31 de julio de 2018

Afonso López de Baián

Cantar de don Belpello

Era don Belpello   allá en su mansión,
que llamaban Longos,   do todos bien son;
por la puerta entróse   Martín Farazón
con su escudo al hombro   que muestra un capón
que fuera buen pollo   en otra ocasión,
en caballo agudo   semejante a hurón
que porta en los lomos   silla sin faldón
y falta de estribos   y un roto albardón;
no lleva loriga   ni trae lorigón,
ni tampoco grebas   tan recio varón,
mas trae un vil manto   y encima un jubón
que del forro ha tiempo   perdió el algodón,
la lanza es de pino,   un saco el pendón,
el yelmo de hierro   le quiebra el mentón,
debajo del brazo   un viejo espadón,
cuchillo mellado,   por cinto, un cordón,
dos espuelas diestras,   que zurdas no son,
la maza, de palo,   pende del arzón.
Allí a don Belpello   hablóle en razón:
—Oigáis, mi señor, y   os dé Dios perdón,
¿do va Juan Araña,   vuestro compañón
y aun vuestro alférez   que os porta el pendón?
Si es aquí, que salga   de aquesta mansión,
pues todos los otros   ya a Basto fuerón.
                  ¡Eoy!

En buena hora llega   un Juan de Froián
en caballo viejo,   cazurro alazán,
el blasón que pinta   el faldón verán:
luengo campo verde   donde husmea un can,
y sobre el escudo   igual hallarán;
de capote y cinto   y calzas de Ruan,
con tal catadura   semeja un gañán.
Ante don Belpello   se va aparejan-
do y dice: —Señor, vos   no valdréis ni un pan
si aquellos en Basto   de tal guisa van;
mas id sobre ellos   que sin vos no irán:
los encontraréis y   escarmentarán.
Vengad pues la casa   en que meado os han,
y que digan todos   los que os seguirán
que aquí tal consejo   dio Juan de Froián.
                  ¡Eoy!

Dicho esto llegaba   un Pero Ferreira,
en caballo blanco,   rojo en la boquera,
con escudo al hombro   de roída madera,
la lanza torcida   de tronco de higuera,
el yelmo de hierro   roto y sin visera
y con agujeros   sobre la mollera;
trae una polaina   y una rodillera,
picaba de espuelas   fuerte en gran manera,
y halló a don Belpello   que está en una era
y dice: —¡Aquí estabais,   viejo de zorrera!
Venga ese Pachacho   y don Ruy Cabreira,
y yo en la vanguardia,   si otro no acudiera,
que ya mucho os tarda   la gente de Beira
y el buen mayordomo,   sobrino de Cheira,
y ese Mendo Sapo y   don Martín de Meira
y Lopo Gato, hijo   de una monja era,
que no hay aquí lanza   atán pedorrera.
                  ¡Eoy!



Afonso López de Baián. Sedia-xi Dom Belpelho em ũa sa maison (cantigas.fcsh.unl.pt)
Trad. E. Gutiérrez Miranda 2018





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