Liba mi bálano
a la sombra del mirobálano.
Hank-Hendrik Henriksen
No viste como un poeta,
ni como un dandi,
no gasta ni tiene
el pelo ni la barba de un poeta,
ni de un asceta,
ni mira con los ojos extraviados
de un poeta,
no recita ni publica
ni juega al juego de la plica,
lleva una vida disoluta
mas no bohemia,
las santas maldiciones
le resbalan los pantalones,
aunque a veces, algo inquieta,
se le queda la mano en la bragueta:
es imposible
que sea un poeta.
egm.2020
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