29 de mayo de 2019

Nuno Júdice

Soledad

Un mar rodea el mundo de quien está solo. Es
el mar sin olas del fin del mundo. Su agua
es negra; su horizonte no existe. Dibujo
los contornos de ese mar con un lápiz de
niebla. Borro, sobre su superficie, todos los
pájaros. Los veo abrigarse de la goma de borrar
en las grutas del litoral: las aves asustadas de
la soledad. «Es un mundo impenetrable» dice
quien está solo. Se sienta en la orilla, considerando
su caso. No existe nada más allá de él, hasta
ese blanco amanecer que le obliga a recordarse
que está vivo. Entonces espera a que la marea suba,
en ese mar sin mareas, para tomar una decisión.



Nuno Júdice. Solidão (escritas.org)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2019


                    ∼

Solidão

Um mar rodeia o mundo de quem está só. É
o mar sem ondas do fim do mundo. A sua água
é negra; o seu horizonte não existe. Desenho
os contornos desse mar com um lápis de
névoa. Apago, sobre a sua superfície, todos
os pássaros. Vejo-os abrigarem-se da borracha
nas grutas do litoral: as aves assustadas da
solidão. «É um mundo impenetrável», diz
quem está só. Senta-se na margem, olhando
o seu caso. Nada mais existe para além dele, até
esse branco amanhecer que o obriga a lembrar-se
que está vivo. Então, espera que a maré suba,
nesse mar sem marés, para tomar uma decisão.




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27 de mayo de 2019

Espaguetis a la pavisca



Primero, lava las manos,
y evitas virus y gérmenes
y otros bichejos insanos.

Pon agua y sal a la lumbre
y hierve los espaguetis
como tienes por costumbre.

En aceite suave luego
fríes el ajo picado
y lo separas del fuego.

Mientras que la pasta cueces
preparas un picadillo
con el fiambre y las nueces.

Cuando en su punto ya estén,
los ’paguetis escurríos
los vuelcas en la sartén.

Añades el picadillo
aquel de nueces y pavo
y de salvia un pellizquillo.

Lo remueves con cuidado,
lo pasas al plato y rallas
el queso, si no es rallado.

Y con un vaso de vino
te metes un sano plato
bueno, barato y muy fino.

egm. 2024

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17 de mayo de 2019

Herberto Helder

Las palabras

Quedarán para siempre abiertas mis
salas negras.
Amarrado a la noche
yo canto con un lirio negro sobre la boca.

Con la lepra en la boca,
con la lepra en las manos.
Este mamífero tiene sal alrededor,
este mineral transpira, la primavera se precipita.

Con la lepra en el corazón.
Pero de repente,
solo llegar a la ventana y ver un paisaje temblando
de miedo.

Y una vida más lenta
solo con una estrella a cuestas,
una tonelada de luz inquieta,
una estrella respirando como un carnero
vivo.

Igual que esta especie de fiesta dolorosa,
apenas un manojo de cabellos violentos
y su olor a pimienta,
en el lado oscuro
como se canta que las salas van a levantar
el vuelo.

Se quedarán para siempre abiertas estas manos exageradas
en diez dedos con sueño,
como una rosa encima del pene.

En la cima del tallo de sangre,
esa flor confusa.
Un equilibrio igual,
solo la estrella en la cima del éxtasis.

Solo alguna cosa parada en la cima de una visión
temblorosa.
La primavera, que yo sepa,
tiene la sal como color inmóvil,

Por un lado entra la noche,
así de súbito negra.

De una punta a otra se llena el espacio
alisando tablas.
Se rasga seda para aprender el ritmo.
Abrazo un cuerpo con las camelias
ardiendo.

Abiertas para siempre las negras partes
de más de una estación.

De este mismo modo
las mujeres caminan por las galerías transparentes,
y el palacio quema la noche en la que estoy
cantando.

Es posible aún cortar por la mitad el oficio de ver,
y en un lado hay espejos ebrios,
en el otro un cardumen ilegible de sonidos
oscuros.

Se sabe entonces por el silencio de alrededor,
se sabe alrededor que son lirios
sonoros.

Al paso
las mujeres cosechan estos sonidos irrumpientes,
y las manos se quedan negras junto a la belleza
insensata.

Sonríen después con un talento
terrible.
Llevamos a cuestas un carnero palpitante.

Pesa tanto una estrella
cuando despierta en las salas negras abiertas de par en par,
y las manos toman un manojo de cabellos dolorosos,
y sobre la boca un lirio en brasa,
blanco, blanco,

que no nos deja respirar.
La lepra en la boca,
que no nos deja respirar.

Un manojo de lepra contra el cuerpo,
como esto entonces solo el movimiento de aguas oscuras
por los canales de un canto,
como un palacio de salas negras abiertas
para siempre.

Este animal respira como un espejo de pie,
en el aire,
en el aire.



Herberto Helder. As palavras (escritas.org)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2019


                    ∼

As palavras

Ficarão para sempre abertas as minhas
salas negras.
Amarrado à noite,
eu canto com um lírio negro sobre a boca.

Com a lepra no coração.
Mais de repente,
só chegar à janela e ver uma paisagem tremendo
de medo.

E uma vida mais lenta
só com uma estrela às costas,
uma tonelada de luz inquieta,
uma estrela respirando como um carneiro
vivo.

Igual a esta espécie de festa dolorosa,
apenas um ramo de cabelos violentos
e o seu odor a pimenta,
no lado escuro
como se canta que as salas vão levantar
o seu voo.

Ficarão para sempre abertas estas mãos exageradas

em dez dedos com sono,
como uma rosa acima do pénis.

Ao cimo do caule de sangue,
essa flor confusa.
Um equilíbrio igual,
só a estrela ao cimo do êxtase.

Só alguma coisa parada no cimo de uma visão
tremente.
A primavera, que eu saiba,
tem o sal como cor imóvel,

Por um lado entra a noite,
assim de súbito negra.

De uma ponta à outra enche-se o espaço
aplainando tábuas.
Rasga-se seda para aprender o ritmo.
Abraço um corpo com as camélias
a arder.

Abertas para sempre as negras partes
de mais uma estação.

Semelhante a isto
as mulheres andam pelas galerias transparentes,
e o palácio queima a noite onde estou
cantando.

É possível ainda cortar ao meio o ofício de ver —
e num lado há espelhos bêbedos,
no outro um cardume ilegível de sons
obscuros.

Sabe-se então pelo silêncio em volta,
sabe-se em volta que são lírios
sonoros.

Passando
as mulheres colhem estes sons irrompentes,
e as mãos ficam negras junto à beleza
insensata.

Elas sorriem depois com um talento
terrível.
Levamos às costas um carneiro palpitante.

Pesa tanto uma estrela
quando se acorda nas salas negras abertas de par em par,
e as mãos agarram um ramo de cabelos dolorosos,
e sobre a boca um lírio em brasa,
branco, branco,

que não nos deixa respirar.
A lepra na boca,
que não nos deixa respirar.

Um ramo de lepra contra o corpo,
como isto então só o movimento de águas obscuras
pelos canais de um canto,
como um palácio de salas negras abertas
para sempre.

Este animal respira como um espelho de pé,
no ar,
no ar.




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7 de mayo de 2019

Nuno Júdice

Carpe diem

¿Confías en el incierto mañana? ¿Entregas
a las sombras del azar la respuesta inaplazable?
¿Aceptas que la diurna inquietud del alma
sustituya a la risa clara de un cuerpo
que te exige placer? Te huyen, por entre los dedos,
los instantes; y en los labios de la que amaste
muere un fin de frase, dejando la duda
definitiva. Un nombre inútil persigue tu memoria,
para que lo robes al sueño de los sentidos. Aun así
ningún rostro le da la forma que desearías;
y abrazas la propia figura del vacío. Entonces,
¿por qué esperas para salir al encuentro de la vida,
del soplo cálido de la primavera, de los márgenes
visibles de lo humano? «No —dices—, nada me obligará
a la renuncia de mí mismo; ¡ni esa mirada
que me ofrece el lecho profundo de su imagen!»
Loco, ignora que el destino, a veces,
se confunde con la brevedad del verso.



Nuno Júdice. Carpe diem (escritas.org)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2019


                    ∼

Carpe diem

Confias no incerto amanhã? Entregas
às sombras do acaso a resposta inadiável?
Aceitas que a diurna inquietação da alma
substitua o riso claro de um corpo
que te exige o prazer? Fogem-te, por entre os dedos,
os instantes; e nos lábios dessa que amaste
morre um fim de frase, deixando a dúvida
definitiva. Um nome inútil persegue a tua memória,
para que o roubes ao sono dos sentidos. Porém,
nenhum rosto lhe dá a forma que desejarias;
e abraças a própria figura do vazio. Então,
por que esperas para sair ao encontro da vida,
do sopro quente da primavera, das margens
visíveis do humano? "Não", dizes, "nada me obrigará
à renúncia de mim próprio --- nem esse olhar
que me oferece o leito profundo da sua imagem!"
Louco, ignora que o destino, por vezes,
se confunde com a brevidade do verso.




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3 de mayo de 2019

Nuno Júdice

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú, extraña, que moras
en un poema que se estudia en las escuelas
y se lee en recitales,
tú que te limitaste a ser amada
por un poeta que, quizá, nada
más te dio a cambio de amor
que el poema que tú, quizá,
nunca llegaste a oír? ¿Quién eres,
oh mujer más real que ese
poeta que te cantó, y de cuya vida
nadie sabe nada —a no ser
que él te amó, y te vertió en ese
poema en el que aún vives, y respiras,
como el día en que él lo escribió
acordándose de tu cuerpo, y de
tus labios, y de los días, o noches,
que contigo pasaron? ¿Quién eres,
mujer real y soñada que habitas
todos los poemas que ese poema
inspiró, y todos los sueños que
en esa extraña encontraron una imagen
precisa y definitiva? Vuélvete
en esos versos, para que te veamos
la cara, y dinos tu nombre —el nombre
auténtico, y no ese que el poeta
inventó para llamarte en un poema
que de ti solo guarda el secreto—;
y duérmete, después, olvidando
lo que de ti se dijo, y los comentarios
de que fuiste pretexto, y las imágenes
en que, cada vez más, fuiste perdiendo
esa tu, la única, imagen.



Nuno Júdice. Quem és tu? (escritas.org)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2019


                    ∼

Quem és tu?

Quem és tu, bárbara, que moras
num poema que se estuda nas escolas
e se lê em recitais,
tu que te limitaste a ser amada
por um poeta que, se calhar, mais
não te deu em troca do amor
do que esse poema que tu, se calhar,
nunca chegaste a ouvir? Quem és,
ó mulher mais real do que esse
poeta que te cantou, e de cuja vida
ninguém sabe nada - a não ser
que te amou, e te deitou nesse
poema em que ainda vives, e respiras,
como no dia em que ele o escreveu
lembrando-se do teu corpo, e dos
teus lábios, e dos dias, ou noites,
que contigo se passaram? Quem és,
mulher real e sonhada que habitas
todos os poemas que esse poema
inspirou, e todos os sonhos que
nessa bárbara encontraram uma imagem
precisa e definitiva? Volta-te
nesses versos, para que te vejamos
o rosto, e diz-nos o teu nome - o nome
autêntico, e não esse que o poeta
inventou para te chamar num poema
que de ti só guarda o segredo;
e adormece, depois, esquecendo
o que de ti disseram, e os comentários
de que foste o pretexto, e as imagens
em que, cada vez mais, foste perdendo
a tua, e única, imagem.




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