no estuviera conectado
ni siquiera sangraría,
qué más que da, siente la luz,
con mis fermiones la danza va,

del amanecer, y toma el ardor,
¡tutsi watusi!
que solo ilusiones yo te daría,
el oleaje impide ver el mar,
salaz arboleda,

con los bosones baila,
echaré mis fatigosas metáforas
en una bolsa del supermercado,
rompe este enésimo trozo de mí,
¡baila watusi, mi anmor!

si caminas lo suficiente,
olvida todo el tiempo contra el tiempo,
la eternidad no es tan larga,
recuerda que el ayer nunca ocurrió,
en alguna parte te perderás,


no detengas la crecida,
lácteo fluir
de aves marinas tras el viento,
al realinear la realidad
el barquito de papel

detrás del crepúsculo se asumía,
efímera amnesia local,
el pasado se licuó con el río
la tarde de la niebla inconsistente
y no quiso más volver,

no es tan larga la eternidad,
oi, Perceval,
si puedes aguantar hasta el final,
los alcatraces saben algo
que el viento sabe ignorar,

el futuro ya desciende las dunas
le daba al badajo,
con mi ritmo y con tu rima
con mi áspera línea de bajo,
como te dijo la bruja en la cueva,

por abajo y por encima,
din, don, el badajo,
dub, dumba-dum, dumba-dum con el bajo,
se yergue la incorpórea
donde las habitaciones polares,

mientras cambia el sabor de las estrellas,
el futuro falsifica el pasado
en la mente del ser,
muere y renace el cauce
de alguna indubitable hesitación,

no oculta la roca sus grietas
ni tampoco quiere la coccinela
el trazo y la cantidad de sus motas
resituar ni variar,
medusas,

sobre el río ramas rotas arrastran,
la garza,
junto a la niebla | a brétema,
los sucios derelictos del pasado
para entregarlos a la bajamar,

todo lo que no tienes que saber
es lo que yo he olvidado,
con las inmundicias de la marea,
redes, plásticos,
y en la ribera los sauces susurran,

que un grito reduce a otro grito,
que un beso disuelve a otro beso,
aullidos,
que un lobo reemplaza a otro lobo
en la jerarquía de la manada,


los niños atraviesan en la orilla
lientas reviviscencias fantasmáticas,
dorado escamaje,
este es el este,
donde, incorpórea, la sierpe habita,

a qué deidad invocar,
gaviotas, gaviones,
en qué templo ni zigurat orar,
cerezas,
a la —oh— diosa de las algas,

chubascos en el páramo
contra la madrugada nueva
donde se abisma el sueño
en el primer amanecer
de la sabana, tan vasta y extraña,

pasa el silencio sobre el agua,
dormita el hombre-león,
el presente se integra en el pasado
que transfigurará el futuro,
y al bonito barquito de papel

se lo comió un fermión,
¿eres acaso el mismo que ayer eras?
¡baila y rebaila, mi ammor!
¿o acaso /quizá/ la misma?
no en este ni en otro invierno,

coletas, morenilla,
férvido hervoroso ardor,
neblinas
entre la inflorescencia del crepúsculo,
cinéreas calimas,

chía el agapornis
que vaga la vaga planicie,
anuncia
que un día devora a otro día
como un rey destrona a otro rey,

hilvanes,
y una araña substituye a otra araña
que entretejerá su ardid en el risco
en el que el vencejo cazaba,
sin razón ni reducción,

coloca otra bolsa del súper
en el sucio cubo de la basura,
bah, watusi,
ay, chiquillica en minifarda
a las siete en coma de la mañana,

y acuérdate de olvidarte
del polvo y los derelictos del tiempo,
olvida que el futuro ya no existe,
cristales,
recuerda que el pasado no existió




y 7: Sin ningún nadie


el capitán Titanio al fin descubre,
cristales,
los hielos del fondo del vaso,
ya semiderretidos,
a las siete y siete de la mañana,

fumareles en la boya,
charranes y pagazas en las peñas,
y en los paraísos polares
regresa al frágil río
de los nublosos días de su otoño,

desterrado del paraíso
y expulsado también de los infiernos,
gran ganga, Maa Ganga,
rerecupera el blando río
en su profundo lecho mineral,

cerezas,
vivía un jubiloso e
inacabable enero de rebajas,
gangas del planeta Auroas,
y ya se sacrificó hace décadas

sin ritos ni ceremoniales,
ardientes mis pies de fuego,
ahora no sabe morir,
¿podrá comer un albérchigo? ¿puede
modificar sus recuerdos?

cerezas, cervezas,
si el universo observas desde fuera
verás que brilla como una luciérnaga
en el tupido zarzal infinito,
nena, lo que la bicha ordena,

eflorecescentes ardentías
de tu eléctrico ecléctico sabor,
y ni intentes del árbol desatarme,
silencios que por nadie fueron vistos,
cuántica gravitación

y fiebre de la noche a la mañana,
partículas supersimétricas,
flácida fluctuación,
cerezas, cervezas, certezas
en la profusidad del tiempo,

tan breve, uh guapi,
el bonito barquito de papel
transfiguraba el futuro en pasado
vía ma’ Ganga, gran tanga,
tan leve,

olvida todo el tiempo bajo el agua
en los peñ/nedos de Auroas,
acuérdate de ser quien eres hoy,
aguamalas, algares,
recuerda que el recuerdo es muy cabrón,


una zafia caricatura,
alguien como una imagen imprecisa
en el espejo empañado,
no gañas mi nombre
cuando maúlles en tu soledad,

tan lento,
tal cual que la gacela en el zoológico
añora la sabana, libre y plena
de azares y peligros,
así el hombre contempla el firmamento,

¿verdad, cielo?, tan crüento,
garza blanca en la ola azul,
adora a la señora de las algas
sin ermita ni zigurat,
tan atordado en la orilla del cosmos,

el tiempo nos deja solos
en la superpoblada oscuridad,
no maúlles su nombre,
pois eu son ninguén de ningures
en la azuleante electricidad,

equívoca ecuación,
el torvo taciturno pensamiento,
con latido de lluvia eléctrica
implorad a la diosa psubstituta
aquí, en las habitaciones polares,

reinicia tu cerebro de caimán,
fotones del final del universo,
y con esquivo movimiento
el major Grubert te advierte,
Enrique, estás [tu es] fatal,

aunque puede que se parezca a ti
como yo me parezco a ningún nadie,
hombre-león de las cavernas,
trasvolaba el silencio sobre el agua,
sueña la dama de los algares

y en sus rubios escamajes
anémonas y ofiuras se hipnotizan,
gemidos,
un grito confunde a otro grito
en el pasado de la bajamar,

como un recuerdo en el limo del río
no vuelve a flotar,
y pétalos de savia que descienden
a las orillas del tiempo
que con la flecha regresa a su arco,

al cíclico círculo intemporal,
espejos, espumas,
donde termina el sueño sin aurora,
río de marjales sin mar,
este es, es este el oeste,


la sierpe oblicuante
redelinea la irrealidad,
el cielo se precipita
en multitud de lentitudes
aquende los barjanes del desierto,

un tordo | malvís desalado,
un ningún nadie azorado en la bruma,
risitas en el plató, ji ji ji,
no sabes ni reírte de ti mismo,
Hank, y ya no aprenderás,

certezas, araña
en la argaña, lobo en el pobo,
o dudas, tal vez,
ya te lo dijo la bruja en la cueva,
y el dolor de la belleza,

eu e máis ninguén de ningures,
o algún nadie de noquier,
hurtaba amaneceres en la duna,
volátiles vahos
en un viejo espejo resquebrajado,

ningún nadie en algún algar,
algo que apremia como una erección,
donde apenas la subrazón subsiste
ni la razón resiste,
non si —don’t you—, Perceval?

re·suena Radio Sumeria,
Tristán, los pájaros se alejan,
Guigemar, espabila,
en pos de acantilados transparentes,
Guillade, la cierva aún vuelve el agua,

el capitán Titanio al menos
recuerda que el recuerdo es muy histrión,
incertezas,
cuando el plasma desconecte el planeta,
aunque ni hombre vivo te zafará,

la baba de la zorra albar
¿qué era era?
gotea en mi trazo de la galaxia,
Barbanza Guadarrama Collserola
están bajo la nieve

y en los paraísos polares
el capitán Titanio contemplaba
los dos hielos en el fondo del caso
ya en disolución,
allá, en sus hesitaciones lunares,

ahora el infeliz sabe
que la poesía es un vil regalo
de las furias del infierno,
charranes, fumareles y pagazas
jamás regresarán del alto mar.




Rastrojal. E. Gutiérrez Miranda
2014-2025

egm. 2025

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23 de febrero de 2025

Rosalía de Castro

Alborada

I

Vete no-
che-vete huyen-
do-Vente auro-
ra-vente abrien-
do-con tu ros-
tro-que sonrien-
do-¡¡a la sombra espanta!!

¡Canta,
pajarillo can-
ta-de ramita en ra-
ma-que el sol se levan-
ta-por el monte ver-
de-por el verde mon-
te-alegrando hier-
bas-alegrando fuen-
tes!

¡Canta, pajarillo alegre,
canta!
Canta porque el maíz medre.
¡Canta!
Canta porque la luz te escuche.
¡Canta!
Canta, que la noche huye.

Noche oscura
pronto llega,
y muy dura
con su manto
de tristura,
con hechizos
y temores,
agorera
de dolores,
con ternura
de pesares,
protectora
en todo mal,
¡sal!

que la aurora
el cielo dora
de arreboles
que enamora,
con semblante
de oro y plata
y teñido
de escarlata,
con vestidos
de diamante
que le borda
el sol amante
entre ondas
de cristal.

¡Sal!
Señora en todo mal,
que el sol
ya brilla
en las conchas del arenal,
que la luz
del día
viste a la tierra de alegría,
que el sol
derrite con amor la escarcha fría.


II

Blanca auro-
ra-ven llegan-
do-y a las puer-
tas-ve llaman-
do-a los que duer-
men-esperan-
do-¡tu fulgor!

Color
de alba hermosa
les extiende
en los vidrios
cariñosa,
donde el sol
también suspende,
cando allá
al mar se tiende
de fugaz
gran llamarada,
después leve,
apagada;
triste, vago
resplandor.

Cantor
de los aires,
pajarillo alegre,
canta,
canta porque el maíz medre.
Cantor
de la aurora,
alegre enamorado,
a las niñas dile
que ya sale el sol dorado;

que el gaitero,
bien lavado,
bien vestido,
bien peinado,
de su gaita
acompañado
¡a la puerta está
ya!

explicando
que te explica,
y repica,
que repica
en la alborada
bien amada
de las niñas
cantaderas,
bailadoras,
bullidoras;
de las viejas
jaraneras,
que bien saben
callejear.

¡Arriba
todas, muchachitas del lugar!
que el sol
con la aurora ya os viene a despertar.
¡Arriba!
¡Arriba, alocada mocedad!
que vo-
cearemos-cantaremos ¡¡alalás!!


Nota de la autora: «La mayor dificultad que hallé al escribir esta Alborada fue mi deseo de que saliera en un todo acompasada con la música. Lo logré, pero fue a costa de la poesía; no podía ser de otro modo cuando se da con un aire tan extraño y es tan difícil acomodarle letra alguna».
Rosalía de Castro. Alborada (letrasgalegas.org)
Alborada de Rosalía [de] Castro. Partitura (consellodacultura.gal, pdf)
Daniel Bellón. Alborada de Rosalía (youtube.com)

Trad. E. Gutiérrez Miranda 2025


                    ∼

Alborada

I

Vaite noi-
te-vai fuxin-
do-Vente auro-
ra-vente abrin-
do-co teu ros-
tro-que sorrin-
do-¡¡¡a sombra espanta!!!

¡Canta,
paxariño can-
ta-de ponliña en pon-
la-que o sol se levan-
ta-polo monte ver-
de-polo verde mon-
te-alegrando as her-
bas-alegrando as fon-
tes!…

¡Canta, paxariño alegre,
canta!
Canta porque o millo medre.
¡Canta!
Canta porque a luz te escoite.
¡Canta!
Canta que fuxeu a noite.

Noite escura
logo ven,
e moito dura
co seu manto
de tristura,
con meigallos
e temores,
agoreira
de dolores,
agarimo
de pesares,
cubridora
en todo mal,
¡sal!…

Que a auroriña
o ceu colora
cuns arbores
que namora,
cun sembrante
de ouro e prata
teñidiño
de escalrata.
Cuns vestidos
de diamante
que lle borda
o sol amante
antre as ondas
de cristal.

¡Sal!
Señora en todo mal,
que o sol
xa brila
nas cunchiñas do areal,
que a luz
do día
viste a terra de alegría,
que o sol
derrete con amor a escarcha fría.


II

Branca auro-
ra-ven chegan-
do-i ás porti-
ñas-vai chaman-
do-dos que dor-
men-esperan-
do-¡o teu folgor!…

Cor…
de alba hermosa
lles estende
nos vidriños
cariñosa,
donde o sol
tamén suspende,
cando aló
no mar se tende
de fogax
larada viva,
dempois leve,
fuxitiva,
triste, vago
resprandor.

Cantor
dos aires,
paxariño alegre,
canta,
canta porque o millo medre.
Cantor
da aurora,
alegre namorado,
ás meniñas dille
que xa sal o sol dourado;

que o gaiteiro,
ben lavado,
ben vestido,
ben peitado,
da gaitiña
acompañado
¡á porta está!…
Xa!…

Se espricando
que te esprica,
repinica,
repinica
na alborada
ben amada
das meniñas
cantadeiras,
bailadoras,
rebuldeiras;
das velliñas
alegriñas,
das que saben
ben ruar.

¡Arriba
todas, rapaciñas do lugar!,
que o sol
i a aurora xa vos vén a dispertar.
¡Arriba!
¡Arriba, toleirona mocidad!,
que atru-
xaremos-cantaremos o ¡¡¡ala…lá!!!…


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22 de febrero de 2025

Estridores, V - #12



Frito

A veces rito,
a veces canto; a veces cuanto,
a veces grito.



Jamases

Es interesante saber
que todo lo que tú quieras creer
jamás llegará a suceder.



O una

¿Tienes una razón para creerte
más listo que los demás
o tan solo eres un tonto más?



Triɀca

Cobra y vete;
y con esto y un trizcocho,
hasta pasado a las siete.



Fugaces

Juventud, tiempo, muerte:
todos hablando de lo mismo
en un mismo estático paroxismo.



Tontidae

Abundan los bóvidos
en estas praderas, aunque no tanto
como los tóntidos.



Faɀaña (del Romancero)

Pese a ser muy bien servido,
nunca fuera caballero
de damas tan mal herido.



Sereno

Es muy falsa la oscura noche
pero el claro día
lo es mucho más todavía.



Habla

Negar,
mentir: decir,
hablar.



Erradura

Se me ha quedado olvidado
todo mi errado pasado
al otro lado del vado.

egm. 2025

☛ PyoZ ☚

14 de febrero de 2025

Estridores, V - #11



Rey·ruin (de Aristóteles)

Me coronaron rey
—pues más alto volé que el águila—
de toda la aviaria grey.



Qué

Tal vez no,
o acaso sí; o quizá
qué sé yo.



Pretención (de J. Montes)

Megamuseos instagrameables
y la asepsia internacional
de cubos blancos intercambïables.



Náufrago

Perdido en mitad de la inmensidad:
atrapado en mi propio inmenso
algar de mediocridad.



Conceto

Sobre apropiado pedestal
cualquier cacharro podrá convertirse
en arte concectual.



Últimas

¿Cuándo fue la última vez
que no supiste
que aquella iba a ser la última vez?



Noes níes

Niegan
que nieguen lo que
niegan.



Sucesiōn

El surrealismo
ha muerto; viva
dadā.



Tontúna

Deja que los putos perros
aúllen a la luna
y continúa tú con tu tontuna.



Iones

Pasión:
presión:
pulsión.

egm. 2025

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9 de febrero de 2025

Estridores, V - #10



Moches

Te largan drásticos reproches
fanáticos fantásticos fantoches
sobre tus ortos y tus noches.



Usanɀas

La más rancia tradición
es la ritual repetición
de lo que algún día fue innovación.



Psi

Desaparecí
y nadie se acuerda de mí:
mejor así.



Oráculo

A todas tus preguntas
esta respuesta la sibila ha dado:
«Nunca pretendas saber demasiado».



Pibón/belleɀón (de Q. Portet)

Las palabras que terminan en -on
siempre son
para morir de irrisión.



Puro arte

Contemplarte, contactarte;
contenderte, contenerte;
contentarte, continuarte.



Ɀotal

Por lo caudal a lo causal
o de lo austral hasta lo astral,
la rima usual nunca es casual.



Sornia

Olvida la ironía, por favor,
o te tomarán —¡ay señor!—
por un ser inferior.



Pena penita

Juzgar es fácil, lo difícil
es razonar bien las sandeces;
para eso estudian tanto los jueces.



Hagan

Las antas
más turbadoras
se me nacen.

egm. 2025

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6 de febrero de 2025

Estridores, V - #09



Mmxxv

Era febrero
y olía el mundo entero
a basurero.



Nihil b

Llega un tiempo
en que nunca nada a nadie
llega a tiempo.



Insensibilidad

Unos nacen para saber
y otros para sentir;
y otros no saben sufrir ni aprender.



Nimieɀ

De muchas pequeñas mentiras
y algunas falsedades
están construidas las grandes verdades.



Kveis

Una noche entera de traca
—comenzando tal vez a media tarde—
y seis mareas de resaca.



Arrebatos (de J. Montes)

Misma coloratura emocional,
oblicua y elusiva,
saliéndose del circuito habitual.



En paɀ

Ni abro o cierro:
si no me invitaste a tu boda
no sé por qué debo ir a tu entierro.



Hoyes

En pretéritos ayeres
los presentes serán hoyes
de futuros sin mañanas.



Ocasión (de I. Terentiev)

Nunca desdeñes la oportunidad
de soltar
alguna buena inoportunidad.



Heɀ

De la vejez
temo que algún día me alcance
su sordidez.

egm. 2025

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31 de enero de 2025

Estridores, V - #08



Supina

En toda santa circunstancia
lo que al final siempre triunfa
es la sacrosanta ignorancia.



Pluviosidad

No llueve
hasta que llueve, y cuando escampa
no llueve.



¿Ves?

Por el anverso y el envés:
cuanto más callado estés
más claro todo lo ves.



Ración

El error que nos hace irracionales
es no querer reconocer
que somos solo simples animales.



Ignaros

Aunque no ignoramos
que no sabemos, tal vez no sepamos
cuánto ignoramos.



RPM

De asno a bruto
—zinc y bismuto—
a mil revelaciones por minuto.



Judo

Dan ánimos, dan consejos, y dan
de mandarlos a todos ganas, dan,
a tomar por donde dan.



Fame

De lo que no queremos ser
es de lo que se nutre e infatúa
nuestro famélico ser.



Inconsistencia

En la ignorancia
de la razón de tu insistencia
se distancia mi inconstancia.



Cripta

Voy a arrastrarte
—sin drogar ni medicarte—
al hondo carcavón del criptoarte.

egm. 2025

☛ PyoZ ☚

20 de enero de 2025

Estridores, V - #07



Latido

La musa ha constatado
que hay poco menos poético
que el tópico poeta encoñetado.



Inconsiderante

—Todo por la borda.
—Porque es que la vida mata.
—Y además engorda.



Estática

La culpa de que haya tanta mente
tan apática y errática
es de la matemática automática.



Ingrediente

En la cocina —y el querer—
más importante que el cariño,
cariño, es el saber.



Sofisma

Al fin —por fin— comprobarás
que todos son falsarios y tramposos,
y tú tan solo uno más.



Quilismo

—¿Se ha marchado? —Se ha pirao.
—¿Cómo ha ido? —Como un ido.
—¿Y ha llegado? —Ha sobrao.



Falsía

En la locura,
cordura; en la cordura,
ronca impostura.



Empodérateme

Hoy, mañana y anteayer
el poder del amor
es —nada más— el amor al poder.



Wate

E incluso —qué valor—
puede que salgamos de dudas
y nos metamos en watepeor.



Poqui

Tan poco importa
si —resulta que—
tampoquito importa.

egm. 2025

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17 de enero de 2025

Estridores, V - #06



Declino

En el orto
el tiempo es craso; | al ocaso
es leve y corto.



Contra

Te llevan la contraria
para decir lo mismo que tú has dicho
con otra palabraria.



Urtica

Al clamor de la muscaria
—laica plegaria—
se atrofió la pituitaria.



Quiliasmo

—¿Ha venido? —Ha llegado.
—¿Cómo ha estado? —Como ha sido.
—¿Y se ha ido? —Se ha marchado.



Hombrotes

Juegan a ser adultos cuando niños
y cuando adultos
les gusta jugar como niños.



Precipucio

Dice Confucio:
«No confundas jamás el occipucio
con el prepucio».



Voyage

Yendo a donde nadie va
ni viene, vuelvo a donde nada tiene:
me pierdo en lo que nunca irá.



Sandecería

A quien tenga la opinión
de que digo demasiadas sandeces,
lamento darle la razón.



Mi amor:

es un complejo
el sexo, y el amor tan solo
su fiel reflejo.



Picos (de D. Lynch)

Y hoy me demoro
en las ramas, que el viento alienta,
del sicomoro.

egm. 2025

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12 de enero de 2025

Edward Storer

Poemas breves y traducciones

Poemas originales


Magia callejera


Una noche vi un teatro
                    lánguido de dulce espuma
y rugosa belleza,
cálido en el lado frío de la calle.


Hermosa desesperación

Miro hacia la luna
y la frágil plata de las estrellas rampantes;
miro, querida, hacia ti,
y desecho mis versos.


Imagen

Amantes abandonados
arden en una pura luna blanca
sobre extrañas piras de soledad y sequía.


En el hospital

Si esta noche debo morir
¿por qué dejan abierta la ventana
por la que el aire de abril
fluye desde las montañas
y por qué han puesto junto a mi cama
ese jarrón de violetas de primavera?


Imagen rota

Como la marea
cuando retrocede
deja en la orilla
delicadas algas y
muertas fantasías acuáticas,
así en el corazón
cuando el amor se va…



Traducciones de Safo


Pléyades

La luna se ha puesto y las Pléyades
se han ido.
Es medianoche; las horas pasan; y yo
duermo a solas.


Las copas de oro

Ven, oh diosa cipria, ven con
delicados y raros dedos: mezcla el
radiante néctar en las copas de
oro.


Aldeana

¿Quién es esa aldeana de
torpes tobillos y vestidos ásperos que
te atrae hacia ella?


Atis

Te amé una vez, Atis, hace ya mucho.


Viento

El amor agita mi alma.
Tal como a los robles en la montaña
agita el viento.


Amantes

Duérmete en el seno de
tu dulce amante.


Deseo

Estoy llena de anhelo y deseo.


Tierra púrpura

Como los pies desnudos del pastor aplastan los jacintos
sobre la ladera de la montaña hasta manchar la tierra.


Sueño

Entre las ramas del manzano las brisas suspiran suaves
y de las hojas trémulas parece gotear el sueño.


Leda

Dicen que hace mucho Leda
halló escondido
junto a los lirios un huevo.


Ruiseñor

Mensajero de la primavera, el melifluo ruiseñor.


Manzana

Como la manzana que madura en la más lejana
rama de todo el árbol, no advertida de los recolectores,
o bien fuera de su alcance, nunca fue arrancada.


Reposo

Abandono mis miembros sobre un delicado lecho.



Traducciones de Posidipo


A Filanión

No creas que me engañan esas persuasivas lágrimas, Filanión.
Lo entiendo. No amas a nadie más que a mí cuando estamos juntos,
pero si otro te tiene, le dices que lo amas más a él.


El deseo y la cigarra

El Amor, por acallar a la cigarra de las Musas en el acanto,
le prendió fuego a sus alas;
mi mente, atenta a los libros, no se ocupa de nada más
y rechaza las sugerencias del dios.


La estatua de un atleta

Una vez, por una apuesta, me comí un buey meonio,
pues en mi país, Tasos, no me ofrecían buena comida.
Soy Teágenes. Después de comerlo, pedí más.
Por eso estoy de este modo, con la mano extendida.



Traducciones de Asclepíades


La corona de primavera

Dulce para el sediento en verano es la nieve que beber;
dulce para los marineros tras las tormentas de invierno
es ver la corona de primavera, pero es más dulce aún
cuando bajo un manto yacen dos amantes, dando gracias a Cipris.


A Niko

El famoso Niko prometió visitarme esta noche, y lo juró
por la sacra Deméter. No ha venido, y la hora ha pasado.
¿Quería ser infiel?
¡Esclavos, apagad la lámpara!


A una doncella que no se entrega

Reniegas de tu doncellez, ¿y por qué? No encontrarás
al amante de tu elección en el Hades, muchacha,
pues solo a los vivos pertenecen los ciprios goces,
y en el Aqueronte, doncella, dormiremos polvo y huesos.


En el pórtico

Es invierno y la noche es larga. Las Pléyades han recorrido ya
la mitad de su camino, y yo paso ante esta puerta empapado en lluvia.
Sufro por su traición, y la añoro. Oh Cipris, no es amor
lo que me has enviado; es una cruel flecha con la punta en llamas.


A la hetaira Hermione

Cuando acariciaba a Hermione la hetaira, ella llevaba un cinto
multicolor en el que estaba escrito, oh Pafia, en letras de oro:
«Ámame para siempre, pero no seas infeliz si otro me posee».


A un joven

Si te crecieran alas y en tu mano llevaras arco y flechas,
no llamaríamos a Eros, el hijo de la cipria, sino a ti, mi niño.


Arkeades

Antes Arkeades se calentaba en mi abrazo,
pero ahora ni por burla se vuelve a mí en mi desdicha.
El meloso amor no siempre es dulce, pero el dios
suele ser más amable con aquellos a los que alguna vez torturó.



Edward Storer. Moonlight – Brief poems (briefpoems.wordpress.com)

Trad. E. Gutiérrez Miranda 2025


                    ∼

Moonlight – Brief poems by Edward Storer

ORIGINAL POEMS

Street Magic

One night I saw a theatre,
Faint with foamy sweet,
And crinkled loveliness
Warm in the street’s cold side.


Beautiful Despair

I look at the moon,
And the frail silver of the climbing stars;
I look, dear, at you,
And I cast my verses away.


Image

Forsaken lovers,
Burning to a chaste white moon,
Upon strange pyres of loneliness and drought.


In Hospital

Since tonight I must die
why do they keep the window open,
so that the April air
flows in from the mountains,
and why do they place by my bed
this vase of spring violets ?


Broken Image

Like the tide
when it falls back
leaving upon the shore
delicate seaweeds and
watery fantasies dead,
so in the heart
love when it goes …



TRANSLATIONS OF SAPPHO

The moon has set and the Pleiades
Have gone.
It is midnight; the hours pass; and I
Sleep alone.


The Cups of Gold

Come, O Kyprian goddess, come with
Delicate rare fingers, mix the
Radiant nectar in the cups of
Gold.


Who is this country girl with
Clumsy ankles and rough dresses that
Draws you towards her?


I loved you once, Atthis, long ago.


Love shakes my soul.
So do the oak-trees on the mountain
Shake in the wind.


Sleep in the bosom of
Your tender friend.


I am full of longing and desire.


Purple Earth

As the shepherd’s naked feet trample the hyacinths
Upon the mountain-side until they stain the earth.


Sleep

Through apple boughs the sighing winds go softly and
From the tremulous leaves sleep seems to drip.


Leda

They say that long ago Leda
Found near the irises
A hidden egg.


The Nightingale

Spring’s messenger, the sweet-voiced nightingale.


As the apple ripening on the bough, the furthermost
Bough of all the tree, is never noticed by the gatherers,
Or, being out of reach, is never plucked at all.


Repose

I lay my limbs upon a delicate couch.



TRANSLATIONS OF POSEIDIPPOS

To Philanion

Do not think I am deceived by these persuasive tears, Philanion. I understand. You love no one better than me when we are together, but if another has you, you tell him you love him best.


Desire and the Cicala

Love wishing to silence the cicala of the Muses in the acanthus bush set fire to its wings.
My mind intent upon books cares for nothing else,
and spurns the suggestions of the god.


The Figure of an Athlete

Once for a wager I ate a Meonian ox, for my own country Thasos did not offer me good fare.
I am Theagenes. Having eaten, I asked for more.
Wherefore, I stand in this fashion with outstretched hand.



TRANSLATONS OF ASKLEPIADES

The Crown of Spring

Sweet for the thirsty in summer is snow to drink; sweet for sailors after winter’s storms to see the crown of spring, but sweeter still when beneath one cloak two lovers lie, giving their thanks to Kypris.


To Niko

The famous Niko promised to visit me to-night, and swore it by holy Demeter. She has not come, and the watch has gone by.
Did she mean to be faithless?
Slaves, put out the lamp!


To a Maiden not to be Won

You grudge your maidenhood, and why? You will not find the lover of your choice in Hades, girl.
For the living only are the Kyprian’s joys; in Akheron, maiden, we shall sleep bones and dust.


At the Porch

It is winter and the night is long. The Pleiades have travelled half their span, and I am passing by this door all wet with the rain.
Suffering from her treachery, I long for her.
O Kypris, it is not love you have sent me; it is some cruel shaft tipped with flame.


To the Hetaira Hermione

When I was caressing Hermione the hetaira, she wore a many-coloured girdle on which was written, O Paphia, in letters of gold: “Love me for ever, but do not be unhappy if another possess me.”


To a Youth

If you grew wings and in your hand were bow and arrows, we should not call Eros son of the Kyprian, but you, my boy.


Arkheades

Formerly Arkheades was warmed in my embrace, but now not even in mockery does he turn to me in my wretchedness.
Honeyed love is not always sweet: but the god is often kindlier to those whom once he has tortured.


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