Era don Belpello allá en su mansión,
que llamaban Longos, do todos bien son;
por la puerta entróse Martín Farazón
con su escudo al hombro que muestra un capón
que fuera buen pollo en otra ocasión,
en caballo agudo semejante a hurón
que porta en los lomos silla sin faldón
y falta de estribos y un roto albardón;
no lleva loriga ni trae lorigón,
ni tampoco grebas tan recio varón,
mas trae un vil manto y encima un jubón
que del forro ha tiempo perdió el algodón,
la lanza es de pino, un saco el pendón,
el yelmo de hierro le quiebra el mentón,
debajo del brazo un viejo espadón,
cuchillo mellado, por cinto, un cordón,
dos espuelas diestras, que zurdas no son,
la maza, de palo, pende del arzón.
Allí a don Belpello hablóle en razón:
—Oigáis, mi señor, y os dé Dios perdón,
¿do va Juan Araña, vuestro compañón
y aun vuestro alférez que os porta el pendón?
Si es aquí, que salga de aquesta mansión,
pues todos los otros ya a Basto fuerón.
¡Eoy!
En buena hora llega un Juan de Froián
en caballo viejo, cazurro alazán,
el blasón que pinta el faldón verán:
luengo campo verde donde husmea un can,
y sobre el escudo igual hallarán;
de capote y cinto y calzas de Ruan,
con tal catadura semeja un gañán.
Ante don Belpello se va aparejan-
do y dice: —Señor, vos no valdréis ni un pan
si aquellos en Basto de tal guisa van;
mas id sobre ellos que sin vos no irán:
los encontraréis y escarmentarán.
Vengad pues la casa en que meado os han,
y que digan todos los que os seguirán
que aquí tal consejo dio Juan de Froián.
¡Eoy!
Dicho esto llegaba un Pero Ferreira,
en caballo blanco, rojo en la boquera,
con escudo al hombro de roída madera,
la lanza torcida de tronco de higuera,
el yelmo de hierro roto y sin visera
y con agujeros sobre la mollera;
trae una polaina y una rodillera,
picaba de espuelas fuerte en gran manera,
y halló a don Belpello que está en una era
y dice: —¡Aquí estabais, viejo de zorrera!
Venga ese Pachacho y don Ruy Cabreira,
y yo en la vanguardia, si otro no acudiera,
que ya mucho os tarda la gente de Beira
y el buen mayordomo, sobrino de Cheira,
y ese Mendo Sapo y don Martín de Meira
y Lopo Gato, hijo de una monja era,
que no hay aquí lanza atán pedorrera.
¡Eoy!
☛ Afonso López de Baián. Sedia-xi Dom Belpelho em ũa sa maison (cantigas.fcsh.unl.pt)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018
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