22 de febrero de 2013

Ezra Pound

La isla del lago

Oh Dios, oh Venus, oh Mercurio, patrón de los ladrones:
dadme a su tiempo, os suplico, un pequeño estanco,
con las relucientes cajitas
                  pulcramente alineadas en los estantes,
y el fragante tabaco de picadura
                  y el de hebra,
y el rubio de Virginia
                  guardado en brillantes estuches de cristal,
y unas balanzas no muy sucias,
y las pájaras entrando al pasar a decir una o dos palabras,
o hacer un chiste, y arreglarse un poco el pelo.

Oh Dios, oh Venus, oh Mercurio, patrón de los ladrones,
concededme un pequeño estanco,
                  o colocadme en cualquier oficio
que no sea este puto oficio de escritor
                  en que uno necesita de su cerebro todo el tiempo.



Ezra Pound. The Lake Isle (bartleby.com)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2013


                    ∼

The Lake Isle

O God, O Venus, O Mercury, patron of thieves,
Give me in due time, I beseech you, a little tobacco-shop,
With the little bright boxes
piled up neatly upon the shelves
And the loose fragrant cavendish
and the shag,
And the bright Virginia
loose under the bright glass cases,
And a pair of scales
not too greasy,
And the volailles dropping in for a word or two in passing,
For a flip word, and to tidy their hair a bit.

O God, O Venus, O Mercury, patron of thieves,
Lend me a little tobacco-shop,
or install me in any profession
Save this damn’d profession of writing,
where one needs one’s brains all the time.


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